Rafael Marín - El Anillo En El Agua

Здесь есть возможность читать онлайн «Rafael Marín - El Anillo En El Agua» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Anillo En El Agua: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Anillo En El Agua»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Entre la novela y la memoria literaria, "El anillo en el agua" es la crónica irónica y melancólica del panorama cultural y político en la ciudad de Cádiz desde la muerte de Franco a la constitución de 1978. Recién salidos de la adolescencia, un grupo de aprendices de escritor se conoce, se contagia de ilusiones, comparte aspiraciones e ingenuidades y funda una revista, Jaramago, que los mantiene unidos y activos durante dos veanos que los marcarán profundamente. Nombres hoy desconocidos y nombres que ahora ya tienen cierto bagaje como autores asoman en estas páginas, más jóvenes, más idealistas, más ingenuos y hasta con menos dioptrías. Este libro es una ceremonia de iniciación, el rito de madurez de unos adolescentes que quisieron ser poetas y que, durante un breve periodo de tiempo, hasta llegaron a conseguirlo.

El Anillo En El Agua — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Anillo En El Agua», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El punto de originalidad, como siempre, lo pusieron los comics, una bella contraportada de Carlos Forné y una historieta sobre textos de Téllez dedicada a García Lorca que le ilustró más bien con pocas ganas Miguelito Martínez. Eran dos páginas en teoría, pero Miguel ya estaba en otra órbita, preparando el comic con el que aparecería en el fanzine McClure, y lo comprimió todo en una sola plancha. Había demasiado texto en los dibujos, pero tampoco se notó demasiado. Fue uno de los momentos más bajos de la producción de Miguel, que quizá temía que Téllez le acaparara la mano derecha para siempre y nunca más le dejara dibujarse cosas propias.

La portada la hizo Vicente Sosa sobre la marcha, con mis rotrings que chorreaban tinta y acabó por romper, el vestigio de la época en que yo también quise ser dibujante. Las gafas a las que yo me acababa de encadenar posaron para la posteridad, bajo una luna blanca y una luna negra, junto a un olivo reseco, rotas de un disparo, compartiendo cartel con tres casquillos de bala (eramos así de simbólicos). Un poema de Carlo Frabetti, reproducido sin autorización a partir de una revista publicada en contra del atentado a «El Papus», terminó de redondear lo que era una bella alegoría, aquel verso de «Siguen tus asesinos, Federico, partiendo voces y cortando manos» que nos remitía directamente a Víctor Jara y sus carceleros.

Perdimos un centenar de veces las tijeras, gritamos, nos manchamos de pegamento y estuvimos a punto de asfixiarnos por culpa de las colillas de Vicente (ni Téllez, ni Juanito ni yo fumábamos; soy el único que ha seguido fiel a esa promesa), pero por fin el número quedó terminado. Borrachos de trabajo, no pudimos evitar rellenar los huecos con comentarios al margen. Caímos directamente en el panfleto un par de veces, pero mereció la pena.

La decepción nos sacudió de arriba a abajo cuando recogimos las revistas de la imprenta. Los tonos negros se habían corrido, con perdón, las fotos quedaron quemadas, o diluidas, y la tinta de los escritos, multitud de veces, se veía letra sí letra no (le echaron la culpa a la cinta de mi máquina). Además, cada dos por tres encontrábamos entre los renglones huellas de dedos, como si la policía hubiera estado fichando a alguien mientras imprimían el número o los encargados de la copistería hubieran querido dejar también su impronta en nuestras páginas, a las que confundieron con el paseo de la fama hollywoodiense. La solución era más sencilla: en la copistería habían experimentado con nosotros y habían fracasado miserablemente en su labor. Quizá por eso, y no porque la revista careciera de depósito legal (esa fue la excusa), su atentado a nuestro trabajo quedó sin firma, sin que se responsabilizaran de sus manazas negras.

Con todo, pese a la guarrada que al final quedó, los dibujos de Miguel y Carlos Forné se veían algo mejor que en el cliché electrónico, y con las grapas centrales y las páginas dobles la revista tenía otro empaque que la hacía hasta atractiva.

Para que el paso al offset no nos diera la puntilla en el acto nos vimos forzados a aumentar de nuevo la tirada, y el precio. Quinientos ejemplares a cinco duros, era ya un riesgo, pero Leo Hernández parecía dispuesto a compensar él solito el retraso de seis meses en aparecer por el Colectivo. Costó algo más de trabajo de vender que los viejos números en multicopia, pero se logró. Lo más curioso fue que los progres que nos seguían, después de ver el contenido dedicado al 27, tras leer el poema de Frabetti y admirar embelesados la portada, nos preguntaban, invariables:

– Ah, ¿pero Lorca tenía gafas?

GENIO Y FIGURA

Cuando Manolo Chulián se marchó ya para siempre de nuestras vidas, y como Miguel Martínez vivía muy lejos y Téllez tenía la compañía de Ana, Juanito y yo reforzamos día tras día los lazos de amistad que nos unían desde poco después de mi cumpleaños.

Por su aspecto desinhibido y noblote, de niño ochomesino criado con mucha pringue y mucho frite, Juanito se hacía querer, se dejaba ver, y encarnó muy pronto, ya lo he dicho, al símbolo por el que era conocido todo el Colectivo. Buscaba mi consejo cuando no le quedaba más remedio, algo que hizo con prontitud milimétrica durante otros diez o doce años, casi siempre para escuchar con la cabeza gacha mis reproches y hacer luego, lo natural, cuanto le venía en gana. Juanito Mateos iba a ser mi Peter Pan, sí, pero sin quererlo, hasta en mi contra, yo me ví adjudicado al papel de encarnar su Pepito Grillo, su conciencia.

Era la época de las confesiones, de reparar con palabras no haber compartido una infancia en la que, sin duda, nos habríamos peleado a puñetazos por cualquier tontería insignificante. Fue así como supe que uno de sus abuelos, el que todavía vivía en el pueblo, emigró siendo muy joven a Cuba (Juanito lo imitaría muchos, muchos años más tarde, cuando dio portazo a sus amigos y cerró su risa a cal y canto), y que volvió cantando habaneras sobre una guitarra sin cuerdas, cosas como «Mi Cirujeda querida» o algo así, que le habían hecho ganar allá en Cáceres el sobrenombre cirujedano para toda la familia. El otro abuelo, el que nos invitaba a cervecita en Los Lunares y sonreía arrugando mucho los ojos, como un niño grande, casi un personaje de Spider-Man, el Remendón o el Buitre, se ufanaba de no haber visto jamás desnuda a su mujer, era viudo y conservaba la castidad desde hacía la tira de años, había servido en los dos bandos durante la guerra civil, igual que tanta otra gente, y sobre su conciencia pesaba haber fusilado a un pobre infeliz con un trabuco. Yo consolaba a Juanito intentando hacerle ver que podría haber sido aún peor, a puñaladas (el abuelo me caía muy bien y el sentimiento era mutuo).

Juanito tenía un hermano pequeño y no tan rubio como él, algo desangelado, aunque con el tiempo acabaría pareciendo su doble clónico, y una hermana alocada y protestona, una grunge adelantada de su fecha (o una hippie retrasada de la suya), que tenía unas cuantas amigas que no desmerecían en nada a las francesitas que ya se iban convirtiendo en un espejismo en nuestra biografía: Carmen Mari, una especie de James Dean femenino, una naricita despellejada con la que nunca intenté nada porque era un poquito más alta que yo, y además le gustaba otro tipo de música; o María del Mar y Charo, hermanas y casi gemelas, dos verdaderas jacas al trote, carne morbosa y prieta con un no sé qué de años cuarenta en las faldas que siempre les quedaban tensas por las caderas, las actrices que inconscientemente imaginaba como protagonistas de la versión cinematográfica de «Las Ninfas». Juanito tenía también una madre algo bruja a la que se le apareció un ángel en el Puerto, cuando buscaba una cura a la lejía que se había bebido la montuna de su hija.

Como yo andaba enamorado, Juanito se convirtió en el confidente al que, sin rubor ni medias palabras, contaba de pe a pa cada día cuanto me pasaba, para que me ayudase a adivinar si los sís eran nos o los nos eran sís (tampoco tenía ni puñetera idea), y se nos perdían las horas sentados en un banco verde y raído del que hubo que huir cuando alguien nos avisó que tenía pulgas. Juanito me escuchaba con atención, sorbiendo todo lo que le contaba con la boca abierta, mis proyectos de historias, mis novelas de terror y de fantasía, mis sueños eróticos; fue sin duda mi primer fan (más que eso, seguro, mi primer amigo verdadero, sin demandas). Yo le regalaba los Penthouse cuando me cansaba de arrugarlos o no me cabían en los escondites de mi casa, y le relataba cada tarde, muertos de frío los dos, los progresos de «Insólito Esplendor», de un recién descubierto Stephen King, matándole el intríngulis para cuando él lo leyera después, pero sabiendo que, en mi narración oral, noche tras noche, había un singular capacidad que he heredado de mi madre, la habilidad de referir un clímax que a lo mejor, no sé, después no he sabido transmitir de la misma manera en mis novelas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Anillo En El Agua»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Anillo En El Agua» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Anillo En El Agua»

Обсуждение, отзывы о книге «El Anillo En El Agua» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x