FERNANDO ALFARO: En BMG-Ariola existía esa rivalidad interna entre súbditos típica de las estructuras capitalistas. El grupo bandera indie de Ariola eran Los Sencillos, que habían sacado «Bonito es», y el de RCA éramos nosotros, con «Fuerte». «Bonito» y «fuerte»: ¿se ve la diferencia? En esa batalla interna fuimos los perdedores.
La siguiente conversación con Álvaro de Torres, el nuevo director, fue para decirle que teníamos nuevas canciones, nuevo bajista, y que el grupo sonaba como nunca. Su respuesta fue que no estábamos maduros. ¡Yo ya tenía veintiocho años! ¡Si me descuidaba, estaría podrido! Dijo que no era el momento de grabar otro disco. No creía en nosotros. Ahí se me ocurrió hacer un disco de versiones. Con todo el cariño del mundo, pero motivado por las circunstancias.
EL PRINCIPIO DEL FINAL DE UNA QUIMERA
DAVID LÓPEZ: Entré a trabajar en RCA cuando Surfin’ Bichos acababan de sacar el disco de versiones, el Family Album . Era mi grupo español favorito. Había descubierto a los Surfin’ en la mili. Allí me junté con algunos colegas que me pasaban cintas. En una de ellas había canciones de Los Flechazos, de los Pleasure Fuckers y no sé si algo de Los DelTonos, pero ninguna me golpeó como aquella canción. Era «Sonidos», de Fotógrafo del cielo . Le dije a mi colega que me grabase el disco porque no lo encontraba en las tiendas.
El primer disco de Surfin’ que compré fue Hermanos carnales . Días después fui a la taquilla de la sala Revolver y me compré una entrada para el concierto de presentación. Me vendieron la 0001.
Era muy ilusionante estar trabajando en RCA, pero pronto conocí la realidad del grupo. Allí no tenían ningún valedor. Tras la salida de la anterior directora, Lydia Fernández, y por no haber conseguido las ventas deseadas con Hermanos carnales , aquello se desmontó. Me daba mucha pena que allí dentro nadie les dedicara ni un minuto de atención. Yo promocionaba el disco a escondidas. Llamaba casi a hurtadillas para que lo pusieran en Radio 3. Si me pillaba el jefe perdiendo el tiempo con eso, me la podía ganar.
FERNANDO ALFARO: Hicimos playbacks en directo. Era muy habitual en esa época. Eran encerronas. Te liaban, el mánager intentaba convencerte de que, si no lo hacías, te iban a putear en la emisora y, de repente, tenías que hacer un playback ante cuatro mil personas dentro de un camión de Los 40 Principales que se abría por un lateral. Esto nos pasó en el parque más grande de Albacete. El cerebro humano tiende a olvidar los traumas y las cosas chungas, pero es posible que lo hiciésemos alguna vez más, compartiendo escenario con grupos del momento tipo Modestia Aparte o cosas así.
DAVID LÓPEZ: Surfin’ Bichos sonaron en Los 40 y RCA haría todos los esfuerzos para conseguirlo, pero en ese momento no había un tejido independiente para promover a un grupo de ese perfil. Como mucho, se usaría la palabra alternativo, y ni siquiera creo que Surfin’ Bichos nacieran con esa vocación. Habían nacido para ocupar un lugar en el pop español, y en RCA tuvieron que intentarlo de todos los colores porque en los cajones encontré ediciones especiales de singles de los Surfin’ con el logotipo de Los 40.
FERNANDO ALFARO: La gira Alternative Tour se le ocurrió a Servando. Fue en el año 93, con el Family Album . Y no se llamaba Alternative Tour, sino Alternative TV Tour. Me pidieron un nombre que llevase la palabra alternativo, porque era una réplica a la gira Noise Pop. «Alternativo» se llamaba en esa época a Pearl Jam, que a mí ya no me gustaban entonces. No me gustaba la palabra «alternativo» y la única forma de resolverlo era ponerle el nombre del grupo Alternative TV. No les gustó y al final en el diseño del cartel el «TV» salía difuminado.
La propuesta inicial fue El Regalo de Silvia y Los Hermanos Dalton. No tenía nada contra Los Hermanos Dalton, pero los veía muy power pop. Me veía más cercano a Los Planetas. Julio Ruiz ya los estaba pinchando en Radio 3, me molaban más e insistimos en que tocasen ellos.
FLORENT: Fuimos a Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza. Tocamos en sitios donde no habíamos estado y ante gente que iba a ver a Surfin’ Bichos. Era un reto chulo: tocamos media hora, hacías «La caja del diablo», tres o cuatro más y salías hecho un dios. No tenías delante un público exigente. Nadie conocía las canciones y la gente se movía por intuición o por la caña que dabas. Era como salir de fiesta: nos íbamos de viaje, teníamos camerino, compartíamos vivencias con otros grupos… Te sentías como una estrella del rock. Te sentías parte de una escena en la que siempre habías querido estar.
FERNANDO ALFARO: En la gira del Alternative Tour, Los Planetas lo petaron. De hecho, nos merendaban. Técnicamente, nosotros sonábamos mejor, pero ellos estaban encendidos. Nosotros íbamos con el cuarto disco y el momento de apoteosis inicial había pasado. Nuestro público se había calmado, pero ellos estaban en su momento de romper, de ahora o nunca.
FLORENT: De aquella gira tengo una imagen de Alfaro después de un concierto, con la frente apoyada en la pared, mirándola durante media hora o más, sin moverse, como si fuera el muro de las lamentaciones. Yo decía, «¿qué le pasa a este tío?». No entendía el porqué. Era por todo lo que llevaba encima y por su historia. Te llamaba mucho la atención, Alfaro.
JOAQUÍN PASCUAL: Para nosotros era muy divertido. Llegabas a las pruebas de sonido, compartías un rato con los grupos, echabas unas risas… Tocábamos con grupos que ya parecían que iban a ser importantes y que estaban encantados de tocar con nosotros. Eso te hacía sentir bien. Estábamos en los camerinos con J y todos los demás fumando petas. Estaban todos superlocos… No es que montes un grupo para vivir esto, pero convivir con otros grupos está muy bien y apenas lo habíamos hecho con los Surfin’.
El indie empezó a existir cuando nosotros ya acabábamos. Lo rascamos un poco de refilón.
FERNANDO ALFARO: Me sorprendió mucho que los grupos que salieron luego nos consideraran algo suyo. Desde el principio me gustaron Los Planetas y muchos de aquellos grupos, pero yo tampoco me veía tan cercano. Cuando escuchamos el primer EP de Los Planetas, Joaquín decía, «esto es como los Surfin’», y yo le contestaba, «¡qué dices, tío! A mí no me lo parece».
Cuando apareció Luis Calvo y el círculo de gente que montó Elefant, la revista Spiral y el festival de Benicàssim, en principio nos rechazaban. No teníamos buenas críticas en Spiral , donde ponían por las nubes cosas que con el tiempo se han desvanecido como hojas de otoño. Nunca me sentí parte de la escena indie cuando se referían a nosotros como los padres del indie. The Gun Club, los Cramps, los Violent Femmes, Dream Syndicate, Hüsker Dü… ¿Todo eso es indie o no? Para mí, sí. Hasta Nick Cave y Tom Waits lo son, pero entonces no existía esa etiqueta. Y más independiente que Robyn Hitchcock, no veo nada. Yo me identificaría más con los grupos del C86 tipo The Wedding Present que con grupos españoles posteriores.
Hay una frase que sé que J dijo cuando Los Planetas llegaron a RCA. Les comentaron, «qué bien, estáis aquí con Surfin’ Bichos, un poco como la nueva generación». Y J dijo, «los Surfin’ Bichos ya están. Nosotros somos la nueva generación que venimos a partir la pana». Era un síntoma de esa actitud lógica de matar al padre, pero sirvió para cerrar el coto de caza, para que lo que hoy entendemos como «indie de los 90» sea algo muy reconocible. Definir el indie tuvo éxito. Sirvió para tener algo que poner en los medios, pero eso también tenía sus peligros. Eso empobreció el panorama.
JOAQUÍN PASCUAL: Cuando grabamos El amigo de las tormentas , la compañía estaba un poco cansada de nosotros. Lo intentaron, no salió y eso repercutió en que Fernando sintiera presión para seguir. Él lo llevaba bastante en privado y no transmitía sensación de agobio. Solo en la última etapa vimos que estaba muy saturado.
Читать дальше