A. K Benjamin - Para volverse loco

Здесь есть возможность читать онлайн «A. K Benjamin - Para volverse loco» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Para volverse loco: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Para volverse loco»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un tesoro de libro. Intrincado y profundamente íntimo, revela cosas que nos asombran, sorprenden y mejoran. —James Rhodes Están sentados cara a cara, cada uno a un lado del escritorio. Uno habla y otro escucha. El paciente expone y el doctor diagnostica. Sin embargo, a veces los extremos se tocan. La frontera entre la rareza y la enfermedad, la verdad y la fantasía, los despistes y la demencia senil o la excentricidad y la locura suele ser fina, y desde luego no es una línea recta. A. K. Benjamin nos abre las puertas de su consulta y nos presenta a sus pacientes. A través de sus casos, narra una historia que es a la vez muchas historias. Construye una galería de espejos llena de giros inesperados y revelaciones que consigue poner en duda nuestras ideas sobre la locura, el amor y la autodestrucción. El autor va más allá de las anécdotas para desdibujar los límites de lo que consideramos «normal». Solo a través de una prosa elocuente, irónica e incluso mordaz podría arrastrar al lector a profundizar en los conceptos más escurridizos de la neurociencia y la psiquiatría.

Para volverse loco — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Para volverse loco», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Por aquel entonces, Michael tenía cincuenta y ocho años, pero en las fotografías parecía quince años más joven. Tenía una abundante media melena morena, los ojos azul claro y la complexión de un corredor de media distancia profesional, a pesar de que correr le aburría soberanamente, a menos que tuviera algo que perseguir. Una vieja amiga de la universidad había hecho una fotografía del grupo en su cincuenta y cinco cumpleaños a las afueras de Bruern, en la casa de campo de la familia en el distrito de Peak. La estoy viendo ahora mismo en el álbum que su mujer Catherine me ha preparado con todos los momentos relevantes de la vida de Michael. Al lado hay una foto tomada tres décadas antes en una fiesta de graduación con el mismo grupo de amigos, aunque con alguna persona de más y de menos. Me cuesta más de lo normal relacionar a las personas de ambas fotografías a causa de un extraño proceso de reversión. Por primera vez en la historia de la humanidad la mayoría de nosotros, la clase media con amplios conocimientos médicos, estamos en mejor forma a los cincuenta y cinco que a los veinte y cinco. A pesar de las canas, la calvicie y los inexorables pantalones chinos, cuesta relacionar a las personas bien peinadas, pulcras y aseadas con sus versiones jóvenes más pálidas, debiluchas y fumadoras, pues, si bien nuestro cerebro anticipa el cambio, lo hace en el sentido inverso. Salvo que Michael estaba exactamente igual, con su pelo aún asombrosamente negro, el rostro terso y con la misma figura atlética a pesar de tener un whisky en la mano, sin haber engordado ni un kilo, como si fuera Michael J. Fox pero más alto, con los mismos vaqueros y la camiseta de Regreso al Futuro. La única diferencia era el Rolex. Aunque los demás actuaban movidos por un inexplorado miedo a la muerte disfrazado de “salud” o por algún otro miedo incluso peor, Michael nunca había sentido la necesidad de tratar ese problema, no sabría ni distinguir la salud, al igual que un pez no sabe distinguir el agua.

Lo llevaron al centro de neurociencia más cercano, en Grenoble. El cirujano de guardia realizó una craniectomía descompresiva de urgencia, es decir, cortó un fragmento del cráneo para que el cerebro dañado tuviera espacio para hincharse, y todo en poco menos de siete horas. Lo intubaron y lo mantuvieron en coma en la NeuroUCI durante cinco semanas. Catherine llegó a la mañana siguiente. Juntos revivimos esas primeras horas una y otra vez. Incluso hoy, a Michael no le interesa saber exactamente lo que pasó (excepto para llamar la atención entre sus amigos en el White Bear) o lo que cambió tras el accidente; sencillamente es incapaz de interesarse por ello y por supuesto no puede fingirlo. Desde el primer momento, el trauma ya fue solo de Catherine, empezando por aquella fatídica primera noche en la que no recibió un mensaje suyo antes de acostarse (incluso cuando estuvo en Siberia la había llamado cada día con un teléfono por satélite), el inicio de una separación que no haría más que crecer.

Cuando finalmente despertó y pudo respirar por sí mismo, lo transfirieron al pabellón de neurología para pacientes graves. La mayoría de los demás pacientes le sacaban varios años de edad y sufrían complicaciones médicas debidas a enfermedades neurodegenerativas. Michael tuvo amnesia postraumática durante varias semanas, por lo que era incapaz de retener hasta los recuerdos nuevos más básicos, una función derivada del bloqueo neuroquímico programado de la corteza para facilitar una reparación de emergencia. Sufría dispraxia, anomia y perseveración. Catherine me contaba que se ponía pasta de dientes en las cejas (dispraxia), que llamaba “trucha” tanto a la televisión como a la enfermera (anomia) y prácticamente a todo lo demás hasta que se le metía otra palabra en la cabeza, por ejemplo “mantequilla”, y la utilizaba para todo (perseveración). Michael, ese ejecutivo de alto nivel, completamente normal y sin una pizca de imaginación (aún no sé exactamente a qué se dedica), conocido más por su gusto por la diversión que por su sentido del humor, se había transformado en un surrealista compulsivo; Michael, el Dalí inglés, el séptimo miembro de los Monty Python. Por suerte para Michael, no presentaba ninguna lesión ortopédica destacable. Por desgracia para el personal de enfermería y para los ancianos que descansaban en el pabellón, tan pronto como Michael se encontró mejor empezó a corretear por los pasillos (siempre perseguido por un auxiliar sanitario) en un estado de gran agitación, dando puñetazos, insultando, escupiendo, metiendo mano, masturbándose, dando patadas, meando… Un comportamiento al que eufemísticamente se referían como “problemático” y que —les aseguraba su mujer con su francés chapurreado—, quitando los insultos, no era nada propio de él.

Dada la prevalencia de los traumatismos craneoencefálicos (TCE) severos es escandaloso que haya tan poca investigación sobre los beneficios de la rehabilitación durante la fase aguda. Los procedimientos utilizados son muy rudimentarios: ambientes de baja estimulación, la orientación multisensorial estándar, hablar en voz baja y poner un poco de música; así de especializado es. En realidad, no hacemos más que aguantar la respiración todos juntos y confiar en que el cuerpo sabrá repararse a sí mismo. (La influencia cartesiana es tan fuerte que me siento extraño escribiendo “cuerpo” cuando me refiero al cerebro). Para los familiares es increíblemente duro, pero también es difícil para los profesionales que están acostumbrados a intervenciones urgentes, exigentes y complejas. Durante esta fase, cualquier interferencia puede empeorarlo todo; los antipsicóticos incrementan el comportamiento problemático en esta población, al igual que las expectativas del equipo de rehabilitación cuando el paciente literalmente no puede distinguir entre su culo (“cubo”) y su mano (“mango”). Se aconseja al personal de enfermería que no se tomen de manera personal las reacciones de los pacientes sobresaturados cuando su comportamiento se vuelve problemático. Pero, aun así, al equipo francés le costó no tomárselo personalmente cuando veían a un tipo tan rápido, fuerte y casi tan alto como John Cleese que iba a por ellos, enarbolando un andador, con los pantalones bajados hasta los tobillos mientras gritaba: “¡Guerra de pollas, mamones!”.

Con el tiempo Michael se tranquilizó. La resonancia magnética parecía correcta, excepto por el trozo de cerebro que le faltaba. No presentaba ni desplazamiento de la línea media, ni aumento de los ventrículos, ni daño axonal difuso evidente, ni ningún otro indicio de daños estructurales presentes en lesiones más graves. Ahora que la piel le ha vuelto a crecer por encima del trozo de cerebro sin cráneo, tiene una concavidad en la parte izquierda de la cabeza, como si un ser de otra especie gigante hubiera tomado una cucharada para desayunar. Parece que se ha “creído” todo lo que le ha pasado. Sabe que está en un hospital, pero no en qué ciudad o país. Sabe el mes y año en que estamos porque está escrito en la cabecera de su cama en rotulador, pero los días aún son escurridizos para él y no puede más que intentar adivinar la fecha.

Acostumbrado a los jets privados, Michael se traslada esta vez en ambulancia médica al Reino Unido para ser ingresado en una unidad de rehabilitación posaguda. Tras una semana de evaluación, el equipo multidisciplinar establece varios objetivos, supuestamente en colaboración con él y su familia. El terapeuta ocupacional quiere que Michael haga tostadas sin provocar una catástrofe (ya ha intentado meter su lengua en la tostadora dos veces). El psicoterapeuta quiere que deje de correr de un lado para otro, debido al elevado riesgo de caída. El terapeuta del lenguaje quiere que controle los insultos y que utilice el contacto visual para saber cuál es su turno en una conversación:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Para volverse loco»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Para volverse loco» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Para volverse loco»

Обсуждение, отзывы о книге «Para volverse loco» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x