A TRAVÉS DE UN MAR DE ESTRELLAS
Diana Peterfreund
Traducción de Olga Hernandez
Créditos
A través de un mar de estrellas
V.1: abril, 2020
Título original: Across a Star-Swept Sea
© de la traducción, Olga Hernandez, 2015
© de esta edición, Futurbox Project, S. L., 2020
Todos los derechos reservados.
Diseño de cubierta: Harper Collins
Adaptación de cubierta: Taller de los Libros
Publicado por Oz Editorial
C/ Aragó, 287, 2.º 1.ª
08009 Barcelona
info@ozeditorial.com
www.ozeditorial.com
ISBN: 978-84-17525-95-8
THEMA: YFHR
Conversión a ebook: Taller de los Libros
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Para Eleanor, que es fantástica, bella y valiente.
Portada
Página de créditos
Dedicatoria
Sinopsis A través de un mar de estrellas Una novela inspirada en La pimpinela escarlata En un mundo destruido por las guerras, solo quedan dos islas habitables: Galatea y Albión, donde incluso la Reducción, una devastadora enfermedad cerebral que asoló la humanidad, no es más que un recuerdo lejano. Un levantamiento contra los aristócratas que gobiernan Galatea está fuera de control y parece que hasta la antigua enfermedad podría volver a propagarse. La única esperanza es un misterioso espía llamado la Amapola Silvestre, del que solo se sabe que pertenece a los aristos, la clase dirigente. En medio de los cotilleos y frivolidades de la corte, en la que circulan peligrosos planes para salvar a las islas de una nueva destrucción, la Amapola Silvestre tendrá que decidir en quién puede confiar y, sobre todo, si de verdad puede permitirse amar a quien elija. «Una deliciosa novela de aventuras.» Publishers Weekly
Introducción La historia de la raza humana tiene dos puntos claves: el desarrollo de la agricultura, que creó la civilización, y la Reducción, que la destruyó. Antes de la Reducción, las pocas personas (pobres o disconformes) que no manipularon genéticamente a sus hijos fueron objeto de desprecio y lástima. Pero, una generación más tarde, cuando estos niños «perfectos» solo pudieron engendrar bebés reducidos, disminuidos mental y físicamente, se demostró que se había cometido un error descomunal. Con la mayor parte de la humanidad afectada por esta tragedia, los perdidos no aceptaron su derrota con aplomo. Se volvieron en contra de aquellos que habían salido ilesos, convirtiéndolos en objeto de envidia y odio. Y, con las Guerras de los Perdidos, intentaron su exterminación total. Una vez acabadas las guerras, los supervivientes se dieron cuenta con horror y consternación de lo que habían provocado. Casi no quedaban lugares habitables en el mundo, y pocas personas se habían salvado de la Reducción. Desesperados, dos sirvientes sin recursos desafiaron a sus patrones, pertenecientes a los perdidos. Valiéndose del arma más espantosa de las guerras, terraformaron un nuevo hogar, un oasis en las ruinas del mundo: Nueva Pacífica. Allí declararon que condenarían para siempre a los responsables de la destrucción de la Tierra y no volverían a cometer los mismos errores. No fue así. —«Derechos humanos en Albión: ensayo escrito por lady Persis Blake». *
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Sobre la autora
A través de un mar de estrellas
Una novela inspirada en La pimpinela escarlata
En un mundo destruido por las guerras, solo quedan dos islas habitables: Galatea y Albión, donde incluso la Reducción, una devastadora enfermedad cerebral que asoló la humanidad, no es más que un recuerdo lejano.
Un levantamiento contra los aristócratas que gobiernan Galatea está fuera de control y parece que hasta la antigua enfermedad podría volver a propagarse. La única esperanza es un misterioso espía llamado la Amapola Silvestre, del que solo se sabe que pertenece a los aristos, la clase dirigente.
En medio de los cotilleos y frivolidades de la corte, en la que circulan peligrosos planes para salvar a las islas de una nueva destrucción, la Amapola Silvestre tendrá que decidir en quién puede confiar y, sobre todo, si de verdad puede permitirse amar a quien elija.
«Una deliciosa novela de aventuras.»
Publishers Weekly
La historia de la raza humana tiene dos puntos claves: el desarrollo de la agricultura, que creó la civilización, y la Reducción, que la destruyó.
Antes de la Reducción, las pocas personas (pobres o disconformes) que no manipularon genéticamente a sus hijos fueron objeto de desprecio y lástima. Pero, una generación más tarde, cuando estos niños «perfectos» solo pudieron engendrar bebés reducidos, disminuidos mental y físicamente, se demostró que se había cometido un error descomunal. Con la mayor parte de la humanidad afectada por esta tragedia, los perdidos no aceptaron su derrota con aplomo. Se volvieron en contra de aquellos que habían salido ilesos, convirtiéndolos en objeto de envidia y odio. Y, con las Guerras de los Perdidos, intentaron su exterminación total.
Una vez acabadas las guerras, los supervivientes se dieron cuenta con horror y consternación de lo que habían provocado. Casi no quedaban lugares habitables en el mundo, y pocas personas se habían salvado de la Reducción.
Desesperados, dos sirvientes sin recursos desafiaron a sus patrones, pertenecientes a los perdidos. Valiéndose del arma más espantosa de las guerras, terraformaron un nuevo hogar, un oasis en las ruinas del mundo: Nueva Pacífica. Allí declararon que condenarían para siempre a los responsables de la destrucción de la Tierra y no volverían a cometer los mismos errores.
No fue así.
—«Derechos humanos en Albión: ensayo escrito por lady Persis Blake». *
Si la Amapola Silvestre se atrevía a regresar a Galatea, el Ciudadano Cutler estaba preparado. Había puesto guardias armados en la entrada de la propiedad y diez soldados adicionales rodeando los campos de ñame. Aunque sabía que ningún reducido intentaría escapar, Cutler era consciente de que el peligro real se hallaba en el exterior. El floreado espía albiano había «liberado» al menos a una docena de enemigos de la revolución en los últimos meses, pero eso no iba a suceder durante su guardia.
Durante la mejor parte de la mañana, una brisa marina había atravesado los campos más bajos, moviendo las hojas de ñame y provocando que el agua se agitara y ondeara como la piel de una serpiente. Los prisioneros reducidos se desplazaban lenta y metódicamente en sus parcelas, siguiendo una antigua, y francamente innecesaria, tradición de cortar las raíces a mano y replantar los tallos con el fin de que estuviesen listos para la siguiente cosecha.
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