Anne Holt - La Diosa Ciega

Здесь есть возможность читать онлайн «Anne Holt - La Diosa Ciega» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Diosa Ciega: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Diosa Ciega»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La exitosa abogada Karen Borg ha sacado a pasear a su perro cuando se tropieza con un cadáver. ¿De quién? Solo Dios sabe, el cuerpo ha perdido su cara. Hanne obtiene una confesión de un sospechoso vendedor de drogas quien también confiesa a Karen después de pedirle que le defienda. El sendero conduce a la cima de la profesión jurídica.
En esta primera entrega de la serie se presenta a los personajes -la brillante y también arrogante Hanne Wilhelmsen y sus colegas- y el escenario -un mundo en el que la diosa de la justicia lleva los ojos vendados-. La tarea del equipo de Wilhelmsen es destapar los ojos de esa diosa ciega. La trama parte de un asesinato que desata una investigación de una red de corrupción y drogas. A lo largo del libro se va descubriendo las partes implicadas en ésta y finalmente se conoce que ciertos miembros del cuerpo de la policía, así como del departamento de Justicia, participaron en la misma. El motivo: financiar las operaciones de los servicios secretos noruegos.

La Diosa Ciega — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Diosa Ciega», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los agentes de Policía no la encontraron. Aquel día no llegó a Oslo y ni siquiera supo que la estaban buscando.

Como era obvio, la cosa tenía que salir mal. Sin un solo asidero nuevo, no había nada más que aportar al juez. En esta ocasión, a Bloch-Hansen no le llevó más de veinte minutos convencer al tribunal de que prolongar la prisión preventiva constituía una decisión insensata. Como era natural, el trabajo de Lavik se estaba viendo muy afectado por su encarcelamiento. Estaba perdiendo treinta mil coronas a la semana. Además, el abogado no era el único afectado: tenía dos empleados cuyos puestos de trabajo estaban amenazados por su ausencia. Su posición y su estatus social acentuaban sus padecimientos en este contexto y los enormes titulares de los periódicos no contribuían precisamente a mejorar la situación. Si el tribunal, contra todo pronóstico, aún pensaba que había motivos para seguir sospechando de él en un caso penal, al menos debía mostrar consideración por la carga extrema que suponía el encarcelamiento. En una semana, la policía debería haber conseguido aportar algo más, y no lo había hecho. El abogado debía ser puesto en libertad. Su salud corría peligro, no había más que verlo para darse cuenta de ello.

Y el juez lo veía. Si en la vista anterior había tenido mal aspecto, en esta ocasión desde luego no había mejorado. No hacía falta ser médico para ver que el hombre estaba consumido. La ropa había empalidecido al ritmo de su propietario; el joven abogado, antes tan boyante, tenía pinta de haber sido detenido después de una malograda cena de Navidad para indigentes.

El juez se mostró de acuerdo. Su decisión fue dictada en ese mismo momento. La profunda depresión de Håkon encontró algún obstáculo cuando llegaron al punto del motivo razonable de sospecha, que seguía vigente. Sin embargo, el alma volvió a caérsele a los pies cuando el juez describió en palabras bastante desagradables la incapacidad de la Policía para hacer avanzar el caso e hizo hincapié en lo lamentable que era que las circunstancias en torno a la desaparición de la declaración de Ka-ren Borg no se hubieran aclarado.

El peligro de destrucción de pruebas era también obvio, pero por desgracia al juez le pareció igualmente obvio que prolongar la preventiva era una actuación insensata. El hombre iba a ser puesto en libertad, aunque tendría que presentarse en el juzgado todos los viernes.

¡Presentarse en el juzgado! Menudo consuelo. Håkon recurrió de inmediato la decisión y pidió que se pospusiera la puesta en libertad. Eso al menos les proporcionaría un día más. Un día era un día. Aunque Roma no se hubiera construido en tan poco tiempo, muchos casos habían visto cambiar su suerte gracias a unas pocas horas extra.

El fiscal adjunto Håkon Sand no podía creer lo que estaba oyendo cuando el juez le dejó claro que tampoco le iba a conceder esa petición. Intentó protestar, pero fue rechazado con firmeza. La Policía había tenido su oportunidad y la había desperdiciado. Ahora tendrían que apañárselas sin la ayuda del tribunal. Sand respondió que entonces no tenía sentido recurrir y, en un ataque de enfado, retiró el recurso. El juez no se dejó afectar y antes de levantar la sesión comentó secamente: -Si tenéis suerte, os libraréis de una demanda de indemnización. Si tenéis suerte de verdad.

Pusieron en libertad a Jørgen Ulf Lavik esa misma noche. En el momento en que salió pareció erguirse dentro de su traje, dio la impresión de crecer algunos centímetros y de recuperar al menos algunos de los kilos que había perdido. Abandonó la comisaría riéndose, por primera vez en diez días.

Ni Hanne Wilhelmsen ni Håkon Sand se rieron, ni tampoco nadie más en el gran edificio de la calle Grønland 44.

Había salido bien. Lo cierto es que había salido todo bien. La pesadilla había terminado y no habían encontrado nada. Si hubieran encontrado algo, seguiría detenido. Pero ¿qué podían encontrar? Le dio gracias al destino, porque tan sólo unos días antes de su detención había sustraído la llave de debajo del armario y la había escondido en un sitio más seguro. Tal vez el viejo estuviera en lo cierto cuando afirmaba que las fuerzas del bien estaban de su parte. Los dioses sabrían por qué.

Aun así había algo que no acaba de entender. Cuando escogió como defensor al abogado del Tribunal Supremo Christian Bloch-Hansen, lo hizo porque estaba convencido de que era el mejor. El culpable necesita al mejor; el inocente puede apañarse con cualquier cosa. Y Bloch-Hansen había estado a la altura de sus expectativas, probablemente a él no se le hubiera ocurrido lo de la confidencialidad de la información de Karen Borg. El abogado defensor había hecho un gran trabajo y lo había tratado con corrección y cortesía, pero en ningún momento se había mostrado ni cálido ni comprensivo ni receptivo. No se había implicado en el caso. Bloch-Hansen había hecho su trabajo y lo había hecho bien, pero en sus agudos ojos había relumbrado algo que podría parecer odio, tal vez incluso desprecio. ¿Creía que era culpable? ¿Se negaba a creer sus plausibles historietas, tan plausibles que casi se las creía él mismo?

El abogado Lavik se desembarazó de la idea. Ya no tenía importancia. Era un hombre libre y no le cabía duda de que el caso sería sobreseído en poco tiempo. Le pediría a Bloch-Hansen que se encargara de eso. Lo del billete de mil coronas había sido un enorme error, pero por lo que sabía se trataba del único verdadero error que había cometido. Nunca, nunca, nunca, se volvería a poner a sí mismo en una situación semejante. Sólo le quedaba una cosa por hacer y había tenido tiempo de sobra para planearla, varios días, aunque ahora tendría que realizar ciertos ajustes en su plan, en ese sentido Sand le había hecho un regalo al explicar la ausencia de Karen Borg diciendo que estaba de vacaciones. Al juez le había irritado que la Policía tuviera problemas para contactar con una persona que se encontraba en Vestfold, como si aquello estuviera en la otra punta del mundo. No lo estaba. El abogado sabía exactamente dónde se hallaba. Nueve años antes habían estado allí junto con todos los representantes de los estudiantes que formaban parte del consejo de facultad. Progresistas y conservadores. En aquella ocasión tuvo la sensación de que la mujer tal vez estuviera enamorada de él, sin embargo, el abismo político que los separaba había imposibilitado cualquier acercamiento. Ahora bien, como se estaba hablando de restringir el acceso a los estudios, todos ellos habían dejado a un lado las grandes batallas políticas para reunir sus fuerzas en torno a la lucha contra la exclusión de estudiantes; Karen Borg se había propuesto como anfitriona de aquella histórica reunión, que acabó girando más en torno al vino que a la política, aunque por lo que podía recordar había sido un fin de semana agradable.

Tenía prisa y le iba a resultar difícil deshacerse de los moscones que sabía que le iban a perseguir durante bastante tiempo, pero podría con ello. Tenía que poder. Si se libraba de Karen Borg, nunca conseguirían cogerlo. Ella era el último obstáculo entre su persona y la libertad definitiva.

El Volvo azul oscuro había llegado al garaje, patinó un poco en el resbaladizo acceso, pero aun así encontró su sitio, como un caballo viejo que retorna a su establo tras una dura jornada de trabajo. Lavik se inclinó por encima del volante, hacia su pálida mujer, y la besó con ternura mientras le daba las gracias por su apoyo.

– Ahora va a ir todo bien, cariño.

Dio la impresión de que ella no le acababa de creer.

¿Debería llamarla o no debería? ¿Debería ir a buscarla o no? Deambulaba inquieto por su pequeño apartamento, que mostraba claros indicios de no haber sido, en los últimos días, más que un lugar por donde se pasaba para coger la colada y echar una cabezadita. Pero ya no le quedaba más ropa limpia y tampoco era capaz de conciliar el sueño.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Diosa Ciega»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Diosa Ciega» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Diosa Ciega»

Обсуждение, отзывы о книге «La Diosa Ciega» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x