Sara Paretsky - Fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Victoria Warshawski es una investigadora privada que procede de los barrios del sur de Chicago, donde la inmigración, las drogas, los embarazos adolescentes y el absentismo escolar son una constante. Aquejada de cáncer, la entrenadora de baloncesto del instituto donde ella estudió le pide que asuma el control del equipo femenino, y Warshawski no puede negarse.
El equipo está compuesto por adolescentes de minorías raciales, algunas de ellas con hijos, y todas procedentes de familias humildes. La mayoría de los padres de las chicas trabaja en By-Smart, una cadena de hipermercados que explota y discrimina a sus empleados.

Fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Morrell estudió su semblante pensativamente.

– De un tiempo a esta parte los departamentos de policía se apoderan de los archivos de la gente amparándose en la ley antiterrorista, la maldita Patriot Act. No me apetece invitar a la policía a mi casa y que se lleve mi máquina o la de cualquier otra persona.

– Así que quiere hacerme perder el tiempo solicitando una orden.

– No considero que las garantías legales sean una pérdida de tiempo, Rawlings. Pero no le pediré que recurra a un juez si usted viene conmigo en persona y revisamos juntos el ordenador de Marcena, archivo tras archivo. Si contiene material de índole personal, lo dejaremos intacto. Si tiene notas que apunten a un posible criminal, copiará esos archivos y se los llevará.

A Conrad no le gustaba la idea. Es poli, a fin de cuentas, y a los polis no les gusta que los civiles supervisen su trabajo. Pero en el fondo es un tipo decente al que no le gusta acosar a los ciudadanos por puro placer.

– Soy jefe de distrito. No puedo dedicar tanto tiempo a una tarea como ésa, pero puedo mandarle a un buen detective y un agente uniformado. Con órdenes de no llevarse nada que no haya visto usted.

– Con órdenes de llevarse copias, no originales -puntualizó Morrell.

– Con órdenes de llevarse cualquier cosa que parezca relevante sobre el trabajo que Love estaba haciendo en South Chicago.

– Siempre y cuando sea una copia y no se incauten de su máquina.

– Esto es como estar viendo a Lee Van Cleef contra Clint Eastwood -me quejé-. El pulso podría alargarse toda la tarde. Tengo que ir a mi oficina, así que voy a dejar que resolváis vuestras diferencias por vuestra cuenta; el señor Contreras hará de Eli Wallach. Ya me contará cuál de los dos se queda con el oro.

Conrad rió resoplando.

– De acuerdo, señora W., de acuerdo. Dejaré que tu amigo revise los archivos, pero yo decidiré qué se copia. O mejor dicho, mi detective. Se llama Kathryn Lyndes; estará en su casa dentro de noventa minutos.

El alcalde iba realmente a por todas en aquel caso si Conrad podía asegurar que contaba con un detective disponible para ir desde South Chicago hasta Evanston sin previo aviso.

– El padre de Marcena debe de ser alguien bastante importante para que el cónsul haga que el alcalde se preocupe por un atraco en el South Chicago. ¿Crees que podrías reservar algún recurso para una persona sin contactos? Te conté que estaba buscando a Josie Dorrado cuando encontré a Marcena y a Bron. Todavía no ha aparecido y me he quedado sin ideas.

– Dile a la madre que vaya a comisaría y que presente una denuncia de desaparición.

– ¿Y alguien saldrá disparado y se pondrá a peinar los solares vacíos y los edificios abandonados? -dije con sorna.

– No la tomes conmigo, señora W. Sabes muy bien de qué recursos dispongo y cómo los empleamos al máximo.

– La semana pasada me dijiste que no me inmiscuyera en South Chicago. Esta semana no tienes recursos para ocuparte del barrio.

– Cada vez que tú y yo empezamos a llevarnos bien, decides abrir fuego contra mí con una metralleta -dijo Conrad-. No puedes echarme la culpa si la semana pasada te menosprecié por lo de aquel incendio.

Tomé aire; una discusión del tipo quién dijo qué era una batalla perdida para todos.

– Muy bien, Conrad, no es mi intención apuntarte con una metralleta, pero ¿has descubierto algo sobre el incendio? ¿Quién lo provocó, o al menos por qué iban a por Frank Zamar?

– Pues no. Aún no sabemos siquiera si lo provocó Zamar y no logró salir del edificio a tiempo, aunque no lo creo. Si la fábrica hubiese ardido el verano pasado, cuando el negocio le iba fatal, sería otra historia; había hecho grandes negocios con By-Smart cuando todo el mundo quería tener una bandera americana; hasta había añadido un turno de noche y se había endeudado para adquirir nuevas máquinas de corte. Luego ese contrato fue cancelado de golpe y tuvo que cerrar el turno de noche. Pero no mucho antes del incendio había firmado un nuevo contrato con By-Smart para fabricar una línea de sábanas y toallas con la bandera.

Pase la noche arropada con la Vieja Gloria y por la mañana séquese el culo con la bandera. A su manera, parecía tan ultrajante como quemarla, pero ¿qué sabía yo? ¿Era ése el segundo empleo que había cogido Rose? ¿Dirigir la fábrica de toallas para Zamar? ¿Por qué se ponía tan a la defensiva y reservada al respecto? Parecía perfectamente legal.

Negué con la cabeza, incapaz de comprenderlo, y dije a Conrad:

– Para tu información, el tipo de Carnifice que busca a Billy el Niño tiene recursos de sobra. Creo que Josie Dorrado está con Billy. La familia Bysen le ha atribuido el papel de espalda mojada chantajista que quiere sacarle dinero a Billy. No soportaría que le hicieran daño.

– Lo tendré presente, señora W.; lo tendré presente.

Conrad habló cansinamente pero garabateó algo en su bloc de notas. Tendría que conformarme con eso.

Morrell salió del apartamento del señor Contreras cojeando a mi lado.

– Voy a tomar un taxi hasta mi casa para tener tiempo de mirar unas cosas antes de que llegue el detective de Rawlings. ¿Estarás bien?

Asentí con la cabeza.

– Hoy sólo estoy en condiciones de hacer trabajo de oficina. ¿Van a venir los padres de Marcena?

– El Foreign Office está tratando de localizarlos; son unos excursionistas inveterados y ahora mismo se encuentran en una región remota de la India -me apartó el pelo de los ojos y me besó-. Anoche teníamos una cita para cenar, cariño, pero me diste plantón. ¿Debería concederte una segunda oportunidad?

Conrad salió en ese momento y, contra mi voluntad, noté que se me encendían las mejillas.

Capítulo 31

Heridos leves

Mi oficina tenía un triste aire de abandono, como si nadie hubiese estado allí dentro durante meses. Mis pasos resonaban en el suelo y parecían rebotar en las paredes y los techos. Aunque había pasado por ella hacía dos días, lo cierto era que últimamente no estaba yendo a trabajar; sólo me dejaba caer ante mi escritorio entre caminatas a través de ciénagas.

Mi compañera de arriendo, Tessa, que es escultora, estaba de vacaciones en Australia. Dejé su correo en su mesa de dibujo. Su espacio de trabajo estaba meticulosamente ordenado, cada herramienta colgada en su sitio en un tablero, los esbozos guardados en cajones etiquetados, el soplete y las láminas de metal cuidadosamente tapados con telas para protegerlos del polvo. Todo un contraste con mi lado, reino de carpetas apiladas en los bordes de las mesas y material de oficina que parece emigrar a su antojo.

En cierto modo, mi espacio es demasiado grande, los techos demasiado altos, tal como suelen serlo en estos almacenes antiguos. Me había hecho poner falsos techos en algunos lugares, pero las ventanas rodeaban todo el perímetro en lo más alto; me había faltado dinero para derribar una pared para que entrara la luz natural. Sí que coloqué tabiques para dar una escala más humana al conjunto, creando cubículos separados, con mi escritorio en uno, el material de oficina y las impresoras en otro y una cama para cuando necesitaba descansar lejos de casa en un tercero, aunque era en la gran sala del extremo occidental donde hacía casi todo el trabajo real.

Hay un rincón con un sofá y varías butacas donde tengo las reuniones informales con los clientes, una tarima con pantalla para presentaciones más formales, una mesa larga donde planifico los trabajos en curso, un escritorio para mi ayudante, si alguna vez me pongo a buscar en serio una persona para contratarla a jornada completa. Miré los montones de papeles que había encima de la mesa larga y decidí que todavía no estaba preparada para enfrentarme a ellos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x