Joseph Wambaugh - Cuervos de Hollywood

Здесь есть возможность читать онлайн «Joseph Wambaugh - Cuervos de Hollywood» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuervos de Hollywood: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuervos de Hollywood»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Joseph Wambaugh, maestro del thriller policíaco, ha vuelto con una adictiva novela focalizada una vez más en los oficiales de la Hollywood Station del LAPD; en concreto en el papel que desempeñan los «cuervos», nombre popular dela Oficina de Relaciones Comunitarias (CRO), formado por policías que no están satisfechos en las calles y que se sienten más seguros velando por la «calidad de vida» de los vecinos.

Cuervos de Hollywood — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuervos de Hollywood», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– La detective Fernández de la comisaría Hollywood ha estado hoy aquí. Había un tipo sospechoso con antecedentes que tenía en su coche una dirección que puede estar relacionada con la mía.

A través de la niebla Bix recordó:

– Oh, sí. Se suponía que debía comentarte cosas sobre ese tío. Su nombre es Stillwater o algo así.

– Leonard Stilwell -dijo ella.

– Sí, eso es -dijo él-. No me sonaba mucho. Francamente, me olvidé de ello.

– Puedo contártelo si te pasas por aquí.

– Margot…

– Ven y habla conmigo. Eso es todo, sólo quiero hablar. Si crees que estoy comportándome como una histérica, te juro que no llamaré nunca más.

– Estoy enfermo, Margot. Pasaré por la tarde, pero sólo unos minutos.

– ¡Maravilloso! -dijo ella-. ¿Puedo ayudarte? ¿Qué ocurre?

– Tuve un desliz -dijo-. Ayer bebí todo lo que pude. Ahora estoy enfermo.

– Pobre Bix -dijo-. Tengo una poción secreta para resacas que aprendí cuando era bailarina. Había montones de resacosos en la Sala Leopardo, como puedes suponer.

– ¿Qué tal a las cinco?

– ¿Puedes más tarde? -dijo-. Lola estará aquí hasta las cinco. ¿Qué tal a las seis y media?

– Vale -dijo-. Ahora voy a echarme un rato.

– Toma algo de vitamina B y C -dijo ella-. Todo lo que puedas. Bebe mucho zumo y agua, y ponte una toalla fría sobre la frente y los ojos. Intenta dormir un poco.

– Te veo a las seis treinta -dijo él.

Bix pensó en el asunto. Se sentía a salvo con ella durante el día. El sol estaba todavía alto a las seis y media, los días de verano eran largos. Era tras el crepúsculo cuando empezaba el encantamiento. Entonces no podía resistirse.

Una vez se lo había confesado a Margot, y ella había dicho alegremente:

– ¿Por qué no te lo habría dicho antes? ¡Soy una vampiresa!

Margot Asís cogió su móvil GO y llamó a Jasmine instantes después de haberle colgado a Bix. Era difícil no delatar la excitación que sentía.

Cuando Jasmine contestó, Margot dijo:

– Soy yo. ¿Dónde estás?

– ¿Que dónde estoy? -dijo Jasmine con voz de disgusto-. Estoy en casa, intentando descansar un poco después de que tu marido me hiciera bailar cuatro veces la otra noche, todo porque la puta de Goldie se tomó la noche libre con la excusa de que tenía un tirón inguinal.

– Ponte cómoda. Te llamo ahora.

Un momento después Margot marcó el número del teléfono que había comprado para Jasmine y ésta contestó con un aburrido:

– Sí, ¿qué pasa…?

– ¡Todavía no ha pasado nada, pero va a pasar!

– He oído eso antes -dijo Jasmine.

– ¡Esta noche! -dijo Margot.

Eso captó su atención.

– No me digas eso si no es seguro, Margot. No puedo controlarlo más.

– ¡Esta noche, nena! -dijo Margot-. Tómate la noche libre.

– ¡Alí me matará! -dijo Jasmine, y Margot casi estalló en una carcajada.

Jasmine se dio cuenta de lo que acababa de decir, y entre dientes dijo:

– ¡Mierda!

– Te toca a ti tener un tirón en la ingle -dijo Margot-. Tendré a mi amigo bajo control antes de la medianoche, seguro. Tú estate preparada para hacer lo que tienes que hacer.

– ¿A medianoche? -dijo Jasmine.

– Más o menos a medianoche -dijo Margot.

– Estaba empezando a pensar que era como un juego -dijo Jasmine-. No algo real, ¿sabes?

– Es real, nena -dijo Margot-. Lo tendremos todo.

– ¿Me llamarás cuando sea la hora?

– Estarás sentada en tu coche a una manzana del club no más tarde de las once y media. Después recibirás la llamada, y entonces has de ser buena, cariño. Realmente buena.

– Lo seré -dijo.

– Haz que corra ese rímel -dijo Margot.

– Puedo hacerlo -dijo Jasmine-. Sólo espero que tú también puedas.

– Te amo -dijo Margot, al despedirse.

Margot se sirvió una taza de café y llamó a su niñera para que recogiese a Nicky y cuidase de él esa noche. La niñera estaba acostumbrada y siempre era bien remunerada por prestar esos servicios nocturnos. A Margot ya sólo le quedaba prepararse mentalmente.

Decidió que pasados unos meses cortaría con Jasmine con una «pequeña indemnización» por su ruptura. Margot suponía que cien mil dólares serían suficientes para ella.

Por supuesto, Jasmine se enfurecería y amenazaría con descubrir a Margot, pero ¿qué podía hacer ella? ¿Admitir su complicidad? ¿Y qué podría demostrar si llevase a cabo semejante acusación? No, Jasmine se llevaría el dinero y se enamoraría de otra persona. Como las heroínas de las canciones, se enamoraba con demasiada facilidad, sobre todo si el amante era muy rico. Eso le recordó a Margot que debía recuperar el teléfono móvil en los próximos días. Por si acaso.

Sentía tal fatiga emocional que Leonard durmió una hora entera. Cuando se despertó, se duchó e incluso se afeitó. Se puso una camiseta limpia, unos téjanos Levi's raídos no demasiado sucios, y su mejor par de zapatillas. Se fumó un pitillo, recuperó energía con un café e hizo un ensayo. Debía adoptar la actitud correcta. Tenía que estar listo para ser lo más frío que pudiese cuando el jodido árabe empezase a blandir su daga verbal ante su cara.

La Sala Leopardo tenía suficientes bailarinas en nómina como para mantener el club repleto a última hora de la tarde sin necesidad de tarifas happy hour. Leonard contó más de cuarenta coches en el parking a las seis de la tarde y eso le hizo sentir que la paga extra que iba a pedir por sus servicios estaba más que justificada.

Una vez más entró en la oficina de Alí Aziz sin llamar y encontró a Alí sentado tras su mesa con una botella de Jack Daniels y dos vasos. Junto a la botella había varias cartas y un sobre en blanco, junto con un tubo de cápsulas magenta y turquesa.

Alí, que también había estado ensayando, tenía la sonrisa más dentada que le había visto Leonard nunca.

– ¡Leonard, amigo mío! -dijo Alí de forma extravagante-. Estoy encantado de verte. Tengo en mi poder el importantísimo documento, gracias a ti, Leonard. ¡Todo vuelve a estar en su sitio!

Leonard se sentó en la silla del cliente y dijo:

– Sí, bueno, me alegro de que estés contento porque todavía tenemos que discutir unos flecos.

– Desearía encargar algo de comida para mi amigo y para mí. Me siento un hombre nuevo. ¿Un buen filete? ¿Un chuletón? ¿Costillas?

Leonard meneó la cabeza, no sabía cómo tratar al «nuevo» Alí.

– No -dijo-, comí algo en el IHOP.

– ¿Algo de beber? -dijo Alí, mientras servía dos chupitos de Jack Daniels.

– Vale -dijo Leonard, cogiendo el vaso más cercano.

– Pareces cansado -dijo Alí-. ¿Duermes bien?

– Lo suficiente -dijo Leonard.

– Yo estoy durmiendo muy bien -dijo Alí-. Me tomo la medicina para dormir que me dio una de las bailarinas.

– Eso está bien -dijo Leonard, y pensó que podría pasar de la droga a la bebida si pudiera conseguir una mercancía tan buena.

– Me voy a casa dentro de una hora porque estoy en pie desde las cinco de la mañana para hacer inventario. La perra de mi esposa ya no hace el inventario para mí, así que ahora debo hacerlo todo yo solo.

– Sí, la vida es dura -dijo Leonard-. Deberías haber estado conmigo la noche pasada. Ni siquiera tus pastillas para dormir te habrían ayudado.

– ¿Dónde estuviste la otra noche?

– En la cárcel.

– Oh, Dios -dijo Alí-. ¿Qué hiciste mal?

– Nada -dijo Leonard-. Excepto que hice un trabajo para ti. Y los polis encontraron mis herramientas y me enjaularon. Pasé la noche en la trena, pero como no pudieron probar nada, me dejaron libre.

– Oh, Dios -dijo Alí-. No dirías nada sobre…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuervos de Hollywood»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuervos de Hollywood» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joseph Wambaugh - The Choirboys
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Finnegan's week
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Echoes in the Darkness
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Hollywood Hills
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Los nuevos centuriones
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - The Blue Knight
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Hollywood Moon
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Hollywood Crows
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - Hollywood Station
Joseph Wambaugh
Joseph Wambaugh - El caballero azul
Joseph Wambaugh
Отзывы о книге «Cuervos de Hollywood»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuervos de Hollywood» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x