Anne Perry -

Здесь есть возможность читать онлайн «Anne Perry -» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El inspector William Monk, ahora miembro de la Policía Fluvial del Támesis, se enfrenta a un enemigo muy peligroso: Jericho Phillips, sospechoso de dirigir una extensa red de prostitución infantil. Sin embargo, tras el juicio, Phillips es liberado. Decidido a probar su culpabilidad, Monk reabre el caso; pero a medida que se sumerge en los bajos fondos de Londres se percata de que el misterioso apoyo que recibe Phillips proviene de altas esferas de la sociedad. Con el apoyo de su esposa Hester, William Monk se enfrenta al más peligroso y escurridizo criminal de toda su carrera.

— читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Hester lo miraba fijamente.

– ¿Está diciendo que Jericho Phillips tiene amigos tan bien situados como para ayudarle ante la ley, Squeaky?

Squeaky puso los ojos en blanco como si su ingenuidad le hubiese lastimado en una parte secreta de su ser.

– Pues claro. ¿No pensará que ha estado a salvo todos estos años porque nadie sabe a qué se dedica, verdad?

– ¿Por una afición a las fotografías obscenas? -prosiguió Hester, incrédula-. Sé que muchos hombres mantienen a amantes o emprenden aventuras azarosas, y en algunos lugares insólitos. ¿Pero fotografías? ¿Qué placer puede dar, que sea tan poderoso como para comprometer tu honor, tu reputación, todo, por tratar con un hombre como Phillips?

Squeaky encogió sus hombros huesudos.

– No me pida que le explique la naturaleza humana, señora. No soy responsable de ella. Pero hay ciertas cosas que puedes hacer que un niño haga que ningún adulto haría sin mirarte como si acabaras de salir de un vertedero. No se trata de amor, ni siquiera de un apetito decente, se trata de hacer que otras personas hagan lo que tú quieres que hagan, y saborear ese poder una y otra vez, como si nunca tuvieras bastante. A veces la cosa consiste en hacer algo que te arruinaría la vida si te pillaran, y la sensación de peligro te embriaga. Y ninguno de ellos hace distinción entre personas, si entiende lo que quiero decir. Hay gente que necesita pasar más frío y hambre para pensar qué es lo que importa.

»Ir de putas es una cosa -prosiguió Squeaky-. Aceptémoslo tal como lo hace la sociedad; no es tan grave. Casi todas las señoras casadas miran hacia otra parte y siguen adelante con sus vidas. Cierran el dormitorio con llave, a lo mejor, porque no quieren despertarse con una enfermedad asquerosa, pero no montan un escándalo. Las fotos de niñas son indecentes, e indignan a las personas de bien. -Squeaky meneó la cabeza-. Pero los niños son harina de otro costal. No es sólo indecente, es ilegal. Y eso es completamente distinto.

»Si nadie se entera, nadie irá a indagar. Todos sabemos que ocurren cosas en las que preferimos no pensar, y casi todo el mundo se ocupa de sus propios asuntos. Pero si te obligaran a saber, te verías forzado a hacer algo. Amigo o no, te echan de los clubes, del trabajo, y la sociedad no volverá a acogerte. De manera que pagas lo que haga falta con tal de no levantar la liebre, ¿entiende?

– Sí, lo entiendo -dijo Hester con voz un poco temblorosa. Todo un mundo nuevo de sufrimiento se había abierto ante sus ojos. No era que desconociera la homosexualidad; había sido enfermera en el ejército. Pero servirse de niños para ejercer un poder que ninguna relación entre adultos toleraría, ni siquiera pagando con dinero, o satisfacer un apetito por las emociones del peligro, era una idea nueva y sumamente horrible. Daba asco pensar que hubiera quien secuestraba y alquilaba niños para tales fines-. Tengo que aplastar a Jericho Phillips, Squeaky -agregó en voz muy baja-. Dudo que pueda conseguirlo sin su ayuda. Tenemos que averiguar a quién más podemos pedir que colabore. Me imagino que el señor Sutton lo hará, y Scuff seguramente también. ¿Quién más se le ocurre?

Una sucesión de emociones cruzó el semblante de Squeaky: primero incredulidad, luego horror y un ardiente deseo de huir, y por último una especie de asombro ante los halagos y el inicio de un impulso audaz.

Hester aguardó sin impacientarse.

Squeaky carraspeó para ganar tiempo.

– Bueno… -tosió un poco-, conozco a un par de personas, supongo. Pero no son muy… -buscó la palabra acertada pero no la encontró- buenas -concluyó de manera insulsa.

– Bien. -Hester no vaciló-. Las buenas personas no van a sernos de ninguna ayuda. Las buenas personas ni siquiera creen que existan seres como Jericho Phillips, y desde luego no saben cómo darles caza. Seguramente come buenas personas para desayunar, ensartadas en un bieldo.

Squeaky sonrió con amargura aunque no sin una cierta sorprendida satisfacción.

Llamaron a la puerta y, sin aguardar respuesta, Claudine Burroughs entró con un servicio de té en una bandeja. La dejó encima de la mesa, una pizca más cerca de Hester que de Squeaky. La tetera humeaba una fragancia tentadora.

Claudine era una mujer alta, más o menos de la talla de Squeaky, de ahí que éste siempre se pusiera muy tieso cuando estaba a su lado para ganar un par de centímetros de estatura. Era estrecha de hombros y ancha de caderas, bastante guapa en su juventud, pero los años de soledad en un matrimonio insatisfactorio habían torcido hacia abajo muchas de las líneas de su rostro. Sólo había encontrado una verdadera meta vital después de su llegada a Portpool Lane, en busca de una obra benéfica a la que dedicarse.

– Gracias -dijo Hester, dándose cuenta de pronto de lo mucho que le apetecía el té. Se preguntó si Claudine estaba enterada del terrible chasco que se había llevado la víspera, o si simplemente le constaba que Hester estaba cansada, incluso a aquellas horas de la mañana. En su fuero interno lo estaba, así como confundida y derrotada, cosa todavía peor.

Claudine se quedó allí plantada, como si esperase algo.

Squeaky cambió de postura en su silla, impaciente, dando a entender que Claudine los había interrumpido. Hester se volvió hacia ella y vio que Claudine era perfectamente consciente de ello. Tal vez sí estuviera al corriente de cómo había concluido el juicio.

– Me gustaría ayudar -dijo Claudine un tanto violenta, ruborizada e incapaz de mirarlos a los ojos. Y sin embargo no iba a marcharse, aguardaba allí sumamente incómoda, resuelta a participar en lo que fuere que estuvieran haciendo, a aportar su modesta contribución, costara lo que costase.

– No puede -dijo Squeaky cansinamente-. Usted es una dama, no se cuenta entre los tipos con los que tenemos que hablar. Muy amable de su parte, pero no nos serviría de nada. Gracias por el té.

Probablemente quiso ser amable, pero pasar de formar parte del plan a servir el té fue como una bofetada.

Claudine no cedió terreno, pero le costaba expresarse. Estaba tan sonrojada que Hester pensó que las mejillas le debían de estar ardiendo.

– Todavía no hemos hecho planes -dijo Hester enseguida-. Ni siquiera sabemos por dónde empezar. Tenemos que repasarlo todo otra vez, pero poniendo más cuidado. Y parte del problema es que la gente que ya ha testificado antes, ahora tendrá mucho miedo. Phillips ha salido de la cárcel, y es un sujeto peligroso.

– Entonces nosotros también debemos ser precavidos -respondió Claudine, mirando a Hester e ignorando a Squeaky-. Tendremos que interrogarlos de manera que no se den cuenta de la importancia de lo que están diciendo hasta que lo hayan dicho y no puedan retractarse. Ese Phillips es un hombre espantoso y hay que encarcelarlo. -Por fin miró a Squeaky-. Me alegra que usted vaya a ayudar. Lo respeto por ello, señor Robinson. -Dio media vuelta bruscamente y fue hasta la puerta, entonces volvió la vista atrás y, con la duda asomando en sus ojos, se dirigió a Hester-. Estaré disponible para cualquier cosa que pueda serles útil. Por favor, no lo olviden.

Antes de que alguno de los dos tuviera ocasión de contestar, salió y cerró la puerta con firmeza.

– ¡Supongo que no irá a reclutarla! -protestó Squeaky, inclinándose sobre el escritorio con los ojos como platos-. ¿Qué sabe hacer? No sabría ni llegar de una punta a otra de la calle. Y no tiene por qué respetarme. Yo no le he dicho que fuera a hacer nada…

Se calló, repentinamente incómodo.

– ¿Está diciendo que no hará nada, Squeaky? -preguntó Hester esbozando apenas una sonrisa.

– Bueno…, bueno, no exactamente…, no, no es eso. Así y todo…

– Así y todo, ella lo ha llevado a decirlo y luego le ha cortado la retirada -explicó Hester por él.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «»

Обсуждение, отзывы о книге «» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x