Kurt Aust - La Hermandad Invisible

Здесь есть возможность читать онлайн «Kurt Aust - La Hermandad Invisible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Hermandad Invisible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Hermandad Invisible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un café de París, en plena primavera, una mujer se introduce un revólver en la boca y aprieta el gatillo ante los ojos atónitos de los presentes. Se trata de Mai-Brit Fossen, una editora de Oslo, casada y madre de dos niños. Su ex marido, Even Vik, excéntrico profesor de matemáticas, la sigue amando pese a que llevan cinco años divorciados. Desolado por la pérdida e incapaz de creer que Mai acabara con su vida por propia voluntad, viaja a París y descubre que Mai estaba escribiendo un libro sobre Isaac Newton, en particular sobre la parte más oscura del científico, su enigmática doble vida y su pertenencia a una sociedad secreta, y que ha dejado una estela de mensajes codificados que sólo una inteligencia matemática como la suya puede descifrar.
Pero ¿por qué Mai-Brit tuvo que pagar con su propia vida el hallazgo de unos secretos de más de trescientos años de antigüedad? ¿Y por qué hizo un solitario justo antes de dispararse un tiro? En este fascinante thriller literario, aclamado por los lectores nórdicos, Kurt Aust despliega su extraordinario conocimiento de una de sus pasiones, los códigos y las infinitas posibilidades de los números.

La Hermandad Invisible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Hermandad Invisible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Even miró la manzana a medio comer. Aquí estaba la clave. Él nunca comía manzanas, así de sencillo.

Era su primera manzana en cinco años. Cinco años, seis meses y diecisiete días, para ser exactos. Una estudiante había acudido a su despacho justo antes de la hora del almuerzo y se la había ofrecido: le había sonreído, le había mirado a los ojos y le había ofrecido la manzana roja. Él lo interpretó como una señal y la aceptó, aunque se arrepintió al darse cuenta de que tendría que morderla, saborearla, masticarla… Pero a lo hecho, pecho y no tardó en comérsela. Y la verdad es que no había sido tan horrible como había temido.

Al fin y al cabo ya habían pasado cinco años. Y seis meses.

El ayudante lo miró con resignación por encima del periódico. Even se puso de pie y entró en el despacho. Sonó por sexta vez, tozuda y ruidosamente. La mano planeó un instante sobre el auricular como una gaviota hasta que decidió cogerlo.

«Mai -le dijo el timbre-. La manzana es una señal. Mai me está llamando.»

«Ni hablar, no me he vuelto vidente», pensó con irritación. La superstición y los milagros los dejaba para los demás. La manzana cayó en la papelera, donde se escondió debajo del borrador de una conferencia sobre el octavo problema de Hilbert. Cogió el auricular.

– Sí, soy Even.

Se oyó un zumbido al otro lado de la línea, como si el viento agarrase el micrófono, nadie decía nada.

– ¿Diga? -dijo-. Soy yo, Even. ¿Quién es? ¿Eres tú, Mai?

Se oyó un sonido medio ahogado en el auricular, entonces se hizo el silencio, el zumbido desapareció. Habían colgado. Even le dio a la tecla de última llamada y se quedó un rato mirando el número que apareció en la pantalla. No era una combinación de números que le dijera nada, al menos no como número de teléfono pero, de hecho, las últimas cuatro cifras formaban un número primo, el 1729, que le parecía que tenía algo especial… bueno, ¿qué más daba? Por otro lado… Cogió un lápiz e hizo un cálculo rápido. Pues sí, la verdad es que podía expresarse como la suma de dos números cúbicos… de dos números diferentes…

Se obligó a parar y soltó el lápiz, vaciló un instante antes de marcar el número. Sonó una vez, entonces alguien cogió el teléfono, aunque sin presentarse. Even oyó a alguien respirar hondo al otro lado de la línea.

– ¿Hola? -dijo en voz baja. No sabía por qué bajaba la voz. Tenía la sensación de que iba a compartir un secreto con un desconocido.

– Even… -la voz, que pertenecía a un hombre, se abría camino a duras penas a través del teléfono.

– ¿Sí? -dijo Even, expectante.

– Esto… Mai-Brit ha muerto. -La voz se quebró, alejó el teléfono y se sonó la nariz. Even se quedó paralizado, esperando a que volvieran a coger el auricular.

– ¿Finn-Erik? ¿Eres tú? Di algo, maldita sea.

– Está muerta -dijo Finn-Erik, esforzándose por vocalizar. Respiró hondo-. Ha escrito una carta que…

– Muerta -le interrumpió Even-. ¿De qué se ha muerto? ¿Un accidente? ¿Estaba enferma? ¡Cuéntamelo, maldita sea! Si estaba enferma, ¿por qué nadie me dijo nada? Tú sabes…

– Ella… -Finn-Erik se detuvo, resopló.

Even vio a Johan levantarse y cerrar la puerta del despacho, y se dio cuenta de que estaba apretando el auricular con tanta fuerza que sus nudillos se habían vuelto blancos.

– ¿Qué ha pasado, Finn-Erik? -susurró a la vez que notaba cómo le latía la sien-. ¿Qué le ha pasado?

– Se ha quitado la vida -dijo Finn-Erik-. Se ha…

– ¡Tonterías! Mai jamás se suicidaría. -Even intentó reírse-. Es la última persona en este mundo que haría algo así. Ella…

– ¡Cállate de una maldita vez! -rugió Finn-Erik-. Cállate la boca y escúchame, por una sola vez en tu vida. ¡Escúchame!

Even se calló.

– Mai-Brit se ha suicidado. No hay duda. Dejó una carta.

«Las cartas se pueden falsificar», pensó Even.

– Hay testigos.

Un testigo puede malinterpretar la situación.

– Muchos testigos. Diecinueve, dice la policía de París.

La policía… ¿París? Even se frotó la sien y pensó: «¿Por qué París?». Y oyó a Finn-Erik decir algo a lo lejos, su mano estaba a punto de colgar el teléfono como si ya no quisiera escuchar nada más.

– Disculpa, no te estaba escuchando -alcanzó a decir.

– Escribió una carta que quería que leyeras -repitió Finn-Erik-. Estaba en el hotel. Sobre el escritorio. Te la envío. Una copia. ¿Vives en el mismo sitio de siempre, la misma dirección, en Ulleväl? -De pronto el tono de voz era sereno, casi profesional.

– Eh, ¿qué? Disculpa, sí, la misma dirección de siempre, sí.

– Te la envío -dijo Finn-Erik y colgó.

Even se había quedado con el auricular en la mano, mirando al suelo, que estaba sucio y gastado. Bajó la mirada hacia el tablero del escritorio cubierto de las quemaduras de cientos de cigarrillos, tan rugoso que apenas podía utilizarlo para escribir encima. Miró las montañas de papeles que se apilaban por todo el suelo, algunos sin leer, otros leídos, expectantes. Fijó la mirada en un agujero negro. Un enorme agujero negro llamado Mai-Brit Fossen.

Capítulo 3

París

Cuando la alarma del móvil anunció que eran las ocho, ella ya tenía los ojos abiertos, fijos en las sombras grises de la habitación. La reunión con Simon LaTour y los acontecimientos de la noche pasada en el bosque de Boulogne se habían sedimentado en su interior como una pesadilla, con tal intensidad que no había sido capaz de pegar ojo desde que se acostó. Se había levantado varias veces durante la noche para comprobar si la puerta estaba cerrada con llave, y luego se había duchado para eliminar el fuerte olor a sudor. El olor a miedo, y a muerte.

Era como si la maldición de Newton, que ella misma había inventado, se hubiera hecho realidad, alcanzándola a ella y a la gente que la rodeaba con toda su fuerza.

Se levantó lentamente, se acercó a la ventana e hizo un esfuerzo por sobreponerse, repitió la decisión que había tomado por la noche como un mantra: si perdía, debería a su vez ganar. Al menos la noche en vela le había procurado el tiempo necesario para urdir un plan.

Se duchó, se lavó concienzudamente varias veces, una parte del cuerpo detrás de otra, se restregó con todas sus fuerzas hasta que su piel enrojeció. Al final, una ducha rápida de agua fría para darle un shock al cuerpo que despertase aquellos recovecos que todavía seguían en coma. Se vistió, llegó a la conclusión de que no tenía ganas de comer y se sentó al escritorio. El deseo de llamar a Finn-Erik, escuchar su voz sosegada y hablar con los niños, le provocaba náuseas; no se atrevía.

El sobre grande de color marrón con el libro y las notas seguía abierto, todavía faltaba meter un último pedazo de papel antes de enviarlo. Sólo Dios sabía cuántas veces había verificado que la dirección y el código postal fueran correctos: 0119 Vika, apartado postal 1220; estaba neurótica y temía que una equivocación al escribir alguna cifra pudiera, de buenas a primeras, dar al traste con su plan.

Mientras cogía el bolso y sacaba la baraja de cartas, elaboró un plan para salir del hotel sin ser vista, hacer lo que tenía que hacer y volver a la habitación antes de las dos de la tarde.

Capítulo 4

Una mujer lo miró con aversión, y Even recordó que se había manchado el jersey con la yema del huevo. Él le devolvió la mirada y ella se apresuró a mirar por la ventanilla, estudiando los árboles y las casas al pasar. Even reconoció un acceso de vehículos con unas enormes vasijas blancas en la entrada y tiró de la cuerda. Poco después, el autobús accionó el intermitente y se detuvo en una parada, y él se bajó a trompicones por la puerta trasera, hacia la nieve.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Hermandad Invisible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Hermandad Invisible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Hermandad Invisible»

Обсуждение, отзывы о книге «La Hermandad Invisible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x