• Пожаловаться

Miguel Asturias: Torotumbo

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Asturias: Torotumbo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Классическая проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Miguel Asturias Torotumbo

Torotumbo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Torotumbo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Relato corto en el que el autor revela la profundidad y la comprensión que tiene sobre el pueblo y la historia guatemaltecas.

Miguel Asturias: другие книги автора


Кто написал Torotumbo? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Torotumbo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Torotumbo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cruz y la Espada del Coronel! ¡Cunde la desconfianza, Tizonelli!

– ¿De quién es del que más dudan?

– Tanto como decir de quién, no es posible, pues cada uno duda de los demás y todos dudamos de todos…

– Pero alguno sufraga mayores sospechas…

– Y no soy yo, por fortuna…

– Lo suponía, quién no sabe que es usted solo, apartado de relaciones. Se sospecha de la gente con nexos… pero de un hongo…

– Yo te pediría, Tizonelli, que tuvieras piedad de mí, que dejáramos pasar siquiera quince días sin evadidos, al menos sin evadidos de importancia. Sé que están presos el Secretario del Comité y dos pobres empleadas y que los han flagelado y torturado, colgándolos de sus partes a él y a ellas de los senos, por creerles culpables de las denuncias. Sé que en la Policía hubo detenciones y suplicios… Buscan… buscan, Tizonelli, y encontrarán… nos pinzaran… nos echarán la mano al cuello y tras la mano, la soga… Pero hay algo de última hora que me reservaba y que te hará apiadarte de mí… ¡No nos escaparemos si insistes en que te siga dando las listas…! Ahora las denuncias van directamente a las manos del Comité, ya no las ven ni el secretario ni las empleadas, van directamente a manos del padre Berenice, gran espulgador de anónimos, y él las comunica a todos en el más absoluto secreto… Nadie más que nosotros sabe ahora quiénes son los sospechados y a quiénes se va a capturar…

– Pero ya me dijo su merced que está libre de toda

sospecha y eso basta… -en la sombra, las pupilas del calabrés a la luz del farol tenían el peso del desprecio que se va volviendo de plomo.

– ¡Piedad! ¡Piedad…! ¡Sin más ojos que los del Comité que ve las listas, pronto nos descubrirán, Tizonelli!

– Ya veremos, dijo un ciego que no venía niente, y así decimos nosotros, ciegos ante el futuro y queriendo ver…

– Podríamos fugarnos… -propuso el alquilador de disfraces, después de un largo silencio-, yo tengo dinero, mucho dinero, ir a tu patria, quiero conocer Itália, antes de que me ahorquen.

– La persona que sirve en un Comité como ése de «Defensa contra el Comunismo», está bien servida si la ahorcan, don Estanislado.

Su resolución estaba tomada. Se despidió del calabrés que seguía acuclillado cerca del farol, histriónico, hediendo a tabaco y a vino, ya para el aliento convertido en vinagre estomacal, y a saltos, trepando y bajando por la pared medianera, se perdió en su mundo de personajes solemnes, de mascarones terroríficos, de suavísimos ángeles incoloros en la media luz de una lámpara antigua de vidrio granizado.

Carne Cruda, con sus retorcidos colmillos blancos, rieles de los ferrocarriles de la luna, recibía la iluminación de abajo arriba y se miraba exageradamente grande, más cornudo y más risueño, y con los ojos más endemoniados que los de los otros demonios.

Debía consultarle, pegar la cara a sus faldellines colorados, a su rabo peludo, a sus garras, y preguntarle si convenía hacer lo que pensaba. Pero no se atrevía a formular su pensamiento en voz alta, aun allí a solas con su Diablo.

– Acusar… acusar al italiano por anarquista, ateo; comunista garibaldino, póquer en mano, y siendo él miembro del Comité, se haría reservar el caso, a fin de poderlo extrañar del país o sepultarlo en una mazmorra, siempre y cuando el cónsul aceptara que podía hacerse así, sin dejarlo comunicarse con nadie, ni con él, por tratarse de un agitador peligrosísimo, o un agente de enlace… ya buscaría…

Se fue a la cama y su cabeza se revolvió, como un. molinillo en chocolate, toda la noche. ¿Convenía o no acusar a Tizonelli antes de que se descubriera que era él quien le proporcionaba las listas, los nombres que figuraban en las denuncias?

Nunca sudó tanto ni tragó tanta saliva como el día siguiente, cuando a puertas de sótano cerrado, el padre Berenice leyó en voz alta el nombre de un tal Benujón Tizonelli, acusado de actividades rojas, y acto continuo por voto unánime se ordenó su captura inmediata.

Su obligación era ponerlo sobre aviso y lo llamó a su casa. Lo que esperaba Tamagás hacía mucho tiempo, venía a cumplirse al final de un terrible convenio a favor del cual se fugaron muchos hombres y mujeres que denunciados por rojos comunistas ante el Comité y advertidos por el calabrés del riesgo que corrían, se los tragaba la tierra antes de ser capturados.

– Ni me fugo ni me escondo, don Estanislado -dijo el italiano-, eso sería descubrir nuestro juego. El que ha hecho la denuncia puede ser uno de los del Comité

que de acuerdo o no con los otros está tratando de poner a prueba a su merced. Esta mañana, sin ir muy lejos, mientras usted estaba sesionando, vino la Policía y registró todos sus papeles, sus pocos libros y los disfraces…

– ¿No sabrán lo de la pequeña?

– No, señor, cómo se van a andar registrando papeles y libros, cuando se investiga una violación… -¡Ya desconfían de todo el mundo, Tizonelli! -Pues lo que es yo, esperaré a la Policía, me llevarán preso y en esta forma quedará entre nosotros el por dónde llegaban las noticias de las denuncias… ¡Ah, pero eso sí, su merced; como vecino mío, aliviará mi encierro y evitará que me torturen, porque en el tormento soy capaz de hablar!

Tufo a estiércol, olor a tabaco, hedentina a hombre sudado en el trabajo dejó Benujón en la sala de Tamagás.

– Adiós… -pasó despidiéndose de Carne Cruda, borrosa mancha roja a la luz de la lámpara que hacía miopes las tinieblas.

4

El cuerpecito de Natividad Quintuche, violada y muerta por el Diablo en casa del alquilador de disfraces, iba de sobornal sobre la carga de máscaras y vestidos de todos colores que llevaba a la espalda su padre Sabino Quintuche que no paraba de trotar, y de trotar, y de trotar, para perder la conciencia en la fatiga física, para olvidarse de lo que le venía corroyendo el alma: volver al pueblo con su muchachita como iguana que se desangra muerta… ¡ay, Dios mío! ¡ay, Dios mío…! y la pena mayor del turbión que se vendría si no se bailaba el Torotumbo indispensable en este caso de virgen violada por el Diablo, si querían salvarse las poblaciones de la maleza lujuriosa, de la espina y la seca.

Las comadres recibieron el cuerpecito de Natividad Quintuche, con los ojos de frijol negro fritos en lagrimones brillantes, lagrimones que se tragaban, no había por qué acabar de enfriarle la carne al angelito, antes de que se le pusieran las alas para que volara al cielo. Y, además, en lugar de las lágrimas la estaban bañando en agua de sal. Después de este primer baño que repitieron, el agua salía sanguinolenta, la secaron con algodón vidrioso de nopal caliente, arrancado de los candelabros verdes de las nopaladas a la hora de mediodía. Luego fue sumergida en un segundo baño de cal y piedra lumbre para que enjutara del todo. La secaron con traposanto. Y en seguida en un tercer y último baño de agua tibia perfumada con azahares de naranjo dulce. La secaron con algodón silvestre. Luego vino el peinarla con aceite y ámbar y el regar sobre su cuerpecito esencias aromáticas y pimienta negra, lo único de luto, para conservarla. Ya le ponen la camisita, los calzoncitos, ya la túnica cerrada por detrás, color de perla vieja, ya las sandalias plateadas que de poco le servirán, hizo su tránsito por la tierra sin conocer zapatos, con los pies descalzos, y ya tiene a la espalda del esplendor de las alas de cartón plateado para volar al cielo luciendo en la frente una corona de flores de papel, en las manos cruzadas una hoja de palma y en los labios, una flor natural, el saludo de su boca de criatura terrestre para los ángeles de Dios.

Del techo, entre mazorcas de maíz agarradas de las hojas como serafines de Maíz-dios y humo de incienso y pom quemados en braseros, simulando nubes, pendía Natividad Quintuche, que ya no era ella sino un angelito, sin que su madre la pudiera llorar por temor a volverle agua las alas, ni su padre y su padrino dejaran de rociar el rancho, machete en mano, dispuestos a medirse con el Diablo donde lo encontraran.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Torotumbo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Torotumbo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Miguel Asturias: El Papa Verde
El Papa Verde
Miguel Asturias
Miguel Asturias: Leyendas de Guatemala
Leyendas de Guatemala
Miguel Asturias
Josefina Aldecoa: Historia de una maestra
Historia de una maestra
Josefina Aldecoa
Miguel Delibes: Diario de un cazador
Diario de un cazador
Miguel Delibes
Miguel Asturias: El señor presidente
El señor presidente
Miguel Asturias
Отзывы о книге «Torotumbo»

Обсуждение, отзывы о книге «Torotumbo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.