Adriana Trigiani - Valentine, Valentine

Здесь есть возможность читать онлайн «Adriana Trigiani - Valentine, Valentine» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Valentine, Valentine: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Valentine, Valentine»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Valentine, la segunda de las tres hermanas de una familia de origen italiano afincada en Nueva York, nunca ha sido considerada ni la más guapa, ni tampoco la más lista. Ella es, simplemente, lagraciosa. A sus treinta y tres años todos la presionan para que se case y funde una familia tradicional, pero Valentine se siente realizada con su vida, en la que la pasión que comparte con su fascinante abuela por la confección de zapatos de novia ocupa el primer lugar.

Valentine, Valentine — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Valentine, Valentine», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Gianluca disminuye la velocidad y veo un lago entre los árboles, que brilla como un tafetán de seda azul pálido. Los bordes del agua se desdibujan entre la fronda salvaje de tallos verdes que se doblan y tuercen frente a la costa. Guardo esta combinación de colores en mi memoria. Qué sensual sería crear un zapato azul pálido con un adorno de plumas verde oscuro. Bajo la ventanilla para verlo mejor. El sol cae sobre el agua como un montón de flechas plateadas.

– Es uno de mis lugares preferidos. El lago Argento. Aquí vengo a pensar.

El fascinante silencio se rompe con el pitido de mi teléfono móvil. Me mortifica haber estropeado el lugar sagrado de Gianluca.

– Adelante, cógelo. No puedo luchar contra el progreso.

Miro a Gianluca, que se ríe, y luego me río. Busco en mi bolso y reviso mi móvil. Roman escribe:

Tú estás primero, siempre. R.

Sonrío.

– ¿Buenas noticias? -me pregunta Gianluca.

– Oh, sí-digo, guardando el teléfono otra vez.

El edificio de la sedería Prato es un complejo moderno y laberíntico, pintado de sencillo beige, y cercado por una alta alambrada de hierro decorado. Los jardines alrededor del límite le dan un aspecto pulcro.

Muchos de los diseñadores importantes vienen aquí a comprar tela. La vieja guardia de los visionarios europeos, desde Karl Lagerfeld y Alberta Ferretti hasta nuevos talentos como Phillip Lim y Proenza Schouler viajan a Prato. Algunos diseñadores incluso recogen los retales del suelo y los zurcen en diseños de tela propios; es evidente que hasta el ruido de esta fábrica es valioso.

Gianluca muestra su carné de identidad mientras pasamos por la puerta del guarda. Me piden mi pasaporte. Gianluca lo abre en la página de la foto y lo pasa al guarda.

Una vez que hemos aparcado, espero que Gianluca rodee el coche y me abra la puerta. Fue amable respecto al pitido de mi móvil, así que no menosprecio sus modales italianos. Cuando me abre la puerta, me da la mano para ayudarme a salir. En el momento en que nuestras manos se tocan, un ligero escalofrío me recorre la espalda. Debe de ser el aire de la primavera, que sopla fresco bajo el sol caliente.

Atravesamos la entrada, donde hay una pequeña recepción con una ventana. Gianluca va hacia la ventana y pide ver a Sabrina Fioravanti. En pocos minutos, una mujer de más o menos la edad de mi madre, con unas gafas de lectura y una cadena alrededor del cuello, nos saluda y dice:

– ¡Gianluca!

Él le besa las dos mejillas.

– La signora Fioravanti.

Ella me coge de las manos, encantada de conocerme.

– ¿Cómo está Teodora? -pregunta con interés.

– Le va bien.

Vecchia? -dice la signora -. Como yo.

– Sólo en los números, no en el espíritu -digo. Empiezo a pensar en lo que mi abuela de ochenta años estará haciendo en este mismo instante.

Sigo a Sabrina al interior de la fábrica, hasta el departamento de acabados, ahí se prensan las sedas y se montan en rollos, que recogen la tela hasta formar bobinas gigantes que alcanzan el tamaño del tronco de un árbol. No puedo evitar tocar las telas, el mantecoso satén de algodón, bordado con hilos de oro puro, y el terciopelo cortado con cuadrados de seda cruda.

– ¿Necesitas telas de doble cara? -me pregunta Sabrina.

– Sí -digo, sacando la lista de mi bolso-. Y tafetán con un refuerzo de terciopelo y, si tenéis, seda estriada.

Respiro profundamente.

– ¿Hay algún problema? -me pregunta Gianluca y señala las profundas líneas que forman un número 11 en mi entrecejo-. Pareces preocupada.

– No, sólo estoy pensando -miento-. Y, cuando pienso, me vuelvo cejijunta.

– ¿Qué?

– Ya sabes, el ceño fruncido. No le prestes atención.

Sabrina vuelve con un joven que carga un montón de muestras de tela. Me llevará la mayor parte del día mirarlas. Ahora sé por qué tengo el ceño fruncido. Esto es mucho trabajo y la abuela no está aquí para guiarme. Está demasiado ocupada dejándose cortejar por Dominic bajo el sol de la Toscana para venir a esta fábrica y elegir entre cientos de muestras de tela y encontrar la que necesitamos. Me siento abandonada, eso es todo. Pero ya es demasiado tarde, ya estamos aquí y tendré que hacerlo sola.

Sabrina se va. Levanto un taburete y pongo el bolso encima de una mesa que está detrás de mí. Gianluca coge otro y se sienta frente a mí ante la mesa de trabajo. Coloco mi lista en la mesa y empiezo a seleccionar las telas.

– Vale. -Miro a Gianluca-. Primero necesito un resistente satén quebrado beige.

Gianluca elige entre un montón y tira de una tela. La levanta.

– Demasiado rosado en el beige -le digo-. Más dorado.

Pongo aparte las telas que serían demasiado endebles, incluso si nosotras las reforzáramos. Gianluca sigue mis instrucciones, luego empieza a hacer una pila de abundantes variedades. Encuentro un satén pesado de dos caras con adornos de enredaderas en filigrana dorada. Me pregunto si podríamos prescindir del bordado y sin entusiasmo lo aparto a un lado.

– ¿No te gusta ésa? -me dice.

– Me encanta, pero no creo que pueda cortar alrededor del patrón.

Gianluca coge una muestra y dice:

– Claro que puedes. Sólo compra más y repite el patrón por el otro lado. -Extiende la tela sobre la mesa y luego la pliega por debajo-. ¿Lo ves? Lo mismo sucede con el cuero.

– Tienes razón.

Pongo la seda con enredaderas encima del montón de telas para comprar. Hay demasiadas para escoger y la selección es apasionante. Con cada muestra que cojo imagino zapatos: burato, rayón, tela acolchada, velvetón, tercianela, seda de paño fino con rayas tono sobre tono. Me dejo llevar por la diversión y el proceso gana velocidad mientras buscamos durante un buen rato.

– ¿Te gusta hacer zapatos? -me pregunta Gianluca.

– ¿Tú qué dirías? -digo mientras reviso otro artículo de mi lista-. ¿Te gusta trabajar de curtidor?

– No mucho -dice. Ahora es Gianluca quien frunce el ceño-. Mi padre y yo siempre reñimos. Lo hemos hecho desde hace años, pero fue a peor cuando murió mi madre.

– ¿Desde cuándo está viudo tu padre?

– Este noviembre se cumplen once años. -Recoge una pila de muestras de crujiente lino de la orilla de la mesa-. ¿Tus padres viven?

Asiento con la cabeza.

– ¿Qué edad tienen? -me pregunta.

– Mi padre sesenta y ocho. Si alguna vez conoces a mi madre, no debes revelar el secreto, pero tiene sesenta y uno. En mi familia tenemos algo con la edad.

– ¿Qué tenéis con la edad?

– No nos gusta envejecer.

– ¿Y a quién sí? -sonríe.

– ¿Qué edad tienes?

– Cincuenta y dos -dice-. Ya soy mayor.

– ¿Para qué? -le pregunto-. ¿Para cambiar de oficio? Podrías hacerlo en un segundo.

Gianluca se encoge de hombros y dice:

– Trabajar con mi padre es mi obligación.

Parece resignado, pero no demasiado infeliz por su situación.

– En Estados Unidos, cuando algo no nos funciona, cambiamos. Volvemos a la escuela y desarrollamos una nueva habilidad o cambiamos de trabajo o de jefes. No hay necesidad de afanarse en algo que no te gusta.

– En Italia no cambiamos. Mis deseos no son lo más importante, tengo responsabilidades y las asumo. Mi padre me necesita. Le dejo que sea el jefe, pero su siesta se alarga conforme se hace más viejo.

– Lo mismo le pasa a la abuela.

– Tú trabajas en el negocio familiar… -Parece a la defensiva.

– Sí, pero yo lo elegí. Quería hacer zapatos.

– Aquí no elegimos, los sueños de la familia se convierten en nuestros sueños.

Pienso en mi familia y cómo esa sentencia solía ser cierta para nosotros. La familia estaba primero, pero ahora parece que mi generación lo ha olvidado. No podría trabajar con mi madre, pero con la abuela es diferente. La generación que nos separa a la abuela y a mí parece unirnos en un objetivo común. Nos entendemos de una manera que funciona en el trabajo y en casa. Quizá porque ella necesita ayuda y yo estaba ahí en el momento justo para dársela. Mis sueños y los sueños de la abuela de alguna manera se encontraron y al combinarse crearon algo nuevo para cada una de nosotras. Incluso ahora parece que ella me está pasando el relevo. Poco importa que el caballo esté cojo y ciego, para ella la compañía de zapatos Angelini es algo que merece la pena, y para mí, incluso con la deuda creciente y sabiendo que la producción de zapatos hechos a medida es un riesgo, significa un legado de incalculable valor. Sólo espero que pueda mantenerlo para pasarlo a la siguiente generación.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Valentine, Valentine»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Valentine, Valentine» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Valentine, Valentine»

Обсуждение, отзывы о книге «Valentine, Valentine» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x