El paso principal de un mundo a otro se encontraba sobre el puen__ria, conocido en la antigüedad como Oxus.te de madera de Chaijui, que cruzaba el amplio y amarillo Amu-Da
No se detuvieron en Bujara, sino a algo más de quince kilóme____________________tros de distancia, como bajo una proscripción mágica, invisible pero sentida.grada Bujara, la cual crecía a lo lejos, a algo más de quince kilómebiliaria: una ciudad que recogía los desperdicios expulsados de la sava ciudad de Kagán, con sus chimeneas, fábricas y dignatarios locales que se habían enriquecido rápidamente gracias a la picaresca inmocarril era un instrumento de Satán. Así que aquí estaban, en la nuetros, porque la comunidad mahometana de la ciudad creía que el ferro
Paradas en Samarcanda, Kokand, hasta el final de la línea en Andiján, desde donde Kit tuvo que seguir por carreteras de tierra hasta Osh, y finalmente atravesar las montañas hasta contemplar finalmente el inmenso y fértil oasis-mercado de Kashgar, increíblemente verde, como un jardín en una visión, y más allá el vacío espantoso del Taklamakán.
– Como los malditos Stanley y Livingstone otra vez -se oyó mur____________________plicaría por qué la habían sacado a toda prisa de Gotinga.turarse más allá de la esfera de seguridad del CRETINO. Lo que exbablemente para asustarla, le parecía a Kit, sobre los riesgos de avenmurar a Kit más de una vez durante los días siguientes-. El hombre no estaba perdido, y nunca se dio nada ni remotamente parecido a un «rescate». -Alguien le había estado contando historias a Yashmeen, pro
De hecho, lejos de estar «perdido» o «en peligro», Auberon Half____________________tanas, conciertos a la hora del té, jovencitas con ojos de gacela que entraban y salían cumpliendo diversos recados, a menudo vestidas con verdaderostes y un follaje denso que goteaba justo al otro lado de las puertavención de su cortapuros todas las mañanas, junto a su periódico, además de flores frescas en la sala de estar, una pecaminosa profusión de fuencourt estaba muy bien acomodado en una típica residencia de clase alta europea, en el palaciego Hotel Tarim, con puros indios a disposi conjuntos de hurí de telas tejidas en un taller de artesanos europeos, llevados originariamente allí como esclavos, que tras varias generaciones habían optado por quedarse, lejos de sus hogares, reteni____________________mente, que se recogían, por lo general corriendo grandes peligros, de las casi inaccesibles tierras yermas más allá del oasis.tos de cómo adaptar los telares a esos imponderables hilos de diámetro infinitesimal, produciendo no tanto trozos de tela cuanto superficies de sombra, para teñirlas con infusiones de hierbas nativas exclusivados bajo cierto oscuro sistema de contratos, transmitiendo los secre
Salvo por un par de detalles, lujos comparables disfrutaba al otro lado del patio su homólogo ruso, el Coronel Yevgeni Prokladka. Los músicos contratados -rabab, tambores de mano y gharawnay o flauta china- habían aprendido a tocar Kalinka y Ochi Chorniya; las chicas, aunque muchas tenían cierta idea de lo que eran las pieles, nunca las habían vestido hasta entonces, ni mucho menos se habían aprove__cinachado de la atracción que parecían ejercer sobre el Coronel, mientras que la cocina era resueltamente rusa, basada en el clásico libro de co Un regalo para jóvenes esposas, de E.N. Molojovets, que a su llega__corrían las calles, tenía cierta tendencia a la temeridad; el Coronel sospechaba que era fruto del mal juicio, pero los vecinos la tomaban por bravura.da el Coronel había hecho colocar en su propio armario de la cocina. Cuando deseaba causar impresión, montaba un espléndido Orlov gris que, además de destacar sobre la mayoría de los otros caballos que re
En ese momento, desde el lado británico del patio se oía discu____________________bían sobrevivido.didos por su corta estatura, lo habían retado y, no se sabe cómo, habate era a esas alturas legendaria, al menos entre aquellos que, confuncimiento: una de las habituales disputas semanales entre Halfcourt y Mushtaq, su colega de hacía muchos años, cuya ferocidad en el comtir en voz alta, y el clamor llegaba a todos los rincones del estable
– Tonterías, Mushtaq, ten, tienes que relajarte, hombre, tómate una copa, oh, vaya, se me olvidaba, tu religión, con lo devotamente abste_mios que sois…
– Ahorre a su sufrido y mucho mejor informado coadjutor esas chorradas de patio de colegio, señor. Parece que debo recordarle de nuevo que cada vez queda menos tiempo. Tras haber interrumpido su vagar ocioso por las faldas de las Tian Shan, se ha informado de la pre_sencia del Bol'shaia Igra en el Taklamakán occidental, donde su misión está clara hasta para el más insignificante ladrón de camellos.
– ¡Oh, entonces saquemos la Gatling! Sí, ¡y espero que ese globo maldito sobrevuele nuestras cabezas! Tal vez podríamos disparar un par de tiros a ciegas. A menos, claro, que me recomiendes que pidamos por cable a Simia un par de regimientos. Nuestras opciones, Mushtaq, son menos que pocas, y ninguna de ellas puede llevarse a la práctica…, pero, a ver, tus dientes, ¿no eran antes de otro color?
– Los últimos acontecimientos me han obligado a recurrir al uso del betel, señor. Mucho más beneficioso para la salud, si me permite añadir, que el alcohol.
– Pues a mí me cuesta encontrarle la gracia a lo de escupir.
– Se parece mucho a vomitar, a decir verdad, aunque puede que sea un poco más discreto. -Los dos se miraron fijamente mientras des____________________tancia no acababan de compensar la casi completa ausencia de alegría.to de instrumentos regionales y unas risotadas cuyo volumen y consde los alojamientos del Coronel Prokladka se oía el sonido indistin
El Coronel ruso se había rodeado de una cohorte de individuos de mala fama, todos con alguna tacha en su historial que había llevado a su brusca destitución de sus deberes al oeste de los Urales y a su inme_diato traslado aquí, y que a esas alturas, ellos solos, controlaban todas las formas imaginables de vicio en la ciudad, incluyendo algunas todavía no disponibles en ninguna otra parte. Su propio Ayuda de Campo o lichnyi adiutant, Klopski, por ejemplo, había importado de Shanghai e instalado varias máquinas peculiares, de vapor, encendidas con lámparas de nafta más brillantes y modernas de las que se podían encontrar en ningún lugar de Europa, que proyectaban, rodeando completamente al operador sentado ante el panel de control, en diversos colores no estrictamente naturales, un panorama que ofrecía una serie de los lla__mas tan voluntariamente esclavizadas a estos aparatos como cualquier fumador de opio a su pipa.mados Enigmas Chinos, tan convincente en su imitación de mundos alternativos que cualquier tentación de juego inocente degeneraba rápidamente en un hábito adictivo; de hecho, ya había incontables al
– ¿Qué mal hace? -se encogió de hombros Klopski-. Un miserable kopek por sesión; no es como el juego, al menos no como el juego tal como lo conocemos hasta ahora.
– Pero tus quioscos -se quejó Zipyagin-, sobre todo los que tienes en el bazar…
– Ya estamos con las peleas de aldea, Grigori Nikolaevich. No le hace ningún daño a tu sector, según me cuentan tus propias chicas.
– ¿Las que tú visitas? Yob tvoyu mat'. No me creería ni la mitad de lo que cuentan. -Se intercambiaron muecas que parecían sonrisas. Para ese ejercicio moral nocturno habían formado un sórdido zastolye en un bar altamente ilegal más allá de los límites de la ciudad, casi mo__tivamente.nopolizando el local, salvo por un puñado de vecinos que bebían fur
– Tampoco es que disminuya el comercio de opio, en lo más mí_nimo. Todo el mundo se aprovecha de esas unidades «chinas» tuyas, Klopski, incluidos muchos imanes.
Читать дальше