Mark Billingham - En la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Mark Billingham - En la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante una noche de lluvia, Theo Shirley, un chico de diecisiete años, dispara al coche de una mujer cumpliendo así con la ceremonia de iniciación para formar parte de una banda. Ella no muere, pero su coche se estrella contra una parada de autobuses, matando a un policía.
La novia de éste, también policía, no acepta que su muerte haya sido un accidente. En su deseo por descubrir la verdad, llevará a cabo su propia investigación e irá descubriendo oscuros secretos que nos conducirán a un sorprendente giro final de la historia.

En la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ya te llamaré.

– Muy bien. Pásatelo bien.

– Tú también.

– Pero trata de no divertirte demasiado, Hopwood…

Helen no oyó a Paul salir al recibidor para coger su chaqueta, no se dio cuenta de que se había despedido. Cuando salió de la cocina, le sorprendió que no estuviese allí, y dio un respingo al oír cerrar la puerta.

Durante los dos últimos días, Theo había intercambiado sus tareas de vigilancia con Ollie, un chaval blanco bastante agradable con rastas y un acento convincente. Estaba trabajando una esquina de Lewisham High Street, cerca de la torre del reloj, controlando que no hubiese problemas mientras Ollie llevaba diez libras de vuelta a la urbanización esperando que volviese con la roca. El mercadillo que llegaba hasta St. Savious's Church estaba lleno, cosa que normalmente era buena para el negocio, y mantenía ocupados a unos cuantos pitufos más, cosa que nunca venía mal. La comisaría en sí, una de las más grandes de la ciudad, estaba justo frente a él y, mientras esperaba, Theo observaba la valla iluminada de la parada de autobús que había a unos metros. Dos polis con aire jovial (un tipo gordo y una mujer guapa) hablando por radio, y un enorme letrero debajo: Visiblemente más seguros.

A unos noventa metros, en la puerta de la tienda de electrodomésticos, un adolescente miraba fijamente los televisores, aún más ansioso por que volviese Ollie que el propio Theo.

Sólo tardaría unos minutos. «Es más rápido que el puto Argos», solía decir Easy a sus clientes.

Theo mantenía un ojo puesto en su cliente, aunque no creía que fuese a irse a ningún sitio. Bailaba de un pie a otro, como siempre, retorciéndose las manos, con las mejillas chupadas de fumar la pipa más a menudo de lo que se acordaba de comer. Hacía seis meses, Theo tal vez se hubiera compadecido de él, pero ya no. Ahora sólo necesitaba unos cuantos desgraciados más como aquel pasando su número de teléfono por ahí, haciendo cola para comprar, y haciendo que sus comisiones se disparasen.

Todavía estaba esperando para cerrar el trato cuando el Audi se detuvo en una de las calles secundarias de en frente.

Easy bajó y le llamó.

– Tenemos que reunimos luego -dijo.

Theo miró atrás por encima del hombro, en busca de Ollie.

– Sí, lo que sea.

– Estamos listos, ¿me entiendes? Wave quiere hacerlo esta noche.

– Mierda, creía que aún tardaría, ¿sabes?

– Es esta noche, tío, así que prepárate, ¿vale? ¿T…?

– Estoy listo, tío -dijo Theo-. No hay fallo.

Easy sonrió de oreja a oreja y dio una palmada en el capó del coche. Tratando de evitar que su amigo viese en sus ojos algo que no debía estar allí, Theo miró por encima del hombro otra vez, como si sólo estuviese vigilando, como si siguiese a lo suyo.

De repente, Easy detectó algo clavado en un árbol en la acera de en frente y cruzó. Theo le siguió y observó a su amigo mientras estudiaba el anuncio fotocopiado y sacaba el teléfono.

Theo miró lo que estaba escrito: un número de teléfono y una descripción, una foto de un perro extraviado mirando fijamente a la cámara, con los ojos en blanco a causa del flash. Él había tenido un perro cuando era pequeño, un chucho con pinta de rata mucho menos bonito que aquel.

– ¿Has perdido a tu perro, no? -dijo Easy mirando a Theo mientras hablaba por teléfono-. Pues lo tengo yo -asintió y dijo-: Cállate, ¿vale? Puedes recuperarlo por cinco mil libras, o mato al cabrón -escuchó y luego hizo una mueca, pulsó con fuerza el botón de colgar-. Ya lo han encontrado.

– ¿Funciona alguna vez? -preguntó Theo.

– Una, pero la muy desgraciada me lo rebajó a quinientas -meneó la cabeza, asqueado-. Se supone que este es un país de amantes de los animales, tío.

– ¿Va a haber discursos luego?

– Sí, lo normal, supongo -dijo Kelly-. Bob nos llamará pajilleros a todos y se quejará del reloj cutre o de la petaca grabada o lo que sea que vamos a regalarle.

– Para esperarlo con ansia -dijo Paul. Clavó su tenedor en un pastel de carne casi comestible y pensó en irse a casa desde la de Kelly a la mañana siguiente más temprano de lo que le había dicho a Helen, hacer algo con su sábado libre. Sería agradable aprovechar el día, salir de Londres, tal vez. Habían ido a Brighton en coche en varias ocasiones, en tren desde Victoria una vez, y siempre lo habían pasado bien.

Sintió vibrar el teléfono en el bolsillo de la chaqueta.

Por otro lado, había que adelantarse al tráfico para aprovechar bien el día, y lo más probable era que no estuviese en situación de levantarse temprano.

Sacó el teléfono y se lo colocó en el regazo, consultó la pantalla, luego se alejó de la mesa para atender la llamada.

– Era sólo para comprobar cómo va todo -dijo Shepherd.

– Estupendamente.

– Llevamos un par de días sin hablar, así que quería asegurarme.

Paul cruzó las puertas acristaladas y entró en el vestíbulo, estudió los carteles de los tablones de anuncios mientras escuchaba. Shepherd sonaba alterado. Parecía ansioso por saber si su acuerdo seguía en pie, que Paul no había hablado de ciertas cosas. Paul le dijo que no tenía nada de qué preocuparse, pero que no era buen momento para hablar. Dijo que le llamaría al día siguiente, y fijarían un momento para otra reunión.

Shepherd se rio.

– Me preocupo, eso es todo -dijo-. Ya me entiendes.

Paul volvió a la cantina, pensando que el día en que entendiese a tipos como Kevin Shepherd sería hora de dejarlo y hacer su discurso de jubilación. Vio a Kelly y le hizo unas señas, luego se acercó al mostrador para pedir café para los dos.

Un aparcamiento como es debido, de varios pisos o así, era implanteable, decidió Easy. Demasiadas cámaras. Había demasiadas por todas partes, pensó, grabando su culo y el de todo el mundo en el circuito cerrado de televisión veinticuatro horas al día. Era una de las primeras cosas que les enseñaban a los nuevos: cómo pasar la mercancía de forma que nunca se viese nada aunque toda la operación fuese captada por la cámara. Sólo era cuestión de dejarse la capucha puesta, colocar el cuerpo en el ángulo adecuado y encontrar el punto ciego. Tras un tiempo tenía que salir de forma natural, como el mear.

Cogieron el metro ligero hasta Catford, encontraron una calle secundaria detrás del estadio de galgos clausurado sin ninguna cámara a la vista. Easy y SnapZ se quedaron en un lado de la calle y Mikey en el otro.

No tuvieron que esperar más de diez minutos.

El crío llegó trotando con una bolsa de deportes, como si viniese del gimnasio o así. En cuanto hubo abierto el cierre centralizado de su coche y lo rodeó para meter la bolsa en el maletero, SnapZ se puso delante de él y le preguntó la hora. Mikey estaba detrás con la navaja; fue Easy el que habló.

– Sólo queremos las llaves del coche, así que no hace falta que hagas tonterías, ¿lo pillas?

La sorpresa pronto dio paso a la resignación en la cara del chaval y le entregó las llaves.

– Muy bien -dijo Easy.

El crío meneó la cabeza.

– Es un puto Cavalier, tío. ¿Para qué lo queréis?

– Cállate o te rajo -dijo Mikey.

Easy sonrió de oreja a oreja.

– La cartera también nos vendría bien, y ese móvil reluciente, ya que estamos.

Cuando les hubo dado lo que le habían pedido, Easy se dirigió lentamente hacia el lado del copiloto, dejándole la conducción a SnapZ. Llevarían el coche hasta uno de los guardamuebles de Wave, le pondrían una matrícula nueva y esperarían hasta más tarde. Hasta que fuese hora de recoger a Wave, y luego a la estrella del espectáculo.

SnapZ puso el motor en marcha.

– Coser y cantar -dijo Easy.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Mark Billingham - Lazybones
Mark Billingham
Mark Billingham - Scaredy cat
Mark Billingham
Mark Billingham - From the Dead
Mark Billingham
Mark Billingham - Lifeless
Mark Billingham
Mark Billingham - The Burning Girl
Mark Billingham
Mark Billingham - Sleepyhead
Mark Billingham
Mark Billingham - Good as Dead
Mark Billingham
libcat.ru: книга без обложки
Mark Billingham
Mark Billingham - Buried
Mark Billingham
Mark Billingham - Death Message
Mark Billingham
Mark Billingham - Bloodline
Mark Billingham
Mark Billingham - Ein Herz und keine Seele
Mark Billingham
Отзывы о книге «En la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «En la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x