Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás

Здесь есть возможность читать онлайн «Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuenta Atrás: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuenta Atrás»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Latinoamérica es víctima de constantes desastes ecológicos: los rayos solares que atraviesan los agujeros de la capa ozono pueden quemar la piel humana en cuestión de minutos, muentras que los terremotos y los huracanes están a la orden del día. Un grupo de investigadores es enviado a una isla de las Galápagos con el objetivo de instalar unos detectores de actividad sísmica que permitan prevenir futuros seísmos y paliar de algún modo sus devastadores efectos. Como refuerzo y protección, les acompaña un equipo de soldados de la marina estadounidense.

Cuenta Atrás — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuenta Atrás», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El cuerpo de Justin se encontraba en el camino, justo detrás de la criatura. Cameron le había golpeado con el mango del cuchillo entre la oreja y la parte posterior de la cabeza, una zona del cráneo sólida, donde se podía golpear con fuerza suficiente para dejarle inconsciente sin peligro de romperle el hueso. La mantis solamente atacaba a presas convida: había hecho caso omiso de Savage en el agujero cuando éste se hallaba inconsciente.

La mantis se volvió y examinó el cuerpo de Justin, que yacía a la sombra de las balsas del lado este del camino.

– No le toques -gritó Cameron-. ¡Ni se te ocurra tocarlo!

La mantis se inclinó encima de Justin y examinó su cuerpo con la enorme cabeza, de donde todavía sobresalía el arpón como una pluma negra. Se detuvo encima del rostro, con la boca a centímetros de la mejilla de él. Justin permanecía con los ojos cerrados, pero Cameron vio que movía uno de los dedos de la mano. La mantis abrió y cerró las patas, como decidiendo si agarrarle para echarle un vistazo más de cerca.

– Oh, Jesús -murmuró Cameron-. No te despiertes. Oh, cariño, por favor, no te despiertes. -Lo dijo mientras meneaba la cabeza y movía los labios rápidamente, como si rezara.

Justin levantó un poco la mano del suelo y la dejó caer. La mantis estaba demasiado concentrada en el rostro y no se dio cuenta.

Cameron se puso de pie y movió los brazos para llamar la atención de la criatura. La mantis levantó la cabeza y la miró justo cuando Justin se movió un poco, debajo de ella.

– ¡Justin! -chilló Cameron-. Quédate inmóvil. Hazte el muerto y te dejará.

Le pareció que vio los ojos abiertos de Justin y que estaba agitado, luchando contra el pánico. El cuerpo le temblaba y movió la cabeza de un lado a otro.

– ¡No te muevas! -chilló Cameron.

La mantis bajó la cabeza con rapidez, pero Justin estaba inmóvil. Cameron sintió que el terror la inmovilizaba y se cayó al suelo. Nunca se había sentido tan impotente.

– ¡Estate quieto, cariño! Joder, por favor, estate quieto.

Justin no se movía. O bien estaba inmóvil a causa del miedo o bien había comprendido lo que Cameron le gritaba. La herida que tenía en el hombro brillaba.

Cameron se sentó en la carretera, con las piernas cruzadas. El sol caía con fuerza y Cameron observó a la mantis, que se encontraba en el límite de la sombra de los árboles. La mantis le devolvió la mirada. A medida que el sol se levantaba, las sombras de las balsas se hacían más cortas y forzaban a la mantis a retirarse del cuerpo de Justin. Cameron empezó a sollozar de alivio y continuó hablando a su marido, confortándole y diciéndole que no se moviera.

Cada pocos minutos la mantis tenía que retroceder y permanecer en la sombra. Las patas delanteras se encontraban en todo momento en el límite de la sombra y la criatura retrocedía solamente cuando el sol la obligaba sin apartar nunca el ojo sano de Cameron.

Finalmente, cuando el calor se hizo demasiado intenso, la criatura se dio la vuelta y se introdujo en el bosque.

Cameron corrió hasta su marido. Justin se removió al sentir su contacto.

– El arpón -dijo Justin-, He perdido el arpón. -Estaba temblando y sudando. La herida en el hombro era profunda y sangraba profusamente.

– No pasa nada -dijo Cameron-. Puso su mejilla contra la de él y le ayudó a sentarse.

Cuando la mantis vio que Justin se movía, dio un paso hacia delante bajo la luz del sol, expeliendo el aire por los espiráculos, pero enseguida volvió a ponerse a cubierto del sol.

Cameron se colocó el brazo sano de Justin por encima de los hombros y lo medio arrastró por el campo hasta el campamento base. Al norte, la criatura era como su sombra: los seguía por entre los árboles del linde del bosque.

Justin deliraba y murmuraba para sí mismo:

– Tengo que ir al bosque -murmuró-. Tengo que encontrar a mi mujer.

– No pasa nada, cariño. Estoy aquí. Estoy aquí mismo.

Cuando se acercaron a las tiendas, a Cameron le fallaron las piernas. Justin gruño de dolor al caer al suelo y perdió el conocimiento.

La mantis los miraba desde los árboles mecidos por el viento. De repente, se dio la vuelta y desapareció de la vista. Cameron cayó encima de Justin.

Habían sobrevivido a la noche.

69

Sólo les quedaba la última lata de gasolina cuando la Zodiac se acercó al muelle pintado de azul y blanco, detrás del edificio de Biología Marina. Unas cuantas iguanas marinas se esforzaban para apartarse de su paso, con las cabezas y las colas sobresaliendo del agua. La luz de la mañana se derramaba encima de las aguas y les daba un tinte verdoso.

Excepto por la parada que hicieron en la zona de extracción de muestras para tomar más muestras de agua, no habían disminuido la velocidad durante las últimas diecisiete horas y media. El mar había estado picado, lo cual había prolongado el viaje una hora y media más de lo que habían previsto.

Diego tenía las manos agrietadas e irritadas de la sal del mar y del viento, y Rex tenía la espalda tan dolorida que casi no se podía acabar de incorporar cuando se ponía en pie. Ramoncito se encontraba en sorprendente buena forma y había pasado todo el tiempo debajo de una lona, protegiéndose con el sombrero de Rex el rostro quemado por el sol.

Diego saltó de la barca en un abrir y cerrar de ojos y avanzó con cuidado llevando la bolsa llena de muestras de agua.

Rex le siguió inmediatamente. Diego tropezó en el muelle y los tarros de las muestras chocaron los unos contra los otros, pero ninguno se rompió. Corrieron hacia la oficina de Diego, en el edificio de Plantas e Invertebrados, sin hacer caso de los muebles tumbados y los cristales rotos.

Diego señaló hacia el pasillo:

– El laboratorio -dijo-. Voy a buscar unas cosas y voy para allá.

Rex entró en el laboratorio y ordenó las muestras de agua, diecisiete en total, encima del mostrador. Empezó a centrifugarlas para aislar los dinoflagelados, más densos, del resto del agua. Acostumbrado al trabajo de campo, se sentía inseguro en el laboratorio.

Diego entró con una probeta llena de ADN de dinoflagelados, una muestra que se sabía era normal y que no estaba infectada; la utilizarían como patrón de referencia para contrastarlo con las diecisiete muestras de los alrededores de Sangre de Dios.

– Estoy aplicando una fuerza de dos mil g -dijo Rex.

Diego tomó un tarro de muestra y lo sopesó en la mano.

– Muy bien. Tendremos que preparar las soluciones para extraer el ADN del resto de las moléculas de los dinoflagelados -dijo, dirigiéndose hacia un armario y sacando unas cuantas cajas.

– ¿Cuánto tarda el proceso?

Diego se encogió de hombros.

– Una hora y media, dos horas. Vamos a preparar todas las que podamos para hacerlo simultáneamente.

Diego se dirigió hacia el congelador para localizar las probetas que contenían las enzimas que iban a utilizar para hacer el análisis parcial, proceso que cortaría secciones específicas del código de los dinoflagelados del ADN que estaban extrayendo.

Empezaron a preparar las soluciones a un ritmo frenético. Rex miró el reloj. Ya eran las nueve y veinte y todavía tenían mucho trabajo por hacer.

Fuera, en la lancha, Ramoncito se desperezó debajo de la lona. El sombrero de Rex le cayó encima del rostro y se lo apartó para ver la luz del día. Miró alrededor y se dio cuenta de que habían llegado a Puerto Ayora. Se puso de pie y estiró el cuerpo.

Se tocó las mejillas quemadas por el sol. Todavía continuaba dándole vueltas a todo lo que le habían contado. Se dirigió hacia el laboratorio, donde sabía que Diego necesitaría su ayuda.

70

Cameron levantó la cabeza y miró alrededor. El campamento base se encontraba, vacío, a unos veintisiete metros a la derecha. De momento, estaban a salvo. Dio la vuelta a Justin hasta colocarlo de espaldas al suelo y le examinó la herida. Él abrió los ojos y parpadeó con fuerza. Ya no tenía los ojos tan neblinosos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuenta Atrás»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuenta Atrás» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Gregg Hurwitz - The Survivor
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - We Know
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Tower
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Crime Writer
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Minutes to Burn
Gregg Hurwitz
Iris Johansen - Cuenta atrás
Iris Johansen
Gregg Hurwitz - Comisión ejecutora
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Troubleshooter
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Program
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Prodigal Son
Gregg Hurwitz
Отзывы о книге «Cuenta Atrás»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuenta Atrás» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x