• Пожаловаться

Italo Calvino: Los Amores Difíciles

Здесь есть возможность читать онлайн «Italo Calvino: Los Amores Difíciles» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Italo Calvino Los Amores Difíciles

Los Amores Difíciles: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Amores Difíciles»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Todas las espléndidas historias, entre cómicas y amargas, que Italo Calvino reunió en 1970 con el título de Los amores difíciles, hablan de la dificultad de comunicación entre personas que, por alguna inesperada circunstancia, podrían iniciar una relación amorosa. En realidad, son historias acerca de cómo una pareja no alcanza nunca a establecer ese mínimo vínculo afectivo inicial, aunque todo parezca favorecerlo. Pero, para Calvino, quien tan bien conoce esa zona de silencio en el fondo de las relaciones humanas, en ese desencuentro reside precisamente no sólo el motivo de una desesperación, sino también el elemento fundamental -cuando no incluso la esencia misma- de la relación amorosa.

Italo Calvino: другие книги автора


Кто написал Los Amores Difíciles? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Los Amores Difíciles — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Amores Difíciles», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El hombre se había acercado al mostrador. Llevaba un abrigo oscuro con una bufanda de seda blanca y debajo un traje azul.

– A esta hora -dijo, sin dirigirse a nadie-, los que están despiertos se dividen en dos categorías: los todavía y los ya.

Stefania esbozó una sonrisa, sin detener en él la mirada. Lo había visto bien: tenía una cara un poco patética y un poco trivial, de esos hombres que a fuerza de indulgencia consigo mismos y con el mundo han llegado, sin ser viejos, a un estado entre la sabiduría y la imbecilidad.

– …Y cuando uno ve a una mujer bonita, después de decirle «Buenos días»… -y se inclinó hacia Stefania quitándose el cigarrillo de la boca.

– Buenos días -dijo Stefania, con un poco de ironía pero sin acritud.

– …Uno se pregunta: ¿todavía?, ¿ya?, ¿ya?, ¿todavía? Ese es el misterio.

– ¿Cómo? -dijo Stefania, con el aire de quien ha entendido pero no quiere seguir el juego. El hombre la miraba fijo, indiscreto, pero a Stefania no le importaba nada aunque se viera que ella era de las despiertas «todavía».

– ¿Y usted? -dijo, maliciosa; había comprendido que el señor tenía la retórica del noctámbulo y que, si no se lo reconocía como tal a primera vista, se ofendía.

– ¡Yo: todavía! ¡Siempre todavía! -después lo pensó-: ¿por qué? ¿No se había dado cuenta? -y le sonrió, pero sólo quería burlarse de sí mismo. Se quedó un momento tragando saliva como si tuviera la boca amarga-. La luz del día me ahuyenta, me hace buscar refugio como un murciélago -dijo distraído, como si recitase un papel.

– Aquí está su leche, el expreso para la señora -dijo el camarero.

El hombre se puso a soplar en el vaso, a beber muy despacio.

– ¿Está buena? -dijo Stefania.

– Un asco -contestó. Y añadió-: Desintoxica, dicen. ¿Pero yo de qué me desintoxico a estas alturas? Si me muerde una serpiente venenosa se queda seca.

– Mientras haya salud… -dijo Stefania. Quizá bromeaba demasiado.

Tanto que el hombre dijo la frase:

– El único antídoto lo conozco, si quiere que se lo diga… -quién sabe adonde iría a parar.

– ¿Cuánto es? -preguntó Stefania al camarero.

– …Esa mujer que he buscado siempre… -continuaba el noctámbulo.

Stefania salió a ver si habían abierto el portal. Dio unos pasos por la acera. No, seguía cerrado. Entretanto el hombre también había salido del bar con aire de querer seguirla. Stefania volvió sobre sus pasos, entró de nuevo en el bar. El hombre, que no se lo esperaba, dudó un poco, estuvo por entrar él también, después, cediendo a la resignación, siguió su camino, tosiendo.

– ¿Tiene cigarrillos? -preguntó Stefania al camarero. No le quedaban más y hubiera querido fumar uno apenas estuviera en casa. Los estancos estaban todavía cerrados.

El camarero sacó un atado. Stefania lo tomó y pagó.

Volvió al umbral del bar. Un perro casi se le echó encima, arrastrando por la trailla a un cazador con fusil, cartuchera, morral.

– ¡Quieta, Frisette, sentada! -exclamó el cazador. Y al camarero-: ¡Un café!

– ¡Espléndido! -dijo Stefania, acariciando al perro-. ¿Es un setter ?

Épagneul breton -dijo el cazador-. Hembra. -Era joven, un poco brusco, pero más por timidez que otra cosa.

– ¿Cuántos años tiene?

– Va a cumplir diez meses. Quieta, Frisette, muy bien.

– Entonces, ¿esas perdices? -dijo el camarero.

– Oh, es sólo para hacer correr al perro… -dijo el cazador.

– ¿Lejos? -preguntó Stefania.

El cazador dijo el nombre de un lugar que no quedaba lejos.

– En coche es un salto. A las diez estoy de vuelta. El trabajo…

– Es un sitio agradable -dijo Stefania. Sin quererlo, no dejaba caer la conversación, aunque no hablaran de nada.

– El valle es abierto, limpio, todo de matorrales bajos, de brezales, y por la mañana no hay nada de niebla, se ve bien… Si el perro levanta alguna presa…

– Ojalá pudiera yo ir a trabajar a las diez, dormiría hasta las diez menos cuarto -dijo el camarero.

– Bueno, a mí también me gusta dormir -dijo el cazador- y sin embargo estar allá mientras todos los demás duermen todavía, no sé, me atrae, es una pasión…

Stefania sentía que con ese aire de justificarse, el joven ocultaba un orgullo mordaz, un encono contra la ciudad dormida a su alrededor, la obstinación de sentirse diferente.

– No se ofenda, pero para mí ustedes los cazadores están locos -dijo el camarero-. Aunque sólo sea por esa manía de levantarse a semejantes horas.

– En cambio yo lo comprendo -dijo Stefania.

– Bueno, ¿quién sabe? -decía el cazador-. Una pasión como cualquier otra. -Ahora miraba a Stefania y la poca convicción que había puesto antes cuando hablaba de la caza parecía haberse perdido, y era como si la presencia de Stefania le hiciese sospechar que toda su forma de pensar estaba equivocada, que tal vez la felicidad era algo distinto de lo que él andaba buscando.

– De veras, lo comprendo, una mañana como ésta… -dijo Stefania.

Por un instante el cazador se quedó como quien tiene ganas de hablar pero no sabe qué decir.

– Cuando el tiempo está así, seco y fresco, el perro puede trabajar bien -dijo.

Había bebido el café, había pagado, el perro tironeaba para salir y él seguía allí, vacilante. Dijo torpemente:

– Dígame, ¿y por qué no viene usted también, señora?

Stefania sonrió.

– Digamos que otra vez que nos encontremos quedamos en algo, ¿eh?

El cazador hizo:

– Eh… -Echó otra vez una mirada alrededor para ver si encontraba otro pretexto para seguir conversando. Después dijo-: Bueno, me voy. Buenos días. -Se saludaron y él se dejó arrastrar por el perro.

Había entrado un obrero. Pidió un aguardiente.

– A la salud de todos los que madrugan -dijo alzando el vaso-, sobre todo de las mujeres bonitas. -Era un hombre no demasiado joven, de aire alegre.

– A su salud -dijo Stefania, amable.

– Por la mañana temprano te sientes dueño del mundo -dijo el obrero.

– ¿Y por la noche no? -preguntó Stefania.

– Por la noche tienes demasiado sueño -contestó- y no piensas en nada. Si no, cuidado…

– Yo por la mañana suelto tantas maldiciones una tras otra -dijo el camarero.

– Porque antes de trabajar hay que salir a dar una vuelta. Si hiciera como yo, que voy a la fábrica en velomotor, y el aire frío que da en la cara…

– El aire barre las preocupaciones -dijo Stefania.

– La señora me comprende -dijo el obrero-. Y ya que me comprende debería beberse una grapita conmigo.

– No, gracias, no bebo, de veras.

– Por la mañana es lo que se necesita. Dos grapitas, jefe.

– No bebo, en serio, beba usted a mi salud, por favor.

– ¿No bebe nunca?

– A veces, por la noche.

– ¿Ve? Ahí se equivoca.

– Una se equivoca tanto…

– A su salud -y el obrero se bebió un vasito y después el otro-. Uno y dos. Mire, le voy a explicar…

Stefania estaba sola, allí, entre esos hombres, esos hombres diferentes, y conversaba con ellos. Estaba tranquila, segura de sí misma, no había nada que la turbara. Este era el hecho nuevo de esa mañana.

Salió del bar para ver si habían abierto el portal. El obrero también salió, montó en el velomotor, se calzó los mitones.

– ¿No tiene frío? -preguntó Stefania. El obrero se golpeó el pecho; se oyó ruido de periódicos.

– Llevo la coraza puesta. -Y añadió en dialecto-: Adiós, señora. -También Stefania saludó en dialecto, y él partió.

Stefania comprendió que había sucedido algo y que ya no podía volver atrás.

Esta manera nueva de estar entre los hombres, el noctámbulo, el cazador, el obrero, la cambiaba. Había sido éste su adulterio, estar sola entre ellos, así, de igual a igual. De Fornero ni siquiera se acordaba ya.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Amores Difíciles»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Amores Difíciles» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Amores Difíciles»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Amores Difíciles» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.