Julia Navarro - Dime quién soy

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Navarro - Dime quién soy» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dime quién soy: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dime quién soy»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento. Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos.
Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.

Dime quién soy — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dime quién soy», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Qué impacientes sois los jóvenes! -respondía don Armando Garayoa-. Don Niceto Alcalá Zamora lo que no quiere es dar poder a la CEDA, no se fía de Gil Robles.

– ¡Y con razón! -terciaba Don Juan.

– Pues yo no veo salida a esta situación… No creo que las elecciones solucionen nada, porque si gana la izquierda, ¡que Dios nos coja confesados! -se lamentó don Manuel Carranza, el padre de Santiago.

– ¿Y qué quiere usted? ¿Que gobierne esta derecha incapaz de solucionar los problemas de España? -Amelia miraba a su suegro con ira.

– ¡Amelia, hija, no te alteres! -intentó mediar su madre.

– Es que me da rabia que aún haya quien cree que la CEDA puede hacer algo bueno. La gente no va a soportar esta situación mucho más -continuó Amelia.

– Pues yo temo un gobierno de las izquierdas -insistió don Manuel.

– Y yo uno de las derechas -replicó Amelia.

– Hace falta autoridad. ¿Crees que un país sale adelante con huelgas? -preguntó don Manuel a su nuera.

– Lo que creo es que la gente tiene derecho a comer y no a malvivir, que es lo que pasa aquí -respondió Amelia.

Santiago siempre apoyaba a Amelia aunque matizando las posiciones políticas de ésta. Él, ya se lo he dicho antes, era azañista, no creía en la revolución aunque tampoco defendía a las derechas.

Excepto Amelia, que dijo sentirse cansada y se quedó con su hijo Javier que dormía plácidamente en brazos de Águeda, a las doce la familia se acercó a la iglesia a oír la misa del gallo.

4

El presidente Alcalá Zamora no lograba domeñar la situación de enfrentamientos entre derechas e izquierdas, y el malestar en España era creciente, así que finalmente no tuvo otra opción que convocar elecciones generales para el 16 de febrero de 1936. Ninguno de nosotros podíamos imaginar lo que pasaría después…

Desde el PSOE, Prieto defendía la necesidad de rehacer una gran coalición de izquierdas, mientras que Largo Caballero pugnaba por un frente único con los comunistas, pero no se supo imponer; además, no sé si lo sabe, pero desde Moscú se aconsejó al Partido Comunista una alianza con la burguesía de izquierdas contra la derecha y el fascismo. Sin duda era una posición más realista. Y así nació el Frente Popular.

– ¡Amelia, Amelia! ¡Hoy se ha formado el Frente Popular!

Santiago llegó eufórico a casa aquel 15 de enero de 1936, sabiendo que su mujer se llevaría una gran alegría por la noticia. Además, Santiago creía que el hecho de que Izquierda Republicana estuviera en ese pacto con socialistas y comunistas le acercaría a su mujer, cada vez más imbuida en la ideología de su amiga Lola y de Josep.

– ¡Menos mal! Es una buena noticia. ¿Y qué crees que harán si ganan las elecciones?

– Lo que he oído a algunos amigos de Izquierda Republicana es que se tratara de relanzar lo que ya se hizo en la legislatura del treinta y uno al treinta y tres.

– ¡Pero no es suficiente!

– Pero, Amelia, ¿qué dices? Lo sensato es ir por ese camino. Mira, no me gusta contrariarte, pero me preocupan las ideas que te meten en la cabeza Lola y ese Josep. ¿De verdad crees que los problemas de España se resolverían con una revolución? ¿Quieres que nos matemos los unos a los otros? No puedo creer que seas tan inconsciente…

– Mira, Santiago, sé que te molesta que no comulgue con tus ideas, pero al menos respeta las mías. Lo siento, no me parece justo que nosotros tengamos de todo y sin embargo otros… A veces pienso en Pablo, el hijo de Lola. ¿Qué futuro le espera? A nuestro Javier no le faltará de nada, y eso me consuela, pero no es justo. No, no lo es.

La discusión la interrumpió Águeda, que estaba alarmada por los llantos continuos de Javier.

– No sé qué le pasa al niño, pero no quiere comer, y no deja de llorar -explicó el ama de cría.

– ¿Desde cuándo está así? -quiso saber Santiago.

– Ha pasado una mala noche, pero desde esta mañana no ha dejado de llorar y creo que ahora tiene fiebre.

Santiago y Amelia fueron de inmediato a la habitación de Javier. El niño lloraba desconsoladamente en su cuna y, en efecto, tenía la frente ardiendo.

– Amelia, llama al doctor Martínez, algo le pasa a Javier, o si no, mejor vamos al hospital, allí le atenderán mejor.

Amelia envolvió a Javier en una toquilla, y abrazando al niño se fue con Santiago al hospital.

Todo quedó en un susto. Javier tenía otitis, y el dolor de oídos era la causa de que llorara. Afortunadamente no era nada grave. Pero aquel susto impactó a Amelia, que hasta entonces vivía despreocupada de Javier puesto que Águeda se ocupaba de todo, desde bañarle hasta darle de comer.

– Edurne, no soy una buena madre -me confesó Amelia aquella noche entre sollozos, mientras contemplaba a su hijo en la cuna.

– No digas eso…

– Es la verdad, me doy cuenta de que a veces realmente estoy más preocupada de lo que le pasa a Pablo, el hijo de Lola, que de Javier.

– Es normal, sabes que a tu hijo no le falta de nada, mientras que Pablo, el pobrecillo, carece de todo.

– Pero tiene algo más importante: el amor y la atención continua de su madre. -Era la voz de Santiago.

Nos sobresaltamos. Había entrado tan despacio en el cuarto que no nos habíamos dado cuenta ninguna de las dos.

Amelia miró a Santiago con desesperación. Lo que acababa de decir su marido le había herido profundamente, sobre todo porque ella sentía que él tenía razón.

Salió del cuarto llorando. Santiago se acercó a la cuna de su hijo y se sentó al lado, dispuesto a pasar la noche velándole. Yo me ofrecí a quedarme junto a Águeda cuidando a Javier, pero Santiago no quiso, y nos envió a las dos a dormir.

– Un hijo enfermo necesita a sus padres; además, yo no estaría tranquilo, no podría dormir pensando que el niño llora porque le duelen los oídos.

Yo me fui a dormir, pero al día siguiente supe que Águeda se había levantado a medianoche para estar al lado de Javier. Santiago y ella velaron al pequeño, en silencio, pendientes de su respiración.

Amelia amaneció con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y aún lloró más cuando se enteró de que su marido y Águeda habían pasado la noche junto a la cuna del niño.

– ¿Te das cuenta, Edurne, como soy una mala madre?

– Vamos, no te culpes…

– Santiago estuvo toda la noche con nuestro hijo, y también Águeda, que no es nada suyo, sólo… sólo es…

Sé que iba a decir que Águeda era sólo una criada, pero no lo hizo consciente de que decirlo sería traicionar sus ideas revolucionarias.

– Águeda es el ama de cría -la consolé yo- y es su obligación atender a Javier.

– No, Edurne, no, no es su obligación velar al niño cuando está enfermo, está su madre. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no soy capaz de dar lo mejor de mí a mi hijo y a mi marido?

Amelia tenía razón. Su comportamiento era extraordinario con los extraños, por los que se desvivía hasta límites insospechados, y sin embargo cada vez prestaba menos atención a Santiago y a su hijo, y eso que Javier estaba en los primeros meses de vida.

No me atreví a preguntarle si seguía queriendo a Santiago, pero en ese momento pensé que Amelia lloraba precisamente por eso, porque no se sentía capaz de querer a su marido ni de sentir la ternura que una madre siente por sus hijos. Pero no la juzgué porque por aquel entonces al igual que ella, yo también estaba imbuida por ideas revolucionarias y creía que lo que nos pasaba a mí o a ella era una minucia al lado de lo que le sucedía al resto de la humanidad, y que lo importante era construir un mundo nuevo como el que Josep nos contaba que se estaba conformando en la Unión Soviética.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dime quién soy»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dime quién soy» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dime quién soy»

Обсуждение, отзывы о книге «Dime quién soy» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x