Stephen Dixon - Historias tardías

Здесь есть возможность читать онлайн «Stephen Dixon - Historias tardías» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Historias tardías: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Historias tardías»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Philip Seidel, un reconocido escritor, es el protagonista de estos treinta y un relatos tan intrínsecamente conectados que bien podrían leerse como una novela. Su mujer, con quien compartió treinta años de vida, ha fallecido.La muerte, la vejez, el deseo de conservar la lucidez, la posibilidad de volver a enamorarse después de un duelo son solo algunos de los tópicos que Stephen Dixon, uno de los escritores más talentosos de la literatura estadounidense de los últimos años, profundiza en Historias tardías, y lo hace con una vitalidad sorprendente, lejos de cualquier tinte melancólico o nostálgico.En un ambiente donde por momentos la falta de memoria, la confusión y la soledad parecieran tomar el control, Dixon encuentra un terreno fértil para explorar los límites de la escritura y, al mismo tiempo, desarticular sus obsesiones más profundas.

Historias tardías — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Historias tardías», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Y su siguiente momento más feliz? Ahora no se le ocurre ninguno, ni cuándo fue igual de feliz o incluso más de lo que lo fue en alguna de las veces que ha mencionado. Tal vez remontándose muy atrás, cuando ganó el Gran Premio del Acampante en el campamento de verano al que fue con sus hermanas y su hermano Robert, en el verano de 1948. Así que sería el momento en que el instructor le dijo que había ganado. O cuando el director de su escuela primaria –esto fue en 1949, un par de meses antes de egresar– los llamó a él y a otros ocho alumnos a su oficina para decirles que todos ellos habían entrado en una de las escuelas secundarias de élite en Nueva York, y que uno de ellos había entrado en dos y tendría que elegir, y cuáles eran las escuelas. La suya era la Brooklyn Tech. Estaba feliz pero a la vez un poquito decepcionado, porque él quería ir a Stuyvesant, donde Robert estaba en segundo año, pero obviamente no había hecho un examen de ingreso tan brillante como para entrar. Curioso, porque él creía que el examen de Stuyvesant era pan comido comparado con el de la Brooklyn Tech.

¿Y alguna otra vez? Oh, ¿cómo se pudo olvidar? Estaban en un pueblo sobre una colina en el sur de Francia, mirando un dibujo de Giacometti en la pared de un pequeño museo, cuando se volvió hacia su esposa, medio año antes de que se convirtiera en su esposa, y le dijo: “Casémonos”. Ella dijo: “¿Estás bromeando?”, y él dijo: “No podría hablar más en serio. Aquí, o en Niza, que nos case un rabino si es que lo hay, o algún juez de paz”, y ella: “Si vuelvo a casarme tendría que ser en Nueva York, así mis padres y parientes y amigos podrían ir. Y apostaría a que tú también querrías que tu familia esté presente. Pero hablemos de eso dentro de unos meses”. “¿Así que entonces lo considerarás como una posibilidad?”, y ella dijo: “Digamos que no estoy rechazando la idea de manera rotunda, tan absurdamente como fue presentada”, y él dijo: “No tienes idea de lo feliz que acabas de hacerme. De acuerdo. No diré nada sobre eso durante algunos meses”. Por supuesto, la abrazó y la besó, y después la tomó de la mano y la llevó hasta el siguiente dibujo de Giacometti.

¿Y los momentos más tristes de su vida? La muerte de su esposa, por supuesto. Y después la de Robert. Y la de su hermana menor. Y más tarde la de su hermano mayor, en un accidente mientras navegaba, un par de años atrás. Luego la de su madre. Y al poco tiempo la de su padre. Después de eso, sus dos mejores amigos que se vienen a morir con un año de diferencia, los dos de derrame cerebral. Pero no tiene ganas de pensar en ellos. En realidad, el segundo momento más triste de su vida tiene que haber sido cuando su esposa, dos años antes de que muriera, estaba en el hospital con neumonía y los médicos le dijeron que tenían que entubarla y que había escasas probabilidades de que sobreviviera. “De uno a tres por ciento”, dijeron, ¿o era “tres a cinco”? No se acuerda; cuando le dijeron, varios días después, que ella iba a sobrevivir, ese fue uno de los momentos más felices de su vida. Estaba demasiado triste en esa época. Acababa de verla en Cuidados Intensivos… de hecho, se acuerda de ese momento mientras la miraba en su cama… luchando con el tubo de la respiración asistida que tenía metido dentro. “Sácame esta cosa… por favor, por favor ”, parecía decir su mirada dolorida. No, él conocía bien su mirada: era eso lo que estaba diciendo. Pero si iba a hacer una lista de los momentos más tristes de su vida, probablemente fueran esos, más un par que ahora se le escapaban. Su esposa primero, su esposa segundo, luego el resto en el orden que ya dijo.

Y para terminarlo, algo como esto: Se levanta del banco y camina el resto del camino hasta su casa. El gato lo está esperando junto a la puerta de la cocina. Quiere que lo deje entrar y lo alimente. Después querrá que lo deje salir, pero él no lo dejará. Ya se está poniendo oscuro. Saca de la heladera la lata de comida para gatos abierta, levanta del piso el plato vacío del gato, lo lava y sirve el resto de la comida que queda en la lata y lo vuelve a poner en el suelo. El gato comienza a comer. Está a punto de prepararse un trago –algo con ron esta noche, piensa; ha estado tomando vodka todas las noches desde hace una semana– cuando se da cuenta de que se olvidó el libro de Gorki encima del banco. Déjalo hasta mañana. No, ya no estará ahí, o si llueve, se va a mojar. Búscalo ahora.

Regresa al banco. El libro no está. ¿Quién querría llevárselo? No había nadie por ahí cerca; ningún auto en el estacionamiento, así que nadie en la iglesia. Y realmente, nadie excepto un estudioso de la literatura rusa o tal vez un escritor serio de ficción podría interesarse en él. Tal vez alguien que vive por ahí cerca salió a dar un paseo y lo vio. Quiere ver el lado bueno de las cosas. Así que es posible que un transeúnte lo haya tomado, y que mañana vaya a llevarlo a la oficina de la iglesia y diga que él o ella lo encontró sobre uno de los bancos de afuera, y pensó que podría ser de alguien relacionado con la iglesia. Ah, simplemente olvídalo, piensa. Nunca va a seguir leyéndolo. Si su esposa estuviera viva, él iría a la iglesia al día siguiente –aunque más bien a media tarde; así le daría a la persona que podría haberlo tomado el tiempo para llevarlo a la iglesia–, y preguntaría si alguien había devuelto un libro sobre Máximo Gorki, el escritor ruso. Vuelve a casa, abre cuidadosamente la puerta de la cocina para que el gato no se escape, y saca un poco de hielo del congelador y lo pone en su vaso. Ron, con una rodaja de lima.

LA CHICA

Verano de 1952. Acababa de cumplir dieciséis años y durante los dos meses de aquel verano fue mozo en un campamento mixto. Él y los otros mozos –eran unos quince, todos varones– fueron a otro campamento a jugar un partido de sóftbol contra los mozos de allá. Él era el mejor bateador de su equipo. No era un chico tan robusto, pero por alguna razón –sus brazos potentes y algo relacionado con sus muñecas, quizá– era capaz de batear la pelota fuerte y lejos. Además, tenía buen ojo para saber cuándo batear. Rara vez quedaba afuera por strikes y a menudo lograba robar base caminando.

Su campamento estaba en Flatbrookville, Nueva Jersey. Le parece que esa ciudad, ahora, se encuentra bajo el agua debido a un lago artificial que se creó cuando construyeron la represa, unos veinte años después de la época en que trabajó allí. Además, el campamento al que habían ido a jugar estaba sobre el río Delaware, cerca de Bushkill, Pennsylvania. Los llevaron hasta allá en un viejo camión militar de la Segunda Guerra Mundial, con la caja abierta y chata, lo suficientemente grande para acomodar a todos los mozos de la cantina con todos sus elementos deportivos. Uno de los directores del campamento y el responsable de los mozos se habían sentado adelante, con el conductor. El viaje les tomó cerca de una hora, que era el mismo tiempo que él había tardado en llegar hasta los terrenos públicos de Bushkill, la única vez que remó con otro mozo hasta allá en una canoa. Su primera vez en Pennsylvania, pensó entonces. No habían hecho gran cosa una vez que llegaron a los terrenos. Comieron la vianda que habían llevado y remaron de vuelta al campamento.

Este otro campamento tenía un diamante de sóftbol mucho mejor cuidado y con bases de verdad, no esos pedazos de cartón o de linóleo que usaban en el suyo. Solo llevaban unos pocos minutos ahí cuando el director del campamento les dijo que hicieran prácticas de bateo, y pronto.

–Quiero que empiece el juego para que puedan estar de vuelta en el campamento a tiempo para servir la cena.

Todos hicieron fila para batear tres lanzamientos cada uno. El director del campamento les lanzaba bolas. Él bateó dos por sobre las cabezas de los defensores, que eran de su campamento y le jugaban muy abierto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Historias tardías»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Historias tardías» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Stephen Dixon - Late Stories
Stephen Dixon
Stephen Dixon - All Gone
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Garbage
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Fall and Rise
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Long Made Short
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Gould
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Time to Go
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Interstate
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Frog
Stephen Dixon
Stephen Dixon - 14 Stories
Stephen Dixon
Stephen Dixon - Interestatal
Stephen Dixon
Отзывы о книге «Historias tardías»

Обсуждение, отзывы о книге «Historias tardías» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x