Perro-puerco inclina el torso propio hasta que su cabeza asoma por el exterior de la ventana y suelta un grito hacia el oxígeno negro, diciendo:
– No tendrías que conducir. -Dice-. ¡Ni siquiera tienes edad de sangrar!
Cita: «Los grandes mentirosos también son grandes magos».
El objeto verde que ha sido arrojado y luego atrapado, ese objeto robado que reluce por culpa de la humedad… es una prótesis artificial de ojo humano fabricada de cristal.
En medio del oxígeno negro y helado, las luces rojas gemelas y relucientes de la parte trasera del automóvil ya se han marchado.
Empieza aquí el octavo informe del agente-yo, número 67, asistiendo al ritual de apareamiento de los estudiantes que se celebra en el recinto deportivo a oscuras de las instalaciones educativas. Noche de hoy XXXXX. Canciones rituales interpretadas por XXXXX. Para que conste en acta, la familia americana inventa infinita multitud de etiquetas absurdas para bautizar a la descendencia femenina.
Para que conste en acta, este agente se ha aplicado dosis generosas y abundantes de fragancia Listerine en la piel de la cara.
Durante el ritual de apareamiento cobijado en el interior sumido en la penumbra del recinto con suelo de madera de baloncesto, bajo el estruendo de la música que promueve la reproducción sexual prematura y al azar, el hermano perro-puerco pone el dedo recto para señalar a las hembras que hay alineadas en la pared de delante, Desde la distancia, me las presenta. Las hembras reunidas del centro educativo de ciclo medio podrían perfectamente estar alineadas para ser ejecutadas por pelotón de fusilamiento, bajo las miradas de los jóvenes masculinos. El hermano huésped apunta con el dedo hacia ellas y dice:
– … domingas… mamellas… lecheras… zeppelines… -dice-. Flanes… brevas… botellones…
Deambulando en las inmediaciones, el agente Tibor exhibe una cadena de hematomas de color púrpura en el cuello, moretones selectos envueltos en muescas de dentelladas. El agente Mang también muestra un collar de hematomas púrpuras. También el cuello del agente Ling ha sido roído por dientes fantasma.
– ¿Quieres estar en la feria de las ciencias? -dice perro-puerco-. ¿Por qué no empiezas inventando un afrodisíaco megafuerte y se lo echas al equipo de animadoras? -Pone el dedo recto otra vez y continúa-: Peritas… montículos… conos… magdalenas…
Colocada en la hilera entre las hembras del lado opuesto, la agente Magda se ofrece a sí misma para inspección.
El hermano-huésped dice:
– … botijos… pechugas… mamas… -Perro-puerco se frota los dedos entre sí para generar chasquidos rápidos, cata-clac, ruidos veloces acompasados con el ritmo de la música de baile para aparearse.
De vez en cuando un estudiante masculino se aproxima a las hembras y solicita un baile desenfrenado conjunto para demostrar que es un compañero reproductivo adecuado, bailes desenfrenados veloces para demostrar que no está lisiado. Que no hay defectos genéticos que legarles a los descendientes. Demostrando coordinación y vitalidad más que suficientes para mantener a la hembra fecundada durante el período de gestación. Y para mantener a la descendencia consiguiente hasta que esta haya madurado. Las hembras hacen alarde de su dermis y su pelo para mostrar que son recipientes viables para la fecundación y se pintan la cara para parecer más simétricas. Más susceptibles de producir nacimientos vivos y frecuentes.
Alrededor del perímetro más oscuro del interior del estadio la nariz de Trevor Stonefield, el matón amarillo-claro, permanece doblada de lado, acostada contra la mejilla propia. Al acecho.
El hermano perro-puerco se hunde a hurtadillas la mano en las profundidades del bolsillo del pantalón propio y extrae un pequeño cilindro. La mano del hermano-huésped se lleva el cilindro a la cara propia, donde su boca se expande para desplegar el músculo lingual. El dedo de su mano comprime la superficie superior del cilindro y expulsa a presión en el interior del propio orificio bucal un chorro de vapor con hedor a mentol a lo largo del músculo lingual. Con el aliento hediendo a mentol, el hermano-huésped me dice:
– Muy bien, Pigmeo, tú serás mi escudero… -Dice-: ¿A cuál separamos del rebaño?
La boca del agente-yo dice:
– A cuál.
Y estirando su dedo bien recto, este agente señala el otro extremo de la penumbra del estadio, allí donde se ubica Magda. Los ojos marrones de la agente 36 se posan en el perro- puerco. Magda sigue requiriendo fecundación para cumplimentar la fase uno de la Operación Estrago.
Trevor la Puta merodea, camina en círculos, acecha de manera que su mirada de depredador no se despega nunca del agente-yo.
Perro-puerco posa la mirada en Magda, tuerce el labio y dice:
– Ni hablar. -Dice-: Esa tiene pinta de haber intentado cambiarse de sexo a los trece años y de que la operación le ha salido mal.
Sería posible que el puño del agente-yo golpeara, pam-pum, con Ataque del Canguro Boxeador, para silenciar al hermano-huésped. Para impartirle una lección de humildad.
– Además -dice perro-puerco-, he oído decir que le mordió la garganta al reverendo Tony.
Al diablo Tony.
La amenaza de Trevor la Puta se aproxima más. Su cortina de pelo rubio se acerca lo bastante como para que me llegue el tufo a colonia. Tiene descargas eléctricas fulminantes en los ojos azules.
Al momento siguiente, el perro-puerco se pone en marcha, bisecciona el estadio con pasos chulescos y se acerca a las hembras para proponérseles.
Al momento siguiente, el agente Metro se aventura en las inmediaciones de este agente y le entrega una cantidad abultada y masiva de dólares americanos. Entrega encubierta. Lo sigue el agente Tanek, para otorgarme en secreto una suma de dinero de papel sustraída del plato de la capilla del culto dominical.
Las manos de este agente reúnen dinero de curso legal que tiene escondido dentro del pantalón propio. Los pies del agente-yo emprenden un pequeño desfile para seguir al hermano-puerco. Para ofrecer sacrificio de este agente a la compañera reproductiva. Proyectando la mirada sobre las hembras alineadas, este agente cita dentro de su cabeza al muy honorable rebelde y tenaz revolucionario Che Guevara, que decía: «Se que has venido a matarme». Y a continuación: «Dispara, cobarde. Solo vas a matar a un hombre».
Los pies del agente-yo presentan la mejor apariencia ante la compañera potencial, una mongoloide hembra con cráneo braquicéfalo, apertura nasal pequeña y huesos cigomáticos prominentes. Este agente dispone en su boca una sonrisa agradable, pone voz de trompeta clara para competir con el ruido de la música y le dice:
– Respetado recipiente reproductivo potencial, solicito iniciar rituales preliminares previos al coito genital…
La hembra mongoloide, que carece de arcos ciliares, inclina hacia atrás la cara propia para desplegar los orificios nasales y mostrarle la apertura nasal a este agente. La mano de la hembra levanta un largo mechón de pelo propio que le cuelga sobre el pecho y lo lanza hacia atrás por encima del hombro propio. Con los orificios nasales dilatados, la hembra dice:
– Largo de aquí, pirao.
Al momento siguiente, este agente se aproxima a una hembra negroide caracterizada por un cráneo de forma mesocefálica, una apertura nasal amplia y huesos cigomáticos en recesión. La mano del agente-yo se extiende, abierta hacia la hembra, y este agente dice:
– Espécimen hembra, ¿me permites ejecutar danza de apareamiento previa a la generación de un embrión humano?
La boca del agente-yo promete que va equipado con los cromosomas adecuados para no cargar a la sociedad con el cuidado de una progenie de monstruos deformes.
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