En los baños, sacaron las armas de las bolsas y las armaron.Corrieron los cerrojos. Insertaron los cargadores en las culatas. Cada uno de ellos deslizó los cinco pares de cargadores suplementarios en los bolsillos de sus pantalones. Dos atornillaron los largos silenciadores a los caños. Mustafá y Rafi no, pues, tras breve reflexión, decidieron que preferían oír el ruido,
"¿Estamos listos?",les preguntó su jefe. Afirmaron con una inclinación de cabeza. "Entonces, comeremos cordero juntos en el paraíso. A sus puestos.
Cuando yo dispare, disparen".
Brian se estaba probando unos botines de cuero de caña baja. No eran iguales a los que usaba en el Cuerpo de Infantes de Marina, pero se los veía y sentía cómodos, y le iban como si fuesen de medida.
"Nada mal"ESe los pongo en una caja?", preguntó la joven empleada.
Aldo pensó por un momento y decidió: "No, empezaré a ablandados ahora", Le entregó sus poco recomendables Nike, que ella metió en la caja de los botines y fue hasta la caja para pagarle su compra.
Mustafá miraba su reloj. Calculaba que en dos minutos sus amigos estarían en sus puestos.
Ahora, Rafi, Zuhayr y Abdulá entraban en el ambiente central, manteniendo las armas bajas y, asombrosamente, sin ser casi notados por quienes hacían compras e iban atentos a sus propios asuntos. Cuando el segundero llegó a las doce, Mustafá respiró hondo, salió de los baños y giró a la izquierda.
El guardia de seguridad estaba sentado tras un mostrador que le llegaba al pecho, leyendo una revista, cuando vio una sombra que se proyectaba sobre el mostrador. Alzó los ojos y vio a un hombre de cutis trigueño.
"Puedo ayudado, señor?", preguntó amablemente. No tuvo tiempo de reaccionar.
La respuesta fue un grito de Alahu Akbar! Luego, se alzó la Ingram. Mustafá sólo apretó el gatillo durante un segundo, pero en ese segundo, un total de nueve balas entró en el pecho del negro. El impacto de las nueve balas lo empujó medio paso hacia atrás y cayó muerto al suelo embaldosado.
"¿Qué demonios fue eso?", le preguntó instantáneamente Brian a su hermano -la única persona que tenía cerca- cuando todas las cabezas se volvieron hacia la izquierda.
Rafi estaba a sólo siete metros y medio adelante y a la derecha cuando oyó los disparos y supo que debía comenzar. Se dejó caer en una posición semiacuclillada y alzó su Ingriun. Se volvió hacia la tienda de Victoria's Secret, a la derecha. Sólo mirar semejantes ropas de puta garantizaba que las mujeres que estaban allí eran inmorales. Tal vez, pensó, alguna lo serviría en el paraíso. Simplemente apuntó y apretó el gatillo.
El sonido fue ensordecedor, como una colosal serie de explosiones. Tres mujeres fueron impactadas al instante y cayeron. Otras se quedaron inmóviles por un segundo, sin hacer nada, sus ojos abiertos de par en par por la conmoción y la incredulidad.
En cuanto a Rafi, quedó desagradablemente sorprendido por el hecho de que la mitad de sus disparos no le había dado a nada. El arma, mal balanceada, había saltado en su mano, rociando el techo. El cerrojo se cerró sobre la cámara vacía. Miró sorprendido, luego eyectó el primer cargador y lo invirtió, insertándolo en su lugar de una palmada mientras buscaba nuevos blancos. Ahora, todos corrían, de modo que se llevó la Ingram al hombro.
"iMierda!", dijo Brian. Su mente gritó: ¿qué demonios ocurre?
"Totalmente de acuerdo, Aldo". Dominic hizo girar su riñonera hasta tenerla en el frente y tiró del cordón que abría el doble cierre. Un segundo después, su Smith & Wesson estaba en sus manos. "iCúbreme!", le ordenó a su hermano. El que disparaba con la pistola ametralladora estaba apenas a seis metros de allí, al otro lado de un kiosco de joyería, de espaldas a él, pero no estaban en Dodge City y aquí no había ninguna regla con respecto a dispararles de frente a los delincuentes.
Dominic se hincó sobre una rodilla y, levantando la automática con las dos manos, disparó dos punta hueca de diez milímetros al centro de la espalda del hombre y un tercero al centro de la parte posterior de la cabeza. Su objetivo se desplomó de inmediato y, a juzgar por la explosión roja que produjo el tercer disparo, no iba a hacer mucho más. El agente del FBI saltó hacia el cuerpo exánime y alejó la ametralladora de un puntapié. Notó inmediatamente qué era y vio que el cuerpo tenía cargadores suplementarios en el bolsillo. Lo primero que pensó fue ¡Oh, mierda! Entonces, oyó el crepitante rugido de otros disparos a su derecha.
"iHay más, Enzo!", dijo Brian, quien estaba al lado de su hermano, con su Beretta en la derecha. "Este está listo. ¿Alguna idea?"
"iSígueme y cúbreme!"
Mustafá quedó frente a una joyería barata. Había seis mujeres a la vista, a ambos lados del mostrador. Bajó su arma hasta la altura de su cadera y disparó, vaciando en ellas su primer cargador y sintiendo la momentánea satisfacción de verlas caer. Cuando el arma dejó de disparar, eyectó el cargador vacío y lo invirtió para cargarlo, corriendo al mismo tiempo el cerrojo.
Ambos gemelos se incorporaron y comenzaron a desplazarse hacia el oeste, no rápida, pero tampoco lentamente, con Dominic abriendo camino y Brian dos pasos más atrás, ambos mirando sobre todo al lugar de donde provenían los ruidos. El entrenamiento de Brian regresó a su conciencia, inundándola. Cuando sea posible, manténganse a cubierto o escondidos. Ubiquen al enemigo y enfréntenlo.
En ese momento, una figura salió de frente a Kay Jewelers y cruzó de izquierda a derecha, empuñando una metralleta, con la que roció de balas otra joyería, a su derecha. El centro comercial era ahora una cacofonía de gritos y disparos y la gente corría ciegamente hacia las salidas, en vez de mirar de dónde provenía el peligro. Muchos de ésos cayeron, mujeres sobre todo. Y algunos niños.
De algún modo, los hermanos no percibían esto. De hecho, apenas si veían a las víctimas. Simplemente no había tiempo para eso y estaban totalmente imbuidos de lo que les había enseñado su entrenamiento. Su primer objetivo fue el que estaba de pie rociando la joyería.
"Voy por la derecha", dijo Brian, lanzándose en esa dirección con la cabeza baja pero sin dejar de mirar en dirección a su objetivo.
Brian estuvo a punto de morir. Zuhayr estaba de pie frente a Claire's Boutique, sobre la que acababa de vaciar un cargador completo. De pronto, no sabía hacia dónde seguir su camino. Giró a la izquierda y vio a un hombre con una pistola en la mano. Cuidadosamente, se llevó su arma al hombro y apretó el gatillo…
partieron dos disparos inútiles, después nada. Su primer cargador se había agotado, y tardó dos o tres segundos en darse cuenta de lo ocurrido. Luego, lo eyectó y lo invirtió, encajándolo en el vientre de su pistola ametralladora y volviendo a alzar la vista…
pero el hombre ya no estaba allí. ¿Dónde había ido? Ya sin blancos a los que disparar, volvió sobre sus pasos y entró pausadamente en la sección mujeres de Belk's.
Brian estaba acuclillado tras el puesto de Sungiass Hut, atisbando hacia la derecha.
Ahí moviéndose hacia la izquierda. Empuñó su Beretta con la derecha y disparó un tiro…
que le erró a la cabeza por un pelo cuando el hombre se agachó.
"iMierda!" Brian se puso de pie y tomó la pistola con las dos manos. Apuntó durante una fracción de segundo y disparó cuatro veces. Los cuatro tiros dieron en el tórax, bajo los hombros.
Mustafá oyó el ruido pero no sintió los impactos. Estaba lleno de adrenalina y en esos casos el cuerpo simplemente no siente el dolor. Un segundo después, tosió sangre, cosa que lo sorprendió completamente. Pero no tanto como lo que ocurrió cuando quiso girar a la izquierda y su cuerpo no le obedeció. Su asombro sólo duró uno o dos segundos hasta que…
Читать дальше