Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás

Здесь есть возможность читать онлайн «Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuenta Atrás: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuenta Atrás»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Latinoamérica es víctima de constantes desastes ecológicos: los rayos solares que atraviesan los agujeros de la capa ozono pueden quemar la piel humana en cuestión de minutos, muentras que los terremotos y los huracanes están a la orden del día. Un grupo de investigadores es enviado a una isla de las Galápagos con el objetivo de instalar unos detectores de actividad sísmica que permitan prevenir futuros seísmos y paliar de algún modo sus devastadores efectos. Como refuerzo y protección, les acompaña un equipo de soldados de la marina estadounidense.

Cuenta Atrás — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuenta Atrás», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Limpia -dijo.

La última polaroid se encontraba en el centro del mostrador y en ella se encontraba la clave del destino de Sangre de Dios. Diego echó un largo vistazo al porro, apagado en un bol. Levantó la foto y la sostuvo delante de los ojos, aunque los tenía cerrados. Los abrió y miró una foto y luego la otra. Despacio, las dejó en el mostrador con las mejillas temblorosas.

– ¿Qué? -preguntó Rex, intentando contener el pánico.

– Limpia -murmuró Diego-. Limpia, limpia, limpia.

Diego apoyó la cabeza en el mostrador y todos se quedaron en silencio unos momentos.

– Bueno -dijo Rex-. Este es el primer paso. Todavía tenemos que hablar con Everett para saber si la escuadra se ha encargado de los reservorios del virus.

Sacó el transmisor del bolsillo, se lo colocó en la palma de la mano y acercó los labios a él para pedir que le pusieran con la celda dos en Detrick.

Se oyó la voz de Samantha con claridad.

– ¿Sí?

– Está limpio -dijo Rex-. El sistema de aguas está limpio. Todas las muestras.

Hubo un silencio.

– Son buenas noticias -dijo Samantha, despacio-. Pero no hemos conseguido contactar con Cameron. O bien el transmisor se ha estropeado o… -No terminó la frase.

Rex se dio cuenta de que sólo había mencionado a Cameron. Cerró los ojos, apartó la preocupación que sentía y luchó para concentrarse.

– ¿Y eso qué significa? -preguntó Diego-. Referente al bombardeo.

– Sin una confirmación de que los reservorios del virus han sido exterminados, no podemos hacer gran cosa -dijo Samantha-. Por desgracia. Van a enviar un helicóptero de evacuación a las diez de la noche en busca de supervivientes.

– ¿Y la salida del B1 está prevista a las once? -preguntó Rex.

– Sí.

– Sigue intentando conectar con el transmisor -dijo Rex-, y nosotros vamos a mover el culo hacia el aeropuerto para estar allí cuando vuelva la unidad médica. Esperemos que lo haga con los soldados.

Cuando Rex volvió a guardar el transmisor en el bolsillo, Diego ya estaba en la puerta. Rex y Ramoncito corrieron tras él por toda la Estación Darwin y por el tortuoso camino que conducía a la avenida Charles Darwin. Les resultaba difícil mantener el ritmo. Rex se sorprendió al darse cuenta de que casi era de noche.

Cuando llegaron a la avenida, Diego se encontraba sentado en el asiento del conductor de un enorme camión azul que se encontraba aparcado cerca de la entrada del hotel Galápagos. Se encontraba trabajando debajo del volante. Del espejo retrovisor colgaban un par de esposas.

– Corres mucho para ser un fumetas -dijo Rex, jadeando.

Diego hizo un gesto de cabeza indicando la puerta del asiento del acompañante.

– Cierra la boca y entra -le dijo.

Diego conectó dos cables y el motor se puso en marcha.

74

Cameron estaba sentada, pacientemente, con las piernas cruzadas en el extremo sur del camino, a unos dieciocho metros al norte de la torre de vigilancia. Sentía el viento en los hombros soplando en dirección al bosque.

Miró camino arriba, a las Scalesias, y observó cómo los cables detonantes desaparecían a la vista a medida que el sol se ponía. El aire se volvió más sombrío, adquirió un tono agrisado y luego negro, pero la mantis continuaba sin aparecer.

El destello de las bengalas en la torre se volvió más fuerte cuando la luz menguó. Pronto, la torre que se encontraba detrás de ella sería el único punto de luz en aquel oscuro paisaje, como el brillante ojo del diablo. Los chillidos de la larva deberían haberle resultado horribles, pero casi los encontraba agradables, como el estribillo de una melodía que ella hubiera compuesto. Los aullidos de la torre se unían a los chillidos de la larva y, a veces, los ocultaban.

La larva, iluminada por abajo por el rojo destello de las bengalas, continuaba debatiéndose en el gancho, con la cabeza girada en un ángulo atroz, el cuerpo proyectando su sombra en las paredes de la choza. Cameron entonó en silencio una canción. La torturada silueta retorcida se encontraba detrás de ella.

No comprendía por qué la mantis se retrasaba. La larva, retorcida e iluminada por la brillante luz artificial de las bengalas, ya tenía que haber llamado su atención en aquellos momentos.

Cameron se encontraba sentada en medio del camino, totalmente desprotegida. Tanto si resultaba atraída por Cameron o por la larva, la mantis tendría que bajar por el camino hacia la torre de vigilancia. Cameron tenía intención de ponerse en pie y agitar los brazos en cuanto la criatura apareciera en el lindero del bosque para atraerla hacia los cables detonantes. Esos dos minúsculos cables serían todo lo que se interpondría entre Cameron y una muerte segura.

Cameron empezaba a sentirse impaciente, ansiosa por el retraso de la mantis. Se puso de pie para que el viento llevara su olor camino arriba, hasta el oscuro follaje del bosque.

La luna iluminaba el camino con un brillo amarillo y pálido. Cameron fijó la vista en la oscura masa del bosque, como si su voluntad pudiera provocar la aparición de la criatura. Esperaba verla en cualquier momento: la ancha cabeza del insecto mirándola con malicia desde el largo cuello, las patas impulsándola hacia delante con elegancia y torpeza al mismo tiempo.

El aullido procedente de la torre alcanzó un tono tan agudo que superó los penetrantes chillidos de la larva. Y entonces, una sombra cayó sobre el camino.

Cameron se volvió rápidamente, intentando adivinar cómo era posible que la noche fuese aún más oscura, y entonces la vio encima de la torre de vigilancia. La mantis se encontraba colgada de las paredes, abrazada a la torre delante de la entrada de la choza, como una araña en su tela.

La masa del cuerpo casi llenaba por completo la entrada de la choza, bloqueando la mayor parte de la luz rojiza. Cameron retrocedió y tropezó, sorprendida. No se le había ocurrido que la mantis daría un rodeo hacia la torre de vigilancia. Por alguna razón, había dado por supuesto que el animal se dirigiría a ella directamente por el camino.

Durante un horrible instante Cameron pensó que se trataba de otra mantis, una criatura a la que todavía no había encontrado antes, pero entonces reconoció el ojo maltrecho y la negra empuñadura de la lanceta. Se dio cuenta de por qué la mantis era mucho más grande esta vez: había mudado. Había tardado tanto en aparecer porque la nueva cutícula todavía se estaba endureciendo.

Cameron miró nerviosamente hacia el oscuro camino, intentando desesperadamente detectar la localización de los cables detonantes. Tendría que conseguir que la mantis subiera por el camino en dirección al bosque para que activara los explosivos, en dirección opuesta a la que había planeado.

La mantis entró en la choza y se quedó de perfil a Cameron, de cara a la larva. La luz roja perfilaba la oscura figura y le confería un aura que parecía divina. Las hileras de púas de sus patas delanteras brillaban igual que colmillos. Desde donde se encontraba, Cameron observó cómo encajaban, como los dientes de una trampa.

Cameron empezó a subir en silencio por el camino, penetrando en la línea de defensa. Intentaría pasar por debajo de los cables detonantes y llegar hasta el otro extremo, desde donde intentaría atraer la atención de la mantis. Tenía la esperanza de que la criatura activara los cables detonantes al lanzarse hacia ella.

Cameron estaría a salvo si conseguía llegar al otro extremo sin que la mantis se diera cuenta.

La mantis se inclinó hacia delante con la enorme cabeza ladeada. Observó a la larva con el ojo sano: era su última esperanza de descendencia. La larva se retorcía de dolor y agitaba la cabeza hacia delante y hacia atrás en un intento de soltarse del gancho. El sonido que emitía a través de los espiráculos alcanzó un tono agudo que parecía el de la agonía de un ser humano. Con el extremo inferior de su cuerpo golpeó la cabeza de la mantis, pero ésta no reaccionó.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuenta Atrás»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuenta Atrás» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Gregg Hurwitz - The Survivor
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - We Know
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Tower
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Crime Writer
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Minutes to Burn
Gregg Hurwitz
Iris Johansen - Cuenta atrás
Iris Johansen
Gregg Hurwitz - Comisión ejecutora
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Troubleshooter
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Program
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Prodigal Son
Gregg Hurwitz
Отзывы о книге «Cuenta Atrás»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuenta Atrás» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x