Leonardo Padura - Pasado Perfecto

Здесь есть возможность читать онлайн «Leonardo Padura - Pasado Perfecto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Pasado Perfecto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Pasado Perfecto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El primer fin de semana de 1989 una insistente llamada de teléfono arranca de su resaca al teniente Mario Conde, un policía escéptico y desengañado. El Viejo, su jefe en la Central, le llama para encargarle un misterioso y urgente caso: Rafael Morín, jefe de la Empresa de Importaciones y Exportaciones del Ministerio de Industrias, falta de su domicilio desde el día de Año Nuevo. Quiere el azar que el desaparecido sea un ex compañero de estudios de Conde, un tipo que ya entonces, aun acatando las normas establecidas, se destacaba por su brillantez y autodisciplina. Por si fuera poco, este caso enfrenta al teniente con el recuerdo de su antiguo amor por la joven Tamara, ahora casada con Morín. «El Conde» irá descubriendo ciertas sombras inquietantes en el aparente pasado perfecto sobre el que Rafael Morín ha ido labrando su brillante carrera de burócrata.

Pasado Perfecto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Pasado Perfecto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Él no le ve los ojos ocultos tras el mechón impenitente, pero sabe que ha dejado de llorar. La ve terminar el trago de whisky y entonces la imita. Ella se levanta, por Dios, dice, regresa a la cocina, y siente en la palma de la mano el calor que le robó a Tamara. Ahora sabe que es capaz de acostarse con aquella mujer que le ha venido atormentando el juicio durante diecisiete años y deja su vaso sobre la mesa de cristal, olvida el cigarro que humea en el Murano y abandona su pistola sobre el cojín del sofá. Se siente armado y va hacia la cocina tras ella. Está de espaldas, llena otra vez su vaso de whisky y él la toma por la cintura y la obliga a permanecer contra la meseta. Empieza a acariciar las caderas de rumbera frustrada, el vientre que ya conoce, y sube hasta los senos más discutidos del Pre de La Víbora, y ella se deja acariciar hasta que no puede más y se vuelve y le regala los labios, la lengua, los dientes y la saliva con sabor a wkisky escocés gran reserva, y él tira del zipper del jersey, ya no usa ajustadores como antes, y baja la cabeza para morder aquellos pezones oscuros hasta hacerla saltar de dolor, y hala hacia abajo el pantalón de ella, se vuelve torpe tratando de sacar el blúmer y se arrodilla como un pecador arrepentido para respirar primero toda la feminidad de Tamara, besarla después y empezar a comérsela con un hambre muy vieja y nunca satisfecha.

Y con una fuerza olvidada la levanta y la lleva hasta la mesa, la sienta y la siente como nunca había sentido a otra mujer. Duplican el amor en el sofá de la sala. Lo triplican y se rinden en la cama del cuarto.

***

Levanta la tapa de la cafetera y ve el primer café, negrísimo, que brota de las entrañas ardientes del aparato. La claridad empieza a vencer a los árboles para filtrarse hasta los ventanales de la cocina y él prepara una jarra con cuatro cucharadas de azúcar. La mañana promete ser soleada y presiente que ya no hará tanto frío. Bate el primer café en la jarra hasta fundir el azúcar y lo devuelve a la cafetera, donde levanta una espuma amarilla y compacta. Entonces se sirve su medio vaso para pensar. Ella duerme arriba, faltan diez minutos para las siete y que ella se levante, calcula mientras enciende el primer cigarro. Es un rito repetitivo sin el cual no podría empezar a vivir cada día y piensa en Rufino y en qué sucedería si se enamoraba de Tamara. No lo puede imaginar, se dice, y hasta mueve la cabeza para negarlo, todavía no lo creo, se dice y ve sus ropas y las de Tamara sobre la silla donde las ha colocado antes de hacer el café. Su vanidad de hombre satisfecho y de actuación sexual memorable apenas lo deja pensar, sabe que ha vencido a Rafael Morín y lamenta no haber compartido ya con el Flaco esta segunda parte de la historia, con sus alardes de exitosa conquista y colonización, sabe que no debe, pero de tres-tres, se lo tengo que decir.

– Buenos días, teniente -dice ella, y él casi salta de su silla y sabe en ese preciso momento que sí, que si no huye se va a enamorar.

Le gusta oír una voz de mujer al empezar el día, y porque descubre que Tamara es más hermosa así, con su bata de casa apenas abotonada, los labios sin pintura y un lado de la cara marcado por un doblez de la almohada, con todos los mechones infatigables, impertinentes, infalibles e imbatibles de su pelo cubriéndole la frente y los ojos, enrojecidos por la falta de sueño, pero la ve tan dueña de aquella actitud de mujer bien servida y mejor despachada, de esas que pueden cantar incluso mientras friegan un caldero tiznado, y que ahora se le acerca y lo besa en la boca y le pregunta después, sólo después, por su café, lo acaban de convencer: o huye o se pierde.

– Lástima que haya que trabajar en este mundo, ¿no? -dice ella y esconde su sonrisa en la taza.

– ¿Qué pasaría si por esa puerta entra ahora tu marido? -le pregunta el Conde y se dispone a escuchar otra confesión.

– Le brindaría de este café y no le quedaría más remedio que decir que está buenísimo, ¿verdad?

Viajó en el ómnibus repleto sin perder la sonrisa; después caminó seis cuadras y siguió sonriendo; entró en la Central y todos veían que sonreía, y todavía reía cuando subió la escalera y cuando entró en su oficina, donde lo esperaba el sargento Manuel Palacios con los pies sobre el buró y un periódico en las manos.

– ¿Qué te pasa a ti? -le preguntó Manolo y también rió, presintiendo una buena noticia.

– Nada, que hoy es día de Reyes y espero mi regalito… ¿Qué hay de nuevo, socio?

– Ah, yo creí que tú traías algo. Así como nuevo, nada… ¿Qué hacemos con Maciques?

– Empezar otra vez. Hasta que se canse. El es el único que se puede cansar. ¿Viste a Patricia?

– No, pero dejó con la guardia el recado de que iba directo para la Empresa. Ayer terminó a las ocho de la noche y creo que hoy amaneció allá.

– ¿Y ya viste los reportes?

– No, todavía, es que llegué y me puse a leer esto sobre el SIDA que salió en el periódico. Es del carajo, compadre, ya ni templar se puede en este mundo.

El Conde sonrió, podía seguir sonriendo y le dijo:

– Anjá, estúdiate bien eso. Yo voy a ver los reportes para meterle mano a Maciques.

– Gracias, jefecito. Ojalá siempre amanezca contento -dijo el sargento y devolvió los pies al buró.

Prefirió bajar las escaleras y, mientras lo hacía, pensó que estaba en forma y que era capaz de escribir. Escribiría un relato muy escuálido sobre un triángulo amoroso, en el que los personajes vivirían, con los papeles cambiados, una historia que ya habían vivido en otra ocasión. Sería una historia de amor y de nostalgias, sin violencias ni odios, con personajes comunes e historias comunes como las vidas de las personas que conocía, porque uno debe escribir sobre lo que conoce, se dijo, y recordó a Hemingway que escribía de cosas que conocía, y también a Miki, que escribía de cosas que le convenían.

En el vestíbulo dobló hacia el Departamento de Información de donde salía en ese momento el capitán Jorrín, parecía agotado y confundido, convaleciente de alguna enfermedad.

– Buenos días, maestro. ¿Qué le pasa? -le estrechó la mano.

– Ya tenemos a uno, Conde.

– Ah, qué bien.

– No tan bien. Lo interrogamos anoche y dice que fue él solo. Quisiera que tú lo vieras, es empecinado y fuerte, el muy cabrón, y reacciona como si nada le importara mucho. ¿Y tú sabes qué edad tiene? Dieciséis años, Conde, dieciséis. Yo que llevo treinta de policía todavía me asombro de estas cosas. Es que no tengo remedio… Mira, confiesa que sí, que le cayó a golpes al muchacho para quitarle la bicicleta y lo dice como si estuviera hablando de pelota, y con esa misma tranquilidad dice que fue él solo.

– Pero eso no es un niño, capitán. ¿Y cómo lo cogieron?

Jorrín sonrió, movió la cabeza y se pasó una mano por la cara, como tratando de planchar las arrugas que le cuarteaban el rostro.

– Por el retrato del testigo y porque estaba montando la bicicleta del que mataron, muy feliz y despreocupado. ¿Tú sabes que hay gentes que hacen cosas así sólo para reafirmar su personalidad?

– Eso he leído.

– Pero olvídate de los libros. Si quieres comprobarlo ve a ver a éste. Es un caso… No sé, Conde, pero de verdad creo que debo dejar esto. Cada vez me hace más daño y…

Jorrín apenas levantó la mano en señal de despedida y caminó hacia los elevadores. El Conde lo vio alejarse y pensó que quizás el viejo lobo tenía razón. Treinta años son muchos años para esta profesión, se dijo, y empujó la puerta del Departamento de Información. Repartió saludos y sonrisas a las muchachas y se acomodó frente a la mesa de la sargento Dalia Acosta: era la oficial de guardia del departamento y siempre valía la pena preguntarse cómo era posible reunir tanto pelo en una sola cabeza de mujer.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Pasado Perfecto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Pasado Perfecto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Pasado Perfecto»

Обсуждение, отзывы о книге «Pasado Perfecto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x