Sara Paretsky - Fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Victoria Warshawski es una investigadora privada que procede de los barrios del sur de Chicago, donde la inmigración, las drogas, los embarazos adolescentes y el absentismo escolar son una constante. Aquejada de cáncer, la entrenadora de baloncesto del instituto donde ella estudió le pide que asuma el control del equipo femenino, y Warshawski no puede negarse.
El equipo está compuesto por adolescentes de minorías raciales, algunas de ellas con hijos, y todas procedentes de familias humildes. La mayoría de los padres de las chicas trabaja en By-Smart, una cadena de hipermercados que explota y discrimina a sus empleados.

Fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Love se había reído.

– Tengo un umbral de aburrimiento muy alto. ¿Sabes la serie que estoy haciendo para el Guardian sobre la América que los europeos no ven? Tengo que comenzar por alguna parte, y ¿quién podría ser más invisible que las chicas a las que entrenas? Tú misma dices que nunca llegarán a ser estrellas olímpicas ni ganarán un Nobel, proceden de barrios deprimidos, tienen bebés…

– O sea, igual que las chicas del sur de Londres -la había interrumpido Morrell-. A mí no me parece que ahí tengas una gran historia, Love.

– Pero es posible que ver ese sitio me la sugiera -replicó ella-. Quizás un perfil de una detective americana que regresa a sus raíces. A todo el mundo le gustan las historias de detectives.

– Podrías seguir al equipo -convine fingiendo entusiasmo-. Sería como uno de esos dramones en los que un puñado de chicas que ni siquiera tienen uniformes se reúnen bajo mi inspirado liderazgo para ser campeonas del estado. Pero ten claro que la sesión de entrenamiento dura dos horas, y luego tengo una cita con un empresario de la zona. Es lo más cutre de la ciudad; si finalmente te aburres, no tendrás gran cosa que hacer.

– Siempre puedo marcharme -dijo Love.

– ¿A las calles que tienen el índice de asesinatos más alto de la ciudad?

Volvió a reír.

– Acabo de llegar de Bagdad. He estado en Sarajevo, en Ruanda y en Ramala. Me cuesta creer que Chicago sea más aterrador y peligroso que cualquiera de esos sitios.

Me mostré de acuerdo, por supuesto. Lo había dicho porque Love me caía mal (porque estaba celosa, o insegura, o tan sólo por ser una pendenciera del South Side resentida). Si el equipo conseguía figurar en la prensa, aunque fuese en el extranjero, quizás alguien le prestara atención y me echara un cable en mi búsqueda de un patrocinador.

A pesar de su displicente convicción de haber sabido cuidar de sí misma en Kabul y en la Franja de Gaza, Love languideció un poco cuando llegamos al instituto. El propio barrio basta y sobra para que a cualquiera le vengan ganas de llorar; al menos a mí me vienen esas ganas. Dos semanas antes, la primera vez que pasé por delante de mi antigua casa, no pude evitar que se me saltaran las lágrimas. Las ventanas estaban clausuradas con tablas, y las malas hierbas tapaban el jardín donde mi madre había cultivado con infinita paciencia una bocea di leone gigante y una camelia japonesa.

El edificio del instituto, con su basura y sus grafitti, sus ventanas rotas y sus cadenas de cinco centímetros de grosor que cierran, entre pilones, todas las entradas menos una, amilana a todo el mundo. Incluso cuando te has acostumbrado a las cadenas y la basura y piensas que ya ni las ves, te siguen pesando. Alumnos y profesores por igual acaban deprimidos y agresivos al cabo de cierto tiempo en semejante lugar.

Marcena había guardado un inusitado silencio mientras mostrábamos nuestros carnés al guardia, limitándose a murmurar que estaba acostumbrada a esos trámites en Gaza y en Irak, pero que no se había dado cuenta de que los norteamericanos supieran qué se siente al tener fuerzas de ocupación en su propio país.

– Los polis no son fuerzas de ocupación -espeté-. Ese papel le corresponde a la pobreza implacable que sufrimos por aquí.

– Los polis son fuerzas de ocupación sea cual sea el poder que los pone a vigilar una comunidad -replicó Love, pero aun así fue muy comedida hasta que conoció al equipo.

Cuando se hubo marchado del gimnasio, incrementé el ritmo de los ejercicios pese a que varias jugadoras se negaban hoscamente a obedecer, quejándose de que estaban agotadas y aduciendo que la entrenadora McFarlane no les hacía trabajar tanto.

– A mí no me tomaréis el pelo -grité-. McFarlane fue mi entrenadora: ella me enseñó estos ejercicios.

Las puse a practicar pases y rebotes, sus puntos más débiles. Ubiqué a las rezagadas debajo de las canastas; dejaban que las pelotas rebotaran porque no les daba la gana de hacer el esfuerzo de interceptarlas. Celine derribó a una de ellas. Aunque en el fondo yo deseaba hacer lo mismo, tuve que enviar a Celine al banquillo y amenazarla con una expulsión temporal del equipo si seguía buscando pelea. Me sentó fatal tener que hacer eso, porque ella y April, junto con Josie Dorrado, eran nuestra única esperanza para formar un equipo capaz de ganar unos cuantos partidos. Siempre y cuando mejorasen su juego. Siempre y cuando buena parte de las demás se pusiera a trabajar de verdad. Siempre y cuando todas ellas siguiesen acudiendo a entrenar, no se quedasen preñadas, no las matasen de un tiro y consiguieran las zapatillas de reglamento y demás equipo que necesitaban. Y siempre y cuando Celine y April no acabaran a tortazo limpio antes de empezar la temporada.

De repente, el nivel de energía aumentó en el gimnasio y supe sin mirar el reloj que nos quedaban quince minutos de entreno. A esa hora los amigos y familiares aparecían y aguardaban al equipo. Pese a que la mayoría de chicas iban a casa por su cuenta, todo el mundo jugaba mejor delante de un público.

Aquella noche, para mi sorpresa, fue April Czernin quien apretó más el ritmo: se puso a encestar rebotes con la fiereza de Teresa Weatherspoon. Me volví para ver ante quién se estaba luciendo y vi que Marcena Love había regresado junto con un hombre que debía de tener más o menos mi edad. Había sido apuesto hasta hacía muy poco, y sin duda merecía una segunda mirada. Él y Love reían con ganas y la mano derecha de él estaba a apenas un milímetro de la cadera de ella. Cuando April vio que la atención del hombre era para Marcena, lanzó la pelota contra la canasta con tal violencia que el rebote arreó un buen golpe a Sancia en la cabeza.

Capítulo 3

Romeo (entra en escena por la izquierda)

El hombre se adelantó sonriendo con espontaneidad.

– Así que eres tú, Tori. Ya me lo imaginé cuando April nos dijo cómo te llamabas.

Nadie había vuelto a usar ese apodo conmigo desde la muerte de mi primo Boom-Boom. Él siempre me llamaba así (mi madre odiaba los motes norteamericanos y mi padre me llamaba Pepperpot) y no me gustó oírlo en boca de aquel tipo que era un perfecto desconocido para mí.

– Llevas tanto tiempo lejos del barrio que ya no te acuerdas de los viejos amigos, ¿eh, Warshawski?

– ¡Romeo Czernin! -exclamé asombrada al reconocerlo: había ido a la clase de Boom-Boom, un curso por delante de mí, y las chicas de mi grupo se burlaban de él cuando le veíamos tirando los tejos a nuestras compañeras de clase.

Esa tarde eran Celine y sus compinches quienes se reían con estridencia a fin de provocar a April. Lo consiguieron: April lanzó una pelota contra Celine. De un salto me interpuse entre ambas al tiempo que intenté infructuosamente recordar el verdadero nombre de Romeo.

Czernin se mostró complacido, ya fuese por el tratamiento juvenil o por acaparar la atención del equipo en presencia de Marcena.

– El mismo que viste y calza.

Me rodeó con un brazo y me echó hacia atrás para darme un beso. Intenté liberarme, y al hacerlo lo enganché por el tobillo, dio un traspié y cayó al suelo. No era la clase de finta que deseaba promover entre las jugadoras del equipo, pero desgraciadamente todas habían estado mirando con suma atención; tuve la certeza de que vería a Celine utilizarla en la próxima sesión de entrenamiento. Marcena Love tampoco había perdido comba y me observaba con una divertida sonrisa que me hizo sentir tan inmadura como mis pandilleras.

Romeo se sacudió el polvo.

– La misma bruja estirada de siempre, ¿eh, Tori? Siempre fuiste una de las mimadas de McFarlane, ¿no es verdad? Cuando me enteré de que seguía siendo entrenadora de baloncesto vine a charlar con ella; supuse que sería tan gilipollas con mi niña como lo fue conmigo, y ahora me imagino que tendré que asegurarme de que tú trates bien a mi April.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x