Después de tomar su desechable de la mesita de café, marcó, con su app spoofer, desde el teléfono de Brayden el número al que iba a llamar para que pareciera como si fuese él quien llamaba Abrió la ventana de vidrio que daba al balcón, cerrándola inmediatamente para evitar que el aire .caliente entrara en el apartamento. Si la FCCU había instalado micrófonos en su apartamento, esta era una llamada que no quería que escucharan. Puso su codo sobre la baranda antes de usar la app para hacer la llamada.
“¿Qué hay Brayden?” respondió Javier un poco preocupado.
Su mano temblaba mientras hablaba en el teléfono. “Es Alanna”.
“¿Alanna? ¿Cómo lograste–?”
“No culpes a Brayden. Él no sabe que conseguí tu número desde su teléfono”.
El sonido de su respiración llenó el teléfono. “Tienes que dejar de hacer este tipo de mierda”.
“Alguien destrozó tu apartamento. Quería saber que estabas bien”.
“Si. Te vi entrando a mi apartamento”.
“¿Me viste? ¿Cómo?”
“Con la cámara espía que dejé funcionando. ¿Cómo entraste?”.
Alanna vio a un tipo rubio usando jeans y una franela espiándola desde el camino pavimentado detrás del complejo. Desvió su atención de él y se pasó para el lado opuesto del balcón. “Forcé la cerradura”.
“No debiste hacerlo”. Su voz grave se mantuvo en un tono bajo, monótono. “Brayden me dijo que los federales hablaron contigo. ¿Saben que allanaste mi apartamento?”
“Si, por eso es que necesitamos hablar. La FCCU me arrestó y registró mi apartamento. Tienen mis datos de phising”.
Javier hizo una pausa. “Esto jamás hubiese pasado si te hubiese mantenido al margen, como te dije”.
Se mantuvo erguida mientras miraba a alguien en su motocicleta que pasaba frente al edificio. “Fui a tu apartamento a ayudarte. Recibí un texto desde tu celular–“
“Brayden me lo dijo. Nunca te envié ningún texto”.
Ella nunca lo había creído, pero era un alivio oírlo decirlo. “Entonces ¿quién lo envió?
“No sé”.
“Quién lo haya hecho me envió la foto con el bikini que te envié antes que rompiéramos. Revisa que tu computador no tenga un spyware”.
“Lo haré cuando cuelgue el teléfono”.
Alanna se pasó los dedos por el pelo. “¿Así que estás trabajando para AntiAmérica?”
“En realidad no. Es una larga historia”.
“Javier, los federales me obligaron a trabajar como su informante. Se supone que debo ayudarlos a encontrarte”.
“¿Por eso es que me estás llamando – para ayudarlos a encontrarme?”
“No. Sólo pretendo cooperar. Pero quizás debas hablar con ellos. Si estás en problemas te pueden ayudar”. Alanna sostuvo el aliento esperando su respuesta.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.