• Пожаловаться

Camilla Läckberg: Las huellas imborrables

Здесь есть возможность читать онлайн «Camilla Läckberg: Las huellas imborrables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Camilla Läckberg Las huellas imborrables

Las huellas imborrables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las huellas imborrables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Las huellas imborrables Camilla Läckberg entreteje con maestría una historia contemporánea con la vida de una joven en la Suecia de 1940. El verano llega a su fin y la escritora Erica Falck vuelve al trabajo tras la baja de maternidad. Ahora le toca a su compañero, el comisario Patrik Hedström, tomarse un tiempo libre para ocuparse de la pequeña Maja. Pero el crimen no descansa nunca, ni siquiera en la tranquila ciudad de Fjällbacka, y cuando dos adolescentes descubren el cadáver de Erik Frankel, Patrik compaginará el cuidado de su hija con su interés por el asesinato de este historiador especializado en la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, Erika hace un sorprendente hallazgo: los diarios de su madre Elsy, con quien tuvo una relación difícil, junto con una antigua medalla nazi. Pero lo más inquietante es que, poco antes de la muerte del historiador, Erika había ido a su casa para obtener más información sobre la medalla. ¿Es posible que su visita desencadenara los acontecimientos que condujeron a su muerte?

Camilla Läckberg: другие книги автора


Кто написал Las huellas imborrables? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Las huellas imborrables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las huellas imborrables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una vez en la primera planta, entró en el despacho y cerró la puerta embargada de sentimientos encontrados. Se había pasado un año entero en casa con Maja. Y buena parte de su conciencia había añorado aquel día, el día en que pudiera pasarle el testigo a Patrik. Y dedicarse de nuevo a las tareas propias de un adulto. Estaba tan harta de parques y columpios, de cajones de arena y de programas infantiles… Tenía que admitirlo: conseguir el molde de arena perfecto no bastaba como estímulo intelectual y, por mucho que quisiera a su hija, terminaría tirándose de los pelos si se veía obligada a cantar Imse vimse spindel [1] una vez más. Había llegado el momento de que Patrik se encargara de ese negociado.

Erica se sentó con gesto solemne delante del ordenador, pulsó el botón de encendido y oyó con satisfacción el ronroneo que tan bien conocía. La fecha de entrega de su nuevo libro sobre casos reales de asesinato era febrero, pero había tenido tiempo de investigar un poco durante el verano, de modo que se sentía en forma para empezar. Inició Word, abrió el documento que había titulado Elias, que era el nombre de la primera víctima del asesino, y colocó los dedos correctamente sobre el teclado. Unos tímidos golpecitos en la puerta vinieron a interrumpirla.

– Verás, perdona que te moleste -dijo Patrik con expresión de disculpa-, pero ¿dónde has puesto el mono de Maja?

– Está en la secadora.

Patrik asintió y cerró la puerta.

Una vez más, Erica colocó los dedos sobre el teclado y respiró hondo. Otra vez los golpecitos.

– Perdona otra vez, te dejaré en paz enseguida, pero tenía que preguntarte, ¿qué ropa crees que tengo que ponerle a Maja hoy? Hace bastante frío, pero, por otro lado, suele sudar mucho cuando juega, y claro, así es fácil resfriarse… -se excusó Patrik con una sonrisa bobalicona.

– Ponle una camiseta y unos pantalones finos debajo del mono. Y yo suelo ponerle el gorro de algodón, de lo contrario, pasa mucho calor.

– Gracias -dijo Patrik antes de cerrar la puerta de nuevo. Erica estaba a punto de empezar a escribir el primer renglón cuando oyó un berrido procedente de la planta baja. Los gritos iban in crescendo y, dos minutos después, empujó la silla con un suspiro y bajó la escalera.

– Espera, ya te ayudo. Últimamente está muy rebelde para dejarse vestir.

– Y que lo digas, ya me he dado cuenta -respondió Patrik, con la frente empapada de sudor; se había puesto la ropa de abrigo antes de emprender la lucha con una iracunda y forzuda Maja.

Cinco minutos después su hija estaba muy enojada, sin duda, pero al menos totalmente lista para salir, y Erica les dio un beso en la boca a cada uno antes de animarlos enérgicamente a salir por la puerta.

– Anda, dad ahora un buen paseo para que mamá pueda trabajar tranquilamente -le dijo a Patrik, que la miró molesto.

– Ya, bueno, perdona que… en fin, perdona, pero me llevará un par de días conocer todos los trucos, luego tendrás la tranquilidad que necesitas, te lo prometo.

– No te preocupes -contestó Erica, cerrando la puerta con decisión. Después de servirse una buena taza de café, subió de nuevo al despacho. Por fin podría empezar.

– ¡Calla! ¡No hagas tanto ruido, joder!

– Bah, qué coño, según mi madre, los dos parecen estar de viaje. Llevan todo el verano sin recoger el correo, se ve que se les olvidó preverlo, pero ella se ha encargado de limpiar el buzón, desde junio. Así que tranquilo, podemos hacer todo el ruido que queramos. -Mattias se echó a reír, pero Adam seguía mostrándose escéptico. Aquella vieja casa tenía algo de espeluznante. Al igual que los viejos tenían algo de espeluznante. Mattias podía decir lo que quisiera, él pensaba andarse con todo el cuidado del mundo.

– ¿Y cómo vamos a entrar? -Odiaba que se le notase el miedo en la voz por su tono quejumbroso, pero no podía evitarlo. A menudo deseaba parecerse un poco más a Mattias: valiente, osado, a veces rayano en lo temerario. Y, claro, también era él quien se llevaba a todas las chicas.

– Ya encontraremos el modo. Al final siempre se puede entrar en todos los sitios.

– Ya, claro, y lo puedes afirmar gracias a tu dilatada experiencia en robos, ¿no? -preguntó Adam entre risas, aunque procurando no subir la voz.

– Oye, que yo he hecho montones de cosas de las que tú no tienes ni idea -le contestó Mattias altanero.

«Sí, estupendo…», pensó Adam, aunque no se atrevió a contradecirlo. Mattias tenía en ocasiones una necesidad imperiosa de aparentar ser más gallito de lo que era, y sólo era cuestión de dejarlo. Adam lo conocía lo bastante como para no enzarzarse en una discusión con él.

– ¿Qué crees que tiene ahí dentro? -preguntó Mattias con un destello en los ojos mientras rodeaban la casa de puntillas, en busca de una ventana o una puerta, algo que les permitiese salvar su impenetrabilidad.

– No lo sé. -Adam miraba angustiado a su alrededor. Cuantos más minutos pasaban, menos le gustaba aquello.

– Quizá un montón de cosas chulas de los nazis. Imagínate si tiene uniformes y cosas así. -No cabía malinterpretar el entusiasmo en la voz de Mattias. Desde que hicieron aquel trabajo escolar sobre las SS, andaba como obsesionado. Leía cuanto caía en sus manos sobre la Segunda Guerra Mundial y el nazismo, y el vecino del final de la calle, del que todo el mundo sabía que era experto en temas de Alemania y los nazis, se había convertido para él en una tentación irresistible.

– Puede que en casa no tenga nada de eso -apuntó Adam en un intento por argumentar en contra, aunque sabía de antemano que estaba condenado al fracaso-. Mi padre me dijo que fue profesor de historia hasta que se jubiló, y seguro que sólo tiene un montón de libros y eso. No tiene por qué haber ni rastro de cosas chulas.

– Pronto lo veremos. -Los ojos de Mattias brillaron cuando señaló victorioso una ventana que había en una de las fachadas laterales-, ¡Mira, ahí hay una ventana entreabierta!

Adam constató con espanto que Mattias tenía razón. Él había deseado en secreto que la casa resultase inaccesible.

– Necesitamos algo con que abrirla un poco más. -Mattias buscaba a su alrededor. El listón roto de una ventana, que ahora veían en el suelo, les dio la solución.

– Vale, y ahora vamos a ver. -Con precisión quirúrgica, se estiró hasta alcanzar la ventana e introdujo un extremo del listón por una de las esquinas. Y tiró hacia fuera. Pero la ventana no se movió. Estaba fija-. ¡Joder! Tiene que funcionar. -Con la lengua asomando por la comisura de los labios, volvió a intentarlo. Sujetar el listón por encima de su cabeza y tratar de hacer palanca le suponía un gran esfuerzo, y el muchacho jadeaba con ritmo irregular. Finalmente, logró introducir el listón algún centímetro más.

– ¡Verán que hemos forzado la ventana para entrar! -protestó Adam con voz endeble, pero Mattias no pareció oírlo.

– ¡Ahora sí que voy a abrir la puta ventana! -Con las sienes empapadas de sudor, volvió a empujar hasta que la ventana se abrió.

– ¡Yes! -Mattias cerró el puño con gesto triunfal y se volvió a Adam entusiasmado.

– Ayúdame a subir.

– Pero… puede que haya algo a lo que subirse, una escalera o…

– Venga, joder, súbeme y luego yo tiro de ti.

Adam se colocó obediente contra la pared y cruzó las manos para aupar a Mattias. El zapato de su amigo se le clavó en la palma de la mano y le dibujó en la cara una expresión de dolor, pero se aguantó y empujó hacia arriba al tiempo que Mattias tomaba impulso.

Mattias logró agarrarse al alféizar de la ventana y subir apoyándose en el marco, primero con un pie y luego con el otro. Arrugó la nariz. Joder, qué olor. Allí apestaba de verdad. Apartó el estor y entrecerró los ojos en un intento por divisar algo. Le dio la impresión de haber ido a dar con la biblioteca, pero todos los estores estaban bajados, de modo que la sala aparecía envuelta en tinieblas.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las huellas imborrables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las huellas imborrables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Camilla Läckberg: La Princesa De Hielo
La Princesa De Hielo
Camilla Läckberg
Camilla Läckberg: Los Gritos Del Pasado
Los Gritos Del Pasado
Camilla Läckberg
Camilla Läckberg: La sombra de la sirena
La sombra de la sirena
Camilla Läckberg
Camilla Läckberg: Las Hijas del Frío
Las Hijas del Frío
Camilla Läckberg
Camilla Lackberg: Crimen En Directo
Crimen En Directo
Camilla Lackberg
Camilla Läckberg: The Drowning
The Drowning
Camilla Läckberg
Отзывы о книге «Las huellas imborrables»

Обсуждение, отзывы о книге «Las huellas imborrables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.