Array Array - Atlas de geografía humana

Здесь есть возможность читать онлайн «Array Array - Atlas de geografía humana» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на русском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Atlas de geografía humana: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Atlas de geografía humana»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Atlas de geografía humana — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Atlas de geografía humana», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—La verdad es que la entiendo muy bien, ¿sabes? Hace unos días, no sé, antesdeayer, creo, cuando sonó el despertador, Flora saltó de la cama con muchas prisas porque había quedado con su madre para llevarla al médico. Normalmente yo me levanto primero, pero aquel día me quedé acostado mientras la veía moverse por la habitación, subir la persiana, abrir el armario, coger la ropa… Había dormido con una camiseta muy grande, de esas que se pone para ir a la playa, y llevaba una cara de Mickey Mouse desteñida de rojo, enorme, justo encima de la tripa. No sé por qué, pero me di cuenta de que la estaba mirando como si fuera la mujer de otro, un animal del zoológico, un objeto que nunca me hubiera pertenecido porque tampoco, nunca, lo hubiera querido tener, y me iba diciendo, ¿esto va a ser la vida, coño? Ella cada vez más gorda, y yo aquí, mirándola…

—No se trata de ser feliz, supongo, no es exactamente eso…

Ramón empezó a hablar en el instante en que atravesamos la verja que aislaba la editorial del resto del mundo, y siguió hablando sin parar mientras caminábamos hacia ninguna parte en concreto, vamos a tomar una copa, me dijo cuando me lo encontré en el vestíbulo, vamos, acepté, y cruzamos Arturo Soria para embocar la calle Alcalá, y empezamos a descender por ella desde más allá del número quinientos, avanzando muy despacio.

—Nadie es nunca feliz, así, del todo, ¿no?, porque siempre tienes algún problema, casi todos los días hay alguna pega que resolver, o una decisión complicada que tomar, o se rompe algo en la cocina, o te suspenden a un niño, no sé, a mí por lo menos me pasa eso, así que no me quejo por no ser feliz, ni siquiera aspiro a tanto, pero me gustaría tener ganas de volver a casa por las tardes, fíjate que no es mucho, pero salgo de la editorial muerto, y a pesar de todo, no me apetece volver a casa, y eso es lo que me revienta… Y tampoco puedo echarle toda la culpa a Flora, aunque la tenga, porque ella siempre ha sido igual, siempre ha hecho las mismas cosas, lo que pasa es que yo antes tenía paciencia y ahora no tengo, antes la aguantaba y ahora no la aguanto, antes la justificaba y ahora no me sale de los cojones justificarla, no es más que eso, y que la conozco mejor, o peor, yo qué sé… ¿Sabes por qué me casé con Flora?

—Porque esta–aba embarazada —contesté sin pensarlo mucho, él mismo me lo había contado poco después de conocernos.

—No, ya… Me refería a otra cosa. ¿Sabes por qué me enrollé con ella?—negué con la cabeza—. ¡Pues porque ella quería, así de claro! Da pena, ¿no? Pero es que, hasta que ella quiso, no había querido ninguna. Yo siempre he sido muy mono, ya sabes, tan gordito, con las gafitas, empollón pero buen bebedor de cerveza, en fin… Tenía miles de amigas, las chicas me contaban a mí lo que no le contaban a nadie, era el mejor colega de toda la facultad, me inflaba a hacer trabajos de curso para todas las tías buenas que conocía, y nada, pero es que nada, no me comía un colín, hay que joderse. Y entonces conocí a Flora, que era amiga de una amiga de una compañera de especialidad que me gustaba tanto, pero tanto tanto, que hasta me ofrecía a ir a la farmacia a comprarle Neogynona porque a ella le daba vergüenza pedirla, fíjate si sería pardillo, yo, un imbécil, eso es lo que era, total, que apareció Flora y enseguida se las arregló para que yo me enterara de que se había quedado conmigo, y yo estaba más salido que un mandril, te lo juro, y ni me paré a pensarlo, ésa es la verdad… Ella tenía veintidós años, uno más que yo, y no estaba mal, por cierto, mona de cara y un poco regordeta, pero graciosa. La verdad es que hasta llegó a parecerme divertida de puro simple, porque todo la asombraba, todo era superior a sus fuerzas, todo le daba risa, o miedo, hasta chillaba en el cine y esas cosas. Me lo pasaba bien con ella, porque todo era nuevo para mí, besarla por la calle, andar abrazados, compartir las palomitas… Además, no me podía permitir el lujo de reconocer que la única tía del mundo que quería acostarse conmigo no fuera maravillosa, así que me lancé de cabeza, como te puedes imaginar… Ella no era virgen, pero yo sí. Las primeras veces que lo hicimos, estaba tan preocupado por que no se me notara que ni se me ocurrió preguntarle si estaba tomando algo. Se suponía que ella era la experta, y como no me dijo nada, pues… se quedó preñada. Y no te lo podrás creer, pero ni siquiera me vine abajo cuando me enteré. De repente, casarme me hacía hasta ilusión, hay que joderse, cómo somos los seres humanos. Me dio protectora, ¿sabes?, me sentía un hombre de verdad, responsable, consciente… ¡joder! Total, que cuando llevaba siete meses saliendo con la primera mujer que había conocido en mi vida, ¡zas!, hasta que la muerte nos separe… Y aquellos polvos trajeron estos lodos, desde luego.

Hizo una pausa para mirarme y comprobar la eficacia de su último chiste, y no le defraudé.

—No te rías porque no tiene gracia… En serio. Así empezó todo. Yo quería tener una casa propia, pero desde el primer día, todas las mañanas me recuerdan que el piso donde vivo, y cuyas letras pago religiosamente cada fin de mes, por cierto, en realidad es de mis suegros, que nos dieron la entrada, y no como mis padres, que sólo le hacen regalos a los niños. Eso con el desayuno, todos los días, sábados y domingos incluidos. Mi suegra nos llena la despensa de vez en cuando, nos regala lámparas, ceniceros, y cosas por el estilo, paga el inglés de sus nietos, y le compra un traje a su hija cada vez que vamos a una boda. Y no lo necesitamos, ¿sabes?, es decir, yo no lo necesito, la cuenta del banco no lo necesita, mi nómina no lo necesita, pero Flora sí. Flora depende vitalmente de ese dinero para triunfar en los dos únicos propósitos que dirigen su vida, el primero, humillarme a mí, y el segundo, y derivado del anterior, vivir como un pacha, que es lo que hace desde que nació. Al principio, siempre decía que se pondría a trabajar con sus padres, que tienen una fábrica de muebles, en cuanto Ramón, el mayor, fuera al colegio, pero antes de eso, se quedó embarazada

otra vez y tuvimos a Isabel, y bueno, todo tenía sentido, estaba bien. Pero cuando la niña empezó a ir a la guardería, a los dos años, entonces, como ya no tenía excusas, se dedicó a arremeter contra mí porque en el fondo se siente culpable, ¿entiendes? ¡Y a mí me da igual que no trabaje! ¡Te juro que me da igual! Pero que no me joda. Un día de éstos, le van a preguntar a mis hijos en el colegio qué es su padre, y van a contestar que un pobre hombre, porque eso es lo único que soy en mi casa, un pobre hombre, y todo porque mi mujer no se aclara… Si quiere ser ama de casa, que sea ama de casa, pero de las buenas, de las de verdad, y yo estaré encantado. Y si no, pues que se monte la vida como quiera, y todavía mejor, porque estará mucho más contenta, si a mí no me importa, en serio, a mí me encanta mi trabajo, tú lo sabes, y ahora gano mucho dinero, no lo cambiaría por nada del mundo, y no quiero putearla, de verdad que no, pero no aguanto más el mismo rollo, cállate porque si no fuera por mí no tendríamos esta casa, cállate porque si ganaras más podría venir la asistenta todos los días a plancharte las camisas, cállate porque mis padres ya nos dan mucho más de lo que me pagarían en cualquier empleo, cállate porque si te has creído que soy tu esclava estás muy equivocado, cállate porque no vas a conseguir que pierda mi dignidad, cállate porque bastante tengo con andar todo el día arriba y abajo con la casa y con los niños… ¡Coño! ¡Pues que salga de casa! ¡Si es la única mujer de este país que tiene un puesto de trabajo asegurado! ¿A mí qué me cuenta? Si va de maruja, que sea una maruja, y si no, pues que haga otra cosa, pero todo a la vez no puede ser, ¿no? Pues sí, resulta que sí, y ¿sabes porqué? Pues porque yo soy un pobre hombre, ni más ni menos. Y lo peor no es eso, claro…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Atlas de geografía humana»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Atlas de geografía humana» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Atlas de geografía humana»

Обсуждение, отзывы о книге «Atlas de geografía humana» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.