Mark Billingham - En la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Mark Billingham - En la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante una noche de lluvia, Theo Shirley, un chico de diecisiete años, dispara al coche de una mujer cumpliendo así con la ceremonia de iniciación para formar parte de una banda. Ella no muere, pero su coche se estrella contra una parada de autobuses, matando a un policía.
La novia de éste, también policía, no acepta que su muerte haya sido un accidente. En su deseo por descubrir la verdad, llevará a cabo su propia investigación e irá descubriendo oscuros secretos que nos conducirán a un sorprendente giro final de la historia.

En la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Poco más de un año. Estaba yendo bastante bien.

– ¿Quién lo sabía?

– Por razones obvias, todo se hacía con mucha discreción -dijo Moody-. Con respecto a cualquiera de las personas con las que Paul trabajaba, los detalles de la operación sólo se transmitían a los niveles de inspector jefe y superiores. Martin Bescott no lo sabía, ni ninguno de los compañeros cercanos de Paul. Se trataba tanto de evitar poner en peligro a otros agentes como de no poner en riesgo la integridad de la operación.

– Y eso me incluía a mí.

Moody asintió.

– No podía decirle nada de todos modos. Daba igual a qué se dedicase usted.

Helen le devolvió el fajo de papeles y se puso en pie.

– Pero es a lo que me dedico lo que me hizo sospechar de él.

– El instinto, quizá -dijo Moody-. No tiene que culparse por eso.

Helen entró en la cocina y se apoyó en la encimera. Tras unos momentos, cogió una bayeta en el fregadero y la pasó por la superficie. Estaba repasando momentos con Paul que de repente cobraban un nuevo significado; reviviendo conversaciones en su cabeza. Podía oír a Moody barajando más papeles en el salón y aclarándose la garganta.

Volvió y se sentó de nuevo.

– ¿Entonces Paul estaba investigando a Kevin Shepherd?

– Shepherd es un objetivo sobre el que Paul estaba haciendo buenos avances antes del accidente. Lo ha visto, así que sabe el tipo de persona de la que estamos hablando.

– Es un gilipollas.

– Correcto, y es un gilipollas que sospechamos que ha realizado pagos a una serie de agentes de varias unidades.

– ¿Qué me dice de Frank Linnell?

Moody se sacó las gafas y se recostó.

– No estamos muy seguros sobre él. No es alguien en quien estemos interesados. Muchos de nuestros colegas sí, por supuesto…

– ¿Entonces, a qué estaba jugando Paul?

– ¿Qué le dijo Linnell?

– ¿No lo sabe?

Sonrió.

– La hemos estado observando, Helen, eso es todo. Nadie le ha pinchado el teléfono.

– Dijo que eran amigos.

– Tal vez sea así de sencillo, entonces -la sonrisa de Moody se agrandó-. Yo solía jugar al tenis con un falsificador bastante conocido.

Helen seguía sin estar convencida.

– También dijo algo de que no le había dado unos nombres a Paul, de que no había estado dispuesto a ayudarle.

– Indagaré sobre eso -dijo Moody-. Si se queda más tranquila.

Helen sabía que lo decía en serio, y que estaba dispuesto a hacerlo sin más motivo que ese. Le dijo que se lo agradecería, y que le gustaría hacer más investigaciones por sí misma, pero que iba a estar un poco… ocupada durante la próxima semana o así.

Moody le dio las gracias por el agua y dijo que tenía que volver al trabajo.

– Si hay alguna otra cosa que haya averiguado haciendo todo esto que crea que puede sernos de utilidad… ¿Le dijo algo Shepherd, o…?

– El ordenador -dijo Helen. Le habló del portátil que Bescott le había devuelto, que lo había escondido.

– Gracias a Dios -dijo Moody-. Le habíamos perdido la pista después de lo que le pasó a Paul.

– Operación Victoria, ¿es eso?

– ¿Pudo…?

– No pude abrir el archivo -dijo Helen.

Moody parecía bastante satisfecho.

– En realidad es el nombre de mi hija -dijo-. Es más bien aleatorio. Como bautizar huracanes.

Helen se levantó y le preguntó si quería llevarse el portátil. Él sacudió la cabeza.

– Voy a coger el Eurostar.

– Qué bien -dijo Helen.

– Una conferencia. Inspectores, jefe y superiores.

Helen hizo una mueca.

– Lo siento.

Moody cogió su chaqueta.

– Mandaré un coche a recogerlo -dijo. Se dirigió a la puerta-. Hay un montón de trabajo duro en ese chisme. El trabajo de Paul -parecía un poco avergonzado-. No quisiera dejarlo en el tren.

Theo se lanzó por el teléfono al ver quien llamaba, se fue rápidamente al dormitorio y cerró la puerta tras él.

– Has hecho lo correcto al llamarme primero -dijo Easy.

– ¿Dónde has estado, tío? -Javine estaba viendo la tele en la habitación de al lado y Theo hacía todo lo posible por no gritar, pero le estaba costando. Era un alivio que Easy le hubiese devuelto la llamada, pero le enfurecía que hubiese tardado tanto. Sentía que algo se había retorcido en su interior-. Entré allí y les encontré. A los dos, joder.

– Sé que duele, tío. Yo también lo siento.

– Yo les encontré.

– Respira hondo, Estrella.

– Wave y Sugar Boy cosidos a tiros, y el puto perro.

– Sí, eso fue a sangre fría.

– ¿Dónde has estado?

– Hay que encargarse de las cosas, T. -Theo podía oír tráfico y música de fondo. Sonaba como si Easy estuviese conduciendo-. Cuando pasa algo así, hay que hacer gestiones. Reestructuraciones o como se diga.

Theo se colocó el teléfono entre la barbilla y el hombro e intentó encender un cigarrillo. Se le cayó el mechero.

– ¿Me estás escuchando, T?

– Es lo que te dije la otra noche -Theo se agachó para coger el mechero y por fin logró meterse algo de humo en los pulmones-. Es por lo que hicimos en aquel coche, por el poli que murió.

– No voy a hablar de eso ahora.

– Ahora lo ves, ¿no? ¿Lo entiendes ahora?

– Sí, tú eres el listo, T. El primero de la clase.

Easy lo había dicho como si Theo acabase de acertar la respuesta de un concurso de televisión. Como si no importase.

– Tienes que escucharme -dijo Theo-. Sólo quedamos tú y yo, ¿me entiendes?

Durante unos segundos sólo se oyó el ruido de un motor, y la batería y el bajo que salían de la radio del coche de Easy, o de alguien más. Luego Easy dijo:

– No, eres tú el que tiene que escuchar, T. Tienes que callarte y tranquilizarte, fúmate un par de petas y deja de provocarte un puto ataque al corazón. ¿Nos entendemos?

Theo gruñó. Sabía que no tenía sentido discutir.

– Te veo esta noche.

– ¿Dónde?

– En el Dirty Sourt. Luego, ¿vale? Lo organizaremos todo.

Theo escuchó mientras la música subía de volumen, un segundo antes de que la comunicación se cortase.

Treinta

Suave y despacio, arriba y abajo… El sábado por la tarde no era el mejor momento para arrastrarse por el supermercado, Helen lo sabía, pero necesitaba salir. Había intentado quedarse sentada después de irse Moody y asimilar todo lo que le había contado, todo lo que implicaba, pero era demasiado para procesarlo. Demasiado, allí sentada, con todas las cosas de Paul a su alrededor. Con su olor todavía en el piso y una voz, suya o de él, diciéndole lo imbécil que había sido.

Cómo le había traicionado… otra vez. Cómo se había cagado en su recuerdo.

El Sainsbury's estaba abarrotado, como sabía que lo estaría, pero aun así se sentía más cómoda lidiando con los pasillos atestados. Las consecuencias de la información que había recibido se iban asentando un poco más fácilmente mientras tenía algo más en qué pensar; mientras se ocupaba de llenar lentamente su carrito.

Suave y despacio, arriba y abajo, cada pasillo a su tiempo. ¿Por qué había dado por hecho automáticamente que era corrupto, o que se estaba tirando a alguien? ¿Por qué demonios ocupaban tanto los pañales?

El barullo era una distracción bien recibida, y la voz que anunciaba las gangas por megafonía o mandaba al personal a los mostradores o cajas, era menos áspera que la de su cabeza. Además, hacía tiempo que tenía pendiente un viaje al supermercado. Las magdalenas de su padre hacía tiempo que se habían terminado y no se atrevía a lanzarle indirectas a Jenny sobre lo estupenda que era su sopa, así que prácticamente se estaba manteniendo a base de tostadas y galletas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Mark Billingham - Lazybones
Mark Billingham
Mark Billingham - Scaredy cat
Mark Billingham
Mark Billingham - From the Dead
Mark Billingham
Mark Billingham - Lifeless
Mark Billingham
Mark Billingham - The Burning Girl
Mark Billingham
Mark Billingham - Sleepyhead
Mark Billingham
Mark Billingham - Good as Dead
Mark Billingham
libcat.ru: книга без обложки
Mark Billingham
Mark Billingham - Buried
Mark Billingham
Mark Billingham - Death Message
Mark Billingham
Mark Billingham - Bloodline
Mark Billingham
Mark Billingham - Ein Herz und keine Seele
Mark Billingham
Отзывы о книге «En la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x