• Пожаловаться

Fred Vargas: Huye rápido, vete lejos

Здесь есть возможность читать онлайн «Fred Vargas: Huye rápido, vete lejos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Детектив / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Fred Vargas Huye rápido, vete lejos

Huye rápido, vete lejos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Huye rápido, vete lejos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alguien ha pintado un cuatro negro, invertido, con la base ancha, sobre cada una de las trece puertas de un edificio del distrito 18 de París. Debajo aparecen tres letras: CLT. El comisario Adamsberg las fotografía y titubea: ¿es una simple pintada o una amenaza? En el otro extremo de la ciudad, Joss, el viejo marino bretón que se ha convertido en pregonero de noticias, está perplejo. Desde hace tres semanas, en cuanto cae la noche, una mano desliza incomprensibles misivas en su buzón. ¿Se trata de un bromista? ¿Es un loco? Su bisabuelo le murmura al oído: «Ten cuidado Joss, no sólo hay cosas bonitas en la cabeza del hombre».

Fred Vargas: другие книги автора


Кто написал Huye rápido, vete lejos? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Huye rápido, vete lejos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Huye rápido, vete lejos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cuando tuvo ante sus ojos el cruce Edgar-Quinet, Joss volvió a arrumbar sus odios nostálgicos en el forro de su espíritu y se apresuró a recuperar el retraso. Todas esas historias sobre los posos del café, sobre la guerra de las cosas y la guerra de los hombres le habían robado un cuarto de hora por lo menos. Ahora bien, la puntualidad era un elemento clave en su trabajo y estaba empeñado en que la primera edición de su diario hablado empezase a las ocho y treinta, la segunda a las doce horas y treinta y cinco minutos, y la de la noche a las dieciocho horas y diez minutos. Eran los momentos de mayor afluencia y los oyentes iban demasiado apurados en aquella ciudad para soportar el más mínimo retraso.

Joss descolgó la urna del árbol donde quedaba suspendida por las noches, con ayuda de un nudo de guía y de dos candados, y la sopesó. Esta mañana no estaba demasiado llena, podría trillar la mercancía bastante rápido. Sonrió levemente y llevó la caja hasta la trastienda que le prestaba Damas. Aún quedan buenos tipos en la tierra, tipos como Damas, que te dejan una llave y un palmo de mesa sin miedo a que les desvalijes la caja. Damas, menudo nombre. Regentaba una tienda de rollers en la plaza, Roll-Rider, y le dejaba acceso libre para que preparase sus ediciones al abrigo de la lluvia. Roll-Rider, menudo nombre. Joss desencadenó la urna, una gruesa caja de madera que había empavesado con sus propias manos y a la que había bautizado como VientodeNoroisII, en homenaje a su difunto ser querido. Indudablemente no era muy honorífico para un gran bou de pesca de altura ver a su descendencia reducida al estado de buzón parisino, pero este buzón no era un buzón cualquiera. Era un buzón genial, concebido a partir de una idea genial, surgida hacía siete años, gracias a la cual Joss había superado de manera formidable la cuesta, tras tres años de trabajo en una conservera, seis meses en una fábrica de bobinas y dos años de paro. La idea genial se le había ocurrido una noche de diciembre en un café de Montparnasse lleno en sus tres cuartas partes de bretones solitarios, cuando, abatido con una copa entre las manos, escuchó el sempiterno ronroneo de los ecos de su tierra. Un tipo habló de Pont-l’Abbé y fue así como el bisabuelo Le Guern, nacido en Locmaria en 1832, salió de la cabeza de Joss para acodarse en la barra y decirle hola. Hola, dijo Joss.

– ¿Te acuerdas de mí? -preguntó el viejo.

– Sí -farfulló Joss-. Cuando yo nací ya habías muerto y no lloré.

– Oye, hijo, podrías evitarme las tonterías para una vez que te visito. ¿Cuántos haces?

– Cincuenta años.

– No te ha sentado bien la vida. Aparentas más.

– No necesito tus comentarios y además no te he llamado. Tú también eras feo.

– Utiliza otro tono, amigo. Ya sabes cómo me pongo cuando me enfado.

– Ya, todo el mundo lo sabía. Sobre todo tu mujer, le pegaste como a un saco durante toda su vida.

– Bueno -dijo el viejo gesticulando-, hay que poner todo eso en su sitio. Eran cosas de aquella época.

– Un cojón la época. Eran cosas tuyas. Le jodiste un ojo.

– Venga, no vamos a seguir hablando de ese ojo durante siglos.

– Sí, para que sirva de ejemplo.

– ¿Y eres tú, Joss, quien me habla de ejemplo? ¿El Joss que casi destripa a un tipo a puntapiés en el muelle de Guilvinec? ¿O me equivoco?

– Para empezar, no era una mujer y, además, ni siquiera era un tipo. Era un roñoso y se la sudaba que los otros la palmasen siempre que pudiese sacar billetes.

– Ya, lo sé. No puedo decir que te equivoques. Pero eso no es todo, chaval, ¿por qué me has llamado?

– Te lo he dicho. No te he llamado.

– Eres un gilipollas. Tienes suerte de haber heredado mis ojos porque te hubiese metido una buena. Pues fíjate tú que si estoy aquí es porque me has llamado, es así y nada más. Además, no es un bar del que sea asiduo, no me gusta la música.

– Bueno -dijo Joss, vencido-. ¿Te invito a un trago?

– Si consigues levantar el brazo. Porque déjame decirte que ya has bebido tu dosis.

– Ocúpate de tus asuntos, viejo.

El antepasado se encogió de hombros. Se había visto en otras peores y no iba a ser ese mocoso quien lo atemorizase. Un Le Guern de pura cepa este Joss, no había ni que decirlo.

– ¿Cómo es eso? -retomó el viejo sorbiendo su licor de hidromiel-. ¿No tienes ni mujer ni cuartos?

– Pones el dedo en la llaga -respondió Joss-. Eras menos espabilado en su momento, según lo que cuentan.

– Es por ser fantasma. Cuando uno está muerto sabe cosas que antes no sabía.

– No jodas -dijo Joss extendiendo un brazo débil en dirección al camarero.

– Por las mujeres no valía la pena que me llamases, nunca ha sido mi especialidad.

– Ya me lo imaginaba.

– Pero lo del curro no es muy complicado, chico. No tienes más que copiar a la familia. No pintabas nada con las bobinas, fue un error. Y además, ya sabes, hay que desconfiar de las cosas. Puede que los aparejos estén bien, pero de las bobinas, de los hilos, de los corchos ni te digo, más vale pasar de largo.

– Ya lo sé -dijo Joss.

– Hay que arreglárselas con la herencia. Copia a la familia.

– No puedo ser marino -dijo Joss poniéndose nervioso-. Estoy vetado.

– ¿Quién te habla de ser marino? Hay más cosas que los peces en la vida, Dios bendito, sólo me faltaba eso. ¿Fui marino yo?

Joss vació su vaso y se concentró en la cuestión.

– No -dijo tras algunos instantes-. Eras el pregonero. Desde Concarneau hasta Quimper, eras el pregonero de las noticias.

– Sí, hijo mío, y me enorgullezco de ello. ArBannour era yo, «el pregonero». No había ninguno mejor que yo en la costa sur. Cada día de Dios, ArBannour entraba en un pueblo nuevo y al mediodía pregonaba las noticias. Y puedo decirte que había gente que me esperaba desde el alba. Tenía treinta y siete pueblos en mi territorio, ¿no es poco, eh? La gente vivía en el mundo, ¿y gracias a qué? Gracias a las noticias. ¿Y gracias a quién? A mí, ArBannour , el mejor recolector de noticias del Finisterre. Mi voz llegaba desde la iglesia hasta el lavadero y yo conocía todas las palabras. Todos alzaban la cabeza para escucharme. Y mi voz traía el mundo, la vida, y eso era algo diferente al pescado, puedes creerme.

– Ya -dijo Joss, sirviéndose directamente de la botella colocada sobre la barra.

– El segundo imperio lo cubrí yo. Iba a buscar las noticias hasta Nantes y las traía a lomos de caballo, frescas como la marea. La tercera república la pregoné yo en todas las costas, tenías que haber visto aquel follón. Y ni te hablo del caldo local: los matrimonios, las muertes, las disputas, los objetos recuperados, los niños perdidos, los zuecos para reparar, era yo el que transportaba todo aquello. De pueblo en pueblo, me entregaban noticias para que las leyese. La declaración de amor de la hija de Penmarch a un chico de Sainte-Marine, aún lo recuerdo. Un escándalo de todos los diablos seguido de un asesinato.

– Te podías haber callado.

– No sé por qué, me pagaban para leer, hacía mi trabajo. Si no leía, les robaba a los clientes y los Le Guern quizás seamos unos brutos pero no somos unos bandidos. Sus dramas, sus amores y sus celos de pescadores no eran asunto mío. Ya tenía bastante con ocuparme de mi propia familia. Una vez al mes, pasaba por el pueblo a ver a los niños, ir a misa y echar un polvo.

Joss suspiró en su vaso.

– Y a dejar los cuartos -completó el antepasado con un tono firme-. Una mujer y ocho niños comen lo suyo. Pero, créeme, con ArBannour , nunca les faltó de nada.

– ¿No les faltaron bofetadas?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Huye rápido, vete lejos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Huye rápido, vete lejos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Huye rápido, vete lejos»

Обсуждение, отзывы о книге «Huye rápido, vete lejos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.