Ruth Rendell - Un Beso Para Mi Asesino

Здесь есть возможность читать онлайн «Ruth Rendell - Un Beso Para Mi Asesino» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Beso Para Mi Asesino: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Beso Para Mi Asesino»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El libro arranca con la muerte de un policía en el atraco a un banco en el que inocentemente se ve envuelto y además, con un triple crimen perpetrado en una mansión. Casos aparentemente inconexos en cuya resolución se ve implicado el inspector jefe Wexford y que se verán seguidos de desconcertantes hechos que, como piezas de un complejo puzzle, tendrán que ser encajados adecuadamente para llegar al culpable.

Un Beso Para Mi Asesino — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Beso Para Mi Asesino», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué te parece la idea de una moto? Supongamos que se abrieron paso en el bosque a oscuras en la moto de Andy Griffin.

– ¿No distinguiría Daisy el ruido de una moto al ponerse en marcha del de un coche? Por alguna razón, no puedo imaginarme a Gabbitas en el asiento trasero de la moto de Andy. Gabbitas, no necesito recordártelo, no tiene coartada para la tarde y atardecer del 11 de marzo.

– ¿Sabes, Mike?, en los últimos años ha ocurrido algo bastante extraño con las coartadas. Cada vez resulta más difícil establecer coartadas sólidas y rápidas. Eso va en contra de los delincuentes, por supuesto, pero también les va bien. Tiene algo que ver con el hecho de que la gente lleva una vida más aislada. Hay más gente que nunca, pero la vida de cada individuo es más solitaria.

En el rostro de Burden apareció la mirada vidriosa que a veces se instalaba en él cuando Wexford empezaba a hablar de lo que él catalogaba como «filosofía». Wexford se estaba volviendo ultrasensible a este cambio de expresión y, como no tenía nada más que decir que tuviera valor en el presente caso, interrumpió sus observaciones y deseó buenas noches a Burden. Pero siguió pensando en las coartadas mientras conducía a casa, en cómo los sospechosos eran capaces de lograr que sus afirmaciones fueran más o menos corroboradas.

Los hombres, en tiempos de recesión y elevado desempleo, iban al pub con menos frecuencia de lo que solían. Los cines estaban vacíos mientras la televisión tentaba a su audiencia. El cine de Kingsmarkham había cerrado cinco años atrás y lo habían convertido en un emporio del bricolaje. Había más gente que nunca que vivía sola. Menos hijos mayores vivían en casa. A última hora de la tarde y por la noche, las calles de Kingsmarkham, de Stowerton, de Pomfret, estaban vacías, no había ni un coche aparcado, ni un peatón, sólo tráfico pesado circulando, cada camión con un solitario conductor. En casa, en habitaciones individuales o pequeñísimos pisos, un hombre solo o una mujer sola miraba la televisión.

Esto explicaba, en cierta medida, los problemas para establecer el paradero de casi todas estas personas aquella noche de marzo. ¿Quién podía apoyar la afirmación de John Gabbitas y la de Gunner Jones, o, puestos en ello, la de Bib Mew? ¿Quién podía corroborar dónde había estado Ken Harrison, o John Chowney o Terry Griffin más que, en el caso de ambos, sus respectivas esposas, cuyo testimonio era inútil? Todos habían estado en casa, o camino de su casa, solos o con su esposa.

Decir que Gunner Jones había desaparecido sería expresarlo demasiado fuerte. Una visita a la tienda de equipos deportivos de Holloway Road confirmó que Gunner se había ido unos días de vacaciones, no había dicho adonde, a menudo se iba. Wexford apenas pudo evitar ver ahí la coincidencia, si era coincidencia. Joanne Garland tenía una tienda y se había marchado. Gunner Jones, que la conocía, que mantenía correspondencia con ella, tenía una tienda y a menudo se marchaba. Se le había ocurrido otra cosa, que Wexford estaba preparado para admitir que podría considerarse revolucionario. Gunner Jones vendía equipo deportivo, Joanne Garland había convertido una habitación de su casa en un gimnasio y la había llenado con equipo deportivo.

¿Estaban juntos, y si era así, por qué?

Los propietarios del Rainbow Trout Inn de Pluxam, en el Dart, estuvieron más que dispuestos a decirle al sargento detective Vine todo lo que sabían del señor G. G. Jones. Era un cliente regular cuando se hallaba por allí. Ellos alquilaban algunas habitaciones a visitantes y él se había alojado allí en una ocasión, pero sólo una. Desde entonces siempre alquilaba el cottage de al lado. No era exactamente la puerta de al lado, a los ojos de Vine, sino unos buenos cincuenta metros por el sendero que conducía a la orilla del río.

¿El once de marzo? El concesionario del Rainbow Trout sabía exactamente de qué estaba hablando Vine y no necesitó explicaciones. Sus ojos brillantes de animación. El señor Jones sin duda había estado allí del diez al quince. Lo sabía porque el señor Jones nunca pagaba sus bebidas hasta que se iba, y tenía un registro de sus gastos de aquellos días. A Vine le pareció una suma increíblemente grande para un hombre. En cuanto al día once, el concesionario no sabría decirlo, no tenía registrado que el señor Jones fuera allí aquella noche, no anotaba las fechas en su cuenta.

Desde entonces no había visto a Gunner Jones ni lo había esperado. Entonces no había nadie en el cottage. El propietario dijo a Vine que no tenía más reservas para Gunner Jones para aquel año. Había alquilado la casita cuatro veces y siempre había estado solo. Es decir, nunca había entrado en él con nadie más. El propietario le había visto una vez tomando una copa en el Rainbow Trout con una mujer. Sólo una mujer. No, no podía describírsela aparte de decir que no le había impresionado por ser demasiado joven para Gunner ni demasiado mayor. Lo más probable era que Gunner Jones estuviera en aquellos momentos pescando en alguna otra parte del país.

Pero ¿qué había contenido el sobre que estaba sobre la repisa de la chimenea de Nineveh Road? ¿Una carta de amor? ¿O el esquema de algún plan? ¿Y por qué Gunner Jones guardaba el sobre cuando, evidentemente, había desechado la carta? ¿Por qué, sobre todo, había escrito aquellas direcciones en él y se lo había entregado con tanta despreocupación a Burden?

Wexford se tomó la cena y habló con Dora de salir el fin de semana. Ella podía irse si quería. Él no veía perspectivas de irse. Ella leía algo en una revista y cuando él le preguntó qué era lo que tanto le interesaba, ella respondió que era un perfil de Augustine Casey.

Wexford emitió un sonido de desprecio.

– Si has terminado Los anfitriones de Midian, Reg, ¿puedo leerlo?

Él le entregó la novela, abrió Adorable como un árbol, del que todavía no había leído mucho. Sin levantar la vista, la cabeza inclinada, preguntó:

– ¿Tú hablas con ella?

– Oh, por el amor de Dios, Reg, si te refieres a Sheila, ¿por qué no puedes decirlo? Hablo con ella como siempre, sólo que tú no estás aquí para arrebatarme el auricular.

– ¿Cuándo se marcha a Nevada?

– Dentro de unas tres semanas.

Preston Littlebury tenía una pequeña casa de campo georgiana en el centro de Forby. Forby ha sido denominada la quinta localidad más bonita de Inglaterra, lo cual él explicó como su razón de tener allí una casa de fin de semana. Si la llamada localidad más bonita de Inglaterra estuviera cerca de Londres, viviría allí, pero resultaba que se hallaba en Wiltshire.

No era estrictamente una casa de fin de semana, por supuesto, o él no habría estado allí un jueves. Sonrió al efectuar estos comentarios pedantes y sostuvo sus manos juntas bajo la barbilla, las muñecas separadas y las yemas de los dedos tocándose. Su sonrisa era leve y tensa y condescendiente de un modo risueño.

Aparentemente, vivía solo. Las habitaciones de su casa le recordaron a Barry Vine las áreas divididas de un comercio de antigüedades. Todo parecía una antigüedad bellamente conservada, bien cuidada, no menos que el señor Littlebury, de pelo plateado y vestido con traje gris plata, su camisa rosa de Custom Shop y su corbata de lazo rosa y plateada. Era más anciano de lo que parecía al principio, como suele ocurrir también con algunas antigüedades. Barry pensó que podría muy bien estar en la setentena. Cuando hablaba lo hacía como el difunto Henry Fonda interpretando un papel de profesor.

Su modo de hablar dado a los circunloquios no informó gran cosa a Vine en cuanto a qué hacía para ganarse la vida cuando empezó a describir su ocupación. Era americano, nacido en Filadelfia, y había vivido en Cincinnati, Ohio, mientras Harvey Copeland enseñaba en una universidad de allí. Así fue como se conocieron. Preston Littlebury también era conocido del vicecanciller de la Universidad del Sur. Él mismo había sido algo así como académico, había trabajado en el Victoria and Albert Museum, tenía fama de experto en arte y en una ocasión había escrito una columna sobre antigüedades para un periódico nacional. En la actualidad compraba y vendía plata y porcelana antiguas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Beso Para Mi Asesino»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Beso Para Mi Asesino» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
libcat.ru: книга без обложки
Ruth Rendell
Ruth Rendell - The Bridesmaid
Ruth Rendell
Ruth Rendell - From Doon with Death
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Una Vida Durmiente
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Simisola
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Not in the Flesh
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Falsa Identidad
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Carretera De Odios
Ruth Rendell
Ruth Rendell - Thirteen Steps Down
Ruth Rendell
Отзывы о книге «Un Beso Para Mi Asesino»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Beso Para Mi Asesino» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x