Y el primero dijo:
– Vamos, déjalo ya, gilipollas. Necesito más cervezas antes de que se me pase la borrachera.
Y entonces se marcharon.
El tren se quedó realmente en silencio y no volvió a moverse y no oí a nadie. Así que decidí bajarme del estante, ir a buscar mi mochila y ver si el policía aún estaba sentado en su asiento.
Así que me bajé del estante y miré por la puerta, pero el policía no estaba allí. Y mi mochila también había desaparecido, con la comida de Toby y mis libros de mates y mis pantalones y mi chaleco y mi camisa y el zumo de naranja y la leche y las natillas y las judías cocidas.
Entonces oí el ruido de pasos y me volví y era otro policía, no el que estaba antes en el tren, y lo vi a través de la puerta, en el siguiente vagón, y estaba mirando debajo de los asientos. Y decidí que ya no me gustaban tanto los policías, así que me bajé del tren.
Y cuando vi cómo era de grande la sala en la que estaba el tren y oí lo ruidosa y resonante que era, tuve que arrodillarme en el suelo porque pensé que me caía. Y cuando estaba arrodillado en el suelo decidí hacia dónde caminaría, y decidí que caminaría en la dirección en la que venía el tren al llegar a la estación, porque si ésa era la última parada, entonces Londres debía estar en esa dirección.
Así que me levanté e imaginé que había una gran línea roja en el suelo que corría paralela al tren hacia la salida que había en el otro extremo y caminé por ella diciendo:
– Izquierda, derecha, izquierda, derecha… -otra vez, como antes.
Y cuando llegué a la salida un hombre me dijo:
– Creo que alguien te anda buscando, hijo.
Y yo dije:
– ¿Quién me anda buscando? -porque pensé que podía ser Madre y que el policía de Swindon la había llamado con el número de teléfono que yo le había dicho.
Pero el hombre dijo:
– Un policía.
Y yo dije:
– Ya lo sé.
Y él dijo:
– Ah, ya veo. -Y entonces dijo-: Espera aquí, entonces, y yo iré a decírselo. -Y se alejó caminando junto al tren.
Así que seguí caminando. Y aún sentía como si tuviera un globo dentro de mi pecho, y me dolía y me tapé las orejas con las manos y fui a apoyarme contra la pared de una pequeña tienda que decía Reservas de hoteles y teatros Tel: 0207 402 5164en medio de la gran habitación, y entonces me quité las manos de las orejas y gemí para tapar el ruido y miré alrededor de la gran habitación a todos los letreros para ver si eso era Londres. Y los letreros decían
Pero al cabo de unos segundos eran así
porque había demasiados y mi cerebro no estaba funcionando correctamente y eso me daba miedo, así que cerré los ojos otra vez y conté lentamente hasta 50 pero sin elevar los números al cubo. Y me quedé allí de pie y abrí mi navaja del Ejército Suizo en el bolsillo para sentirme a salvo y la sujeté con fuerza.
Y entonces hice con los dedos de la mano un pequeño tubo y miré a través del tubo de forma que sólo veía los letreros de uno en uno, y al cabo de mucho rato vi un letrero que decía i Informacióny estaba encima de una ventanilla, en una tienda pequeña.
Un hombre se acercó a mí, llevaba una chaqueta azul y unos pantalones azules y unos zapatos marrones, y tenía un libro en la mano y dijo:
– Pareces perdido.
Así que saqué mi navaja del Ejército Suizo.
Y él dijo:
– Eh. Eh. Eh. Eh.
Y levantó las dos manos con los dedos extendidos en abanico, como si quisiera que yo extendiera mis dedos en abanico y le tocara sus dedos porque quisiera decirme que me quería, pero lo hizo con las dos manos, no como Padre y Madre, y yo no sabía quién era.
Y entonces se alejó caminando para atrás.
Así que fui a la tienda que decía i Informacióny sentía el corazón latiéndome muy fuerte y oía un ruido como el del mar. Y cuando llegué a la ventana dije:
– ¿Esto es Londres? -pero no había nadie detrás de la ventana.
Entonces alguien se sentó detrás de la ventana, era una señora y era negra y tenía las uñas largas pintadas de rosa, y yo dije:
– ¿Esto es Londres?
Y ella dijo:
– Desde luego que lo es, cariño.
– ¿Esto es Londres? -dije.
Y ella dijo:
– Pues sí.
Y yo dije:
– ¿Cómo voy al 451c de Chapter Road, Londres NW2 5NG?
Y ella dijo:
– ¿Dónde está eso?
Y yo dije:
– Es 451c Chapter Road, Londres NW2 5NG. A veces se escribe 451c Chapter Road, Willesden, Londres NW2 5NG.
Y la señora me dijo:
– Ve en metro hasta Willesden Junction, cariño. O hasta Willesden Green. Tiene que quedar por allí cerca.
– ¿Qué quiere decir, en metro? -dije yo.
Y ella dijo:
– ¿Me tomas el pelo?
Y yo no dije nada. Y ella dijo:
– Por allí. ¿Ves esa escalera mecánica? ¿Ves el letrero? Dice Metro. Coge la línea de Bakerloo hasta Willesden Junction o la Jubilee hasta Willesden Green. ¿Estás bien, cariño?
Y miré donde ella señalaba y había una gran escalera que entraba en el suelo y un gran letrero así
Y pensé «Puedo hacerlo» porque estaba haciéndolo pero que muy bien y estaba en Londres y encontraría a mi madre. Tenía que pensar «Las personas son como vacas en el campo», y sólo tenía que mirar hacia delante todo el rato e imaginar una línea roja en el suelo y seguirla.
Caminé a través de la gran sala hacia la escalera mecánica. Seguí agarrando mi navaja del Ejército Suizo en el bolsillo, y agarré a Toby en el otro bolsillo para que no se escapara.
La escalera mecánica era una escalera, pero se movía, y la gente se subía a ella e iba abajo y arriba, y me hizo reír porque no había subido antes en una y era como de una película de ciencia ficción sobre el futuro. Pero no quise utilizarla, así que en lugar de eso bajé por la escalera normal.
Llegué a una habitación subterránea más pequeña, y había montones de gente y columnas que tenían luces azules en el suelo alrededor de la base y me gustaron, pero no me gusta la gente, así que vi un fotomatón como uno al que fui el 25 de marzo de 1994 para hacerme mi foto para el pasaporte, y entré en el fotomatón porque era como un armario y en él me sentía a salvo y podía mirar afuera a través de la cortina.
Investigué un poco observando y vi que la gente metía billetes en unas puertas grises y pasaban a través de ellas. Algunos compraban billetes en unas grandes máquinas negras en la pared.
Y vi hacer eso a 47 personas y memoricé lo que tenía que hacer. Entonces imaginé una línea roja en el suelo y caminé hasta la pared donde había un cartel con una lista de sitios a los que ir y estaban en orden alfabético y vi Willesden Green y decía 2,20 £ y entonces fui a una de las máquinas y había una pequeña pantalla que decía SELECCIONE TIPO DE BILLETEy apreté el botón que la mayoría de gente apretaba, que era IDA ADULTOy 2,20 £ y la pantalla dijo INTRODUZCA 2,20 £y yo metí 3 monedas de 1 £ en la ranura y se oyó un tintineo y la pantalla dijo RETIRE SU BILLETE Y SU CAMBIOy había un billete en un pequeño agujero en la parte inferior, y una moneda de 50 p y una moneda de 20 p y una moneda de 10 p. Me metí las monedas en el bolsillo y fui a una de las puertas grises, metí mi billete en la ranura y desapareció y salió por el otro lado de la puerta. Y alguien dijo «Venga, espabila» y yo hice el ruido como el de un perro que ladra y caminé, y esa vez la puerta se abrió y cogí mi billete como hacía la otra gente y me gustó la puerta gris, porque también era como de una película de ciencia ficción sobre el futuro.
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