ROBER!: Iba un montón a la biblioteca pública y hablábamos mogollón. Tengo un email de Josetxo de dos días antes de morir en el que dice, «Rober, esta vez, sí. He cambiado las cuerdas a todas mis guitarras. Venga, a por ello!». Pero siempre pasa lo mismo. No sé si es como el último respingo de vida, que parece que esta vez sí…
JAIME CRISTÓBAL: La noticia de su muerte saltó porque el Ayuntamiento de Burlada la colgó en Twitter. Al parecer, una amiga le llamó por teléfono, él no lo cogía, llamó a la policía, tiraron la puerta y… Los del ayuntamiento fueron los primeros que tuvieron conocimiento a través de la policía. Lo raro fue que lo dieran como noticia oficial. Y de ahí saltó a las agencias.
Muchos obituarios incidieron en el rollo de la estrella decadente que muere sola en su casa; casi como si tuviera la chuta puesta. Me consta que fue un infarto. No había llevado una vida muy sana. Los colegas le hacían la compra cada semana. Esas carencias nutricionales y el asunto de los dientes son señas de que no tendría una salud de hierro.
Una amiga íntima de Josetxo comentaba en Facebook que al final había conseguido que le dieran una pensión o una ayuda. Explicaba que ni se había suicidado ni estaba en un momento bajo. Estaba muy contento, tocando la guitarra otra vez. Tras muchos años de penurias económicas, había conseguido una ayuda del Estado o del Gobierno de Navarra.
Se sabía que Josetxo iba a Dientes Largos a vender discos. Pero se vendía cosas que no le importaban, porque en su tiempo había comprado mucho. Desde luego, los discos que le presentó a Kim Salmon en Burdeos para que se los firmara los tenía bien guardaditos. Se estaba quitando morralla para sacarse unas pelillas. Como me comentaba Kike de Dientes Largos, Josetxo estaba encabronado con el mundo, pero feliz. Estaba en un buen momento de ánimo. Simplemente le tocaba morirse, y se murió.
GERMÁN CARRASCOSA: A mí me lo contó Iñigo, un colega de Villaba. También mis amigos del colegio, esos que de niños le llamaban Prince. Tienen un grupo, Bizardunak. Se han hecho bastante famosos por allí y le dijeron a Josetxo de salir en el vídeo. Seguramente sea su última aparición45.
JAIME CRISTÓBAL: Del funeral se encargó la familia, más que los amigos. Se hizo en una iglesia, lo cual fue un poco absurdo. Cuando habló el cura, mencionó a Tensión46 y la gente se partía el culo porque a Tensión los había detenido la Guardia Civil por entrar en el cementerio de Olaz. Los acusaron de profanación y salieron hasta en el diario. Pero el hombre intentó hacer una semblanza de un vecino del pueblo que había sido músico y dijo cosas como que los artistas eran personas que hacían un gran sacrificio, que elegían una vida que no era fácil para intentar transmitir belleza. Fue extraño. No sé si decir que hasta fue bonito. Apropiado sí lo fue.
En el funeral vi a Rober!, a Kike de Dientes Largos, a Corcobado…
JAVIER CORCOBADO: Nos sentíamos muy cerca en los años 90 y lo pasábamos de lujo… En su funeral me encontré con Rober! y con el bajista de Atom Rhumba. Tras la ceremonia nos fuimos a emborrachar a la salud de Josetxo y a cantarle canciones como «Amigo» de Roberto Carlos.
ROBER!: A Josetxo le gustaba Corcobado de verdad. Era de los pocos de los que hablaba bien. En su día planearon grabar juntos una versión de The Gun Club. Nos pillamos un pedo indecente de sake y de mezcal, porque, claro, como es Corcobado hay que beber mezcal. Y nos metimos de todo. Una infamia.
JAVIER CORCOBADO: En 1995 le regalé a Josetxo unos botines blancos que me había hecho a medida en 1989. En el funeral, alguien me dijo que los conservó siempre. Probablemente los lleve aún puestos para pisar con garbo las nubes. Josetxo es un tipo muy guapo, talentoso y elegante.
JAIME CRISTÓBAL: De forma muy invisible, que Josetxo sacase esos discos cantando en inglés, con ese desparpajo, te estaba dando la validación y la confianza. Esa barrera ya estaba tirada. Cantar en inglés ya no era raro ni extravagante, ya lo había hecho alguien. Y encima, alguien de tu ciudad. A nivel más consciente, te hacía tener menos miedo al ridículo, menos miedo a decir, «vengo de una ciudad pequeña, pero ¡qué coño!». En los años 90 la gente te preguntaba, «¿eres de Pamplona? ¿Conoces a Los Bichos?». Eso te hacía sentir un poco especial, te daba más confianza y te hacía, por lo menos, no sentirte de menos. Podías ser de Pamplona y hacer algo tan digno e interesante como si vinieras de Barcelona, Madrid o París.
GERMÁN CARRASCOSA: Para explicar su forma de entender la música puedo explicar su forma de entender la pintura y sus preciosos dibujos. Él era más miope que el copón. No veía tres en un burro. Decía que él percibía la realidad de una forma y que así la expresaba. Esa realidad distorsionada era, para él, la realidad. Eso se podría extrapolar a la música. No era sordo, pero su realidad ya estaba distorsionada. Con esos altavoces enormes y esos volúmenes a los que se tocaba en los años 80 que no eran normales, ¡tendría el tímpano reventado!
Su forma de percibir la música era la de una persona muy sensible. Pese a todo lo notas que pudiera ser, era muy ensimismado. Josetxo tenía un universo interior muy bestia. Como más disfrutaba era en casa escuchando música y dibujando. Así cuenta que pasó su juventud. Él decía, «yo no empecé a salir hasta que empecé a tocar». Antes había sido como todos a los que nos ha gustado la música: gente introvertida, como al que le gusta leer, gente que no sale de casa porque no le apetece jugar a la pelota.
JAIME CRISTÓBAL: En el libro Retromanía , Simon Reynolds señala el año cero de esta movida47, citando a The Jesus and Mary Chain, Primal Scream y Saint Etienne como grupos que empiezan siendo fans: grupos de fans. Los Bichos entran claramente ahí. Josetxo era un fan. Lo del personaje rockero, maldito y con chulería en el escenario está muy bien; es parte del atrezzo. Él aún era más callejero y menos de habitación, pero tenía ya ese punto de fanático de la música: un tipo con una discoteca increíble, que se ha leído los créditos de los discos de arriba a abajo, que se ha empollado las letras… El suyo ya es un proceso más posmoderno. Mi visión de él es más la de un melómano, la de un fan de la música que tuvo la suerte de aprender a tocar, tener un grupo, componer algunas excelentes canciones y dejar un legado.
GERMÁN CARRASCOSA: La gracia de Josetxo, la chispa, era su forma de interiorizar las influencias. Sus influencias son palpables. Y así debe ser. Yo soy de la ideología del flamenco. Si quieres perpetuar un estilo, la regla es «coge un 90% de lo que está hecho y aporta un 10%». Con un 90% ya dado puedes hacer cosas geniales. Y hay que hacer versiones para dar a conocer la música. Sus versiones fueron vitales para mí. Y no eran versiones calcadas. Para mí son tan válidas como las originales. Sirven para perpetuar y reconocer a la gente que hacía cosas antes que tú. Como en el flamenco.
IÑIGO PASTOR: Grupos como Los Bichos alisaron el camino para que ocurriesen otras cosas. Hoy cualquier grupito tiene una agencia de management. Nunca hubo ninguna infraestructura para Los Bichos ni para ese tipo de grupos.
JAIME GONZALO: Cuanto más tiempo pasa y más escuchas Bitter Pink , más atribuyes de dónde sacaba Josetxo las ideas. Pero hay un universo propio, una imaginería propia, sobre todo en las letras. Hay unas emociones muy suyas que valoras más si le habías conocido. Los Bichos abrieron mucho los ojos a mucha gente a otras cosas. Por ejemplo, a Cancer Moon. Para mí son dos grupos fundamentales en la historia oficial de todo esto.
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