Ayn Rand - Los que vivimos

Здесь есть возможность читать онлайн «Ayn Rand - Los que vivimos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los que vivimos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los que vivimos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los que vivimos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los que vivimos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En el cielo las nubes corrían en torbellinos azules, grises y verdes. Ante ella, sobre la nieve, brillaba una línea pálida, de un blanco transparente que, sobre la nieve, por contraste, parecía verde pálido.

Siguió andando al azar; se paró un momento para echarse atrás los cabellos que le cubrían los ojos: vaciló, y emprendió de nuevo la marcha, temblando, tambaleándose como ebria en su traje de novia de encaje blanco como la nieve que la rodeaba. La cola del traje se había soltado y arrastraba tras ella, dificultándole los pasos. Kira vacilaba, sin ver nada, sin darse cuenta de nada, mientras el viento agitaba sus cabellos, y sus brazos se movían desacompasadamente, como si el viento los agitara también. Se doblegó un poco hacia atrás, y al hacerlo, de debajo de su pecho izquierdo brotó un hilo de sangre que fue tiñendo poco a poco la nieve y el blanco encaje de seda del traje de novia. De pronto, sus labios se abrieron para pronunciar dulcemente un nombre, como una invocación, como un ruego de auxilio:

– ¡Leo!

La repitió más fuerte, sin desesperarse, como si aquella palabra fuera la única cosa en el mundo que pudiera devolverle la vida: -¡Leo…! ¡Leo…! ¡Leo…!

Llamaba a aquel Leo que hubiera podido estar allí adonde ella iba, que hubiera debido estar al otro lado de la frontera. Leo la esperaba allí, y ella tenía que seguir adelante. Tenía que andar. Allí, en aquel mundo del otro lado de la frontera, la aguardaba una nueva vida, una vida a la que ella no había dejado de ser fiel en ningún momento de su existencia; la única bandera que nunca había arriado; una vida que no podía traicionar ahora, deteniéndose a respirar; una vida que exigía de ella que siguiera andando, andando todavía otro poco…

Entonces oyó una canción, una canción demasiado débil para ser un sonido humano, una canción que se oía como un lejano himno de batalla. No era ninguna marcha fúnebre, no era ninguna piegaria; era una melodía de una antigua opereta: la Canción de la copa rota.

Las notas ligeras temblaban vacilantes, luego estallaban y rodaban en rápidas cascadas con el claro tintineo del cristal, con una alegría humana, completa, sin límites.

Kira no sabía si cantaba o no. Tal vez aquella música flotaba en el espacio.

Pero aquella música había sido una promesa, una promesa que le habían hecho desde el amanecer de la vida. Y aquello que le había sido prometido no le iba a ser negado ahora. Tenía que seguir andando.

Y anduvo, frágil muchacha en su majestuoso y ondeante traje de sacerdotisa, mientras las manchas rojas iban siendo cada vez mayores sobre el delicado encaje blanco.

Al amanecer, se cayó, junto al borde de un barranco, y se quedó allí, inmóvil, sin poder levantarse.

Mucho más abajo, ante sus ojos, se extendía bajo la aurora la inmensa llanura nevada. El sol no había salido todavía; una aureola rosada y pálida como el aliento de un color, como un color naciente, empezaba a levantarse sobre la nieve y a brillar, temblorosa, transformándose poco a poco en un azul pálido, en una inmensidad azul de relucientes destellos, bajo un velo sutil como el incierto fantasma de un lago bajo el sol estival o como la superficie de un mar en el que acabase de hundirse el sol. Y la nieve, a medida que se iba alzando aquella llama líquida, parecía estremecerse, respirar, brillar dulcemente. Sobre la llanura se proyectaban largas sombras que parecían luces, como si fueran reflejos de otra luz más intenta, más azul, que empezaba a asomar por el horizonte como un maravilloso incendio.

En medio de la llanura se levantaba un árbol solitario. No tenía hojas. Sus escasas y delgadas ramas no habían detenido la nieve. Se tendía lleno de la vida de una futura primavera, y sus ramas se alzaban como brazos, a la luz de la aurora, sobre una tierra doliente donde hubieran sido posibles tantas cosas. Kira, tendida en el suelo, en lo alto de una colina, miraba al cielo. Una mano blanca e inmóvil pendía sobre el barranco, y pequeñas gotas de sangre roja iban cayendo lentamente sobre la nieve. Sonrió. Sabía que iba a morir. Pero ya no le importaba. Había conocido algo que ninguna palabra humana hubiera podido expresar. Ahora lo sabía. Había esperado eso y ahora lo sentía como si ya hubiera llegado, como si ella lo hubiera vivido. La vida había existido, siquiera porque ella había sabido cómo debía ser, y Kira la sentía ahora como un himno sin música, profunda, bajo la herida que goteaba sobre la nieve, más profunda que su misma sangre. ¿Un momento o la eternidad…? ¿Acaso tenía importancia? La vida, no vencida, existía y tenía que existir. Y Kira sonrió, en una última sonrisa a todo cuanto hubiera podido ser

LA AUTORA Y SU OBRA

La novelista Ayn Rand nació en 1905, en San Petersburgo, hoy Leningrado, habiéndose graduado en la Universidad de dicha capital en 1924. En 1926 se trasladó a los Estados Unidos, adquiriendo la nacionalidad de este país en 1931, después de haber contraído matrimonio dos años antes con Frank O'Conner. Al principio de su estancia en el país de adopción ejerció diversos oficios. Luego, al demostrar idóneas condiciones para ello, trabajó con renovados éxitos en la lectura y redacción de guiones cinematográficos. Tras cursar nuevos estudios, ejerce, de 1960 a 1964 y sucesivamente, las funciones de lectora y conferenciante en Yale, Princeton, Columbio, Johns Hopkins, Ford Hall Forum, Boston, Harvard, Massachusetts Institute Technical y en otros centros universitarios. En 1963 se le confiere el título de doctora en «Humane Letters» por parte del Lewis and Clark College. Debe la fama de que goza, sobre todo, a sus dos novelas We, the Living (Los que vivimos) y Fountainhead (El manantial). Asimismo han contribuido a su popularidad sus obras para el teatro, argumentos cinematográficos y otras producciones literarias de distinto género. Cabe destacar de ellas The Night of January 16th (1935), Anthem (1938), The Unconquered (1940), Atlas Shrugged (1957), The Virtue of Selfishness (1965) y Capitalism: The Unknown Ideal (1966).

Al referirse a nuestra autora la revista House and Garden escribió:

«Cuando acababa de llegar a América la rusa Ayn Rand solía quedarse parada contemplando la acerada armatosta de los rascacielos de Manhattan. Luego, la hemos descubierto en Cali fornia, habiendo escogido para vivir y escribir una casita toda ella de acero, de elementales formas y colores dinámicos. Casa envuelta por la florescencia de tupidas plantas y arbustos, y de exóticos árboles.» Es desde esta vivienda que la propia escritora ha escrito una carta abierta a los lectores de sus novelas: «Cuan do me interrogan acerca de mi persona, siento la tentación de decir parafraseando a Roark: "No me pregunten sobre mí mis ma, mi familia, mi infancia, mis amigos ni mis sentimientos. Pregúntenme acerca de las cosas que pienso." Es el contenido del pensamiento de una persona, no sus detalles accidentales, lo que determina su carácter. Mi carácter, lo que me es más propio, está en las páginas de mis novelas.» Sin embargo, Ayn Rand añade: «.Decidí ser escritora a la edad de nueve años, formalmente cons ciente. Recuerdo el día y la hora. Y no me asustó nada el penosa trabajo de describir a la gente que veía pasar por delante de la puerta de mi casa. Pero, inventar personajes que hicieran algo frente a la puerta de mi casa, sí que sentí que no podría hacerlo nunca… Salí de casa el día que me vi ya lo suficiente crecida y con fuerzas para valerme por mí misma. Mi vida ha sido "sim plemente andada", sin ningún deseo de abrirme tal o cual cami no, sin ningún propósito preconcebido. No tengo "hobbies". Tengo pocos amigos. No me gusta "ir por ahí". Soy dura e in tolerable -conmigo y con los demás-cuando estoy absorbida largamente por mi trabajo. Nada me importa tanto como mi labor. La única excepción en este caso es mi marido, Frank O'Conner… El es el mejor guía y tutor que existe en cuanto puedo yo hacer para describir lo real y existente de la vida. Nunca me he ocupado en estudiar los medios para escribir bien ni he adoptado método alguno de fórmulas literarias. Cierto es que recibí una educación escolar, pero todo cuanto he aprendido y que me es útil, lo aprendí por mí misma y siguiendo mi pro pio camino. No me propuse ser una escritora profesional hasta el día que me sentí hecha para ello y lo suficientemente curtida para lograrlo. Así fue como vendí mi primer guión cinematográ fico, como se estrenó mi primera obra teatral y se publicó mi primera novela, inmediatamente de darlas por terminadas, respecti vamente. El primer guión, es el llamado Red Pawn y fue adqui rido por la Universal Pictures. La pieza teatral, fue The Night of January 16th, la cual se representó en Broadway durante la tem porada 1935-1936. La novela, We, the Living (Los que vivimos), se publicó en 1936.»

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los que vivimos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los que vivimos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los que vivimos»

Обсуждение, отзывы о книге «Los que vivimos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x