El campus tenía su propia cafetería, cuya comida provenía de distintos proveedores, Hoy, venía de un deli de Baltimore llamado Atman's. cuya carne era buena, aunque no de categoría neoyorquina – decirlo podía llevarlo a tomarse a puñetazos, pensó mientras se servía una porción. ¿Qué beber? Ya que se trataba de una comida neoyorquina, bebería ice cream soda y también las papas fritas marca Utz, que eran locales y que comían en la Casa Blanca, porque su padre insistía en que así lo hicieran. Seguramente ahora comieran algo de Boston allí. No era exactamente una ciudad famosa por sus restaurantes, pero toda ciudad, hasta Washington DC, tiene un comedero decente.
Tony Wills, su habitual compañero de la hora de comer no estaba por ningún lado. De modo que miró alrededor y vio a Dave Cunningham comiendo solo, lo cual no era sorprendente. Jack se dirigió a él.
"Dave, ¿te molesta si me siento aquí?"
"Toma asiento", dijo Cunningham en tono bastante cordial.
"¿Cómo van esos números?"
"Excitantes", fue la increíble respuesta. Se explayó. "Sabes, es asombroso el acceso que tenemos a esos Bancos europeos. Si el Departamento de Justicia tuviese un acceso así, realmente limpiaría todo… el problema es que se trata de información que no puede presentarse en un tribunal".
"Sí, Dave, a veces la Constitución es un problema. Y esas malditas leyes de derechos civiles".
Cunningham estuvo a punto de ahogarse con su ensalada de huevo en pan blanco. "No empieces con eso. El FBI lleva adelante varias operaciones que son un poco dudosas -por lo general, porque algún informante nos da algo o por qué alguien preguntó, o no, y logran realizarlas- pero dentro de los límites de la justicia criminal. En general, es como parte de una negociación de apelación. No hay suficientes abogados deshonestos como para satisfacerlos a todos. Me refiero a los tipos de la mafia".
"Conozco a Pat Martin. Papá lo estima mucho".
"Es honesto y muy, muy inteligente. En realidad, debería ser juez. Esa es la tarea adecuada para los abogados honestos".
"No les pagan muy bien". El salario oficial de Jack en el Campus estaba bien por encima del de cualquier empleado del gobierno. Nada mal para ser el trabajo de más bajo nivel.
"Ése es un problema, pero…"
"Pero no hay nada de admirable en ser pobre, dice mi papá. Consideró la idea de reducir a cero los salarios de los funcionarios electos, para que aprendan qué es trabajar de verdad, pero finalmente decidió que los haría más vulnerables a la corrupción".
El contador tomó la posta: "Sabes, Jack, es increíble con qué poco puedes sobornar a un integrante del Congreso. Hace que sea difícil identificar los sobornos", refunfuñó. "Es como quien se mete entre la hierba para eludir un avión".
"¿Y nuestros amigos los terroristas?"
"A algunos les gusta vivir cómodos. Muchos vienen de familias adineradas y les gusta el lujo".
"Como Salí. Tiene gustos caros. Su auto cuesta mucho dinero. Muy poco práctico. El kilometraje que le suma debe de ser atroz, especialmente en una ciudad como Londres. Allí el combustible es muy caro".
"Pero se mueve sobre todo en taxis".
"Se lo puede permitir. Probablemente sea lo razonable. Estacionar en el distrito financiero también debe de ser caro y los taxis de Londres son buenos". Alzó la mirada. "Lo sabes. Has estado mucho en Londres".
"Un poco", asintió Jack. "Bonita ciudad, buena gente". No necesitó agregar que la protección del Servicio Secreto y de la policía local ayudaban. "¿Alguna otra idea sobre nuestro amigo Salí?"
"Debo estudiar más los datos pero, como dije, actúa como si estuviera en el juego. Si fuera un sospechoso de la mafia de Nueva York, diría que es un aprendiz de consíguere".
Jack estuvo a punto de atragantarse con su refresco: "¿Tan arriba?"
"La Regla Áurea, Jack. El que tiene el oro, hace las reglas. Salí tiene acceso a muchísimo dinero. Su familia es más rica de lo que puedas concebir. Está hablando de cuatro o cinco mil millones de dólares".
"¿Tanto?", se sorprendió Ryan.
"Échale otro vistazo a las cuentas que está aprendiendo a administrar. No ha especulado siquiera con el quince por ciento del total. Probablemente su padre limite lo que puede hacer. Recuerda que su especialidad es la conservación de capital. El dueño del dinero, su padre, no le va a dar el total para que juegue, por más títulos universitarios que tenga. En el negocio de las finanzas, lo que cuenta es lo que aprendes después que has colgado tu diploma en la pared. El muchacho promete, pero aún sigue su bragueta a todos lados. Eso no es raro en un joven rico, pero cuando uno tiene todos esos millones en el bolsillo, conviene controlar de cerca a quien los maneja, aunque sea tu propio hijo. Por otra parte, lo que parece estar financiando no es algo que realmente necesite mucho capital. Tú detectaste algunas especulaciones sobre los márgenes. Eso es astuto. ¿Notaste que para ir a Arabia Saudita alquila un jet privado?"
"Eh, no", admitió Jack. "No investigué ese aspecto. Simplemente di por sentado que va siempre en primera clase".
"Y así es, como lo hacían tu padre y tú. Verdadera primera clase. Jack, nada es tan pequeño que no merezca ser investigado".
"¿Qué opinas de su uso de tarjetas de crédito?"
"Totalmente rutinario. Pero eso en sí es digno de nota. Podría acreditar cualquier cosa que quisiera, pero parece pagar en efectivo muchos gastos, y gasta menos que la que distrae para usos propios. Como lo que gasta en esas putas. A los sauditas eso no les importa, de modo que paga en efectivo porque quiere, no porque debe hacerlo. Trata de mantener ocultos algunos aspectos de su vida por razones que a primera vista no están claras. Tal vez sea sólo por práctica. No me sorprendería enterarme de que tiene más tarjetas que las que conocemos -cuentas sin uso. Hoy por la tarde voy a dedicarme a sus cuentas de Banco. Aún no sabe cómo ocultarlas. Demasiado joven, demasiado inexperto, sin entrenamiento formal. Sí, creo que está en el juego y que espera pasar pronto a primera división. Los jóvenes ricos no se caracterizan por ser pacientes", concluyó Cunningham.
Me tendría que haber dado cuenta antes, se dijo Junior. Tengo que pensar más a fondo en esto. Otra lección importante. Nada es demasiado pequeño como para no ser investigado. ¿Con qué clase de persona estamos tratando? ¿Cómo ve el mundo? ¿Cómo quiere cambiar el mundo? Su padre siempre le decía que es importante ver el mundo a través de los ojos del adversario, meterse en su cerebro y sólo entonces mirar hacia afuera.
En lo que respecta a mujeres, Salí es un hombre guiado por sus pasiones ¿pero había algo más en eso? ¿Les pagaba a sus putas porque le gustaba joderlas o porque creía que así jodía al enemigo? Para el mundo islámico, los Estados Unidos y Gran Bretaña eran esencialmente el mismo enemigo. Mismo idioma. misma arrogancia, prácticamente las mismas fuerzas armadas, dado que británicos y estadounidenses cooperaban tan estrechamente en tantas cosas. Eso era digno de ser tomado en cuenta. No des nada por sentado si no miraste antes con sus ojos. No era un mala lección para una comida.
Roanoke pasó por la derecha y quedó atrás. A ambos lados de la 1-81 se veían ondulantes colinas verdes, más que nada granjas, muchas de ellas lecheras, a juzgar por las vacas. Carteles indicadores verdes conducían a lugares que, para sus propósitos, ni siquiera existían, y más de esas iglesias con aspecto de caja pintada. Pasaron autobuses escolares, pero no autos de policía. Había oído decir que en algunos estados de la Unión la policía caminera andaba en autos sin identificación, parecidos al suyo, pero, probablemente, provistos de antenas de radio.
Se preguntó si quienes los conducían aquí también llevarían sombreros de vaquero. Eso desentonaría visiblemente, a pesar de las muchas vacas que había en la región. "La Vaca", Segunda Sura del Corán, pensó. Si Alá te dice que sacrifiques una vaca, hazlo sin preguntar demasiado. Ni una vaca vieja, ni una vaca nueva, sólo una vaca que le agrade al Señor. ¿No complacían a Alá todos los sacrificios, en tanto no fueran hechos para jactarse? Sin duda que sí, si los Creyentes los ofrecían con humildad, pues Alá recibía con beneplácito y se complacía en las ofrendas de los verdaderos Creyentes.
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