Karen Rose - Grita Para Mi

Здесь есть возможность читать онлайн «Karen Rose - Grita Para Mi» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Grita Para Mi: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Grita Para Mi»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Daniel Vartarian es el agente del FBI asignado al caso del asesinato de una joven en la localidad de Dutton, pueblo donde Daniel nació. El asesinato es exactamente igual a uno que ocurrió en el mismo lugar trece años atrás. Al investigarlo, Daniel reconocerá a aquella adolescente del pasado… Ha visto su rostro en una de las fotos que pertenecían al asesino en serie más cruel que haya conocido: su propio hermano Simon. Así, Daniel tendrá que enfrentarse a sus propios vecinos, a sus fantasmas familiares y a sus conflictos de adolescencia mientras investiga los viejos y nuevos crímenes con la ayuda de Alexandra, la hermosa hermana gemela de una de las víctimas del asesino.

Grita Para Mi — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Grita Para Mi», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Daniel sintió desvanecerse toda su alegría. Se dirigió al hogar y miró el hueco vacío mientras, de pronto, varias piezas del puzle empezaban a encajar en su cabeza.

– Vamos a sentarnos.

Cuando lo hubieron hecho, él se inclinó hacia delante y miró a Annette con expresión calmada porque ella parecía al borde de la histeria.

– ¿Ha venido Mack a visitarla?

La mirada que le dirigió denotaba auténtica estupefacción.

– No. Está en la cárcel.

– Ya no -repuso él, y la mujer aún palideció más-. Salió hace un mes en libertad condicional.

– No lo sabía. Le juro que no lo sabía.

– ¿Ha echado en falta algo más?

– Sí. Hace un mes desapareció el monedero con la calderilla que siempre guardo en mi dormitorio, dentro de un bote. Le eché la culpa a Joey. -Se cubrió la boca con mano trémula-. Hace dos semanas volvió a suceder; otra vez desaparecieron las monedas, y también las galletas que había preparado para los almuerzos de los niños. Le di un azote en el culo a Joey y le dije que era un mentiroso. -Sus ojos se llenaron de lágrimas-. Igual que su padre.

– Nos ocuparemos de eso después -dijo Daniel con amabilidad-. De momento, ¿podría decirme qué recuerda de los diarios?

Su mirada se había tornado vidriosa del pánico.

– Mack ha estado aquí. Tengo a mis hijos en la escuela, y no están seguros si Mack anda suelto.

Daniel sabía que no podía esperar ninguna colaboración por su parte mientras sintiera tanto miedo por sus hijos. Llamó al sheriff Corchran de Arcadia y le pidió que fuera a buscar a los niños a la escuela. Luego se volvió hacia Annette, que a todas luces se esforzaba por recobrar el control.

– Corchran me ha dicho que les pondrá la sirena y las luces. Lo pasarán en grande. No se preocupe.

– Gracias. -Cerró los ojos, aún muy pálida-. Mack ha salido de la cárcel, los diarios han desaparecido y han asesinado a cuatro mujeres igual que a Alicia Tremaine.

«A cinco», pensó Daniel. Annette O'Brien no debía de haber visto las noticias de primera hora de la mañana.

Ella lo miró, con expresión severa y desolada.

– Mack ha matado a esas mujeres.

– Usted lo conoce. ¿Sería capaz?

– Es capaz y lo ha hecho -susurró-. Dios mío. Tendría que haberlos destruido cuando tuve la oportunidad.

– ¿Los diarios? -preguntó Daniel, y ella asintió-. Por favor, señora O'Brien, ¿podría decirme qué recuerda de ellos?

– Tenían un club. Su hermano, Simon, era el presidente. Aunque Jared nunca mencionó sus nombres reales, utilizaban motes. -Suspiró con hastío-. Qué chicos más estúpidos.

– Unos chicos que violaron a unas cuantas mujeres -soltó Daniel con aspereza.

Ella frunció el entrecejo al comprender su comentario.

– De ningún modo pretendo disculparlos por lo que hicieron, agente Vartanian -dijo en voz baja-. No se equivoque. Lo que hicieron no fue ninguna bromita de adolescentes; lo que hicieron es soez y… perverso.

– Lo siento, la había interpretado mal. Siga, por favor.

– Eran muy jóvenes cuando todo empezó; tendrían unos quince o dieciséis años. Se inventaron un juego, con reglas, un código secreto, llaves… Fue una estupidez muy grande. -Tragó saliva-. Y muy horrible.

– Si Jared no menciona los nombres, ¿cómo sabe que el presidente era Simon?

– Lo llamaban capitán Ahab. Simon es la única persona de Dutton de quien sé que llevaba una pierna ortopédica, así que até cabos. Jared anotó en el diario que nunca lo llamaban así en su presencia, solo Capitán. Todos le tenían miedo.

– Y con razón -musitó Daniel-. ¿Qué otros sobrenombres mencionaba Jared?

– Bluto e Igor. Jared decía que siempre iban juntos, y una vez se le escapó que el padre de Bluto era el alcalde McQueso. El padre de Garth Davis era el alcalde en aquella época. Imaginé que Igor era Rhett Porter.

– El tío de Garth compró la fábrica de papel cuando Jared murió -comentó Daniel, y a ella se le encendió la mirada.

– Sí, por cuatro chavos. Nos dejaron sin nada. Pero no ha venido para hablar de eso. Los otros… Bueno, estaba Arvejilla. Nunca estuve segura de si era Randy Mansfield o uno de los hermanos Woolf. A Jared le parecía divertido llamarlo así porque a él no le gustaba; le parecía una especie de ataque a su virilidad. Así fue como lo convencieron para que participara. -Ella frunció los labios-. En la violación. Le dijeron que demostrara que era un hombre. Me puse enferma al leerlo.

– Ha dicho cuatro motes -dijo Daniel-. ¿Cuál era el de Jared?

Ella apartó la vista, pero no antes de que él observara en sus ojos el dolor y la vergüenza.

– Donjuán. Lo abreviaban DJ. Era el conquistador del grupo. Jared fue quien atrajo a casi todas las chicas.

– ¿Y los otros dos?

– Eran El Oficial y Harvard. El Oficial era Wade Crighton, de eso estoy completamente segura.

– ¿Por qué?

– Porque todos tenían que entregar una chica al grupo como ritual de iniciación y había división de opiniones sobre si debían dejar que Wade participara o no. Él era pobre, su padre trabajaba en la fábrica de papel. -Su expresión se tornó lúgubre-. Pero Wade tenía algo que les interesaba; tenía tres hermanas.

A Daniel se le revolvió el estómago.

– Dios mío.

– Ya lo sé -musitó ella-. A los miembros del club no les gustó que El Oficial se negara a entregar a su hermana de sangre, pero el premio de consolación eran las gemelas.

El pánico hizo que a Daniel se le subiera la bilis a la garganta.

– ¿Wade las llevó a las dos?

– No. Se pusieron como locos porque les hacía ilusión hacérselo con dos gemelas a la vez y El Oficial solo llevó a una. Les contó que la otra estaba enferma y que no había podido salir de casa.

– O sea que violaron a Alicia.

– Sí. -A Annette se le arrasaron los ojos-. Y a las demás. Yo… no daba crédito a lo que leía. Me había casado con ese hombre; había tenido hijos con él… -Su voz se apagó.

– Señora O'Brien -dijo Daniel en tono suave-, ¿qué les hicieron a las chicas?

Ella se enjugó los ojos con las puntas de los dedos.

– Les administraron una droga y se las llevaron a una casa; Jared nunca mencionó cuál. Entonces… -Ella levantó la cabeza, presa de pánico-. Por favor, no me obligue a describir esa parte. Me pongo enferma solo de pensarlo.

A Daniel no le hacía falta la descripción. Había visto las fotos llenas de detalles obscenos.

– De acuerdo.

– Gracias. Cuando todo terminó, llevaron a las chicas a sus coches, les empaparon la ropa de whisky y las dejaron allí, con la botella entre las manos. Habían tomado fotos por si cuando se despertaban se acordaban de algo. Hicieron parecer que era consentido para evitar que hablaran.

Daniel frunció el entrecejo. Ninguna de las fotos que había visto servía para inculpar a ningún hombre, y en ninguna parecía ni por asomo que aquello hubiera tenido lugar de forma consentida.

– ¿Alguna de las chicas se acordó?

Ella asintió sin ánimo.

– Sheila. Y ahora está muerta. No consigo quitármela de la cabeza.

Daniel tampoco lo conseguía.

– Siga -le indicó, y la mujer se irguió un poco.

– Esa noche dejaron a Alicia en el bosque después de… terminar. En los meses anteriores, Jared había escrito que sentía curiosidad por saber cómo habría sido aquello si las chicas hubieran estado despiertas. -La mirada de Annette denotaba angustia-. Quería «oírlas gritar». Por eso volvió. Esperó a que Alicia se despertara, volvió a agredirla y ella empezó a gritar. Pero no estaban lejos de casa de los Crighton y Jared se dio cuenta de repente de que lo último que quería era que gritara.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Grita Para Mi»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Grita Para Mi» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Grita Para Mi»

Обсуждение, отзывы о книге «Grita Para Mi» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x