John Hawks - El viajero

Здесь есть возможность читать онлайн «John Hawks - El viajero» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El viajero: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El viajero»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Marcada por un sino implacable, había ocasiones en que Maya hubiera deseado nacer ciega e ignorante. Su infancia no fue la de tantas otras niñas de su edad, y Maya pronto se vio obligada a soportar duras pruebas. Su padre era uno de los últimos Arlequines, superviviente de una estirpe de guerreros protectores de los Viajeros que había sobrevivido a varios intentos de asesinato por parte de los mercenarios de la Tabula. Condicionada por su ascendencia genética, Maya tenía un único objetivo en la vida: proteger, con su propia vida si era necesario, a los Viajeros, seres humanos con la capacidad de saltar hacia mundos paralelos y de retornar a la dimensión terrestre con los conocimientos adquiridos en otros planos de la realidad.
Pero ¿por qué debía ella renunciar a una vida normal? Es más, ¿cómo podía aceptar que su propio padre optara por sacrificarla en nombre de un ideal tan extraño como maldito? ¿Acaso los ciudadanos de a pie, ignorantes de su propio destino, controlados por la Hermandad como si fueran animales condicionados, merecían tal sacrificio por su parte? Las dudas de Maya no la habían dejado en paz desde que se había enterado de una verdad que sólo aceptaría tras la muerte de su padre a manos de la Tabula. Entonces supo que había llegado el momento de actuar. Su misión: viajar a Estados Unidos y proteger a los hermanos Corrigan, los dos últimos Viajeros que quedaban sobre la faz de la tierra, y cuyo destino no era otro que el de cambiar los derroteros de un mundo demasiado corrompido.

El viajero — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El viajero», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Gabriel oyó pasos que entraban en el dormitorio. Incluso en la oscuridad, Sophia parecía saber por dónde iba.

– Esto ocurre a menudo. La humedad se filtra por entre el hormigón y estropea las conexiones eléctricas. -Sophia dio un golpecito a la bombilla, y el filamento brilló de nuevo-. Ya está.

Fue hasta el camastro y cogió la lámpara de queroseno.

– Aquí tiene su lámpara. Si se apagan las luces o desea ir a explorar llévela con usted. -Estudió la expresión del rostro de Gabriel-. ¿Qué tal ha dormido?

– Bastante bien.

– ¿Fue consciente de su sueño?

– Casi, pero no pude permanecer en él más rato.

– Todo lleva su tiempo. Venga conmigo y traiga esa espada suya.

Gabriel siguió a Sophia por el túnel principal. No sabía cuánto tiempo había dormido. ¿Era de día o de noche? Se dio cuenta de que la intensidad de las bombillas no dejaba de cambiar. A cincuenta metros por encima de sus cabezas, el viento agitaba las hojas de las yucas y hacía girar la hélice del generador. A veces, el viento soplaba con fuerza y las luces brillaban. Cuando el viento remitía, la única energía provenía de baterías, y los filamentos de las bombillas brillaban con un color naranja oscuro, como las ascuas de un fuego moribundo.

– Quiero que practique el camino diecisiete. Ha traído con usted su espada, así que me parece buena idea. Este camino lo inventaron en China o en Japón, en una cultura de espadas. Enseña a concentrarse sin pensar.

Se detuvieron al final del túnel, y Sophia señaló una mancha de agua en las planchas de metal del suelo.

– Vamos a empezar.

– ¿Qué tengo que hacer?

– Mire hacia arriba, Gabriel, justo encima de usted.

Alzó la vista y vio que una gota de agua se estaba formando en una de las arqueadas vigas del techo. Tres segundos después, la gota cayó y salpicó el suelo de metal ante él.

– Desenfunde su espada y corte la gota en dos antes de que caiga al suelo.

Durante un instante, Gabriel creyó que Sophia se burlaba de él proponiéndole una tarea imposible, pero la mujer no sonreía. Desenfundó la espada de jade. Su pulida hoja destelló en las sombras. Sosteniendo el arma con ambas manos, Gabriel se colocó en una posición kendo y esperó para atacar. La gota del techo se hizo más grande, tembló y cayó. Gabriel blandió la espada y falló el golpe.

– No se adelante -dijo Sophia-. Simplemente esté listo.

La Rastreadora lo dejó solo bajo la viga. Una nueva gota de agua se estaba formando. Iba a caer en dos segundos. Un segundo. Ya. La gota cayó, y Gabriel, lleno de esperanza y ganas, le asestó un tajo.

42

Tras su enfrentamiento en el edificio de apartamentos de Michael, Hollis regresó a su escuela de artes marciales de Florence Boulevard e impartió las últimas clases del día. Al terminar, se dirigió a sus dos mejores alumnos -Marco Martínez y Tommy Wu- y les dijo que les traspasaba la escuela. Marco podía encargarse de los cursos superiores y Tommy de los novatos. Les planteó la posibilidad de que se repartieran los gastos durante el primer año y después decidieran si deseaban continuar con la sociedad.

– Puede que aparezcan algunos tipos interesándose por mí -les dijo-. Quizá se trate de policías de verdad o puede que utilicen identificaciones falsas. En cualquier caso, les decís que he decidido regresar a Brasil y al circuito de lucha.

– ¿Necesitas dinero? -le preguntó Marco-. Si quieres, tengo trescientos dólares en mi apartamento.

– No. No hace falta. Estoy esperando un pago que debe llegar de una gente de Europa.

Tommy y Marco intercambiaron una mirada. Probablemente habían supuesto que traficaba con drogas.

Camino de su casa, Hollis se detuvo en un supermercado y se paseó por los pasillos recogiendo comida en su carrito de la compra. Empezaba a comprender que todas las decisiones de su vida que había considerado importantes -dejar la congregación, viajar a Brasil- no habían hecho más que prepararlo para el momento en que Victory Fraser y Maya entraron en su escuela. Podría haberlas rechazado, pero no le habría parecido correcto. Había estado preparándose durante toda la vida para ese combate.

Mientras conducía por la calle de su casa, rastreó con la mirada a cualquier desconocido cuya presencia no encajara en el vecindario. Al abrir la verja del camino de acceso y aparcar el coche en el garaje se sintió extrañamente vulnerable. Algo se movió entre las sombras mientras abría la puerta de atrás y entraba en la cocina. Dio un salto hacia atrás, pero después se echó a reír al comprobar que se trataba de Garvey , su gato.

En esos momentos, la Tabula ya sabía que un negro había acabado con tres de sus mercenarios en un ascensor. Hollis daba por hecho que sus ordenadores no tardarían en localizar su nombre. Shepherd había mandado a Vicki para que se encontrara con Maya en el aeropuerto. Seguramente, la Gran Máquina tenía los datos de todos los miembros de la congregación. Hollis había roto los lazos con ellos años atrás, pero todos sabían que enseñaba artes marciales.

A pesar de que la Tabula pretendía liquidarlo, no tenía intención de huir. Existían razones prácticas: necesitaba recibir el pago de cinco mil dólares de los Arlequines; pero, además, permanecer en Los Ángeles encajaba con su estilo de lucha. Hollis era especialista en el contraataque. Siempre que luchaba en un torneo, dejaba que su oponente atacara al principio de cada ronda. Recibir un puñetazo hacía que se sintiera fuerte y lo motivaba. Quería que el malo hiciera el primer movimiento para poder acabar con él.

Cargó su rifle de asalto y se sentó en las sombras del salón. Mantuvo la radio y el televisor apagados. Luego, a modo de cena, se tomó unos cereales de desayuno. De vez en cuando Garvey se paseaba ante él con la cola en alto, mirándolo con escepticismo. Cuando se hizo la oscuridad, trepó al tejado de su casa con una colchoneta y un saco de dormir. Oculto por el aparato de aire acondicionado, se tumbó boca arriba y contempló el cielo. Maya había dicho que la Tabula usaba detectores térmicos para ver a través de las paredes. Hollis podía defenderse a la luz del día, pero no quería que los asesinos de la Tabula supieran dónde dormía. Dejó encendido el compresor del aire acondicionado y confió en que el calor del motor disimulara el de su propio cuerpo.

Al día siguiente, el cartero llegó con un paquete procedente de Alemania: dos libros sobre alfombras orientales. Entre las páginas no había nada, pero cuando cortó las tapas con una hoja de afeitar, encontró cinco mil dólares en billetes de cien. La persona que había efectuado el pago incluía la tarjeta de un estudio de grabación alemán. Al dorso, estaba escrita una dirección de internet y un breve mensaje: «¿Se siente solo? Hay nuevos amigos que lo esperan». Hollis sonrió para sí mientras contaba el dinero. «Nuevos amigos que lo esperan.» Arlequines. Los de verdad. Bien, si volvía a toparse con la gente de la Tabula, iba a necesitar apoyo.

Hollis saltó el muro que lo separaba de la casa de al lado y habló con su vecino, un antiguo jefe pandillero llamado Deshawn Fox que se dedicaba a vender llantas de coche. Le dio mil ochocientos dólares y le pidió que le comprara una camioneta con una cubierta de acampada para la plataforma de carga.

Tres días más tarde, el vehículo estaba aparcado ante la casa de Deshawn cargado con ropa, provisiones y munición. Mientras Hollis buscaba material de acampada, Garvey se escondió en el espacio que había entre las vigas y el techo. Hollis intentó hacerlo bajar tentándolo con un ratón de goma y un plato de atún en conserva. Sin embargo, el felino siguió en su refugio.

Un camión de la compañía eléctrica aparcó entonces, y tres tipos con casco fingieron reparar una línea eléctrica de la esquina. También apareció un nuevo cartero, un hombre de mediana edad con el cabello cortado al estilo militar que llamó al timbre durante varios minutos antes de marcharse. Tras la puesta de sol, Hollis volvió a subir al tejado con su rifle y unas botellas de agua. Las luces de la calle y la contaminación hacían imposible que se vieran las estrellas; a pesar de todo, se tumbó boca arriba y contempló los aviones que daban vueltas en su aproximación al aeropuerto de Los Ángeles. Intentó no pensar en Vicki Fraser, pero su rostro no se le borró de la mente. La mayoría de las chicas de la congregación se mantenían vírgenes hasta que se casaban. Hollis se preguntó si ella lo era o si tendría algún amiguito secreto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El viajero»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El viajero» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Hawkes - Travesty
John Hawkes
John Hawkes - The Blood Oranges
John Hawkes
John Hawkes - Second Skin
John Hawkes
John Hawkes - The Lime Twig
John Hawkes
John Hawkes - The Beetle Leg
John Hawkes
John Hawkes - The Cannibal
John Hawkes
John Hawks - The Golden City
John Hawks
John Hawks - The Dark River
John Hawks
John Hawks - The Traveler
John Hawks
John Hawks - The GoldenCity
John Hawks
John Hawks - El Río Oscuro
John Hawks
Отзывы о книге «El viajero»

Обсуждение, отзывы о книге «El viajero» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x