La hermana de Mitre chequeaba a los niños cuando se iban, para asegurarse de que nadie se apropiara de ninguna revista. Ella también llevaba los libros con los registros, dividiéndolos en cuántos niños venían cada día, quiénes eran, y cualquier comentario que pudieran tener. Mike y yo promediamos los 9,50 dólares por semana, durante un período de tres meses. Le pagamos a su hermanita 1 dólar por semana, y la dejábamos leer gratis las historietas, lo cual rara vez hacía dado que estaba siempre estudiando.
Mike y yo mantuvimos el acuerdo de trabajar en la tienda cada sábado, recolectando todos los comics de todos los almacenes. Respetamos nuestro acuerdo de no vender ninguna revista. Las quemábamos cuando se ponían muy andrajosas. Intentamos abrir una sucursal, pero nunca pudimos encontrar alguien tan dedicado como la hermana de Mitre, en quien pudiéramos confiar.
A una edad temprana, descubrimos lo difícil que era encontrar buen personal.
Tres meses después de que la biblioteca fuera abierta por primera vez, se suscitó una pelea en el lugar. Algunos camorristas de otro vecindario lograron entrar por la fuerza, y la iniciaron. El padre de Mitre sugirió que cerráramos el negocio. Así que nuestra tienda de historietas cerró, y nosotros dejamos de trabajar los sábados en el minimercado.
De todos modos, el papá de Mitre estaba feliz porque habíamos aprendido bien nuestra primera lección. Habíamos aprendido a tener dinero trabajando para nosotros. Al no recibir ningún pago por nuestro trabajo en la tienda, nos vimos forzados a usar nuestra imaginación para identificar una oportunidad de ganar dinero. Al iniciar nuestro propio negocio -la biblioteca de historietas- teníamos el control de nuestras propias finanzas, sin depender de un empleador. Lo mejor fue que nuestro negocio generaba dinero para nosotros, aún cuando no estábamos allí físicamente. Nuestro dinero trabajaba para nosotros.
En lugar de pagarnos dinero, padre rico nos había dado mucho más.
Lección Dos
¿Por qué enseñar especialización financiera?
¿Por qué habría que enseñar a un niño especialización financiera?
En 1990, Mike, mi mejor amigo, tomó el manejo del imperio de su padre y, de hecho, está haciendo un mejor trabajo que el realizado por él. Solemos encontrarnos una o dos veces al año en el campo de golf. El y su esposa son más ricos de lo que usted pueda imaginar. El imperio de padre rico está en buenas manos, y ahora Mike está preparando a su propio hijo para que tome su puesto, al igual que su padre nos preparó a nosotros.
En 1994, teniendo yo 47 años, y mi esposa Kim 37, me retiré de mis actividades. Jubilarse no significa no trabajar. Para mi esposa y para mí, significa que, exceptuando cambios cataclísmicos inesperados, podemos trabajar o no, y nuestra riqueza igual crece automáticamente, manteniendo su rumbo más allá de la inflación. Entiendo que esto significa libertad. Nuestros fondos son lo suficientemente grandes como para crecer por sí mismos. Es como plantar un árbol. Usted lo abona durante años, y entonces, un día, el árbol ya no necesita de usted. Sus raíces se han profundizado lo suficiente. Y ahora él le provee de sombra, para regocijo suyo.
Mike eligió dirigir el imperio, y yo decidí jubilarme.
Dondequiera que hablo ante distintos grupos de personas, a menudo me preguntan qué les recomendaría, o qué podrían hacer. `¿Cómo podrían ellos comenzar?' `¿Existe algún libro bueno que les pueda recomendar?'
¿Qué deberían hacer para preparar a sus hijos? ¿Cuál es el secreto del éxito? ¿Cómo hago yo para ganar millones? Y a mí siempre se me hace presente un artículo que una vez alguien me dio. El mismo, sigue a continuación.
"El hombre de negocios más rico"
En 1923, un grupo compuesto por nuestros más grandes líderes, y mucho, de nuestros hombres de negocios más ricos, mantuvieron un encuentro en el hotel Edgtwater Beach de Chicago. Entre ellos se encontraban: Charles Schwab, cabeza de la mayor compañía independiente de aceros; Samuel Insull, presidente de la más grande empresa de servicios públicos: Howard Hopson, cabeza de la empresa gasífera más importante; Ivar Kreuger, presidente de International Match Co., una de las compañías más grandes de esa época; León Frazier, presidente del Bank of Internacional Settlements: Kichard Uhitney, presidente de la Bolsa de mueva York; Arthur Cottcm y Jesse Livermore, dos de los más grandes especuladores de bolsa; y Albert Fall, miembro del gabinete del Presidente Harding. Veinticinco años después, nueve de ellos (los nombrados anteriormente) acabaron como se relata a continuación: Schwah murió sin un centavo, luego de haber vivido cinco años de dinero prestado. Insull, murió quebrado, fuera de su tierra natal. Kreuger y Cotton, también murieron en bancarrota. Hopson, se volvió loco. Whitney y Alhert Fall acababan de salir de prisión. Y Frazier y Livermore se suicidaron.
Tengo dudas de que alguien pueda realmente decir qué les ocurrió a estos hombres. Si usted presta atención a la fecha, 1923, notará que fue poco antes del colapso de los mercados y la Gran Depresión de 1929, lo que sospecho habrá tenido gran impacto en estos hombres y sea vidas. El punto es este: actualmente vivimos en tiempos de mayores y más rápidos cambios que los que experimentaron ellos. Sospecho que, en los próximos 25 años, van a ocurrir muchas subidas y caídas que equipararán las alias y bajas que enfrentaron estos hombres. Me preocupa el hecho de que mucha gente esté demasiado enfocada en el dinero y no en su mayor riqueza, que es la educación. Si las personas están preparadas para ser flexibles, mantener una mente abierta y aprender, ellas se liarán más y más ricas a través de los cambios. Si creen que el dinero va a resolver los problemas, me temo que estas personas atravesarán un escabroso recorrido. La inteligencia resuelve los problemas y produce dinero. El dinero sin inteligencia financiera, es dinero que desaparece pronto.
La mayoría de la gente no se da cuenta de que en la vida, lo que cuenta no es cuánto dinero ganan, sino cuánto conservan. Todos hemos oído historias de ganadores de la lotería que eran pobres, de repente se hacen ricos, y luego pobres otra vez. Ganan millones, y de golpe vuelven a estar en su mismo punto de partida. O historias de atletas profesionales, quienes, a la edad de 24 años, están ganando millones de dólares al año, y luego se hallan durmiendo bajo un puente a la edad de 34. Esta mañana en el periódico, al mismo tiempo que yo escribo esto, se publica la historia de un joven baloncestista profesional que un año atrás poseía millones. Hoy, reclama que sus amigos, su abogado, y su contador, tomaron su dinero, y ahora él se encuentra trabajando en un lavadero de autos por un salario mínimo.
Tiene tan sólo 29 años. Fue despedido del lavadero porque se negó a quitarse su anillo de campeón para lustrar los automóviles, y fue así que su historia apareció en el periódico. El trata de apelar el cese de su empleo, alegando injusticia y discriminación, manifestando que el anillo es todo lo que le ha quedado. Alega que si se lo quitan, él se desmoronará.
En 1997, supe de muchas personas que se estaban convirtiendo en millonarios instantáneos. Era otra vez como la época de los buenos negocios en los años 20. Y aunque me alegra que la gente se vuelva cada vez más rica, solamente deseo advertir que, a largo plazo, lo que cuenta no es la cantidad de dinero que se gana, sino cuánto de ese dinero se logra conservar, y por cuántas generaciones.
De manera que cuando la gente pregunta "¿Por dónde comienzo?", o "Dígame cómo hacerme rico rápidamente", generalmente se sienten defraudados con mi respuesta. Yo simplemente les respondo lo mismo que padre rico me dijo cuando yo aún era un niño pequeño: "Si quieres ser rico, es necesario que te instruyas financieramente."
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