El Alfabeto del Silencio
Una guía fabulada para despertar
El alfabeto del silencio
© de los textos: Raúl Miranda Carús, 2020
© de esta edición: Editorial Tequisté, 2020
Coordinación editorial: M. Fernanda Karageorgiu
Corrección: María Belén Lacentra
Diseño gráfico y editorial: Alejandro Arrojo
1º edición de este sello: mayo de 2020, Tequisté
Ediciones anteriores:
1ª edición: octubre de 2016, autoedición
2ª edición: diciembre de 2017, autoedición
Producción editorial: Tequisté
contacto@txtediciones.com.ar
www.tequiste.com
ISBN: 978-987-4935-29-8
Se ha hecho el depósito que marca la ley 11.723
No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su tratamiento informático, ni su distribución o transmisión de forma alguna, ya sea electrónica, mecánica, digital, por fotocopia u otros medios, sin el permiso previo por escrito de su autor o el titular de los derechos.
LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA
Miranda Carús, Raúl
El alfabeto del silencio / Raúl Miranda Carús. - 1a ed . - Pilar : Tequisté. TXT, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-4935-29-8
1. Autoayuda. 2. Espiritualidad. 3. Ensayo Filosófico. I. Título.
CDD 158.1
A Jacobo, Diego y Gonzalo
Agradecimientos
Mi sincera gratitud a Belén, Max, Roberto, Mercedes y María por sus valiosísimos comentarios sobre el manuscrito original que tanto me han ayudado a mejorar. También a Amelia y a Fernanda, por sus minuciosos trabajos de revisión.
Por supuesto, a Concha y a mis padres y hermanos por tantas enseñanzas a través de los años.
Cuando el río recibe al Mar...
Prólogo de Jorge Lomar
Cuando el río recibe al Mar, el río no sabe exactamente qué está sucediendo en él. Surgen mil remolinos por todas partes. El color del río va perdiendo intensidad, pero mil nuevos colores brotan en cada brillo. La fuerza de la corriente casi ha llegado al punto de extinguirse, como si no hubiera ya que llegar a ninguna parte. Sin embargo, el movimiento permanece en todas partes. Los remolinos van suavizándose según se va haciendo más profunda la disolución de la corriente en la grandeza del horizonte. El agua es más dulce aquí o más salada allá, pareciera que aún las fuerzas de la tierra y la montaña hicieran divisiones. Pero la totalidad va limando dulcemente cada diferencia a medida que el agua se sabe Agua.
Y entonces, una vez pasado el tiempo de las medidas, el agua se sabe viento, montaña, nieve, hierba, aire, fuego, sal, hombre y planeta. La ignorancia es olvidada en la total vivencia del Presente.
El camino ineludible de tu vida desemboca en la expresión del amor. El amor es unidad, totalidad y plenitud que expresarás de maneras únicas, imprevisibles e incontrolables, de formas que aún no eres capaz de pensar, de modos que el mundo desconoce.
Ese mundo que ahora mismo parece estar ahí, fuera de ti, esperando a ver qué haces, se convertirá en un latido de tu corazón, un parpadeo de tu conciencia y ya no esperará ni un segundo más. El mundo entero se unirá a tu expresión de amor y todo será transformado eternamente.
Este mundo, que hoy parece un estorbo para tu despertar o una carrera de obstáculos, será el escenario de tu despertar. Anímate. Es el momento del desaprendizaje. Estamos de buena nueva, hay una totalidad por celebrar. Ya estamos preparados y el tiempo de vivir sin tiempo ha llegado.
Tal vez, sin embargo, aún veas lejanos los momentos para celebrar algo. Es tal la confusión en la mente ante el constante desafío de la personalidad, que el mundo es percibido como un nido de locura, caos y violencia. ¿Qué hay que celebrar ante tal despropósito?
En el mundo de la confusión, sean bienvenidos los caminos amables, las palabras claras y la belleza regalada. En el mundo de lo concreto, serán bien recibidos la abstracción sin distracción, la disolución del enfoque excluyente y el afloramiento de la atención abierta.
El regalo que nos ofrece Raúl es de aquellos que provienen de lo nuevo. No es novedoso, ni una nueva moda. Proviene de lo eternamente nuevo. Es por esto que armoniza con todo lo nuevo que siempre estuvo presente y brillando a través de todo el tiempo de lo viejo, a través de la historia y de cada historia, en cada lugar y en cada encuentro. El regalo de este libro es una invitación a dejar volar la mente entre los aromas del relato para después enfocarla decididamente en lo pleno de tu interior.
Las historias de cada día nos desplazan sutilmente del enfoque interior hasta que, a veces, nos perdemos del todo. Si observas bien, sabrás que en cada instante siempre hubo una lección y un regalo. Así es la vida en el delta del río. Hay mil historias pequeñas y grandes, clasificadas según tu momento, que te tientan a olvidarte de la perfecta corriente que te lleva al Mar. Y entre todas esas historias, de repente una perla, un brillo, un espejo de lo invisible haciéndose observable en tu corazón. Sea bien recibida una historia que nos ayuda a regresar a la verdad entre tanta historia de la misma historia. Sean bien recibidos todos los regalos.
Da la bienvenida en tu corazón a este regalo, El alfabeto del silencio. Una combinación de cuentos inspiradores, artículos de ensayo y guías prácticas de contemplación. Un regalo de quien se deja llevar por la corriente para quien se deja llevar por la corriente. Y entre la corriente, una experiencia, un brillo, una respiración profunda, una sonrisa, una perla. Te has visto de refilón. No lo puedes atrapar. Ya pasó. Un regalo corriente en el tiempo, pero imperecedero en tu corazón. Es de estos regalos de los que está forjado el curso del río.
Este libro es un regalo para tu corazón y para tu mente, para el lugar del abrazo en donde ambos se encuentran. Este libro es un regalo que recibes en el tiempo para concederte el regalo del no tiempo, que es tu reconocimiento de la paz y la verdad presentes en el ahora infinito. Cada capítulo está destinado a frenar la corriente de tu río, no porque no haya sentido para ser un río sino porque, una vez llegado el delta, la corriente se hace suave.
Siente. Déjate llevar. El sabor de la sal impregna ya tu avance. Es el momento de traducir el viejo sistema de pensamiento a lo nuevo. Es el momento de la paz.
Gracias. Vamos juntos siempre.
Jorge Lomar
Prólogo fabulado
Carlos vivía al final de la playa, donde el manto grisáceo de la arena comenzaba a mezclarse con las piedrecitas del camino por el que pasaban cada semana los carros de bueyes a vender su mercancía en el mercado de Puerto Princesa, o para embarcarla allí hacia Manila. Su casa era grande y le gustaba encalarla todos los años para mantenerla bonita. Por dentro estaba prácticamente vacía, a excepción de una cama turca, una sólida mesa de ebanista con seis sillas, un aparador con los cristales opacos lleno de botellas polvorientas y una cocina de carbón algo inclinada. Su afán por mantener blancas las paredes no le dejaba tiempo para calafatear el techo, y algunos inviernos las goteras formaban charcos en el suelo entre la cama, la mesa y la cocina.
En el exterior, a la derecha de la puerta, junto a una contraventana verdosa, había una silla de mimbre. Al otro lado, entre dos de los pilares que sostenían la cubierta del porche, oscilaba una hamaca. Desde allí contemplaba al amanecer o a la hora del crepúsculo cómo las olas batían la cercana orilla o el acantilado al otro extremo de la gran playa levantando un estallido luminoso. Luego miraba mar adentro donde las ondas parecían dormir meciéndose unas contra otras para coger fuerzas antes de estrellarse contra las rocas. Entonces encontraba un parecido que no podía explicar entre el mar, el cielo estrellado y la luna, especialmente cuando esta emergía del horizonte como incubada por las aguas.
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