• Пожаловаться

Virginia Woolf: Flush

Здесь есть возможность читать онлайн «Virginia Woolf: Flush» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Классическая проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Virginia Woolf Flush

Flush: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Flush»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Flush es un `cocker spaniel` de orejas largas, cola ancha y unos `ojos atónitos color avellana`. A los pocos meses de su nacimiento es regalado a la ya famosa poestisa Elizabeth Barret. Fluxh se convertirá en su compañero inseparable y, posteriormente, en el cómplice de sus amoríos con el poeta Robert Browning, aunque primero debe superar la animadversión y los celos que siente ante su afortunado rival.

Virginia Woolf: другие книги автора


Кто написал Flush? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Flush — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Flush», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Spaniel Club , no le hubiera valido escribir su apellido con t , ni llamar primos a los Mitford de Bertram Castle, para librarse del baldón y el desprecio que habrían caído sobre él, ni para evitar que lo condenaran al ostracismo más completo marcándolo con hierro candente como un hombre «cruzado» o mestizo. Pero como era un ser humano… Nada, pues, le impidió casarse con una noble dama de excelente casta, vivir unos ochenta años, poseer varias generaciones de galgos y spaniels , y engendrar una hija.

Han fracasado todas las tentativas de fijar con exactitud el año en que nació Flush, y respecto al día o al mes, ni hablar. Pero es verosímil que naciera a principlos de 1842. También es probable que descendiera directamente de Tray (n. en 1816), cuyas características – que, desgraciadamente, sólo nos han llegado a través de la poesía, poco de fiar como medio de información – fueron las de un cocker rojizo muy notable. Todo induce a creer a Flush hijo de aquel «auténtico spaniel , de la variedad cocker » por el cual se negó a aceptar el doctor Mitford veinte guineas «a causa de los buenos servicios que le prestaba en la caza». También hemos de contentarnos, por desgracia, con la poesía para una descripción detallada del mismo Flush en su juventud. Tenía ese matiz especial marrón oscuro que reluce al sol «como el oro». Sus ojos eran «unos ojos atónitos color avellana». Las largas orejas «le enmarcaban la cabeza como una capota», sus «piececitos» estaban «endoselados con mechones» y la cola era ancha. Pese a las inevitables concesiones a las exigencias de la rima y a las inexactitudes de la dicción poética, todas esas peculiaridades habrían sido aprobadas por el SpanielClub . No podemos dudar de que Flush era un cocker de casta, pertenieciente a la variedad rojiza dotada de todas las excelencias que caracterizan a su especie.

Los primeros meses de su vida los pasó en «Three Mile Cross», una casita de campo cerca de Reading, pero no era aquélla una finca de recreo, sino de labores. Desde que los Mitford vinieron a menos – con Kerenhappock de único criado – tuvo que hacer miss Mitford en persona las fundas de las sillas, y utilizando el género más barato. Parece ser que el mueble más importante era una mesa grande, y la habitación principal un espacioso invernadero. No se vio rodeado Flush – hay que darlo por seguro – de ninguno de los refinamientos (garitas con buena protección contra la lluvia, caminos de cemento, un lacayo o una doncella a su servicio) de que no se privaría hoy a un perro de su alcurnia. Pero lo pasaba bien: disfrutaba, con toda la viveza de su temperamento, de la mayor parte de los placeres – y de algunos de los desenfrenos – connaturales a su juventud y a su sexo. Es cierto que miss Mitford permanecía en casa casi todo el tiempo. Tenía que leer en voz alta casi todo el tiempo. Tenía que leer en voz alta a su padre horas enteras; luego, jugar con él a las cartas – el cribbage -, y, cuando por fin se dormía aquél, poníase miss Mitford a escribir sin cesar en la mesa del invernadero proponiéndose con ello pagar las facturas y saldar los atrasos. Pero, al cabo, llegaba el mamento ansiado. Dejaba a un lado los papeles, se calaba un sombrero, cogía la sombrilla y salía con sus perros a dar un paseo por el campo. Los spaniels son comprensivos por naturaleza; y Flush, como lo prueba su biografía, poseía el don – casi excesivo – de captar las emociones humanas. Así, al ver a su querida ama respirando por fin, tan aliviada, el aire freseo, complaciéndose en permitir al vientecillo que la despeinara y colorease la ternura de su rostro, mientras se suavizaban – despreocupadas – las líneas de su amplísima frente…, todo esto lo contagiaba de alegría, haciéndole dar brincos cuya extravagancia era en gran parte un testimonio de simpatía hacia la deliciosa sensación que ella experimentaba. Conforme avanzaba su ama por la alta hierba, él saltaba de acá para allá, abriendo surcos fugaces en la verde cabellera. Las frescas perlas de rocío o de lluvia le caían sobre la naricilla en ducha iridiscente; la tierra – dura aquí, allí blanda, caliente más allá o quizá fría – le picaba, le hacía cosquillas y le irritaba en las almohadillas, tan tiernas, de sus pies. Una sutilísima mezcla de los olores más variados le hacía vibrar las aletas de la nariz: áspero olor a tierra, aromas suaves de las flores, inclasificables fragancias de hojas y zarzas, olores acres al cruzar la carretera, el picante olor que sentía cuando entraban en los campos de habas… Pero de pronto traía el viento unos efluvios más agudos, más intensos, más lacerantes que todos los demás, unos efluvios que le arañaban el cerebro hasta remover mil instintos en él y dar suelta a un millón de recuerdos: el olor a liebre o a zorro. Entonces se lanzaba como una exhalación. Olvidaba a su ama; se olvidaba de todo el género humano. Oía a unos hombres morenos que gritaban: Span!Span! Oía el restallar de los látigos. Corría, se precipitaba… Por último, se paraba en seco, estupefacto: el encanto se había desvanecido. Muy lentamente, moviendo la cola con humildad, regresaba a través de los campos hasta donde estuviera miss Mitford voceando «¡Flush! ¡Flush! ¡Flush!» y agitando la sombrilla. Una vez – por lo menos – fue aún más imperiosa la llamada atávica; el cuerno de caza que le resonó por dentro levantó en él instintos más hondos, hizo surgir de su ser más profundo unas emociones producidas más allá de la memoria y que borraban, con un grito salvaje de éxtasis, las impresiones producidas por la hierba, los árboles, las liebres, los conejos y los zorros. El Amor lo encandiló con su antorcha, pasándosela ante los ojos; oyó el cuerno de caza de Venus. Antes de haber salido de la edad cachorril, ya Flush era padre.

Si un hombre se hubiera conducido así en 1842, su biógrafo le hubiese hallado quizás alguna disculpa; de haber sido una mujer, no habría habido disculpa posible y su nombre habría desaparecido, borrado por la ignominia. Pero el código moral de los perros – se le considere mejor o peor – es, desde luego, muy distinto al nuestro, y aquella acción de Flush no necesita encubrirse ahora púdicamente, ni le incapacitó entonces para disfrutar de la compañía de las personas más puras y castas. Así, existe la evidencia de que el hermano mayor del doctor Pusey tenía un grandísimo interés en comprarlo. Deduciendo el carácter, conocido, del doctor Pusey el probable carácter de su hermano, debió de haber visto éste en el cachorro algo muy serio, sólido, prometedor de futuras virtudes, por mucha que hubiera sido hasta entonces la liviandad de Flush. Pero una prueba mucho más significativa de los atractivos de que estaba dotado la constituye el haberse negado miss Mitford a venderlo, a pesar de la insistencia de mister Pusey en comprarlo. Teniendo en cuenta lo mal que andaba de dinero – no sabía ya qué tragedia hilvanar, ni qué anuario editar, y se veía reducida al denigrante recurso de solicitar ayuda de sus amistades -, debió de hacérsele muy cuesta arriba rechazar la cantidad ofrecida por el hermano mayor del doctor Pusey. Por el padre de Flush habían ofrecido veinte libras. Ya hubiera estado bien diez o quince libras por Flush. Diez o quince libras eran una suma principesca, una magnífica suma para poder disponer de ella. Con diez o quince libras podía haber comprado nuevas fundas para las sillas, podía haber vuelto a abastecer el invernadero, haber repuesto su ropero, pues… «No me he comprado desde hace cuatro años ni un gorrito, ni una capa o un vestido; apenas si me habré comprado un par de guantes», escribía miss Mitford en 1842.

Pero vender a Flush… Ni pensar en ello. Pertenecía a esa reducida clase de objetos a los que no puede relacionarse con la idea de dinero. ¿Y no era, en verdad, de esa clase, aún más reducida, que, por concretar lo espiritual, se convierten en el símbolo más adecuado de la amistad desinteresada? Y, en este sentido, ¿no es lo mejor que puede ofrecérsele a una amiga, cuando se tiene la dicha de contar con una, a quien se considera más bien como una hija; a una amiga que se pasa los meses de verano acostada en su dormitorio de la calle Wimpole, a una amiga que es, nada menos, la primera poetisa de Inglaterra, la brillante, la desventurada, la adorada Elizabeth Barrett en persona? Tales eran los pensamientos que embargaban, cada vez con más frecuencia, a miss Mitford mientras contemplaba cómo corría y retozaba Flush al sol, y cuando estaba sentada al borde del lecho de miss Barrett en el oscuro dormitorio – sombreado por la hiedra- de Londres. Sí, Flush era digno de miss Barrett, y ésta era digna de Flush. Un gran sacrificio, es verdad, pero había que hacerlo. Así, un día, probablemente a principios del verano de 1842, bajaba por la calle Wimpole una pareja muy notable: una dama rechoncha, de bastante edad y pobre indumentaria, con el rostro rosado y reluciente, y la viva blancura de sus cabellos, llevando de una cadenita un cachorro spaniel , de la variedad cocker «dorada»; un perrito muy despierto y muy escudriñador… Tuvieron que recorrer casi toda la calle hasta llegar al número 50. No sin un ligero temblor, tocó miss Mitford la campanilla.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Flush»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Flush» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Carl Hiaasen: Flush
Flush
Carl Hiaasen
George Martin: Busted flush
Busted flush
George Martin
Dick Stivers: Royal Flush
Royal Flush
Dick Stivers
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Virginia Woolf
Отзывы о книге «Flush»

Обсуждение, отзывы о книге «Flush» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.