"¿Y qué obtendremos si vamos con usted? Si accedemos a aprender de usted, ¿qué conseguiremos?" pregunté.
"Lo mismo que Briar Rabbit consiguió", respondió. "Liberarse de Tar Baby".("')
"¿Existe un terreno espinoso?" le pregunté.
"Sí", respondió. "Es nuestro miedo y nuestra ansiedad. Enfrentar nuestros miedos, y confrontar nuestra ansiedad, nuestras debilidades y nuestras necesidades, es la salida. Y el camino hacia la salida es a través de la mente, eligiendo nuestros pensamientos."
"¿Elegir nuestros pensamientos?" preguntó Mike, desconcertado.
"Así es. Eligiendo lo que pensamos, en vez de reaccionar a partir de nuestras emociones, y simplemente levantarnos e ir a trabajar en la intención de resolver el problema, sólo porque el miedo de no tener suficiente dinero para pagar las cuentas nos aterra. Pensar, sería tomarse el tiempo de hacernos a nosotros mismos una pregunta. Algo así como `¿trabajar cada vez más duramente, es la mejor solución a este problema?' La mayoría de las personas están tan aterrorizadas por no decirse a sí mismas la verdad -de que el miedo tiene el control- que ni siquiera pueden pensar, y salen huyendo por la puerta. Tar Baby tiene el control. A eso me refiero con elegir sus pensamientos."
"¿Y cómo lo hacemos?" preguntó Mike.
"Eso es lo que estaré enseñándoles. Les enseñaré a tener opciones de pensamientos para considerar, en lugar de reaccionar como el reflejo de la rótula, tragando el café del desayuno y huyendo por la puerta.
"Recuerden lo que he dicho antes: un trabajo es tan sólo una solución de corto plazo, para un problema de largo plazo. La mayoría de las personas tienen un problema en mente, y es el corto plazo. Son las cuentas al final del mes, el Tar Baby. El dinero ahora dirige sus vidas. O debería decir, el miedo y la ignorancia acerca del dinero. De manera que ellos hacen lo mismo que sus padres; se levantan cada día y salen a trabajar por el dinero. Sin tomarse el tiempo para pensar `¿existe otra manera?'. Ahora, son sus emociones, y no sus cabezas, las que controlan sus pensamientos."
"¿Podrías decirnos la diferencia entre pensar con las emociones, y pensar con la cabeza?" le preguntó Mike.
"Oh, sí. Todo el tiempo estoy oyendo algo al respecto", respondió papá rico. "Oigo cosas como `Bueno, todo el mundo tiene que trabajar', o `los ricos son tramposos'. También `Buscaré otro trabajo. Merezco el aumento. Usted no puede andar presionándome'. O `me gusta este trabajo porque es seguro'. En lugar de `¿Me estoy perdiendo algo aquí?', lo cual rompe el pensamiento emocional, dando a la persona tiempo para pensar claramente."
Debo admitir que esa fue una grandiosa lección recibida. Saber si alguien estaba hablando a partir de sus emociones, o basándose en un pensamiento claro. Fue una lección que me sirvió mucho para la vida. Especialmente cuando era yo el que estaba hablando desde la emoción, y no desde el pensamiento claro.
Mientras encaramos el retorno hacia la tienda, papá rico explicó que los ricos realmente "hicieron el dinero". No trabajaron por él. El continuó explicando que cuando Mike y yo estábamos acuñando monedas de 5 centavos con el plomo, creyendo que estábamos "haciendo dinero", estuvimos muy cerca de la forma de pensar de los ricos. El problema fue que, hecho por nosotros, eso era ilegal. Era legal que lo hicieran el gobierno o los bancos, pero no nosotros. Nos explicó las formas legales e ilegales de hacer dinero.
Padre rico continuó explicando que los ricos saben que el dinero es una ilusión, exactamente como la zanahoria para el burro. Es sólo por el miedo y los deseos, que la ilusión del dinero es mantenida por millones de personas unidas en el pensamiento de que el dinero es real. El dinero realmente es un invento. Fue nada más por la ilusión de la confianza e ignorancia de las masas que el castillo de naipes permaneció sostenido. "De hecho" agregó, "en muchos sentidos, la zanahoria del burro era más valiosa que el dinero."
El habló acerca del patrón oro en el que se basaba Estados Unidos, y de que cada billete de dólar era actualmente un certificado en plata. Lo que le preocupaba, era un rumor de que algún día abandonaríamos ese patrón oro, y nuestros dólares ya no serían garantizados en plata.
"Cuando suceda eso, chicos, el infierno entero se desencadenará. Las clases media y pobre, y los ignorantes, tendrán sus vidas arruinadas simplemente por haber continuado creyendo que el dinero es real, y que la compañía para la cual trabajan, o el gobierno, cuidarán de ellos."
Realmente, no entendimos lo que él estaba diciendo ese día, pero a lo largo de los años, todo cobró más y más sentido.
Viendo lo que otros pasan por alto
Al subirse a su pickup, que estaba estacionada afuera de su pequeño mercado, dijo: "Sigan trabajando, chicos, pero cuanto antes se olviden de la necesidad de un cheque de pago mensual, más fácil será su vida de adultos. Continúen utilizando sus cerebros, trabajen gratis, y pronto sus mentes les mostrarán formas de ganar muchísimo más dinero del que yo podría pagarles jamás. Ustedes verán cosas que el resto de la gente nunca ve. Oportunidades justo frente a sus narices. Muchas personas no ven esas oportunidades porque están buscando el dinero y la seguridad, de manera que eso es todo lo que obtienen., En el momento en que vean una oportunidad, las seguirán viendo por el resto de sus vidas. Cuando llegue ese momento les enseñaré algo más. Aprendan esto, y evitarán una de las trampas más grandes de la vida. Ustedes nunca, jamás, tocarán ese Tar Baby [1]."
Mike y yo tomamos nuestras cosas de la tienda, y nos despedimos de la Sra. Martín agitando las manos. Volvimos al parque, al mismo banco de picnic, y pasamos allí varias horas más, pensando y hablando.
Pasamos la semana siguiente en el colegio, pensando y hablando. Durante dos semanas más, continuamos pensando, hablando y trabajando gratis.
Al final del segundo sábado, estaba nuevamente despidiéndome de la Sra. Martín y observando el stand de las historietas con una mirada nostálgica. Lo más difícil de no cobrar ni siquiera los 30 centavos por sábado, era no tener dinero para comprarme algunas historietas. De repente, mientras la Sra. Martín nos decía adiós, noté algo que ella hacía, y que nunca antes había observado. Es decir, la había visto hacerlo, pero jamás lo había registrado.
Ella estaba cortando en mitades la página frontal de los comics. Guardaba la mitad superior de cada portada, desechando el resto de la revista dentro de una gran caja marrón de cartón prensado. Cuando le pregunté qué hacía con las historietas, me contestó que las arrojaba a la basura. "Las mitades superiores de las portadas se las entrego al distribuidor de libros, a modo de crédito para nuevos ejemplares. El vendrá en una hora."
Mike y yo, esperamos esa hora. Enseguida el distribuidor llegó, y le pregunté si podríamos tomar los libritos de historietas. El me respondió: "Pueden tenerlos si trabajan para este almacén, y no los revenden."
Nuestra sociedad fue revivida. La mamá de Mitre tenía una habitación vacía en el sótano, que nadie usaba. La limpiamos, y comenzamos a apilar allí cientos de revistas de historietas. Pronto, nuestra biblioteca de comics fue abierta al público. Contratamos a la hermana menor de Mike, a quien le encantaba estudiar, para ser la cabeza de la biblioteca. Ella cobraba a cada niño 10 centavos la entrada, y el lugar permanecía abierto desde las 2:30 hasta las 4:30 p.m. todos los días después del colegio. Los clientes, niños del vecindario, podían leer tantas revistas como pudieran, en esas dos horas. Era una ganga para ellos, dado que cada comic costaba 10 centavos, y alcanzaban a leer cinco o seis en dos horas.
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