Miguel de Unamuno - Cuentos de mí mismo

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel de Unamuno - Cuentos de mí mismo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuentos de mí mismo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuentos de mí mismo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tanta insistencia se ha puesto en ponderar la calidad de los ensayos y novelas de Unamuno, que se ha olvidado el tesoro literario de sus cuentos, merecedores de un lugar destacado en el estudio de su obra. Su valor se incrementa cuando comprobamos que fueron raíz de lo `nivolesco` y que don Miguel veía en el género la itineración hacia atrás de la vida, un corte más profundo en lo vivido y, por ende, la forma protoliteraria que recoge las resonancias más arcanas de la psique humana.
A través de estas narraciones, de estos Cuentos de mí mismo, llega a nosotros el eco inquietante de don Miguel de Unamuno, de una personalidad escéptica, agónica y polémica que reitera en todas y cada una de sus criaturas de ficción y harán las delicias de los lectores. De aquí que estos Cuentos de mí mismo lleguen a lo más alto o más hondo, con abundantes huellas autobiográficas.

Cuentos de mí mismo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuentos de mí mismo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Era que venía el alguacil, el muy pillo cautelosamente, haciéndose el distraído, como tigre de caza. Al verle, abandonaron todos el campo echando a correr. Y el alguacil, al escapársele la presa, los amenazaba desde lejos con el bastón.

Entraron en la calle, el vencedor rodeado de los testigos de su triunfo y sin hacer caso a Eugenio, que le repetía:

– ¡He rezado por ti! ¡He rezado por ti!

Poco después entró el vencido sangrando por la boca, embarrado, hosco y murmurando:

– ¡Ya caerá! ¡Ya caerá!

¡Qué corte rodeó desde aquel día a Guillermo!

En la calle bailaban todos de contento; ya no temían al roncoso, ya podían decirle:

– Te ha podido Guillermo.

Quien más atenciones prodigó a éste fue Eugenio.

El cual tenía un hondísimo sentimiento de la dignidad humana. Si le pegaban 6, 15 ó 21 golpes, él devolvía 7, 16 ó 22; cuando el maestro le administraba una azotaina, contaba él los zurriagazos, y si éstos eran n, después, en desquite, tenía que tocar el faldón de la levita del maestro n +1 veces. Siempre quedaba encima.

Luis no volvió a abrir el pico, pero no cerró noche ni abrió día sin que murmurara:

– ¡Ya caerá! ¡Ya caerá!

¡Ardoroso alimento de su augusta majestad caída!

***

«¡Valiente chiquillería! ¡Mira con qué nos sale!»

¿Dice esto el lector?

¡Bien!, pues ahí está el origen del sentimiento de justicia, porque nació ésta del desquite. Toda la monserga de la vindicta social se reduce a la revancha social, ni tilde más ni tilde menos. ¿Me pega? ¡Le pego, y en paz!

¡Vaya una paz!

Los pueblos pasaron de la venganza al castigo. Esta es una pura reacción, como el estornudo. Entra un granillo de polvo en la mucosa…, la laringe castiga al granillo estornudando.

Cuando veo a dos rapaces darse de mojicones en la calle, me digo:

«Esa es la educación social, y lo demás pamplina. Así, libre y al aire libre, cada uno aprende, así, que, frente a su voluntad, hay otras voluntades, y que no hay otro remedio que imponerse o someterse a ellas, o concertarse todos a escapar bajo el ojo del alguacil».

Todavía nos ha de enseñar grandes cosas el «¡ya caerás!» internacional que sale de lo hondo del pecho herido.

Pero ¡ojo, mucho ojo!, no hay que perder de vista al alguacil, que avanza cautelosamente, como tigre de caza, que desde lejos amenaza con el bastón y puede aguarnos la fiesta.

( El Nervi ó n, Bilbao, 7-IX-1891)

LA SANGRE DE AITOR

De la más pura sangre de Aitor había nacido Lope de Zabalarestista, Goicoerrotaeche, Arana y Aguirre, sin gota de sangre de moros, ni de judíos, ni de godos, ni de maquetos. Apoyaba su orgullo en esta nobleza tan casual y tan barata.

Lope, aunque lo ocultó y hasta negó durante mucho tiempo, nació, creció, y vivió en Bilbao, y hablaba bilbaíno porque no sabía otra cosa.

Ya al cumplir sus dieciséis años, le ahogaba Bilbao e iba a buscar en el barrio de Asúa al viejo euskalduna de patriarcales costumbres. ¿Bilbao? ¡Uf! ¡Comercio y bacalao!

Como no comprendían al pobre Lope sus convillanos, le llamaban chiflado.

En cuanto podía, se escapaba a Santo Domingo de Archanda a leer la descripción que hizo Rousseau de los Alpes, teniendo a la vista Lope las peñas desnudas de Mañaria, que cierran el valle que arranca de Echébarri, valle de los mosaicos verdes, bordado por el río.

Una mañana hermosa de Pascua, a la hora de la procesión, se enamoró de una carucha viva, y al saber que la muchachuela se llamaba Rufina de Garaitaonandía, Bengoacelaya, Uría y Aguirregoicoa, saltó su corazón de gozo porque su elegida era, como él, de la más pura sangre de Aitor, sin gota de sangre de judíos, ni de moros, ni de godos, ni de maquetos. Bendijo a Jaungoicoa y juró que sus hijos serían de tan pura sangre como él. Y de noche soñó que se desposaba con la maitagarri, libertada de las terribles garras del basojaun.

A la vuelta de un viaje que hizo a Burgos se fue a Iturrigorri a abrazar a los árboles de su tierra.

A las romerías iba con alegría religiosa. Odiaba ésas otras en que mozas con mantilla bailan polkas y valses y buscaba esas otras, escondidas en rincones de nuestros valles.

Cuando veía a algún viejo de pipa de barro, viejo chambergo, con el ala recogida por detrás, greñas blancas, "capusay" y "mantarras", quedaba en éxtasis, pensando en el viejo Aitor.

Una pena oculta amargaba su alma. Ni él ni Rufina sabían una palabra de vascuence. ¿Por qué de niño no le llevaron a criar a un caserío de Cenarruza?

Mil veces proyectaron aprender el misterioso eusquera él y su íntimo, Joaquín G. Ibarra; es decir, Joaquín González Ibarra Puigblanch y Carballido. El cual Joaquín era tan exaltado como Lope, pero el pobre llevaba avergonzado sus apellidos. ¿Cuándo recibirían en su mente, como maná de Jaungoicoa, el verbo santo, preñado de dulces reconditeces? Pero… ¡es tan difícil! ¡Deja tan poco tiempo el escritorio! Luego tenía que aprender inglés para el comercio.

Si no sabía éusquera, ¿en qué le conocerían? Decidió, ya que no podía hablar la lengua de Aitor, para darse a conocer, chapurrear el castellano, ese pobre "erdera", ese romance de ayer mañana, nacido como un gusano, del cadáver corrupto del latín, lengua de los maquetos de allende el Ebro. Y decididamente empezó a estropear la lengua de su cuna, aquella en que le acarició su madre y en que rezaba a Dios.

Los veranos iba un mes a Villaro. Allí tomaba leche en los caseríos, admiraba las sencillas costumbres de los hospitalarios euskaldunas, y al irse les dejaba una propinilla.

Una noche de luna llena subió a Lamíndaro a soñar. El cielo estaba nublado.

Se presentó Aitor de pie junto al Cantábrico, alborotado; la barba le caía como la cascada de Ujola; vestía extraño traje, y miraba a la cuna del Sol, de donde vino, trayendo el misterioso verbo, fresco y grave, preñado de hondos arcanos; verbo que emanaba de los labios del aitona como rocío del espíritu. Aitor fue disipándose, como neblina del mar.

Brilló luego sobre el valle, blanca y redonda, la luz de los muertos (il-arguia), y a su lado las estrellas parecían punzadas del techo del mundo, por donde filtra la luz de Jaungoicoa. Peñas oscuras cerraban el valle, pálido a la luz de los muertos; los árboles extendían en él largas y recortadas sombras; las aguas corrían con rumor eterno, y en sus cristales danzaba, hecha pedazos, la luna, reflejada. Los perros le ladraban; croaban las ranas en los remansos de las aguas, y dormía todo sobre la tierra menos los nobles euskaldunas. Vestidos de pieles crudas se reunían a la puerta de sus caseríos de madera, y bailaban solemne danza, símbolo de la revolución de la Luna en torno de la Tierra. Lope, allí, en medio de ellos, los miraba enternecido. Presidían los ancianos; las viejas hilaban su mortaja.

Se adelantó el "koplari", y le ofrecieron pan y bellotas; lo probó y comenzó el canto. Acompañábase del atabal mientras entonaba en la lengua misteriosa himnos alados a Jaungoicoa, que encendió la luz de los vivos y la de los muertos, y que trajo a los euskaldunas de la patria del Sol.

Lope, que no entendía despierto el pobre eusquera que hoy se usa, entendía aquel eusquera, puro y grave.

La música parecía el rumor del viento en los bosques seculares de la Euscaria, sin mancha de wagnerismo ni armoniquerías, que infectan hoy los zortzicos.

Cantaba el "koplari" al sublime Aitor, que vino de la tierra del Sol, de la Iberia oriental, donde posó el arca; cantaba a Lelo, el que mató a Zara; cantaba a Lekobide, señor de Vizcaya, el que ajustó paz con Octavio, señor del mundo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuentos de mí mismo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuentos de mí mismo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cuentos de mí mismo»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuentos de mí mismo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x