“Debes ser Jack” dijo Nikolai, cuidadoso de hablar de manera que mantuviera sus colmillos ocultos tras sus labios.
“Correcto”. Un pequeño asentimiento mientras Niko era objeto de una evaluación similar. “Y tu eres el amigo de Renata…Ella, ah, no me dijo tu nombre anoche”.
Aparentemente el brillo ambar se había ido de los iris azules de Niko, puesto que el dudaba que Jack fuera a alcanzar a estrechar su mano en ese momento si el hombre estaba mirando a un par de ojos ultramundanos que arrojaban centellas como un horno.
"Soy Nick," dijo el, acercándose lo suficiente a la verdad por ahora. El estrechó la mano brevemente al antiguo soldado. “Gracias por ayudarnos fuera”.Jack asintió. “Tienes mejor aspecto esta mañana, Nick. Me allegro de verte levantado y en movimiento. “¿Cómo está Renata?”
“Bien. Está en el baño lavándose”.
El no vio ninguna razón para plantear la infección. Sin que tuviera sentido preocupar conseguir que el buenintencionado Jack estuviera tan preocupado que el comenzara a hablar sobre médicos o viajes al hospital. Aunque basándose en lo que Nikolai había visto en la herida de Renata, si su proceso de curación no conseguía un serio empuje -y uno pronto- no habría alternativa excepto una visita al centro de urgencias más cercano.
"No quiero preguntarte como ella terminó con una bala en su hombro," dijo Jack, mirando de cerca a Nikolai. “Desde la forma en que estábais ambos anoche, y el hecho de que tuviera que despedirme de un camión robado de provisiones médicas, me atrevería a decir que sea cual sea el problema que estáis persiguiendo está relacionado con drogas. Pero se que Renata es más inteligente que eso. No creo ni por un momento que ella se mezclara en algo como drogas. Ella no quiso decirme nada, y la prometí no presionarla. Soy un hombre de palabra”.
Niko sostuvo la Mirada del anciano. “Estoy seguro que ella aprecia eso. ambos lo hacemos”.
“Sí” dijo Jack arrastrando las palabras, sus duros ojos estrechándose. “Pero tengo curiosidad sobre algo. Ella ha sido MÍA durante el último par de años…¿tuviste algo que ver con eso?”
No fue pronunciado como una acusación abierta, pero era obvio que el anciano había estado preocupado por Renata y también tenía el sentido de que su larga ausencia no había sido necesariamente buena para ella. Hombre, si el solo supiera lo que el había pasado. La herida de bala que ella tenía ahora era solo el glaseado de lo que había sido una tarta muy desagradable.
Nikolai agitó su cabeza. "Solo conozco a Renata de unos pocos días, pero puedo decirte que tienes razón en cuanto a que es ella es demasiado inteligente para caer en problemas de drogas. Ese no es ahora el tema, Jack. Pero ella está en peligro. La única razón por la que me quedo aquí es porque ella arriesgó su cuello para apartarme de un montón de problemas ayer”.
"Eso suena a Renata," dijo Jack, su expression perdida entre el orgullo y la preocupación.
“Desafortunadamente, porque ella entró a ayudarme, ahora hay una diana en nuestras espaldas”.
Jack gruñó mientras escuchaba, las enjutas cejas tejiéndose juntas. “Ella dice que como nos conocemos el uno al otro?”
“Algo de eso” dijo Niko. “Sé que confia en ti y te respeta. Asumo que has estado aquí para ayudarla una o dos veces antes de ahora”.
“Intentado, más bien. Renata nunca quiso ayuda de mí o de nadie más. No por sí misma. Pero había muchos otros niños que ella trajo a mi casa por ayuda. Ella no podía seguir viendo a un niño sufriendo. Demonios, ella no era mucho más que una niña la primera vez que vino. Siempre guardaba para sí misma la mayor parte, una verdadera solitaria. Ella no tiene familia, ya sabes”.
Nikolai agitó su cabeza. “No, no sabía eso”.
“Las hermanas de la Misericordia Benevolente la criaron los primeros doce años de su vida. Su madre la abandonó en el orfanato de la iglesia cuando Renata era solo un bebé. Ella nunca supo de sus padres. Cuando Renata cumplió 15 años, ella estaba ya sola, habiendo dejado a las monjas para vivir en las calles”.
Jack caminó sobre un archivero metálico que permanecía con algunas de las otras cosas almacenadas en el apartamento. El pescó un juego de llaves fuera del bollsillo de sus vaqueros y puso una de ellas en la cerradura. “Sí señor, Renata era una aspera cliente, incluso desde el principio. Flacucha, cautelosa, ella parecía alguien que apenas podia mantenerse de pie ante una fuerte brisa, pero esa chica tenía una médula espinal de acero. No toma la mierda de nadie”.
"No ha cambiado mucho," dijo Nikolai, mirando al anciano abriendo el cajón del fondo. “Nunca he conocido a una mujer como Renata."
Jack miró por encima de él y sonrió. "Ella es especial, correcto. Testaruda también. Unos pocos meses antes de la última vez que la vi, ella mostraba la cara llena de moretones. Aparentemente algún borracho con el que se cruzó a la salida de un bar y tuvo la idea de que quería algo de compañía durante la noche. El vio a Renata e intentó darle un paseo en su coche. Ella luchó con él, pero el logró unos pocos buenos puños antes de que ella fuera capaz de alejarse.”
Nikolai maldijo en voz baja. “Hijo de puta debería haber estado destripado o manteniendo una mano sobre una mujer indenfensa”.
“Eso era pensar demasiado” dijo Jack, mortalmente serio, el soldado protector una vez más. El se relajó agachado y retiró un caso de Madera pulida del archivero. “La enseñé unos pasos básicos de autodefensa. Ofertado para enviarla a algunas clases en mi bicicleta, pero por supuesto ella rechazó. Unas pocas semanas pasaron y ella estuvo de vuelta de nuevo, ayudando a otro niño sin lugar. La dije que si tenía algo para ella -un regalo que yo había hecho especial para ella. Juro a Dios, si hubieras visto su cara, pensarías que ella preferiría haber disparado al trafico entrante que tener que aceptar algúna amabilidad de alguien”.
Nikolai no tenía que trabajar para imaginar esa Mirada. El la había visto una vez o dos desde que el había conocido a Renata. "¿Cual fue tu regalo para ella?"
El Viejo se encogió de hombros. “No mucho, realmente. Tenía un Viejo set de cuchillos que recogí en Nam. Les llevé a un socio artista que sabía trabajaba con metales y le tenía customizar el picaporte. El agarró cada una de las cuatro asas con parte de la fuerza que vi en Renata. La dije que eran las cualidades que la hacían única y calarían cualquier situación”.
"Fe, espanto, valentía y sacrificio," dijo Nikolai, recordando las palabras que el había visto en las espadas que Renata parecía atesorar tanto.
“¿Ella te contó sobre las espadas?”
Niko se encogió de hombros. "La he visto usarlas. Significan mucho para ella, Jack." "No lo sabía," contestó el. "Estaba sorprendido de que ella las aceptara a la primera, pero no pensé que las siguiera guardando después de todo este tiempo." El parpadeó rápidamente, después se entretuvo con la caja que había sacado fuera del mueble archivador. El abrió la tapa y Niko captó el brillo del oscuro metal descansando dentro del estuche. Jack aclaró su garganta. “Escucha, como dije antes, no voy a presionarte para que me des detalles de en que estáis involucrados. Está suficientemente claro que estás en un gran aprieto. Puedes quedarte aquí tanto tiempo como necesites, y cuando estés listo para irte, sabes que no tienes que irte de aquí con las manos vacías”.
El puso la caja abierta en el suelo en frente de mí y le dio un pequeño empujón en dirección a Nikolai. Dentro había dos inmaculadas pistolas semi automáticas y una caja de balas.
"Son tuyas si las quieres, no haré preguntas."
Niko cogió unas de las dos 45 y la inspeccionó con ojo crítico. Era un bonito y y bien cuidado Colt M1911. Probablemente armas de uso militar de su época soldado en Vietnam. "Gracias, Jack."
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