* Tu pareja es la típica persona que, en lugar de querer buscar una solución, prefiere contraatacar y culparte, y tú has llegado al punto de aceptar toda responsabilidad.
* Tu pareja se la pasa haciéndote chistes y burlas, tanto en privado, como en público, buscando provocarte constantemente para que explotes y quedes como un loco frente a los demás.
* Tu pareja coquetea abiertamente en tu cara y en frente de los demás. Muy posiblemente ha llegado a serte infiel y aunque lo intuyas o hayas comprobado, prefieres autoconvencerte de lo contrario.
* Te ha montado la persecución. Te acusa de todo, al punto que es ofensivo. Te señala de infiel, imprudente, puta, perro, provocador, mentiroso, traicionero.
* De un tiempo para acá, eres cien por ciento el responsable de que la relación sea un fracaso.
* Estás en una relación con una persona compulsiva: con adicciones, compulsividades, mentiras, doble vida.
* ¡Tu cuerpo te lo está gritando! Te la pasas enfermo, con problemas gastrointestinales, insomnio, ansiedad, pérdida de cabello, comes compulsivamente, tienes explosiones de ira y/o de llanto. Te sientes como una brújula averiada, sin rumbo, sin saber en dónde está tu norte.
Ahora, te pregunto: ¿Vale la pena sacrificar tu vida por amor?, ¿por un mal amor?, si es que se le puede llamar amor a esto. Ya no te sientes bien contigo mismo, ni con tu pareja narcisista, ni con la relación. Lo peor del caso es que esa sensación ya ha acaparado todos los aspectos de tu vida. ¡Has perdido tu energía vital! Ya nada te motiva, ni te ilusiona, has perdido las fuerzas para escapar de la trampa narcisista, ahora eres un adicto al sufrimiento.
Tu intuición te lo está gritando: ¿Qué haces? ¡Sal de ahí! ¡No le creas!
En los siguientes capítulos describiré los distintos estilos de depredadores narcisistas, cómo todos, aunque presenten distintas características, ejercen el mismo patrón de abuso sobre sus víctimas, y cómo sanar el trauma tan fuerte y las secuelas tras haber sido víctima del abuso narcisista.
¿Estás listo para una fuerte y renovadora experiencia de crecimiento personal?
¡Es hora de abrir los ojos!

Estilos deamoresextraños
LAS DOS CARAS DEL NARCISISMO: DESCUBIERTOVERSUS ENCUBIERTO
Así como cada persona es un mundo, también hay distintos tipos de narcisismos. Actualmente, en el campo de la psicología y psiquiatría hay una fuerte discusión sobre cómo categorizarlos. Hay tantas variantes de narcisismos, algunos más evidentes que otros, que resulta difícil categorizarlos. Lo que sí tienen TODOS en común son los patrones de abuso emocional que ejercen sobre sus víctimas.
En este capítulo trataré de categorizar los distintos tipos de narcisismos. Es muy importante saber que rara vez nos tropezamos con narcisistas puros, ya que muchos de ellos son una mezcla de distintos tipos de narcisismo y de otros trastornos mentales.
También quiero dejar claro que la mayoría de los narcisistas presentan los mismos tipos traumas y abusan de manera similar. Lo único que cambia, es la manera como se muestran ante el mundo.
Existen dos grandes categorías de narcisismo.
1. EL NARCISISTA DESCUBIERTO:EGÓLATRA, ARROGANTE Y PAVO REAL.
El narcisista descubierto o grandioso, es el más fácil de detectar. Es esa persona que a primera vista detectas como arrogante, alzada y centro de atención. Yo les llamo pavos reales, porque exudan un incómodo aire de arrogancia y grandeza. Muchos son elitistas y seleccionan a sus presas con base en el estatus, físico, dinero, poder, etc. También se caracterizan por ser bullies y agresivos, suelen denigrar abiertamente a las personas, tratándolas abiertamente como objetos. Son percibidos como escandalosos, controladores, posadores, mandones y superficiales; son seductores compulsivos y pueden cruzar fácilmente los límites del respeto, ya que muchos traspasan la línea del coqueteo al acoso.
EL NARCISISTA GRANDIOSO ES EL QUE EXUDA: «¡EY, MÍRAME! ¡SOY LO MÁXIMO! ¡SOY PODEROSO! ¡APLÁUDEME!».
Nunca olvidaré a uno de esta especie en mi consulta. Este era un hombre de 55 años, que apenas se sentó me dijo: «Maritere, yo soy un gran hombre, soy un éxito en los negocios. Soy tan bueno que me he divorciado tres veces y a mis tres exmujeres las mantengo todavía. ¡Mira Maritere! (me muestra su celular), yo no sé qué tengo, pero a mí se me acercan mujeres hermosas: esta es una chica de 20 años que aceptó salir conmigo, esta es una azafata que conocí en una fiesta y esta es una pintora que un día que estaba de viaje la conocí. Salgo con las tres, y bueno, estoy aquí para que me ayudes a decidirme a quién elegir».
Generalmente, este tipo de narcisista es ególatra y suele usar a todo el mundo como objeto, como súbditos. Es el típico que utiliza a las mujeres como maniquíes para las fotos, tal cual como el hombre que hace pesca deportiva y posa con su pez, así mismo es.
Estos arrogantes, son los típicos que verás demandando atención, respeto y trato especial en todas partes. Son los que se propasan en todos los sentidos. Se describirá a sí mismo como la persona más bondadosa, más inteligente, más culta, más exitosa, con poder, con el mayor networking , con una gran necesidad de demostrar que puede comprar de todo y a todos.
De hecho, una de las estrategias de abuso y control de mi paciente narcisista descubierto era la de seguir controlando financieramente a cada una de sus exesposas, para asegurarse de tenerlas encadenadas a él de por vida.
¿Quieren saber cómo terminó la historia con este personaje? ¡En nada! Porque no cambian. Con el pasar de las sesiones, este personaje fue cruzando más y más los límites hasta llegar al punto de acosarme sexualmente. Así es, este tipo de narcisista no tiene respeto alguno por los límites ni el profesionalismo. No me quedó de otra que terminar la relación terapéutica, si es que hubo alguna.
Las típicas víctimas de este tipo de depredador son aquellas personas que se encuentran con problemas o limitaciones económicas. Personas que tienen marcadas historias de abandono en su infancia y se ven fácilmente deslumbrados por una imagen que a simple vista se ve fuerte, abundante y poderosa.
Para terminar el cuento del pavo real, meses después, llegó a mi consulta una chica de 25 años, muy guapa y talentosa. Tenía un don hermoso para la pintura. Recuerdo la primera consulta, ella me dijo: «estoy aquí porque sé que atendiste a fulano de tal, vengo a contarte el otro lado de la historia…».
Se conocieron cuando ella tenía 17 años. Hija única de una madre soltera y un padre ausente, Gabriela creció con muchas carencias materiales y, sobre todo, emocionales. Conoce un buen día al pavo real en un café, sin ella darse cuenta él le paga la cuenta y se le sienta en la mesa. Él observa los sketchs que ella estaba dibujando y le dice: «¡Que talento tienes! ¿Sabes que yo soy un hombre muy conectado con la alta sociedad? Permíteme ayudarte a ser famosa!».
A las pocas semanas comenzaron su romance, el cual ella describe como maravilloso durante el primer año. Apenas cumplió 18 años se mudaron juntos y fue entonces que comenzó su historia sin fin. A cambio de mantenerla, le exigía que produjera un cuadro al mes que él simplemente se dedicaba a almacenar en una habitación. Cuando ella le preguntaba por la posibilidad de hacer una exposición, él simplemente le decía: ¡esos cuadros son míos!
Ella, sus exesposas y sus amantes no eran más que aves enjauladas, y él se jactaba de que era tan buen hombre que las cuidaba y mantenía a todas.
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