Craig Russell - Cuento de muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Craig Russell - Cuento de muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuento de muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuento de muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El hallazgo del cadáver de una joven con una nota entre sus dedos que dice "He estado bajo tierra y ya es hora de que vuelva a casa", enfrenta al jefe de la brigada de homicidios de Hamburgo, Jan Fabel, con los designios de una mente oscura y enferma. Cuatro días después, dos cuerpos más aparecen en medio de un bosque, con unas notras entre sus manos que dicen "Hansel" y "Gretel", escritas con la misma letra roja, pequeña y obsesiva. Es evidente que los crímenes hacen referencia a los cuentos folclóricos recopilados doscientos años atrás por los hermanos Grimm. Pero los asesinatos de este cruel asesino en serie no son ningún cuento de hadas…
Finalista del premio Golden Dagger, el más prestigioso del mundo en la categoría de novela criminal

Cuento de muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuento de muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Por ejemplo?

– Cambios de personalidad. Cambios conductales. Pudo haber perdido el sentido del olfato o, por el contrario, haber percibido repentinamente hedores punzantes que antes no estaban. Tal vez sintiera hormigueos a un lado del cuerpo, o náuseas frecuentes. O, a la inversa, otro síntoma frecuente es un vómito repentino sin náuseas previas.

Fabel reflexionó un momento sobre lo que Möller le había dicho. Recordó lo que Maria le había contado sobre su conversación con Frau Ungerer, la forma en que había descrito la alteración de la personalidad de su marido. Que su apetito sexual se había vuelto insaciable; que un marido fiel y cariñoso se había convertido en un viejo verde libidinoso y un adúltero en serie. Que le llamaban Barbazul. Cuando Fabel oyó eso último, junto con la descripción que había hecho Maria del sótano «prohibido» y el arcón que allí se ocultaba, sintió que se le formaban cristales de hielo en las venas. Otra conexión con un cuento de hadas, sólo que «Barbazul» era un relato de Perrault, francés, aunque sí tenía un equivalente alemán en un cuento de los hermanos Grimm, «El pájaro emplumado». El asesino conocía a Ungerer. O, al menos, lo conocía lo suficiente como para considerarlo un candidato perfecto que encajaba con su demente temática basada en los cuentos de los Grimm.

– ¿Esos síntomas podrían haberse manifestado en el comportamiento sexual de la víctima? -preguntó a Möller, antes de resumirle lo que conocían sobre los dramáticos cambios que había experimentado Ungerer.

– Es posible -dijo Möller-. Si hubo una alteración tan dramática como la que usted ha descrito, entonces yo diría que no es una coincidencia, sino casi seguro una consecuencia del tumor. Por lo general, creemos que el sexo es algo físico. No lo es. En el animal humano, todo está aquí arriba. -Möller se golpeó la sien con el dedo índice-. Si la estructura o la química del cerebro sufren alguna modificación, y es muy probable que este tumor modificara ambas cosas, se producen toda clase de cambios de personalidad y conductales. De modo que sí, es totalmente posible que ese tumor convirtiera a este hombre sexualmente moral, casado y orientado hacia la familia en un lobo libidinoso.

Mientras Fabel volvía al Präsidium, el sol de abril brillaba alegremente sobre Hamburgo. La ciudad se veía luminosa, renovada y dispuesta a recibir el inminente verano. Pero Fabel no veía nada de eso. De lo único que tenía conciencia era de la presencia oscura y amenazadora de un psicópata que mataba y mutilaba en busca de una especie de retorcida verdad literaria o cultural. Estaba cerca. Tan cerca que casi podía olerlo.

51

Jueves, 22 de abril. 21:30 h

Altona, Hamburgo

Mientras luchaba por ponerse el disfraz, Lina Ritter llegó a la conclusión de que estaba volviéndose demasiado vieja para eso. Es que sí: era demasiado vieja para eso. Había sido su profesión durante casi quince años y ahora, a los treinta y cuatro, había llegado el momento de decir basta. Después de todo, era una actividad para mujeres más jóvenes. Ella se veía obligada, cada vez con más frecuencia, a «especializarse»: a atender a clientes específicos con gustos más bizarros y exóticos, y el papel de dominadora se adecuaba más a su edad. Y, de todas maneras, en la mayoría de los casos no se follaba; sólo tenía que gritar órdenes a algún ejecutivo gordo durante una media hora, atizarle en el culo si tardaba demasiado en seguir las instrucciones y luego decirle que se había portado muy mal y que estaba muy enfadada mientras lo masturbaba. La paga era bastante buena, los riesgos para la salud eran inferiores y sus clientes, como uno de sus castigos, muchas veces le hacían todas las tareas del hogar. Pero esta noche sería más difícil. El tipo que la había contratado le había dado un fajo de dinero como anticipo. Luego había fijado hora para la noche, con precisas instrucciones de que ella debía ponerse el atuendo que él le había traído. Ella se dio cuenta, al ver ese disfraz puñetero y ridículo, que no sería la parte dominante esa vez y se había resignado a tener que follarse al grandullón.

Él había llegado justo a la hora indicada, y estaba esperándola en el dormitorio, mientras ella luchaba por meterse dentro del traje que él había traído. Era evidente que estaba hecho para una o dos tallas menos que Lina. Las cosas que una chica tenía que hacer para ganarse la vida. Lina se había olvidado exactamente de lo corpulento que era su cliente. Grande, pero callado. Casi tímido. No le daría ningún problema.

Lina entró en el dormitorio y empezó a dar vueltas.

– ¿Te gusta? -Se detuvo en mitad del giro cuando lo vio-. Oh… Veo que tú también tienes un disfraz especial…

El estaba de pie junto a la cama. Había apagado todas las luces excepto la pequeña lámpara de la mesita de noche que estaba detrás contra la que su silueta aparecía recortada y difuminada. Todo lo que había en la habitación parecía empequeñecido al lado de esa mole oscura. Se había puesto una pequeña careta de goma, infantil, con la forma de la cara de un lobo. Los rasgos del lobo se habían distorsionado porque él había estirado la diminuta careta sobre esa cara demasiado grande. En ese momento Lina se dio cuenta de que en realidad no tenía un disfraz ceñido a la piel, como había pensado en un principio, sino que todo su cuerpo, desde los tobillos hasta la garganta y bajando por los brazos hasta las muñecas, estaba cubierto de tatuajes. Palabras. Todo con la antigua caligrafía de antes de la guerra. El estaba allí de pie, enorme y mudo, con esa estúpida careta y el cuerpo lleno de tatuajes, con la luz detrás. Lina empezó a sentir miedo. En ese momento, él habló.

– Te he traído un regalo, Gretel -dijo, con la voz amortiguada por la careta de goma.

– ¿ Gretel? -Lina miró su disfraz, el que él le había pedido que se pusiera-. Éste no es un traje de Gretel. ¿Me he equivocado?

La cabeza detrás de la careta de lobo de goma y demasiado pequeña se movió lentamente. Él estiró la mano, en la que sostenía una caja de color azul fuerte con una cinta amarilla.

– Te he traído un regalo, Gretel -repitió.

– Oh… oh, gracias. Me encantan los regalos. -Lina practicó lo que consideraba una coqueta reverencia y cogió la caja. Intentó lo mejor que pudo ocultar el temblor de sus dedos mientras desataba la cinta-. Veamos… ¿qué tenemos aquí? -dijo, mientras levantaba la tapa de la caja y miraba en su interior. Cuando el grito de Lina atravesó el aire, él ya había cruzado la habitación y estaba encima de ella.

52

Jueves, 22 de abril. 21:30 h

POLIZEIPRÄSIDIUM, HAMBURGO

F abel estaba de pie frente al tablero de la investigación, apoyándose en la mesa que tenía delante. Miraba el tablero pero no encontraba lo que quería, lo que necesitaba ver allí. Werner era la única otra persona en el despacho y estaba sentado a una esquina de la mesa. Sus amplios hombros estaban encorvados y su rostro tenía un tono pálido, que exageraba la nitidez de los moretones de su cabeza.

– Creo que te conviene parar por hoy -dijo Fabel-. El primer día de regreso, y esas cosas.

– Me encuentro bien -dijo Werner, pero sin mucha convicción.

– Hasta mañana. -Fabel observó cómo Werner se marchaba y luego se volvió hacia el tablero. El asesino se había referido al hecho de que Jakob Grimm había obtenido conocimientos folklóricos de Dorothea Viehmann. Había dicho que él había tenido una experiencia similar. ¿Con quién? ¿Quién le había transmitido los relatos a él?

Examinó las imágenes de Weiss, Olsen y Fendrich que había colocado en el tablero. Mujeres ancianas. Madres. Weiss tenía una influyente madre italiana. Fabel no sabía nada sobre los progenitores de Olsen, pero estaba claro que Fendrich sí había mantenido una relación cercana con su madre hasta la muerte de ésta. Que se había producido poco antes de que comenzaran los asesinatos. Al parecer Weiss y Olsen ya no encajaban con las sospechas de Fabel, de modo que sólo le quedaba Fendrich. Pero apenas uno lo analizaba en detalle, no tenía el menor sentido. Fabel miró a los tres hombres. Tres hombres tan diferentes entre sí como era posible. Y parecía que ninguno de ellos era el que buscaba. En ese momento percibió la presencia de Anna Wolff a su lado.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuento de muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuento de muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Craig Russell - Lennox
Craig Russell
Craig Russell - The Deep Dark Sleep
Craig Russell
Craig Russell - The Long Glasgow Kiss
Craig Russell
Craig Russell - The Valkyrie Song
Craig Russell
Craig Russell - A fear of dark water
Craig Russell
Craig Russell - Resurrección
Craig Russell
Craig Russell - Muerte en Hamburgo
Craig Russell
Craig Russell - El Beso De Glasgow
Craig Russell
Craig Russell - The Carnival Master
Craig Russell
Daniel Carazo Sebastián - Muerte en coslada
Daniel Carazo Sebastián
Отзывы о книге «Cuento de muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuento de muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x