Al día siguiente llamaron de la oficina en la que trabajaba Madre y dijeron que ya no podía volver porque habían conseguido que otra persona hiciese su trabajo, y Madre estaba muy enfadada y dijo que era ilegal y que iba a quejarse, pero el señor Shears dijo:
– No seas tonta. Era un trabajo temporal, por el amor de Dios.
Y cuando Madre entró en la habitación de invitados antes de que yo me fuese a dormir dije:
– Tengo que ir a Swindon para presentarme a mi examen de bachiller.
Y ella dijo:
– Christopher, ahora no. Estoy recibiendo llamadas telefónicas de tu padre amenazándome con llevarme a juicio. Me estoy llevando unas buenas broncas de Roger. No es un buen momento.
Y yo dije:
– Pero tengo que ir porque está todo organizado y el reverendo Peters va a ser el supervisor.
Y ella dijo:
– Mira. No es más que un examen. Puedo llamar al colegio. Podemos hacer que lo aplacen. Puedes presentarte en otro momento.
Y yo dije:
– No puedo presentarme en otro momento. Está organizado. Y he repasado muchísimo. Y la señora Gascoyne dijo que podíamos utilizar un aula en el colegio.
Y Madre dijo:
– Christopher, tengo todo esto controlado, pero está a punto de escapárseme de las manos, ¿sabes? Así que tan sólo dame un poco de…
Entonces paró de hablar y se tapó la boca con la mano y se levantó y salió de la habitación. Y yo empecé a sentir un dolor en mi pecho como me pasó en el metro, porque pensaba que no podría volver a Swindon y sacarme el bachillerato.
A la mañana siguiente miré por la ventana del comedor y conté los coches en la calle para ver si iba a ser un Día Bastante Buenoo un Día Buenoo un Día Súper Buenoo un Día Negro,pero no era como estar en el autocar del colegio, porque aquí podías mirar por la ventana tanto tiempo como quisieras y ver tantos coches como quisieras, y miré por la ventana durante tres horas y vi 5 coches rojos seguidos y 4 coches amarillos seguidos, lo que significaba que era a la vez un Día Súper Buenoy un Día Negro,o sea que el sistema ya no funcionaba. Pero si me concentraba en contar los coches, dejaba de pensar en mi examen y en el dolor en mi pecho.
Por la tarde, Madre me llevó a Hampstead Heath en un taxi, y nos sentamos en lo alto de una colina y miramos los aviones que llegaban al aeropuerto de Heathrow en la distancia. Me compré un polo rojo de una furgoneta de helados. Y Madre me dijo que había llamado a la señora Gascoyne y le había dicho que yo me sacaría el bachiller en Matemáticas el año que viene, así que tiré mi polo rojo y grité durante mucho rato y el dolor en mi pecho me hizo tanto daño que casi no podía respirar y se acercó un hombre y preguntó si yo estaba bien y Madre dijo:
– Bueno, ¿a usted qué le parece?
Y el hombre se marchó.
Estaba cansado de gritar y Madre me llevó de vuelta al piso en otro taxi y a la mañana siguiente era sábado, y le dijo al señor Shears que saliera y me trajera algunos libros sobre ciencias y matemáticas de la biblioteca, y se llamaban 100 Rompecabezas numéricos y Los orígenes del Universo y La energía nuclear, pero eran para niños y no eran muy buenos, así que no los leí, y el señor Shears dijo:
– Bueno, es agradable saber que aprecias mi contribución.
Yo no había comido nada desde que tiré el polo rojo en Hampstead Heath, así que Madre me hizo un gráfico con estrellas como cuando yo era pequeño, y llenó una jarra medidora con un batido nutritivo y aroma de fresa y yo me gané una estrella de bronce por beberme 200 ml y una estrella de plata por beberme 400 ml y una estrella de oro por beberme 600 ml.
Y cuando Madre y el señor Shears se pelearon, yo cogí la pequeña radio de la cocina y me fui y me senté en la habitación de invitados y la sintonicé entre dos emisoras de forma que se oía sólo ruido blanco y subí el volumen y la sostuve contra mi oreja y el sonido me llenó la cabeza y me dolió de forma que no sentía otra clase de dolor, como el dolor en mi pecho, y no oía a Madre y al señor Shears pelearse y no pensaba en que no iba a hacer mi examen o en que no había jardín en 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG, o en que no se veían las estrellas.
Y entonces era lunes. Era muy tarde por la noche y el señor Shears entró en mi habitación y me despertó y había estado bebiendo cerveza, porque olía como Padre cuando había estado bebiendo cerveza con Rhodri. Y dijo:
– Te crees un jodido listillo, ¿verdad? No piensas nunca, jamás, en los demás, ni por un segundo, ¿eh? Bueno, apuesto a que estás verdaderamente satisfecho de ti mismo, ¿no?
Y entonces entró Madre y lo sacó de un empujón de la habitación y dijo:
– Christopher, lo siento. Lo siento muchísimo.
A la mañana siguiente, después de que el señor Shears se hubiese ido a trabajar, Madre metió un montón de ropa suya en dos maletas y me dijo que bajara y que trajera a Toby y me metiera en el coche. Metió las dos maletas en el maletero y nos fuimos. Pero era el coche del señor Shears y yo dije:
– ¿Estás robando el coche?
Y ella dijo:
– Sólo lo he cogido prestado.
Y yo dije:
– ¿Adonde vamos?
Y ella dijo:
– Nos vamos a casa.
Y yo dije:
– ¿Quieres decir nuestra casa de Swindon?
Y ella dijo:
– Sí.
Y yo dije:
– ¿Padre va a estar allí?
Y ella dijo:
– Por favor, Christopher, ahora mismo no me des la lata, ¿vale?
Y yo dije:
– Yo no quiero estar con Padre.
Y ella dijo:
– Sólo… Sólo… Todo va a salir bien, Christopher, ¿de acuerdo? Todo va a salir bien.
Y yo dije:
– ¿Volvemos a Swindon para que yo pueda hacer mi examen de matemáticas?
Y Madre dijo:
– ¿Cómo dices?
Y yo dije:
– Se supone que tenía que presentarme al examen de matemáticas mañana.
Y Madre habló muy despacio y dijo:
– Volvemos a Swindon porque si nos quedábamos más tiempo en Londres… alguien iba a resultar herido. Y no me refiero necesariamente a ti.
Y yo dije:
– ¿Qué quieres decir?
Y ella dijo:
– Ahora necesito que te estés callado un rato.
Y yo dije:
– ¿Cuánto rato quieres que esté callado?
Y Madre dijo:
– Jesús. -Y entonces dijo-: Media hora, Christopher. Necesito que estés callado media hora.
Y recorrimos todo el camino hasta Swindon y tardamos 3 horas y 12 minutos. Tuvimos que parar a poner gasolina y Madre me compró una Milky Bar, pero no me la comí. Nos quedamos atrapados en un gran atasco de tráfico. La causa del atasco era que la gente reducía la velocidad para mirar un accidente en la otra calzada. Traté de averiguar una fórmula para determinar si el origen de un atasco de tráfico es siempre una serie de conductores que reducen la velocidad, y cómo influía en ello a) la densidad de tráfico, y b) la velocidad del tráfico, y c) con qué rapidez frenaban los conductores cuando veían encenderse las luces de freno del coche de delante. Pero estaba demasiado cansado porque no había dormido la noche anterior, pensando en que no podría hacer el examen de bachiller en Matemáticas. Así que me quedé dormido.
Y cuando llegamos a Swindon, Madre tenía llaves de la casa y entramos y ella dijo:
– ¿Hola?
Pero allí no había nadie porque eran las 13.23. Yo tenía miedo pero Madre dijo que estaría a salvo, así que subí a mi habitación y cerré la puerta. Saqué a Toby de mi bolsillo y lo dejé correr por ahí y jugué al Buscaminas e hice la Versión Experto en 174 segundos, que superaba en 75 mi mejor tiempo.
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