Andrea Camilleri - El Primer Caso De Montalbano

Здесь есть возможность читать онлайн «Andrea Camilleri - El Primer Caso De Montalbano» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Primer Caso De Montalbano: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Primer Caso De Montalbano»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Reflejo de tres épocas muy diferentes en la vida del comisario Salvo Montalbano, los relatos que componen esta nueva entrega del famoso personaje creado por Andrea Camilleri -uno de los autores más leídos de Italia en los últimos años- ofrecen una cara desconocida de Montalbano que deleitará a los iniciados y sorprenderá a aquellos lectores que se acerquen por primera vez al irresistible universo del seductor sabueso siciliano. Si el primer relato nos presenta un caso insólito en el que la interpretación de la Cábala resulta decisiva para esclarecer la muerte violenta de una serie de animales de todo tipo y tamaño, el tercero, un extraño secuestro exprés que no termina de convencer a Montalbano, nos plantea la nueva realidad de la mafia, moderna y actualizada, que se enfrenta a unos policías obligados a salir a fumar a la calle para cumplir con la ley antitabaco. Y entre ambos, el relato que da título al libro, un viaje al pasado para conocer al joven subcomisario Montalbano mientras espera con ansiedad un próximo ascenso. Harto de un paisaje de montaña acartonado, Salvo sueña con una casita a la orilla del mar, con el olor del salitre al amanecer y el rumor de las olas que rompen… Cuando su sueño se hace realidad, el flamante comisario se lanza a la carretera, loco de alegría, deseoso de llegar a Vigàta y conocer a sus nuevos compañeros. Y como presagio de lo que será su dilatada carrera, ya desde el primer caso se le plantea el dilema entre seguir sus corazonadas o atenerse estrictamente a las normas que marca la ley.

El Primer Caso De Montalbano — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Primer Caso De Montalbano», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Lo ha comprendido todo?

– Sí.

– Usted tuvo razón desde el principio. Pero yo me resistía a pensar que se pudiera llegar a tanta bajeza, a tanta… iniquidad.

Iniquidad. Una palabra muy poco utilizada actualmente, pero rigurosa, perfecta.

– ¿Usted cree que conseguirá hacer que lo pague? -añadió el anciano-. Se lo pregunto no por mí sino por aquellas dos horas tan terribles en que hizo sufrir a una niña inocente.

– Sí; podré conseguirlo si usted me ayuda. Pero eso significa que usted y su mujer tendrán que afrontar momentos peores, ¿comprende? La detención de su… de Gerlando, el juicio…

– Para nosotros ya no puede haber peor momento que el que pasamos cuando lo supimos. ¿Qué he de hacer?

– Darme la pelota que ha pintado para su nieta.

El anciano pareció sorprenderse, pero no hizo preguntas.

– Puedo prestársela. Porque quiero enviársela a Laura a Roma.

Se levantó para recogerla. Montalbano también se levantó y por segunda vez en el transcurso de aquella investigación deseó dar un abrazo.

– Señor Mongiardino, ¿me permite que lo abrace?

* * *

Dutturi, ¡si a usía ya no le gusta cómo preparamos aquí la comida, es muy libre de cambiar de trattoria ! -dijo Enzo, ofendido.

Montalbano había dejado en el plato una pasta a la tinta de jibia a la que sólo le faltaba hablar.

– Perdona, estoy nervioso.

Lo estaba hasta el extremo de notarse la boca del estómago tan cerrada que ni siquiera habría podido entrar un alfiler. ¿Y si el salto de la zanja, es decir, la trampa, el ardid, no funcionaba a la perfección? ¿Y si el que tenía que aceptar como verdadera la que sólo era una cuidadosa verosimilitud se percataba, por el contrario, del engaño a través de algún detalle omitido o infravalorado y se echaba atrás en el último minuto?

Dutturi, ¿el segundo no se lo come? Mire que para usía he apartado unas lubinas que…

– No, Enzo, no puedo.

Estaba a punto de levantarse y abandonar la trattoria, porque su nerviosismo había alcanzado tal nivel que hasta los maravillosos efluvios que se escapaban de la cocina estaban empezando a producirle mareos, cuando vio entrar a Fazio. Se puso en pie de un salto.

– ¿Y bien?

Pero, antes que las palabras, lo tranquilizó la sonrisa de Fazio.

– Ya está todo, dottore. Venía a avisarlo de que…

– ¿Has comido?

– Un bocadillo. Pero no se preocupe.

La trattoria estaba abarrotada de clientes y casi todos estaban mirándolos, presas de la curiosidad.

– Vamos a hablar fuera.

Salieron. El nerviosismo de Montalbano se había calmado un poco, pero sólo un poco. Lo más difícil aún estaba por llegar.

– ¿Cómo ha ido?

Dottore, hemos tenido que seguirlo muy de cerca y esperar a que circulara por una calle poco transitada, hacia el campo de fútbol. Tenía la lucecita posterior derecha rota y no ha sido necesario que nos inventáramos nada. Y tampoco ha hecho falta prolongar la situación para cabrearlo, se ha cabreado enseguida él solito.

– ¿Por qué?

– Ha reconocido a Alfano. Le ha preguntado: «Pero ¿tú no eras el que quería hacer la mudanza? ¡O sea que me estabais siguiendo, polis de mierda!» Y en un abrir y cerrar de ojos ha intentado propinarle un puñetazo. Sólo que Alfano ha sido más rápido y de una hostia le ha escoñado la nariz. ¡Virgen santa, la de sangre que le salía! Se lo ha manchado todo, la camisa, los pantalones… Lo hemos esposado y yo lo he llevado a la comisaría… Después he regresado a donde estaba la camioneta y he llamado al almacén. Me ha contestado el propio Infantino. Me he limitado a decir: «Policía. Venga a recoger la camioneta de Arena en via Moro. Quedan todavía muchas cosas suyas.» Y he colgado.

– ¿Y se ha presentado Infantino?

– No, señor dottore. A lo mejor no se ha fiado de la llamada, a lo mejor ha pensado que no era la policía la que lo llamaba. Al cabo de media hora ha aparecido un coche con dos individuos a bordo. Cuando le estaba entregando las llaves de la camioneta, uno de ellos va y me pregunta: «Pero Arena ¿dónde está?» Y yo me he limitado a decirle: «Lo hemos detenido.» Y nada más.

– Muy bien. Ahora, en cuanto lleguemos a la comisaría, tú llama a aquel amigo que tienes en la Vigamare y pregunta si Gerlando Mongiardino está allí. Si está, cuando yo te lo diga, en compañía de Alfano y con el coche de servicio, como siempre, vas a la Vigamare y me lo traes al despacho.

– ¿Debo detenerlo?

– No. Pero tienes que armar un escándalo, un follón descomunal. Trátalo mal. Y si te jura que en ese momento no puede ir contigo y que pasará más tarde por aquí, le contestas que el comisario quiere verlo de inmediato y que, por consiguiente, se deje de historias y suba al coche.

– ¿Y después?

– Después viene la parte más delicada. Todo ha de ocurrir en el momento apropiado, al segundo, en perfecto sincronismo.

– Pero ¿a qué se refiere, dottore ?

– Ahora mismo te lo explico.

* * *

Acompañado por Fazio, Gerlando Mongiardino se presentó en el despacho algo después de las cuatro de la tarde. Sumamente elegante, atildado, envuelto en una nube de agua de colonia, hasta parecía que lo precediera un incensario invisible que derramaba perfume a su alrededor. Pero estaba fuera de sí.

– ¡Comisario! ¡No lo entiendo! -dijo enfurecido.

– ¿Qué?

– Si usted necesitaba verme, ¡habría bastado una llamada y yo habría venido! ¡En cambio, ha mandado a sus hombres para que me traten como si fuera un delincuente! ¡Y por si fuese poco, delante de mis empleados!

Montalbano miró a Fazio con expresión de asombro.

– Pero ¿es que te has vuelto loco? ¿Quién te ha mandado tratar al señor Mongiardino como si fuera un delincuente? ¿Yo?

– No. Pero es que, además, yo a los delincuentes los trato de otra manera. -Y soltó una risotada maliciosa. Parecía el auténtico policía malo de las películas americanas, ese que suelta guantazos y puntapiés en los cojones.

Montalbano hizo un gesto de resignación y miró a Gerlando como diciendo: «¿Ve usted con qué gente tan mala me toca trabajar?»

– Le ruego acepte mis disculpas, señor Mongiardino. -Y después, dirigiéndose a Fazio-: Tú, Fazio, vete de aquí. Y cierra la puerta.

Él se retiró no sin antes dirigir una última y siniestra mirada a Mongiardino.

– Siéntese.

– Comisario -dijo el hombre, echando un vistazo al Rolex-, no dispongo de tiempo. No es una excusa, puede creerme. Tengo una cita dentro de media hora en Montelusa. Es una cita que no… compréndalo… no quisiera perderme por nada del mundo.

– ¿De negocios?

– No. De otra clase totalmente distinta.

Y esbozó una miserable sonrisita insinuante. Pero estaba muy nervioso, se había sentado en el mismo borde de la silla y no paraba de mover los pies por el suelo. Probablemente, y Montalbano así lo esperaba, lo habían informado de la inexplicable detención de Arena. Y no sabía de dónde le lloverían los golpes.

– ¿Una mujer? -preguntó en tono de complicidad.

– ¡Bueno! -contestó Gerlando-. Una pequeña distracción de vez en cuando, usted es hombre y me comprende, no…

– ¿Cómo no? Lo comprendo muy bien. ¡Pero no le robaré más de cinco minutos, se lo aseguro!

El otro se acomodó mejor en la silla, pero lo hizo a regañadientes.

– ¿Por qué quería verme?

– Porque hay algunas novedades acerca del presunto secuestro de su sobrina.

– ¿Todavía estamos con la misma historia? ¡Pero si ya le dije que yo no creo que fuera un secuestro!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Primer Caso De Montalbano»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Primer Caso De Montalbano» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Andrea Camilleri - The Age Of Doubt
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Zapach Nocy
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Złodziej Kanapek
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - El Miedo De Montalbano
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - La Excursión A Tindari
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - La Forma Del Agua
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Il cane di terracotta
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Il medaglione
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - The Track of Sand
Andrea Camilleri
Andrea Camilleri - Der unschickliche Antrag
Andrea Camilleri
Отзывы о книге «El Primer Caso De Montalbano»

Обсуждение, отзывы о книге «El Primer Caso De Montalbano» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x