Las permanentes que habían sido quemadas en la piel de su espalda.
Ella logro conseguir llevar la suave tela de algodón alrededor de ella, pero todos los movimientos y el tironeo hizo a su hombre gritar y su estomago revolverse cuando el dolor le causo una ola de fuertes náuseas.
Jadeando ahora, inundada en un sudor frío, ella misma se dejó caer hacia abajo en la cerrada tapa del inodoro e intento actuar como si ella no estuviera a punto de derramar su estómago por todas partes sobre los diminutos azulejos negros y blancos que se encontraban bajo sus pies.
"Por crissake [4] ". Nikolai, con su torso desnudo, por el prestado calentamiento que estaba ejecutado en el punto bajo de sus caderas estrechas, le echó una mirada a ella y se dejó caer en cuclillas delante de ella. "Tu estás muy lejos de estar bien aquí." Ella se sobresalto cuando él trato de alcanzar el flojo cuello abierto de la camisa. "No lo haga".
"Solamente voy a revisar tu herida. Algo no está bien. Ella debería estar curada a esta hora." Él aparto hacia fuera la tela de su hombro y frunció el ceño. "Mierda. Esto no se ve bien en absoluto. ¿Cómo se ve el punto de salida?"
Él se levanto y se inclinó sobre ella, con sus dedos cuidadosos mientras él deslizaba más de la camisa de su camino. A pesar de que estaba ardiendo, ella podía sentir el calor de su cuerpo, mientras el estaba tan cerca de ella en este pequeño espacio. "¡Ah, mierda… de este lado esta peor que del frente. Voy a sacarte de esta camisa para que pueda ver exactamente con lo que estamos tratando".
Renata se congeló, su sistema completo se agarroto. "No, yo no puedo."
"Claro que tu puedes. Yo te ayudaré". Cuando ella no se movió, quedándose sentada allí sujetando la parte delantera de la grande camiseta en un puño apretado, Nikolai sonrió abiertamente. "Si tu piensas que tienes que ser reservada conmigo, no lo hagas. Infiernos, tu ya me has visto desnudo por lo tanto es justo, ¿cierto?" Ella no se rio. Ella no podría. Era difícil mantener su fija mirada, difícil de creer la preocupación que estaba comenzando a oscurecer sus invernales ojos azules, mientras él esperaba por su respuesta. Ella no quería ver repulsión allí, ni, mucho menos, compasión. "¿Tu albedrio justamente… acaba de marcharse ahora? ¿Por favor? Permíteme encargarme de cuidar de esto yo mismo."
"La herida está infectada. Tu estás con fiebre debido a ella."
"Lo sé".
La cara de Nikolai se volvió sobria con una emoción que ella no podía distinguir. "¿Cuándo fue la última vez que tu te alimentaste?"
Ella se encogió de hombros. "Jack me trajo un poco de comida anoche, pero yo no tenía hambre."
"No comida, Renata. Estoy hablando de sangre. ¿Cuándo fue la última vez que tú te alimentaste de Yakut?"
“¿Tu te refieres a beber su sangre?" Ella no pudo ocultar su repulsión. "Nunca. ¿Por qué tu estas preguntándome eso? ¿Por qué piensas eso?”
"Él bebió de ti. Lo vi alimentándose de tu vena en su habitación en el recinto. Supongo que supuse que era un acuerdo mutuo".
Renata odiaba pensar en eso, y mucho menos recordar que Nikolai había sido testigo de su degradación. "Sergio me utilizaba por sangre cada vez que él sentía la necesidad. O cada vez que él deseaba hacer una demostración."
"Pero él nunca te dio su sangre a cambio?"
Renata negó con la cabeza.
"No me extraña que tu no estés sanando rápidamente", murmuró Nikolai. Él le dio una ligera sacudida a su cabeza. "Cuando lo vi beber de ti… pensé que tu estabas emparejada con él. Supuse que ustedes estaban unidos con el lazo de sangre entre sí. Pensé que tal vez tu sentías cariño por él".
"Tu pensaste que yo lo amaba,” dijo Renata, dándose cuenta hacia donde se dirigía. "No era eso. Ni siquiera se acercaba."
Ella exhaló un aliento agudo que resonó en su garganta. Nikolai no la estaba presionando para buscar respuestas, y tal vez precisamente debido a ello, ella quería que él entendiera que lo que ella sentia por el vampiro al que había servido era cualquier cosa menos afecto. "Hace dos años, Sergei Yakut me recogió en las afueras de una calle del centro de la ciudad y me llevaron a su refugio junto con varios otros niños que él había levantado esa noche. Nosotros no sabíamos quién era, o hacia donde íbamos, o por qué. No sabíamos nada, porque él nos había puesto a todos nosotros en una especie de trance que no levanto hasta que nos encontramos nosotros mismos encerrados juntos dentro de una gran jaula oscura".
"El interior del granero de su propiedad", dijo Nicolás, con su rostro sombrío. "Jesús Cristo. ¿Él te trajo para su juego en vivo de su club de sangre?"
"Yo no creo que cualquiera de nosotros nos diéramos cuenta de que los monstruos realmente existían hasta que Yakut, Lex, y algunos otros vinieron de afuera para abrir la jaula. Ellos nos mostraron el bosque, nos dijeron que corriéramos." Ella tragó la circulante amargura que se levanto en su garganta. "La matanza comenzó tan pronto cuando el primero de nosotros rompió hacia el bosque."
En su mente, Renata volvió a revivir el horror con absoluto detalle. Ella todavía podía oír los gritos de las víctimas cuando ellos huían, y los aullidos terribles de los depredadores que los cazaban con tal salvaje frenesí. Ella todavía podía oler el esencia fuerte veraniega de pino y amargo musgo, los aromas de la naturaleza fueron sofocados muy pronto por el de la sangre y la muerte. Ella aún podía ver la inmensa oscuridad que rodeaba el terreno desconocido, con escondidas ramas que le golpeaban las mejillas y que rasgaba su ropa mientras ella trataba de navegar su huida.
"Ninguno de ustedes tenia una posibilidad", murmuró Nikolai. "Ellos les dijeron a ustedes que corrieran solamente para jugar con ustedes. Para darse a si mismo la ilusión de que los clubes de sangre tienen algo que ver con el deporte".
"Yo sé eso ahora". Renata todavía podía saborear la inutilidad de toda aquella partida. El terror había adquirido aspecto en esa funesta noche en forma de ojos de color ámbar brillantes y expuestos, ensangrentados colmillos como nada que ella hubiese alguna vez sonado en sus peores pesadillas. "Uno de ellos me alcanzó a mí. Èl salió de la nada y comenzó a rodearme, preparándose para el ataque. Yo nunca había tenido más miedo. Estaba asustada y enojada y algo dentro de mí solamente… se rompió. Sentí un poder correr a través de mí, algo más fuerte que la adrenalina inundaba mi cuerpo."
Nikolai asintió con la cabeza. "Tu no sabias acerca de la habilidad que poseías".
"Yo no sabía acerca de un montón de cosas hasta esa noche. Todas las cosas habían girado de arriba hacia abajo. Yo sólo quería sobrevivir – la única cosa que yo sabía hacer. Así que cuando yo sentí que la energía fluía a través de mí, algún instinto visceral me indico que lo girara y dejara libre sobre mi atacante. Lo empuje hacia afuera con mi mente y el vampiro se tambaleo hacia atrás como si lo hubiera golpeado físicamente. Le lance más de él, y aún más, hasta que él estuvo abajo en el suelo gritando y sus ojos estuvieron sangrando y toda su cuerpo estaba convulsionándose de dolor." Renata se detuvo, preguntándose si el guerrero de la Raza la contemplaba en silencio juzgándola por su total falta de remordimiento por lo que ella había hecho. Ella no estaba dispuesta a pedir disculpas o dar excusas. "Yo quería que él sufriera, Nikolai. Quería matarlo, y lo hice".
"¿Qué otra opción tenías tú?", dijo él, extendiendo la mano y con mucha ternura deslizo las puntas de sus dedos a lo largo de la línea de su mejilla. "¿Y qué hay de Yakut? ¿Dónde estaba él, durante todo esto?"
"No muy lejos. Yo había comenzado a correr nuevamente cuando él se cruzo en mi camino y se dirigió hacia mí. Yo traté de derribarlo también, pero él lo resistió. Envié todo lo que yo tenia hacia él, hasta el punto de agotamiento, pero no fue lo suficiente. Él era demasiado fuerte."
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