Paul Auster - La Noche Del Oráculo

Здесь есть возможность читать онлайн «Paul Auster - La Noche Del Oráculo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Noche Del Oráculo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Noche Del Oráculo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sidney Orr es escritor, y está recuperándose de una enfermedad a la que nadie esperaba que sobreviviera. Y cada mañana, cuando su esposa Grace se marcha a trabajar, él, todavía débil y desconcertado, camina por la ciudad. Un día compra en El Palacio de Papel, la librería del misterioso señor Chang, un cuaderno de color azul que le seduce, y descubre que puede volver a escribir. Su amigo John Trause, también escritor, también enfermo, también poseedor de otro de los exóticos cuadernos azules portugueses, le ha hablado de Flitcraft, un personaje que aparece fugazmente en El halcón maltés y que, como Sidney, sobrevivió a un íntimo roce con la muerte, creyó comprender que no somos más que briznas que flotan en el vacío del azar, y abandonó, sin despedirse, mujer, trabajo, identidad y se inventó otra vida en otra ciudad. En la novela que Sidney Orr está escribiendo en su cuaderno azul, Flitcraft se ha convertido en Nick Bowen, un joven editor que, tras salvarse por un pelo de la muerte cuando una gárgola de piedra se desprende de un viejo edificio y cae donde él había estado un segundo antes, también parte sin despedidas rumbo a Kansas, llevándose el manuscrito de una novela inédita y perdida durante mucho tiempo de una escritora famosa en los años veinte, y cuyo título es La noche del oráculo. Y en paralelo a la novela de Nick, Orr va contando la novela de su propia vida, de su encuentro y su matrimonio con Grace, una mujer cuyo pasado desconoce.

La Noche Del Oráculo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Noche Del Oráculo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Al tercer día, Nick se aventura a salir por fin. En la calle, un poco más allá del hotel, entra en una sastrería y pasa una hora rebuscando en percheros, anaqueles y cajones. Poco a poco, se va haciendo con un nuevo guardarropa, aprovisionándose de todo, desde pantalones y camisas hasta calzoncillos y calcetines. Pero cuando entrega al empleado su American Express para pagar, la máquina rechaza la tarjeta. La cuenta está cancelada, explica el empleado. No importa, dice Nick. Pagará con la Visa. Pero cuando el empleado la desliza por la ranura del aparato, resulta que tampoco es válida. Es un momento embarazoso para Nick. Pretende hacer una broma, pero no se le ocurre nada gracioso que decir. Se disculpa ante el dependiente por haberlo molestado, da media vuelta y sale de la tienda.

La mala pasada tiene fácil explicación. Bowen ya lo ha comprendido antes de volver al hotel, y una vez que adivina el motivo por el que Eva ha anulado las tarjetas, admite a regañadientes que él habría hecho lo mismo en su lugar. El marido sale a echar una carta al buzón y no vuelve. ¿Qué debe pensar la mujer? El abandono de hogar es una posibilidad, desde luego, pero eso sólo vendrá después. La primera reacción sería la alarma, y luego la mujer repasaría un catálogo de posibles accidentes y peligros. Atropellado por un camión, apuñalado por la espalda, atracado a punta de pistola y luego dejado sin sentido con un golpe en la cabeza. Y si su marido ha sido víctima de un robo, entonces el ladrón se habrá llevado la cartera junto con las tarjetas de crédito. Sin pruebas que apoyaran una u otra hipótesis (ni información de un crimen, ni cadáver encontrado en la calle), la anulación de las tarjetas de crédito sólo habría constituido una medida de mínima precaución.

Nick sólo tiene sesenta y ocho dólares en efectivo. No lleva cheques, y cuando se detiene en un cajero automático de camino al hotel, averigua que su tarjeta Citibank también está anulada. Su situación se ha vuelto de pronto bastante desesperada. Se le han cerrado todas las posibilidades de conseguir dinero, y cuando en el hotel descubran que la tarjeta American Express con la que se ha registrado el lunes por la noche ya no es válida, se encontrará en un apuro horroroso, quizá hasta se vea obligado a comparecer ante un tribunal acusado de algún delito. Piensa en llamar a Eva y volver a casa, pero no se decide a hacerlo. No ha ido hasta allí sólo para cambiar de planes y volver corriendo en cuanto surge el menor problema, y el caso es que no desea volver a casa, no quiere volver. Por el contrario, sube en el ascensor hasta la décima planta del hotel, entra en su suite y marca el número de Rosa Leightman en Nueva York. Lo hace movido por un súbito impulso, sin tener la menor idea de lo que va a decirle. Afortunadamente, Rosa no está, de manera que le deja un mensaje en el contestador: un intrincado monólogo que no tiene mucho sentido, ni siquiera para él.

Estoy en Kansas City, le dice, no sé por qué he venido, pero aquí me quedo, puede que para mucho tiempo, y necesito hablar con usted. Lo mejor sería que nos viéramos, pero sé que es mucho pedir que coja un avión y venga para acá de forma tan precipitada. Si no puede venir, le ruego que me llame por teléfono. Me alojo en el Hyatt Regency, habitación diez cuarenta y seis. Ya he leído varias veces el libro de su abuela, y creo que es lo mejor de toda su producción. Le agradezco que me lo haya confiado a mí. Y también que viniera a mi despacho el lunes. No se moleste si le digo esto, pero desde entonces no he podido dejar de pensar en usted. Me produjo tal impresión que cuando se levantó para marcharse ya ni siquiera sabía dónde tenía la cabeza. ¿Es posible enamorarse de alguien en diez minutos? No sé nada sobre usted. Ni siquiera si está casada o vive con alguien, si es libre o tiene novio. Pero me encantaría hablar con usted, sería maravilloso volver a verla. Esto es muy bonito, dicho sea de paso. Todo resulta muy raro, tan llano. Estoy de pie delante de la ventana, contemplando la ciudad. Millares de edificios, centenares de calles, pero todo está envuelto en silencio. Los cristales no dejan pasar el ruido. Hay vida al otro lado de la ventana, pero aquí dentro todo parece muerto, irreal. El problema es que no puedo quedarme mucho tiempo en el hotel. Sé de alguien que vive al otro extremo de la ciudad. Es la única persona que he conocido hasta ahora, y dentro de un momento voy a salir a ver si la encuentro. Se llama Ed Victory. Tengo su tarjeta en el bolsillo y le voy a dar su número, por si me he marchado del hotel antes de que usted llame. Es posible que él conozca mi paradero. El teléfono es el 8167654321. Lo repito: 8167654321. Qué curioso. Acabo de darme cuenta de que los números van en orden decreciente, de uno en uno. ¿Cree que eso tendrá algún significado? Probablemente no. Aunque puede que sí, desde luego. Se lo diré cuando lo averigüe. Si no tengo noticias suyas, volveré a llamarla dentro de un par de días. Adiós. [8]*

Pasa una semana antes de que Rosa oiga el mensaje. Si Nick hubiera llamado veinte minutos antes, ella habría contestado al teléfono, pero acaba de salir de su casa y, por tanto, no sabe nada de esa llamada. En el momento en que Nick deja el mensaje en el contestador, Rosa se encuentra en un taxi a tres manzanas del túnel de Holland, de camino al aeropuerto de Newark, donde un vuelo de tarde la llevará a Chicago. Es miércoles. Su hermana se casa el sábado, y como la ceremonia va a celebrarse en casa de sus padres y además ella va a ser dama de honor, se reúne anticipadamente con la familia para ayudar en los preparativos. Hace algún tiempo que no ve a sus padres, de manera que aprovecha la visita para pasar unos días más con ellos después de la ceremonia. Piensa volver a Nueva York el martes por la mañana. Un hombre acaba de declarársele en el contestador, pero ella tardará una semana en enterarse.

En otra parte de Nueva York ese mismo miércoles por la tarde, la mujer de Nick, Eva, también se ha detenido a pensar en Rosa Leightman. Apenas han transcurrido cuarenta y ocho horas de la desaparición de Nick. Sin noticias de la policía con respecto a delitos o accidentes en los que esté implicado alguien que responda a la descripción de su marido, sin notas de rescate ni llamadas de teléfono de presuntos secuestradores, empieza a considerar la posibilidad de que Nick se haya fugado por voluntad propia, de que la haya abandonado. Hasta ese momento, nunca ha sospechado que Nick tuviera una aventura, pero cuando piensa en lo que le dijo de Rosa en el restaurante el lunes por la noche, y cuando recuerda lo mucho que le gustaba -incluso llegando al extremo de confesarlo en voz alta-, empieza a preguntarse si no tendrá una aventura adúltera y estará en los brazos de aquella rubia delgada, que llevaba los pelos de punta.

Busca su número en la guía y la llama a su casa. No contestan, desde luego, porque Rosa ya está en el avión. Eva deja un breve mensaje y cuelga. Al ver que Rosa no le devuelve la llamada, vuelve a llamarla por la noche y le deja otro mensaje. Esta pauta se repite a lo largo de varios días -una llamada por la mañana y otra por la noche-, y cuanto más dura el silencio de Rosa, más crece la impaciencia de Eva. Finalmente, se dirige a Chelsea, a casa de Rosa; sube tres tramos de escalera y llama a la puerta de su apartamento. No pasa nada. Vuelve a llamar, aporreando la puerta con los puños, casi haciéndola saltar de sus goznes, pero siguen sin contestar. Eva lo interpreta como la prueba definitiva de que Rosa está con Nick: una presunción irracional, pero a esas alturas Eva ya no está sujeta a la fuerza de la lógica, sino que teje frenéticamente una historia que explique la ausencia de su marido a partir de sus más negras aprensiones, de los peores miedos sobre ella misma y su matrimonio. Garabatea una nota en un trozo de papel y lo desliza bajo la puerta de Rosa. Necesito hablar con usted sobre Nick, le dice. Llámeme enseguida. Eva Bowen.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Noche Del Oráculo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Noche Del Oráculo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Paul Auster - Invisible
Paul Auster
Paul Auster - Lewiatan
Paul Auster
Paul Auster - Mr. Vértigo
Paul Auster
Paul Auster - Sunset Park
Paul Auster
Paul Auster - Timbuktu
Paul Auster
Paul Auster - Leviatán
Paul Auster
Paul Auster - City of Glass
Paul Auster
Lourdes Celina Vázquez Parada - La noche del fin del mundo
Lourdes Celina Vázquez Parada
Отзывы о книге «La Noche Del Oráculo»

Обсуждение, отзывы о книге «La Noche Del Oráculo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x