• Пожаловаться

Anchee Min: La Ciudad Prohibida

Здесь есть возможность читать онлайн «Anchee Min: La Ciudad Prohibida» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Историческая проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Anchee Min La Ciudad Prohibida

La Ciudad Prohibida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Ciudad Prohibida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La historia de la última emperatriz de China, una mujer ambiciosa que durante generaciones fue recordada como una gran seductora y una asesina sin escrúpulos. Anchee Min brinda el vívido retrato de un personaje fascinante y, a través de él, de la opulenta corte china del siglo XIX y de la vida sexual y política de las concubinas reales. Finales del siglo XIX. Envuelta en el marasmo de las ambiciones europeas, el arcaísmo de sus estructuras y la impotencia política, la dinastía Qing está viviendo sus últimos días. Pero aún conserva todo su esplendor. Justamente en esos tiempos Orquídea, una bella joven de diecisiete años perteneciente a una familia aristocrática venida a menos, es escogida para convertirse en concubina del Emperador. Orquídea se introduce así en la Ciudad Prohibida de Pekín, un mundo de complejos rituales ancestrales que sugieren equilibrio y serenidad, pero tras los que se ocultan turbias intrigas que conducen a la traición y el asesinato. Todas las concubinas aspiran a ser la emperatriz, entre ellas Orquídea. La joven, con su belleza y talento innatos, llega a convertirse en maestra de la seducción y triunfa sobre sus rivales. Ya tiene el poder, pero es un poder sobre un país que se desmorona: Orquídea será la última emperatriz de China. Partiendo de una recreación de la China imperial meticulosa y fiel, La Ciudad Prohibida es el relato de una ambición condenada por la historia y el cautivador fresco de un mundo desaparecido, en una novela absorbente e inolvidable…

Anchee Min: другие книги автора


Кто написал La Ciudad Prohibida? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La Ciudad Prohibida — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Ciudad Prohibida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La visión me conmovió. Hsien Feng descansaría con sus antepasados. Su tumba estaba en uno de los dos complejos fúnebres -uno al este y el otro al oeste de Pekín-, anidado en las montañas y rodeado de altos pinos. El anchuroso camino ceremonial estaba pavimentado con mármol y flanqueado por enormes elefantes, camellos, grifos, caballos y guerreros tallados en piedra. Tras avanzar unos cien metros por el camino de mármol, Nuharoo y yo nos acercamos a un pabellón en el que se guardaban los tronos de satén dorado de Hsien Feng y sus túnicas del dragón amarillas, que se exhibirían el día de la celebración anual del sacrificio. Al igual que el mausoleo de sus antepasados, Hsien Feng también tendría sus ayudantes y guardianes. Se había decretado que el gobernador de Hopeh se hiciera cargo del lugar santo y conservara su aislamiento restringiendo el acceso.

Entramos en la tumba. La parte superior, en forma de cúpula, se llamaba la Ciudad de los Tesoros y estaba hecha de una roca maciza. La parte inferior era la propia tumba y los dos niveles estaban conectados mediante escaleras.

Con la ayuda de una antorcha, pudimos ver el interior. Era una gran esfera de casi veinte metros de diámetro, toda de mármol. En medio se levantaba un lecho de piedra contra una tabla tallada de cinco metros y medio de anchura. El día de la ceremonia fúnebre, el ataúd del emperador Hsien Feng se colocaría sobre este lecho.

A cada lado del lecho de piedra del emperador Hsien Feng, había seis féretros más pequeños, de color rosa con fénix labrados. Nuharoo y yo nos miramos al percatarnos de que dos de ellos eran para nosotras. Nuestros nombres y títulos estaban labrados en los paneles:

AQUÍ YACE SU MATERNAL Y AUSPICIOSA

EMPERATRIZ YEHONALA

AQUÍ YACE SU MATERNAL Y APACIBLE

EMPERATRIZ NUHAROO

El aire frío me calaba los huesos y tenía los pulmones llenos del olor de la tierra profunda. Yung Lu trajo al arquitecto jefe. Era un hombre cercano a la sesentena, delgado y pequeño, casi del tamaño de un niño. Sus ojos revelaban inteligencia y sus kowtows solo eran equiparables al del eunuco jefe Shim. Me volví hacia Nuharoo para ver si tenía algo que decir, pero ella negó con la cabeza. Le dije al hombre que se levantara y luego le pregunté qué le había llevado a elegir aquel lugar.

– He elegido el lugar basándome en el feng shui y los cálculos de las veinticuatro direcciones de las montañas -respondió con voz clara y un leve acento sureño.

– ¿Qué herramientas has utilizado?

– Una brújula, majestad.

– ¿Y qué es lo que hace único este lugar?

– Bueno, según mis cálculos y los de otros, entre los que figuran los astrólogos de la corte, aquí es donde ha viajado el aliento de la tierra. El punto central reúne la vitalidad del universo. Se supone que es el lugar adecuado para excavar el Pozo de Oro. Justo aquí en medio…

– ¿Qué acompañará a su majestad? -le interrumpió Nuharoo.

– Además de los sutras de oro y plata preferidos de su majestad, libros y manuscritos, están las linternas luminarias.

El arquitecto señaló dos vasijas gigantes que se alzaban a cada lado del lecho.

– ¿Qué contienen? -pregunté.

– Aceite de plantas con hebra de algodón.

– ¿Alumbrarán? -preguntó Nuharoo acercándose para echar una mirada a las vasijas.

– Sí, claro.

– Quiero decir que durante cuánto tiempo.

– Para siempre, majestad.

– ¿Para siempre?

– Sí, majestad.

– Este lugar es muy húmedo -observé-. ¿Entrará el agua e inundará el espacio?

– ¡No será tan horrible! -exclamó Nuharoo.

– He diseñado un sistema de drenaje. -El arquitecto nos mostró que el lecho estaba ligeramente desnivelado; la cabeza estaba un poco más alta que los pies-. El agua caerá en el canal que está cincelado por debajo y fluirá al exterior.

– ¿Y la seguridad? -le pregunté.

– Hay tres grandes puertas de piedra, majestad. Cada puerta tiene dos paneles de mármol enmarcados en cobre. Como podéis ver aquí, por debajo de la puerta, donde se encuentran los dos paneles, hay un agujero en forma de media sandía. De cara al agujero, a un metro, he colocado una bola de piedra. Se ha excavado un conducto para que ruede la piedra; cuando la ceremonia fúnebre concluya, se insertará un gancho de mango largo en una ranura que atraerá la bola de piedra hacia el agujero. Cuando la bola caiga en el agujero, la puerta se cerrará para siempre.

Recompensamos al arquitecto jefe con un pergamino manuscrito del emperador Hsien Feng y el hombre se retiró. Nuharoo estaba impaciente por marcharse. No quería honrar al arquitecto con la comida que le habíamos prometido. La convencí de que era importante mantener nuestra promesa.

– Si conseguimos que se sienta bien, él a su vez se asegurará de que Hsien Feng descanse en paz -le comenté-. Además, tenemos que volver el día del funeral y nuestros propios cuerpos serán enterrados aquí cuando muramos.

– ¡No! ¡Nunca más volveré aquí! -gritó Nuharoo-. No puedo soportar la visión de mi propio ataúd.

La cogí de la mano.

– Yo tampoco puedo.

– Entonces, vayámonos.

– Quedémonos solo a comer, mi querida hermana.

– ¿Por qué tienes que obligarme, Yehonala?

– Necesitamos conseguir la lealtad absoluta del arquitecto. Necesitamos ayudarle a superar su miedo.

– ¿Miedo? ¿Qué miedo?

– En el pasado se encerraba al arquitecto de la tumba imperial con el ataúd. Una vez concluido su trabajo, la familia imperial ya no le consideraba útil. El emperador y la emperatriz reinante temían que el hombre pudiera ser sobornado por los saqueadores de tumbas. Nuestro arquitecto debe temer por su vida, así que tenemos que hacer que se sienta confiado y seguro. Debemos hacerle saber que recibirá honores y que no le haremos ningún daño. Si no, tal vez excave un túnel secreto para calmar su temor.

Nuharoo se quedó a regañadientes y el arquitecto estuvo encantado.

Cuando Nuharoo y yo regresamos a Pekín, el príncipe Kung sugirió que debíamos anunciar el nuevo gobierno inmediatamente. Yo no creía que estuviéramos preparados. La decapitación de Su Shun había despertado simpatía en algunos círculos. El hecho de que hubiéramos recibido menos cartas de felicitación que las esperadas me preocupaba.

La gente necesitaba tiempo para confiar en nosotros. Le dije al príncipe Kung que nuestro gobierno debía ser el deseo de la mayoría. Para legitimarnos moralmente, teníamos que dar al menos esa apariencia.

Aunque el príncipe Kung estaba impaciente, consintió en probar las aguas políticas una última vez. Tomamos el resumen de una propuesta escrita por el general Sheng Pao a los gobernadores de todas las provincias que sugería un «taburete de tres patas», con Nuharoo y conmigo como corregentes y el príncipe Kung como principal consejero del emperador en la administración y el gobierno.

El príncipe Kung propuso que adoptásemos la votación como método. La idea era claramente una influencia occidental. Nos convenció de hacerlo porque era el medio más importante por el cual las naciones europeas aseguraban la legitimidad de sus gobiernos. Permitiríamos que los votos fueran anónimos, algo que ningún gobernante en la historia de China había hecho antes. Yo consentí, aunque no estaba segura del resultado. La propuesta fue impresa y distribuida con las papeletas del voto.

Aguardamos nerviosos los resultados. Para nuestra decepción, la mitad de los gobernadores no respondieron y un cuarto expresó el deseo de reelegir a los regentes de Tung Chih. Nadie mencionó ningún apoyo al cometido del príncipe Kung en el gobierno. Kung se percató de que había subestimado la influencia de Su Shun.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Ciudad Prohibida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Ciudad Prohibida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Ildefonso Falcones
Arturo Pérez-Reverte: El maestro de esgrima
El maestro de esgrima
Arturo Pérez-Reverte
Erica Spindler: Fruta Prohibida
Fruta Prohibida
Erica Spindler
Diane Liang: El Ojo De Jade
El Ojo De Jade
Diane Liang
Anchee Min: Madame Mao
Madame Mao
Anchee Min
César Aira: Una novela china
Una novela china
César Aira
Отзывы о книге «La Ciudad Prohibida»

Обсуждение, отзывы о книге «La Ciudad Prohibida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.