Our Band Could Be Your Life. Scenes from the American Indie Underground 1981–1991
© 2001, Michael Azerrad
Publicado según acuerdo con Little, Brown and Company, Nueva York, EE. UU.
Todos los derechos reservados.
Dirección editorial: Didac Aparicio y Eduard Sancho
Traducción: Xevi Solé
Diseño: Pablo Martín
Primera edición: Noviembre de 2013
Segunda edición, revisada: Noviembre de 2015
Tercera edición: Mayo de 2020
Primera edición digital: Abril de 2020
© 2020, Contraediciones, S.L.
c/ Elisenda de Pinós, 22
08034 Barcelona
contra@contraediciones.com
www.editorialcontra.com
© 2013, Xevi Solé, de la traducción
© Charles Peterson, de la foto de cubierta: Mudhoney en el Central Tavern de Seattle, 1988.
ISBN: 978-84-18282-10-2
Composición digital: Pablo Barrio
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.
1 INTRODUCCIÓN
2 BLACK FLAG
3 THE MINUTEMEN
4 MISSION OF BURMA
5 MINOR THREAT
6 HÜSKER DÜ
7 THE REPLACEMENTS
8 SONIC YOUTH
9 BUTTHOLE SURFERS
10 BIG BLACK
11 DINOSAUR JR
12 FUGAZI
13 MUDHONEY
14 BEAT HAPPENING
15 EPÍLOGO
16 AGRADECIMIENTOS
17 BIBLIOGRAFÍA
Debo crear un sistema si no quiero
ser esclavo del de otro hombre.
William Blake
El 24 de septiembre de 1991 salió a la venta un álbum titulado Nevermind de un grupo llamado Nirvana. En cuestión de semanas, se convirtió en disco de oro, al poco tiempo desbancó a Michael Jackson del número uno de la lista de mejores álbumes de Billboard y llevó a la periodista musical Gina Arnold a afirmar: «Hemos ganado». Pero ¿quién era «nosotros»? Y ¿por qué «nosotros» éramos tan diferentes de «ellos»?
«Nosotros» era un variopinto conjunto de fanzines, emisoras de radio universitarias y underground, programas locales de cable, tiendas familiares de discos, distribuidores y sellos discográficos independientes, flyers promocionales, bares de copas y locales alternativos, representantes, grupos y fans que habían ido cobrando fuerza durante más de una década antes de que la industria se percatara de su existencia.
Esta gente emprendedora, que había pasado inadvertida para las grandes compañías discográficas, había construido una eficaz red clandestina de promoción, comunicación y distribución; una auténtica vía cultural underground. «En una era de grandes conglomerados, grandes gestores y grandes medios, ir de gira por los clubs de rock más tirados de Norteamérica en una furgoneta Ford es como aplicar una estrategia de guerra de guerrillas en una era de fuerzas nucleares estratégicas», escribió Joe Carducci en Rock and the Pop Narcotic. Y Nirvana, con estrategia de guerra de guerrillas incluida, se había erigido milagrosamente en el vencedor.
Diez años antes de Nevermind , se había formado Sonic Youth, The Minutemen y The Replacements habían sacado su primer álbum, Hüsker Dü su primer single, Henry Rollins se había unido a Black Flag, Mission of Burma y Minor Threat habían sacado sus primeros EP, y R.E.M. había sacado su primer single, el épico «Radio Free Europe»/«Sitting Still», en el diminuto sello Hib-Tone Records. Y Ronald Reagan, fuente de inspiración de gran parte del descontento de la cultura underground norteamericana, había iniciado su primera legislatura como presidente. Ciertamente, 1981 fue un año clave para el rock underground moderno norteamericano. Pero pasarían años antes de que alguien se diera cuenta de la semilla que se había plantado.
Este libro no pretende ser en modo alguno una historia completa del movimiento indie norteamericano entre 1981 y 1991. Presta especial atención a los sellos discográficos SST, Dischord, Touch & Go y Sub Pop, pero estos no son, ni mucho menos, los únicos sellos que hicieron posible la revolución. También estaban Slash, Taang!, Frontier, Posh Boy, Coyote, Alternative Tentacles, Dangerhouse, Bar/None, Pitch-a-Tent, Wax Trax y muchísimos más. Escribir sobre todos ellos hubiera sido imposible.
Lo mismo se podría decir de las revistas de información de la escena indie, los fanzines. La mayoría empezaron como soflamas fotocopiadas de gente frustrada por la forma como las revistas musicales convencionales ignoraban en gran parte esa música nueva y excitante. Algunas se hicieron bastante grandes e influyentes, entre ellas Flipside , Maximumrocknroll y Forced Exposure , pero había literalmente cientos de fanzines más pequeños que definieron, en conjunto, la estética indie.
Y claro está, en la escena independiente norteamericana de los años 80 del siglo pasado existían muchos, muchísimos grupos; desde los que dejaron su huella en la escena nacional hasta grupos que empezaron en el anonimato y así siguieron, a veces por voluntad propia. Muchos de los grupos conocidos por muy poca gente son algunos de mis preferidos, pero, o los excluía, o convertía este libro en una enciclopedia. Mis más humildes disculpas a estos grupos y a sus seguidores. Se pueden escribir muchos más libros sobre este tema: os invito a que lo hagáis.
En lugar de ello, este libro es el retrato de una serie de grupos que no solo encarnaron una innovación musical, una filosofía, una región o un sello, o aportaron una personalidad destacada a la comunidad, sino que, además, ilustraron un momento especial en la evolución de la escena indie norteamericana de los 80, desde los primeros días caracterizados por la agresividad hasta una escena heterogénea donde los grupos luchaban contra las contradicciones que su propio éxito creaba. Estos grupos son legendarios, aunque mucha gente no sabe por qué. Así pues, el simple hecho de contar la historia de The Minutemen, dar a conocer a los lectores un grupo tan fantástico como Mission of Burma o mostrar la gran deuda que tiene el boom del rock alternativo de los 90 con grandes grupos como Hüsker Dü y The Replacements justifica mi labor.
Este libro se centra únicamente en grupos que estaban en sellos independientes. Así pues, R.E.M., por ejemplo, no pasó el corte, porque los álbumes del grupo anteriores a la etapa Warner los grabaron para I.R.S. Records, cuyos discos fabricaba y distribuía A&M (quien, a su vez, tenía una relación comercial con RCA) y, posteriormente, MCA. En consecuencia, las historias se interrumpen cuando un grupo fichaba por una major . Prácticamente todos los grupos realizaron su mejor y más influyente obra durante sus años indie; tras firmar por un sello grande, perdieron irremediablemente una conexión importante con la comunidad underground.
Tened también en cuenta que este libro se centra en las historias de los grupos y no tanto en su música. Si queréis saber más sobre su música, deberíais escucharla; en el momento de escribir esto, casi todos los discos a los que hago referencia en este libro todavía están catalogados. Y si realmente necesitáis leer más sobre su música, consultad algunos de los libros que figuran en la bibliografía, especialmente la Trouser Press Record Guide , en su cuarta edición, editada por mi amiga y distinguida colega Ira Robbins.
«Independiente» tiene varias definiciones, pero la que este libro utiliza es la cuestión fundamental de si un sello distribuye sus discos a través de una de las multinacionales de la industria musical —en el periodo en cuestión, las llamadas Seis Grandes: Capitol, CBS, MCA, PolyGram, RCA y WEA—, lo que le permite entrar en muchísimas más tiendas que los distribuidores independientes, más pequeños. Todo tipo de ventajas resultan de esta distinción, desde el acceso a la radio comercial hasta la capacidad para atraer a artistas de renombre. Los sellos indies tuvieron que promocionar artistas desconocidos actuando a nivel local y siempre con grandes dificultades de maniobra.
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