Amin Maalouf - Samarcanda

Здесь есть возможность читать онлайн «Amin Maalouf - Samarcanda» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Samarcanda: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Samarcanda»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Samarcanda — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Samarcanda», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Por todo lo que dices no veo en qué difieres de los otros chiíes.

– Entre mi fe y la de mis padres la diferencia es grande. Ellos me enseñaron que debíamos sufrir con paciencia el poder de nuestros enemigos esperando el regreso del imán oculto, que establecerá sobre la tierra el reino de la justicia y recompensará a los verdaderos creyentes. Mi propia convicción es que hay que actuar desde ahora mismo, preparar por todos los medios el advenimiento de nuestro imán en esta región. Yo soy el Precursor, aquel que allana la tierra con el fin de que esté preparada para recibir al imán del Tiempo. ¿Ignoras que el Profeta habló de mí?

– ¿De ti, Hassan hijo de Alí Sabbah, nativo de Qom?

– ¿Acaso no dijo: «Un hombre vendrá de Qom; exigirá a las gentes que sigan el camino recto y los hombres se reunirán en torno suyo como puntas de lanzas, el viento de las tempestades no los dispersará, no se cansarán de luchar, no flaquearán y en Dios se apoyarán?»

– No conozco esa cita. Sin embargo, he leído los libros de las tradiciones certificadas.

– Tú has leído los libros que tú quieres; los chiíes tienen otros libros.

– ¿Y se trata de ti?

– Pronto no lo dudarás más.

XVI

El hombre de los ojos desorbitados ha reanudado su vida errante. Infatigable misionero, recorre el Oriente musulmán: Balj, Merv, Kaxgar, Samarcanda. Por todas partes predica, argumenta, convierte, organiza. No abandona una ciudad o un pueblo sin haber designado un representante que deja rodeado de un círculo de adeptos, chiíes cansados de esperar y de padecer, sunníes, persas o árabes hartos de la dominación de los turcos, jóvenes con deseos de rebelión, creyentes a la búsqueda de rigor. El ejército de Hassan aumenta cada día. Se les llama «batinis», la gente del secreto. Se les trata de herejes, de ateos. Los ulemas lanzan anatema tras anatema: «¡Ay del que se alíe con ellos, ay del que se siente a su mesa, ay del que se una a ellos por el matrimonio! Derramar su sangre es tan legítimo como regar el jardín.»

El tono sube, la violencia no permanece encerrada en la palabra durante mucho tiempo. En la ciudad de Savah el predicador de una mezquita denuncia a algunas personas que a las horas de la oración se reúnen apartadas de los otros musulmanes. Invita a la policía a actuar con rigor. Dieciocho herejes son detenidos. Algunos días más tarde el denunciante aparece apuñalado. Nizam el-Molk ordena un castigo ejemplar: un carpintero ismaelí es acusado del crimen, torturado y crucificado, y su cuerpo arrastrado por todas las callejuelas del bazar.

«Ese predicador fue la primera víctima de los ismaelíes, ese carpintero fue su primer mártir», estima un cronista, para añadir que obtuvieron su primer gran éxito cerca de la ciudad de Kain, al sur de Nisapur. Una caravana de la que formaban parte más de seiscientos mercaderes y peregrinos, así como un importante cargamento de antimonio, llegaba de Kirman. A media jornada de Kain, unos hombres armados y enmascarados les cerraron el camino. El anciano de la caravana pensó que se trataba de bandoleros y quiso negociar un rescate como solía hacerlo. Pero no se trataba de eso. Los viajeros fueron conducidos hacia un pueblo fortificado donde se les retuvo durante varios días, sermoneándoles e invitándoles a convertirse. Algunos aceptaron, a otros se les puso en libertad y finalmente exterminaron a la mayoría de ellos.

Sin embargo, ese secuestro de la caravana pronto parecería una peripecia de poca importancia en la gigantesca aunque solapada prueba de fuerza que se está desarrollando. Las matanzas y los contragolpes se suceden. No se salva ninguna ciudad, ninguna provincia, ninguna ruta; la «paz selyuquí» comienza a desmoronarse.

Es entonces cuando estalla la memorable crisis de Samarcanda. «El cadí Abu Taher está en el origen de los acontecimientos», afirma perentoriamente un cronista. No, las cosas no son tan sencillas.

Es cierto que una tarde de noviembre, el antiguo protector de Jayyám llega inopinadamente a Ispahán con mujeres y equipajes, desgranando reniegos e imprecaciones. Nada más cruzar la puerta de Tirali ordena que le conduzcan ante su amigo, que lo instala en su casa, feliz de tener por fin la ocasión de demostrarle su gratitud. Una vez despachadas rápidamente las efusiones de costumbre, Abu Taher ruega, al borde de las lágrimas:

– Tengo que hablar con Nizam el-Molk lo antes posible.

Jayyám nunca ha visto al cadí en semejante estado e intenta tranquilizarlo:

– Iremos a ver al visir esta misma noche. ¿Tan grave es?

– He tenido que huir de Samarcanda.

No puede continuar; se le ahoga la voz y las lágrimas corren por sus mejillas. Ha envejecido mucho desde el último encuentro; tiene la piel marchita, la barba blanca. Sólo las cejas siguen siendo una maraña negra y temblorosa.

Omar pronuncia algunas frases de consuelo. El cadí se recobra, se ajusta el turbante y declara:

– ¿Te acuerdas de ese hombre al que llamaban el estudiante de la cicatriz?

– ¡Cómo voy a olvidarme de aquel que agitó ante mis ojos mi propia muerte!

– ¿Te acuerdas de que se volvía loco ante la menor sospecha de olor a herejía? Pues bien, hace tres años se unió a los ismaelíes y hoy proclama sus errores con el mismo celo que desplegaba para defender la verdadera fe. Cientos, miles de ciudadanos le siguen. Es el amo de la calle e impone su ley a los comerciantes del bazar. He ido a ver al kan en varias ocasiones. Tú conociste a Nasr Kan, sus cóleras repentinas que se aplacaban tan súbitamente como se encendían, sus accesos de violencia o de prodigalidad. Que Dios lo tenga en la gloria, lo menciono en todas mis oraciones. Hoy el poder está en manos de su sobrino Ahmed, un joven imberbe, indeciso imprevisible, nunca sé cómo tratarle. Me quejé a él varias veces de las intrigas de los herejes, le expuse los peligros de la situación, pero sólo me escuchaba distraídamente, aburrido. Al ver que no se decidía a actuar, reuní a los comandantes de la milicia, así como a algunos funcionarios en cuya lealtad confío y les pedí que vigilaran las reuniones de los ismaelíes. Tres hombres de confianza se relevaban para seguir al estudiante de la cicatriz, ya que mi objetivo era presentar al kan un informe detallado de sus actividades con el fin de abrirle los ojos. Hasta el día en que mis hombres me informaron de que el jefe de los herejes había llegado a Samarcanda.

– ¿Hassan Sabbah?

– En persona. Los míos se apostaron a ambos lados de la calle Abdak, en el barrio de Gatfar, donde tenía lugar la reunión de los ismaelíes. Cuando Sabbah salió de allí, disfrazado de sufí, se echaron sobre él, le cubrieron la cabeza con un saco y me lo trajeron. Inmediatamente lo conduje al palacio, orgulloso de anunciar al soberano mi captura. Por primera vez se mostró interesado y pidió ver al personaje, pero cuando Sabbah estuvo en su presencia ordenó que desataran sus ligaduras y que le dejaran solo con él. Por más que le previne contra ese peligroso hereje y le recordé las fechorías de las que era culpable, todo fue inútil. Quería, dijo, convencer al hombre de que volviera al camino recto. La entrevista se prolongó. De vez en cuando, uno de sus allegados entreabría la puerta; los dos hombres seguían discutiendo. Súbitamente, al amanecer, se les vio prosternarse uno al lado del otro para la oración, murmurando las mismas palabras. Los consejeros se empujaban para observarlos.

Después de beber un trago de jarabe de horchata, Abu Taher formula unas palabras de agradecimiento antes de proseguir:

– Hubo que rendirse ante la evidencia. El señor de Samarcanda, soberano de Transoxiana, heredero de la dinastía de los Kanes Negros, acababa de adherirse a la herejía. Desde luego evitó proclamarlo y continuó simulando su fidelidad a la verdadera Fe, pero ya nada fue como antes. Los consejeros del príncipe fueron reemplazados por ismaelíes. Los jefes de la milicia, autores de la captura de Sabbah murieron brutalmente uno después de otro. Mi propia guardia fue sustituida por los hombres del estudiante de la cicatriz. No me quedaba otra elección que partir con la primera caravana de peregrinos y venir a exponer la situación a aquellos que sostienen la espada del Islam, Nizam el-Molk y Malikxah.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Samarcanda»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Samarcanda» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Aminatta Forna - Ancestor Stones
Aminatta Forna
Amin Maalouf - Samarkand
Amin Maalouf
Amin Maalouf - Leo Africanus
Amin Maalouf
Amin Maalouf - Disordered World
Amin Maalouf
Jonathan Stroud - The Amulet of Samarkand
Jonathan Stroud
Amin Maalouf - Los Jardines De Luz
Amin Maalouf
Carla Amina Baghajati - Muslimin sein
Carla Amina Baghajati
StaVl Zosimov Premudroslovsky - AMIN’NY ANDRO. Ny mahamenatra
StaVl Zosimov Premudroslovsky
Amin Rismankarzadeh - Darkness Monster
Amin Rismankarzadeh
Отзывы о книге «Samarcanda»

Обсуждение, отзывы о книге «Samarcanda» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x