• Пожаловаться

Chuck Palahniuk: Nana

Здесь есть возможность читать онлайн «Chuck Palahniuk: Nana» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Chuck Palahniuk Nana

Nana: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nana»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Carl Streator, periodista de mediana edad, le han encargado que escriba una serie de artículos sobre la muerte súbita infantil, un tema que le resulta familiar pues él mismo perdió a su hijo en circunstancias extrañas. En el transcurso de la investigación descubre que en todas las casas donde ha muerto un bebé (o un niño, o un adulto) hay un ejemplar del mismo libro: una antología de poemas africanos que contiene una nana letal. Esta canción mata a aquel que la escucha; de hecho, su poder es tal que ni siquiera es necesario recitarla, con tan solo memorizarla y odiar a alguien intensamente, cae fulminado. Helen Hoover Boyle, agente inmobiliaria especializada en vender casas encantadas, también tenía un hijo que murió en circunstancias similares al de Streator. El periodista y la agente inmobiliaria emprenderán, acompañados por la secretaria de Helen, Mona, aficionada al esoterismo, y el novio de esta, Oyster, un ecologista ultrarradical, un viaje por carretera con el fin de destruir todos los ejemplares del libro y encontrar el grimorio original del que procede el hechizo. Con Nana damos la bienvenida a una nueva familia nuclear, un grupo disfuncional hasta extremos arrebantes. Y a una hilarante alegoría sobre la información y el poder.

Chuck Palahniuk: другие книги автора


Кто написал Nana? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Nana — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nana», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Bienvenidos al infierno.

Si Mona tiene razón, cuando habla con las palabras de Karl Marx, entonces matar a Nash significaría salvarlo. Devolverlo a Dios. Conectarlo con la humanidad para resolver sus pecados.

Mi mirada encuentra la suya y los labios de Nash empiezan a moverse. Su aliento no huele a nada más que a chile.

Está recitando la canción sacrificial. Ladrándola como un perro, dice cada palabra con tanta furia que le salen burbujas de chile de la boca. Salen despedidas gotas rojas. Se detiene y se busca en el bolsillo de la pechera. Mete la mano para encontrar la tarjeta. La sostiene con dos dedos y empieza a leer. La tarjeta está tan sucia que la frota en el mantel y empieza a leer de nuevo.

Suena profunda y poderosa. Es el sonido de la condenación.

Mis ojos se relajan y el mundo se difumina hasta volverse gris. Todos mis músculos se distienden. Se me ponen los ojos en blanco y se me empiezan a doblar las rodillas.

Así es como se siente uno al morir. Al ser salvado.

Pero para entonces, matar ya es un reflejo. Es la forma en que lo soluciono todo.

Se me doblan las rodillas y caigo al suelo en tres momentos, el culo, la espalda y la cabeza.

Tan deprisa como un eructo, como un estornudo, como un bostezo, desde lo más profundo de mí, la canción sacrificial me viene a la cabeza. El barril de pólvora de todos mis rollos sin resolver, que nunca me falla.

Vuelven a aparecer formas en el gris. Tumbado de espaldas en el suelo del bar, veo el humo gris grasiento flotar bajo el techo. Todavía se oye la cara del tipo friéndose.

Los dos dedos de Nash dejan caer la tarjeta sobre la mesa. Se le ponen los ojos en blanco. Se le sacuden los hombros y su cara aterriza en el cuenco de chile. Salen gotas rojas despedidas en todas direcciones. El fardo de su cuerpo enfundado en su uniforme blanco sufre una convulsión y Nash cae al suelo a mi lado. Sus ojos mirando a los míos. Su cara manchada de chile. Su coleta, la pequeña palmera negra en su coronilla, se ha soltado, y las correas de cabello negro caen sueltas sobre su frente y sus mejillas.

Él está salvado, pero yo no.

Con el humo grasiento flotando encima de mí, la parrilla chisporroteando y crepitando, recojo la tarjeta de Nash del suelo. La sostengo sobre la vela de la mesa, añadiendo humo al humo, y me quedo mirando cómo arde.

Una sirena se dispara, la alarma de incendios, tan fuerte que no me oigo a mí mismo pensar. Como si alguna vez pensara. La sirena me llena. Gran Hermano. Me ocupa la mente igual que un ejército ocupa una ciudad. Mientras permanezco sentado esperando a que la policía me salve. A que me lleven con Dios y me reúnan con la humanidad, la sirena aúlla, ahogándolo todo. Y yo me alegro.

41

Esto es después de que la policía me lea mis derechos. Después de que me esposen las manos detrás de la espalda y me lleven en coche a la comisaría. Esto es después de que el primer policía llegue al escenario, vea los cadáveres y diga:

– Jesucristo bendito.

Después de que los enfermeros saquen al cocinero muerto de la parrilla, le echen un vistazo a su cara frita y se vomiten en las manos. Esto es después de que la policía me conceda mi única llamada telefónica y yo llame a Helen y le diga que lo siento pero que se ha acabado. Y de que Helen me diga:

– No te preocupes. Yo te salvaré.

Después de que me tomen las huellas dactilares y me hagan la foto policial. Después de que me confisquen la cartera y las llaves y el reloj. De que pongan mi ropa, mi chaqueta deportiva marrón y mi corbata azul en una bolsa de plástico marcada con mi nuevo número de criminal. Después de que la policía me acompañe por un pasillo frío de bloques de hormigón, desnudo, hasta una sala de cemento frío. Después de que me dejen a solas con un viejo funcionario fornido, con el pelo al rape y las manos del tamaño de guantes de béisbol. A solas en una sala sin nada más que una mesa, la bolsa con mi ropa y un frasco de vaselina.

Después de quedarme a solas con ese viejo buey entrecano, se pone un guante de látex y dice:

– Por favor, gírese hacia la pared, inclínese y use las manos para separarse las nalgas.

Yo pregunto: ¿Qué?

Y ese gigante de ceño fruncido mete dos dedos enguantados en el frasco de vaselina, los remueve y dice:

– Inspección de cavidades corporales -dice-. Ahora gírese.

Y cuento uno, cuento dos, cuento tres…

Y me giro. Y me inclino. Me agarro una nalga con cada mano y las separo.

Cuento cuatro, cuento cinco, cuento seis…

Yo y mi suspenso en ética. Igual que Waltraud Wagner y Jeffrey Dahmer y Ted Bundy, soy un asesino en serie y así es como empieza mi castigo. Prueba de mi libre albedrío. Este es mi camino a la salvación.

Y la voz del poli, ronca y oliendo a cigarrillos, dice:

– Procedimiento convencional para todos los detenidos considerados peligrosos.

Y cuento siete, cuento ocho, cuento nueve…

Y el poli dice con voz ronca:

– Va a sentir una ligera presión, así que relájese.

Y yo cuento diez, cuento once, cuento…

Y mierda.

¡Mierda!

– Relájese -dice el poli.

¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda!

El dolor es peor que cuando Mona me hurgaba con sus pinzas al rojo vivo. Es peor que el alcohol de frotar limpiándome la sangre. Me agarro las nalgas y aprieto los dientes, con el sudor corriéndome por las piernas. Me gotea sudor de la frente encima de la nariz. Dejo de respirar. Las gotas caen a plomo y estallan entre mis pies descalzos, mis pies plantados bien separados en el suelo.

Algo enorme y duro se retuerce dentro de mí, y la voz horrible del poli dice:

– Relájate, colega.

Y yo cuento doce, cuento trece…

La cosa para de retorcerse. La cosa enorme y dura se retira lentamente, casi del todo. Luego vuelve a entrar y a retorcerse. Tan despacio como la manecilla de las horas de un reloj, y luego más deprisa, los dedos engrasados del poli hurgan dentro de mí, se retiran, entran otra vez, se retiran.

Y cerca de mi oído, la vieja voz a grava y cenicero del poli dice:

– Eh, colega, ¿tienes tiempo para un polvete?

Y todo mi cuerpo sufre un espasmo.

Y el poli dice:

– Caramba, chico, algo se ha puesto tenso.

Yo le digo: Oficial, por favor. No tiene usted ni idea. Puedo matarle. Por favor, no haga esto.

Y el poli dice:

– Déjame salir para que pueda quitarte las esposas. Soy yo, Helen.

¿Helen?

– Helen Hoover Boyle. ¿Te acuerdas? -dice el poli-. Hace dos noches tú me estabas haciendo casi exactamente lo mismo a mí dentro de una lámpara de araña.

¿Helen?

La cosa enorme y dura sigue retorcida dentro de mí.

El poli dice:

– Esto se llama un hechizo de ocupación. Hace un par de horas que lo traduje. Ahora mismo tengo a este funcionario como se llame embutido en el fondo de su subconsciente. Yo dirijo su función.

La suela fría y dura del zapato del funcionario me empuja el culo y los dedos enormes y duros salen de golpe. Tengo un charco de sudor entre los pies. Todavía con los dientes apretados, me incorporo deprisa.

El funcionario se mira los dedos y dice:

– Pensé que iba a perderlos. -Se huele los dedos y pone cara de asco.

Genial, digo yo, respirando hondo, con los ojos cerrados. Primero me controla a mí y ahora tengo que preocuparme de que controle a todo el mundo que me rodea.

Y el poli dice:

– He estado controlando a Mona durante las últimas dos horas esta tarde. Solamente para poner el hechizo a prueba, y para ajustarle las cuentas por haberte asustado, le he dado un pequeño cambio de estilo.

El poli se agarra la entrepierna.

– Es asombroso. Estar contigo de esta forma me está provocando una erección -dice-. Suena sexista, pero siempre he querido un pene.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nana»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nana» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Tomás Martínez: La Mano Del Amo
La Mano Del Amo
Tomás Martínez
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
Chuck Palahniuk: Error Humano
Error Humano
Chuck Palahniuk
Chuck Palahniuk: Pigmeo
Pigmeo
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Carlos Castaneda
Отзывы о книге «Nana»

Обсуждение, отзывы о книге «Nana» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.